miércoles, 3 de febrero de 2016

HAY QUE ABRIRSE (Más pensadillas sobre la ex-sistencia)


ANCHA ES LA VIDA Y LA MUERTE ETRECHA




Abrirse significa también marcharse o largarse. El que se va se abre.



El camino se abre por delante y se cierra por detrás.




Un camino trillado es el de las eras: da vueltas, sin ir a ninguna parte.



Se sale por la puerta, se mira por la ventana.



Una casa sin puerta es una tumba



No hay casa en el camino, posada acaso y en el peor de los casos un hoyo.
El camino no es lugar para quedarse.



Un camino que no vaya a casa no tiene sentido.



Salir para volver tampoco.

La vida no es una gira turística. 



No tenemos aquí ciudad permanente: la casa de todos nosotros es el Otro de todos nosotros.



Se camina con un pie en el suelo y otro en el aire.



Se navega empujado por el viento, y se llega a puerto gobernando la nave.



Llegados a puerto se acaba la navegación (M. de Molinos)



Mientras tanto todo es vida y desvivirse es vivir.



Después de todo solo se cierra el pasado.



¿Eso es todo?



Nunca se sabe....mientras tanto.



La fe y la esperanza son virtudes del caminante.



¿Es eterno el amor?



Eso espera y eso cree el caminante: el que se abre.



El cadáver se queda, es una reliquia o residuo.



Está en la fosa bajo una losa. No es el que fue.



¿A dónde va la vida cuando se va?


 


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