¡EN
NOMBRE DE DIOS!
Escribo
este artículo con temor y temblor bajo la impresión de las
noticias que nos llegan de Mánchester.. Del grito de la sangre
derramada por las víctimas inocentes que clama al cielo y nos
aterra, del ruido de un atentado que nos estremece y nos deja sin
palabras, del silencio de la violencia bruta que no las tiene ni
necesita para matar callando ¡en nombre de Dios! y de ese Dios que
es como si no fuera o nos hubiera abandonado en este mundo.