miércoles, 18 de octubre de 2017

DIÁLOGO

VERSO SUELTO

Cuando hay un problema hay que hablar si no se quiere acabar con la parte contraria. Cortar el nudo con la espada no resuelve el problema: lo zanja sin llegar a ningún acuerdo. 

 Los hombres se entienden hablando, no a gritos para que se oiga y nadie escuche, ni levantando la mano o cerrando el puño en vez de tender aquella y abrir el corazón para comprender al otro. La violencia bruta no resuelve nada, elimina al enemigo y muerto el perro, o los dos, se acabó la rabia. La alternativa es el diálogo, que es la palabra cabal que discurre entre las partes. Pero el diálogo no es posible sin respetar las condiciones que lo hacen posible: si no es responsable o no hay correspondencia dentro de un orden, si nadie escucha y cada quien va a lo suyo . Así no se salvan las diferencias ni se rescata lo que nos queda de humanidad. Pero si la capacidad de dialogar nos hace ciudadanos y políticos a los humanos, su pérdida corrompe a los políticos y nos convierte a todos en unos bárbaros.


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