Y VEN CONMIGO A BUSCARLA

LA VERDAD

Si  la Verdad es - como decía Machado- lo que hay que buscar: “y ven conmigo a buscarla”, no hay Pos-Verdad que valga.

Lo que hay en este  mundo  es “tu verdad” pretendida y la “mía”, la de cada uno. Y el único camino que tenemos para encontrar la Verdad  es el camino de todos nosotros, el más ancho y más estrecho si bien se piensa: no es el arco ni la plaza, ese camino es más bien como una flecha. Es el diálogo, en   el que la palabra no es tuya ni mía; ni siquiera suya, ya que es la que va y no se retiene hasta llegar a casa. La “pretendida” en  exclusiva, como propiedad en el bolsillo, no es la Verdad ni la última palabra. Solo es verdad como “pretensión” compartida, como vianda, como verdad en el camino. Como el pan que se reparte, compañeros. ¡Es la hostia!