¿Derecho a decidir? ¡Anda ya!
Mañana uno de octubre es
una fecha que pase lo que pase en Cataluña pasará a la historia
por fin, ¡ya vale!, y por desgracia, me temo, sin que resuelva nada
en España. Habrá sido una pérdida de tiempo, cada vez más
escaso, como el agua, y tan necesario para la vida -que es convivencia- como el agua
para beber. Que para morir, uno se muere solo y tú también
compañero. Pero un vaso de agua no se niega a nadie, amigo, cuando lo que se quiere es vivir.
¿Derecho a decidir?
Por supuesto, como a la libertad de pensamiento -que pocos ejercen- y
de expresión que nadie prohíbe en este país. Pero dentro de un
orden y ordenadamente, sin romper la baraja ni echarse al monte como
las cabras cuando nos pete, que eso es un antojo de embarazada o
capricho de niños malcriados. Que para eso está la constitución
que nos hemos dado, para respetarla, y para cambiarla si queremos
ordenadamente según en ella está previsto.
Una parte que ya ha
decidido, si además está en la Generalitat, no puede ni debe
convocar un “referendum” solo para desconectar del Estado. Y
menos si lo paga con dinero público que es de todos los ciudadanos.
Eso es una movida, no una decisión legítima. Pero si es un
antojo,movida, manifestación o como se llame, esperemos que se
haga sin perturbar el orden establecido, que lo paguen de su
bolsillo los que vayan a votar y sirva solo para que todos los
ciudadanos y los políticos que nos representan entremos en razón:
en diálogo. Que amanezca al día siguiente un buen futuro y se
hunda en la noche del pasado la pesadilla. Y tú que lo veas,
compañero
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