NOS
QUEDA LA PALABRA
Sin
parlamento no hay gobierno legítimo, ni democracia sin mediación de
la palabra.
Por eso se dijo antes: “Nos queda la palabra”. Pero
hoy sabemos que cuando la palabra puede hacerse realidad desde el
poder, más de uno se pregunta por qué ha de perder el tiempo para
convencer a nadie. Por el camino que vamos es de temer que los
políticos honestos y responsables se queden con la palabra y los
demás con la tarta.
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