Los
hombres se entienden hablando, eso es lo que decimos. Pero recuerdo
a un amigo bávaro que añadió: “Y los españoles a gritos”,
queriendo decir que en España gritamos mucho en todas partes: en la
calle, en los bares, en los trenes,en los autobuses, en el
mercado.... Pero lo grave no es eso, sino que así tampoco nos
entendemos porque no siempre escuchamos lo que dicen los demás.
Los tertulianos se quitan la palabra a grito pelado, los diputados
se dirigen al pueblo en general que no está en las cortes y no a
los otros parlamentarios que tampoco escuchan. El escándalo vende
más que la noticia, el ruido abunda más que las nueces y el
silencio es escaso. Lo nuestro no parece ser la música..., ni los
acordes ni los acuerdos.
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