jueves, 5 de noviembre de 2015

PENSADILLAS REVISADAS Y AUMENTADAS










P E N S A D I L L A S



C I U D A D A N A S









José R. Bada Panillo










Zaragoza, 1 de Noviembre de 2015
























2ª Edición, corregida y aumentada
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El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza, pero es una caña pensante. No hace falta que el universo entero se arme para aplastarlo: un vapor, una gota de agua bastan para matarlo. Pero aun cuando el universo lo aplastara, el hombre sería aún más sabio que quien lo mata, porque sabe que muere y la ventaja que el universo tiene sobre él, mientras que el universo no sabe nada.
Toda nuestra dignidad consiste, pues, en el pensamiento. Eso es lo que debe preocuparnos, y no el espacio y el tiempo que no podemos llenar. Trabajemos, pues, en pensar bien: he aquí el principio de la moral.

Blas Pascal





















PRÓLOGO


He querido reunir en este breviario de filosofía práctica unos aforismos escritos sin orden ni concierto o, mejor, “pensadillas” - sí, ese el mote - con algunos artículos redactados con ocasión y sin ella, y unos pocos versos con los que me arranco a veces para terciar. Entrego el conjunto a la atención de mis lectores y sea, en definitiva, lo que ellos quieran. Pues soy consciente de que el texto es siempre un pretexto, y lo que uno escribe se queda siempre a medio escribir hasta que los lectores añaden la otra mitad. Me complace dedicar este libro a mis amigos de la Fundación Luis Pinilla.
Todo este material disperso ha sido reducido sin pretensiones sistemáticas a la mínima extensión inteligible, a unos cuantos puntos numerados y agrupados por afinidad temática, sin que esto garantice un discurso coherente al cien por cien y una coexistencia pacífica bajo un mismo título. Espero, no obstante, que los puntos sean en general compatibles y se lleven bien como hijos de un mismo padre. No descarto empero la paradoja y hasta la contradicción a veces. Este es un libro imperfecto como la vida misma y, por tanto, abierto. Ojalá que no resulte aburrido, ni divertido. No es un breviario para rezar, no es un libro de horas. Pero sí lo es para meditar, y requiere algún tiempo y un poco de atención. Gracias.





I

INVITACIÓN A LA LECTURA

1.- En el principio era la palabra.
2.- Se comienza siempre por el principio.
3.- Pero comenzar no es repetir, ni seguir... ¿Me sigues? Pues eso.
4.- La palabra que era en el principio no es la palabra dicha ni la palabra escrita: es el verbo, la que se dice y se escucha.
5.- ¿Comenzamos? Con tu permiso, siempre. Y con tu participación desde ahora mismo.
6.- La palabra escrita es palabra muerta, depositada, palabra que yace esperando una resurrección.
7.- Abrir un libro es como abrir una tumba y desembarazar la palabra trabada para que ande. Leer es escuchar y dejar hablar a la palabra escrita. Leer es dialogar. No es seguir al pie de la letra, es responder.
8.- Y puede que recordar, acordar y concordar de nuevo... consentir y conversar.
9.- Leer es ampliar la humanidad que nos hace humanos. Salir de la propia piel y del propio mundo, entrar en relación con otros, viajar.
10.- Llaman refrán a una frase hecha, y dicha.
11.- Un refrán es lo que viene a cuento, lo que se da por sabido: lo con-sabido. Aunque bien pensado, puede ser una sentencia.
12.- El aforismo es una sentencia que puede acabar en refrán.
13.- Amasado con la misma harina de la que se hicieron los refranes, el aforismo es como el pan recién sacado del horno.
14.- Un aforismo da siempre qué pensar a quien sabe escuchar. No es una píldora. Tiene sabor y no se traga.
15.- Llamo “pensadillas” a los pensamientos que acabas de leer.
16.- Una pensadilla no es una empanadilla, ni una empanada mental, ni un primor, ni miel sobre hojuelas, ni “pienso luego existo”.
17.- Mis pensadillas no son de esa clase de pienso ni del otro, no tienen pretensiones cartesianas ni ganaderas.
18.- Tampoco son como las greguerías, que tienen su encanto y sus burbujas.
19.- Una pensadilla no es un golpe de gracia, ni de estado emocional. No es un eslogan. Ni una imagen brillante como piedra en la alberca de los ojos que entra por los oídos y se hunde en el fondo del corazón.
20.- De echar algo prefiero echarlo a la cabeza. Y que sean flores y no piedras, o lluvia de abril que mueve el campo en primavera.
21.- La pensadilla es como una fórmula magistral, artesana, como receta de boticario cuando los boticarios no ejercían de tenderos.
22.- Una pensadilla puede ser peligrosa para la salud mental si no se lee con espíritu crítico. El autor recomienda a sus lectores que no la traguen sin consultar antes con su buen juicio.
23.- En mis pensadillas no hay punto final sino punto y aparte, dos puntos quizás: para dar entrada al lector, punto y seguido si me acompaña y hasta puntos suspensivos para encontrar-nos perdidos.
24.- Comenzar a pensar es comenzar y no acabar. No se puede pensar hasta cierto punto, a no ser por accidente.
25.- Una pensadilla es como la “hermaneta” del aforismo, a quien acompaña aunque no le ajunte su hermano mayor.
26.- “El pensamiento es el principio de la moral” (Pascal) Pero a veces se necesita mucha moral para pensar.
27.- Un buen libro da que pensar, es todo lo que da de sí. Lo demás se vende.
28.- El que compra un libro y no lo lee hace un mal negocio: mejor le hubiera sido comprar a los chinos flores de papel.
29.- Pero el que vende las ideas engaña, no las tiene o son muy malas.
30.- Cada vez hallo más razones para leer y menos para escribir.
31.- Todo está escrito, pero no todo está leído.
32.- Aunque se pierda cual botella de náufrago que no llega a su destino, un buen libro no es papel mojado.
33.- Bienaventurado el libro que cae en buenas manos. Y maldito el que se cae de las manos buenas.





II

LO BUENO, SI BREVE...

1.- Di una vez lo que has pensado dos veces.
2.- No digas dos veces lo que has pensado una vez.
3.- Discreto: corto en palabras y de pensamiento largo.
4.- Insensato: de pensamiento corto y discurso prolijo.
5.- A un lector inteligente, pocas palabras.
6.- No llames la atención, no insistas: si lo haces pensarán que te escuchas demasiado..., y que desprecias la inteligencia de los otros.
7.- Habla con afecto, sin afectación. Y pasa de los que no te escuchan: puede que tengan algo mejor que hacer.
8.-Y tú a lo tuyo: si crees que tienes algo que decir, no te retraigas. Y el que tenga oídos para oír que oiga, oye.
9.- No remaches el clavo, deja que lo hagan tus lectores y te lo agradecerán. No les prives de ese placer.
10.- Ni del riesgo de pillarse los dedos.
11.- Dices bien lo que dices. Sólo te falta callar cuando no dices nada.
12.- Es de sabios morderse la lengua, no digas lo primero que se te ocurra. La sabiduría no está en la punta de la lengua, acaso en el paladar.
13.- La verborrea es una incontinencia verbal, un monólogo descompuesto.
14.- Se ha dicho que el pensamiento es un diálogo con uno mismo. Por tanto, la mitad de la palabra cabal que es palabra entre dos.
15.- La verborrea no tiene nada que ver con el pensamiento, ni con el discurso de la razón, ni con el diálogo. Bastante con la dia-rrea.
16.- Algo completamente distinto es lo que llamaban los griegos parresía: la capacidad de hablar en público con soltura, claramente y sin tapujos, con franqueza, sin miedo y con entera libertad.
16.- La palabra del sabio tiene autoridad: se hace escuchar por sí misma, sin ayuda exterior y sin muletas. Quien la oye la escucha..., si tiene capacidad de escuchar.
17.- El necio, en cambio, necesita gritar incluso para hacerse oír.
18.- De la misma manera que hay una fuerza moral, hay una fuerza verbal. Ambas se necesitan para hablar con autoridad.
19.- La autoridad del sabio se afirma en su palabra y no a la inversa: las palabras no valen según quien las diga.
20.- El discípulo que jura en nombre de su maestro no tiene autoridad moral. Y carece de la verbal.
21.- La glosolalia es un don del espíritu del que no anda sobrada la cabeza. Es la abundancia del corazón de la que habla la boca, grita, exulta, canta y celebra.
22.- Es la expresión y el colmo de la fiesta, la gracia que se derrama y envuelve a la asamblea.
23.- Ni la razón está para aguar las fiestas, ni el corazón es quién para ahogar a la razón.
24.- Deja que todos participen, habla con ellos... en lenguas. Exulta, celebra, canta. Pero escucha sólo a los que tienen algo que decir.
25.-Porque no son profetas todos los que gritan. Ni todos los que cantan.
26.- Ni son maestros todos los que se sientan en una cátedra, ni intelectuales todos los “ídolos”.
27.- Las “vacas sagradas” no piensan siempre lo que dicen ni dicen siempre lo que piensan. Hablan si les conviene y pronuncian el oráculo que más conviene. Hablan a sus fieles, y a los infieles no les dicen ni mú.
28.- De todos modos, si bien lo piensas, nadie puede ahorrarte el trabajo de pensar.
29.- Escucha a los viejos como aconseja el refrán, y piensa lo que dicen con tu cabeza.
30.- Y si das un consejo piensa también que nadie escarmienta en cabeza ajena.
31.- Muchas veces nos arrepentimos de haber hablado demasiado, pocas de haber callado.
32.- Lo que importa es sin embargo hablar lo justo, ni mucho ni poco. Menos es decir demasiado, y más demasiado poco.
33.- Al pan, pan. Y al vino, vino.
34.- Que no siempre el silencio es elocuente, y nunca la verborrea.
35.- No hagas como el burro del gitano: que piensa pero no pronuncia.
36.- Ni hables por boca de ganso: responde tú de lo que dices.























III


DAR A ENTENDER Y ENTENDERSE


CON OTROS


1.- Dos no hablan si uno no escucha.


3.- El que no piensa, no tiene nada que decir.

4.- Y el que no escucha a nadie, no entiende nada.

5.- El que no habla con otros ni siquiera se entiende a sí mismo.

6.- No es más sabio el que más habla sino el que más escucha.

7.- Cuando uno quiere decir lo que no dice, amaga. Y da a entender lo que quiere decir en lo que calla.

8.- Es como tirar la piedra y esconder la mano, una forma de hablar para evitar la réplica.

9.- “Yo no he dicho eso”, dirá el que dijo “digo” al decir “Diego”. Y los otros le dirán: “Hipócrita, ¿acaso no sabías lo que íbamos a entender?”

10.- Dar a entender

Uno dice lo que dice

y lo que quiere decir:

aquello que entienden todos

cuando lo quieren oír.

11.- Tu discurso, como el mío, comienza siempre después de escuchar. Y nunca antes de responder.

12.- Escuchar es ya responder, porque es oír responsablemente.

13.- Escuchar es hacer caso: obedecer en cierto modo como persona libre y responsable. Es “creure”, como se dice en catalán.

14.- Advierte que ni la obediencia ciega es obediencia, ni la fe ciega verdadera fe.

15.- Hay que creer para entender y entender para creer.

16.- Si bien escuchar no es lo mismo que creer, no es posible lo uno sin lo otro: el que solo cree no escucha y el que solo escucha no cree.

17.- No se cree para dejar de pensar, ni se piensa para dejar de creer.

18.- La razón sin la fe es poco razonable, y la fe sin la razón no es en absoluto fiable.



19.- Entender algo sin prestar atención es imposible.

20.- No escuchar a quien nos habla es una falta de atención a la persona y a lo que dice.

21.- Lo más grave es considerar al otro incapaz de hablar y de escuchar, como si no fuera quien para entenderse con alguien.

22.- ¿Por qué decimos que es un desconsiderado el que no considera a las personas? Sin duda, porque eso es lo que merece. Y quizás también porque no se considera ni tan siquiera a sí mismo, no se respeta.

23.- Para entender a otro: lo primero, entender que es otro.

24.- Y lo segundo, poner-se en su lugar.

25.- El que no se pone en el lugar del otro puede respetarlo pero no entenderlo; es decir, puede verlo desde la distancia y guardando las distancias, sin tocarlo, pero no comprenderlo ni entender lo que dice.

26.- Tampoco comprende al otro quien ocupa su lugar y abandona su punto de vista. Uno comprende a otro cuando se acerca a él para entenderlo y darse a entender: lo comprende y se comprenden los dos cuando los puntos de vista de uno y otro, sin confundirse, se acercan para ganar horizonte y encontrarse comprometidos en una nueva situación dentro de un horizonte más amplio (Gadamer)

27.- En esa situación, que es la situación del diálogo orientado al entendimiento, uno y otro se pueden entender sobre algo; es decir, pueden entender lo que el otro dice sin malentendidos, y a la inversa, y llegar a un acuerdo sobre el significado de las palabras aunque no compartan necesariamente la opinión ajena correctamente entendida.

28.- Se entiende al otro hablando con él, no sobre él. Y menos en su ausencia.

29.- No entiende al otro, ni lo escucha, quien pretende saber que no puede enseñarle nada que él ya no sepa. Tampoco el que se limita a captar su conducta observable como si tal cosa fuera, que no persona, y desde ahí se atreve a hacer predicciones sobre su comportamiento futuro.

30.- Hablando se entienden los hombres; es decir, se comprenden y por eso entienden al menos que no se entienden.

31.- Siempre se llega a un acuerdo, incluso en el desacuerdo. Lo que no deja de ser un acorde desconcierto.

32.- Hay malentendidos que se resuelven dando la cara, otros dando explicaciones o pidiendo disculpas: todos pueden resolverse con franqueza y buena voluntad en un diálogo orientado al entendimiento.

33.- Advierte, sin embargo, que si tienes una queja contra otro y se la expones con delicadeza, puede ocurrir también que el cínico no se dé por enterado y el necio piense que eres un idiota.

34.- No obstante el diálogo es el único medio razonable de entenderse los hombres. Salirse de ese medio, dejarlo a un lado, es volver a la selva y a la barbarie.

35.- Hay otra manera de acercarse y de abrazarse: es el abrazo del oso, con perdón para el oso. Es acercarse cuerpo a cuerpo para destruir al otro como enemigo.

36.- Mejor que la violencia -es decir, menos malo- sería entonces dejar de hablarse con otros o poner tierra por medio.

37.- Pero ni el distanciamiento es fácil ni la distancia posible en muchos casos.

38.- Aparte de ser muy roceros y proclives al mogollón más que a la soledad y al silencio, cada vez hay menos tierra para separar a tantos enemigos.

39.- Los hombres se entienden hablando... “Y los españoles a gritos”, añadió mi amigo. ¿Por qué gritamos tanto? ¿Porque no nos entendemos o porque no nos escuchamos? Con frecuencia, porque hablamos sólo para llamar la atención: ¡para que nos oigan!

40.- A veces se grita para ocupar el silencio, que es el espacio de la palabra: bien común de los hablantes. Es como ocupar la plaza que es de todos.

41.-Como plantar la bandera en el zócalo, clavar la navaja en la mesa, dar un puñetazo o o sacar la pistola: ¡Silencio, coño!

42.- Ese grito que sale de lo más bajo es una andanada que desplaza a las palomas y una forma de marcar el territorio.

43.-Vivimos en un mundo tan complejo y difícil de entender como conflictivo y difícil para entenderse con otros.







IV


SENTIDO Y SIGNIFICADO


1.- Qué sea el sentido solo se sabe cuando se prueba; es decir, solo en la experiencia se sabe si algo tiene o no tiene sentido. Como el saber del sabor, bueno o malo, que se tiene de algo cuando se cata.

2.- El significado es el contenido lógico de las palabras, el concepto, lo que se dice con ellas sobre algo.

3.- El significado del sentido, lo que decimos sobre el sentido, no es el sentido mismo.

4.- Tampoco es lo mismo el significado de una palabra, el concepto, que el objeto al que nos referimos con ella.

5.- Las palabras son más livianas que las cosas. Refiere el pastor anglicano J. Swift que Gulliver sorprendió en sus viajes a unos doctores discutiendo la manera de hacer más fácil la conversación: «Surgió el expediente -escribe- de que, pues las palabras sólo son nombres de las cosas, sería más conveniente para los hombres llevar consigo aquellas cosas que iban a tratar... Sólo un inconveniente tenía este método y era que, si el asunto a debatir era basto y de varios géneros, cada persona se veía obligada a llevar un gran fardo de objetos a la espalda, salvo si sus medios le permitían que uno o dos vigorosos servidores le acompañaran, portándolos”

6.- Un método tan materialista de hablar sin palabras, que hubiera cerrado la boca de los charlatanes para siempre en beneficio de toda la humanidad, hubiera puesto también en un brete a los poetas, místicos, teólogos, metafísicos, moralistas, intelectuales, políticos, diplomáticos y a cuantos quieren hablar de sus recuerdos y de sus esperanzas y no solo de lo que se nos ofrece delante de las narices.

7.- Una ventaja de las palabras es que podemos hablar de lo que no tenemos delante, y la otra es que podemos cambiarlas con facilidad.

8.- A nadie se le escapa la importancia de este invento del lenguaje, parecido al invento de sustituir las cabezas de ganado por las monedas y éstas por el papel moneda, pero de mayor trascendencia todavía.

9.- En situaciones embarazosas, cuando no podemos o no queremos transformar la realidad, el lenguaje nos consiente cambiar las palabras y nos quedamos tan panchos. Es el caso de los eufemismos.

10.- Un eufemismo es un modo de decir con suavidad y decoro algo cuyo nombre propio suena mal a los oídos de la buena gente.

11.- Los eufemismos tienen una vida muy limitada: apenas saben todos de qué va la cosa y se percatan de que se dice lo mismo que antes, empiezan a sonar mal y se jodió el invento.

12.- Una palabrota es lo contrario de un eufemismo: suena peor que el nombre propio y se usa más, pero termina también perdiendo su utilidad. Las palabras gruesas adelgazan con el uso.

13.- Ya nadie se escandaliza, ni escandaliza, ni ofende, ni dice nada cuando dice “joder” solo por costumbre.

14.- Introducir un eufemismo no es nunca una operación ingenua o gratuita. Personas hay que inventan un eufemismo y lo pronuncian con buena voluntad, como un buen augurio y con el ánimo de que las cosas sean mejores de lo que son. Probablemente es así como hablaba de los «niños distintos» aquella asistenta social, o como habla el INSERSO de los “mayores” y de “la tercera edad”.

15.- Pero, en general, la gente lo que pretende es evitar líos y despachar la realidad con buenas palabras.

16.- A veces se paga incluso con buenas palabras: “Tú serás empleada de hogar”, le dicen a la chacha. Y se le cambia el nombre sin aumentarle el sueldo.

17.- Otras, se vende el eufemismo como un valor añadido: los calzoncillos, ¡qué horror!, no valen lo mismo que los slips.

18.- Si en un restaurante te dicen que hay “acelguitas”, prepárate a pagar más de lo que valen las acelgas.

19.- Especialmente peligrosos son los eufemismos que florecen en la boca de los políticos, cuando no quieren o no pueden cambiar las cosas: son palabras que engañan, hinchan las expectativas y producen la frustración de los ciudadanos.

20.- Las buenas palabras sólo son buenas para realizarlas, y si se realizan.

21.- El que promete puede ser falso o sincero. Pero las promesas no son ni verdaderas ni falsas: ya se verá.

22.- Las palabras valen lo que significan y no significan nada sin la realidad significada. Como los títulos en la economía real.

23.- Hay que llamar a las cosas por su nombre, sin rodeos. Y ajustar las palabras a lo que significan.

24.- Más peligrosa que la inflación de la moneda es la inflación de la palabra.

25.- El sentido de la vida se conoce viviendo, pero es inefable propiamente hablando.

26.- No obstante, todo sentido puede expresarse en palabras. No en lo que dicen ni en las palabras dichas, sino en el deje: en el decir y en lo que queda por decir aún por mucho que digamos.

27.- El sentido se expresa en símbolos, no en signos. Por tanto, también en un lenguaje simbólico, poético, mítico y místico, de la misma vida y no sobre la vida; es decir, hablando un lenguaje impropio.

28.- Hablar con otro, hablarse, puede tener sentido aunque no signifique nada lo que se digan. Incluso cuando no hay nada que entender, los que se hablan se entienden y los que no se entienden nunca se hablan.

29.- Los signos significan: tienen un significado, pero no todos los que oyen una palabra la escuchan ni todos los que leen literalmente un texto lo entienden.

30.- Los símbolos representan lo que simbolizan y tienen un sentido. Para acceder a lo simbolizado no se puede echar a un lado a los símbolos, se accede sólo a través de ellos. El sentido de un símbolo es lo que se vive, no lo que se dice en él o sobre él. Es lo que se expresa en el símbolo, lo que se siente y consiente, pero no lo que se dice o pueda clasificase bajo ningún concepto. El símbolo es más un medio de comunión que de mera comunicación.

31.- Los símbolos son como los árboles... que dejan ver el bosque al iniciado: al que se mueve entre ellos sin pararse ante ninguno, al que camina y penetra en el bosque a través de los árboles hasta encontrar-se perdido.

32.- Maltratar los símbolos es herir los sentimientos: un ataque al corazón.

33.- El pañuelo

Un pañuelo en la mano

puede ser la señal para saludar al amigo

y adorno, en la solapa;

pero solo es un moquero cuando está en el bolsillo



Sacar un pañuelo blanco en la trinchera

es pedir la paz

Pero hacer bandera

de tu pañuelo sucio en una plaza

eso es, amigo,

declarar la guerra.

34.- Las señales señalan; pero, como dicen los chinos, solo los necios miran el dedo que señala la luna.

35.- No es cierto que vean la luna cuantos no se fijan en el dedo. Porque : siempre se puede cerrar los ojos, mirar en otra dirección o en sentido contrario.

36.- Señales, símbolos y palabras

Para ordenar el tráfico

se necesitan señales;

símbolos para vivir,

para hablar signos verbales.

37.- Jugar con las palabras como se juega con las olas es dejarse jugar por el lenguaje, que es el mar. Es flotar más que nadar. No es jugar a fondo. Ni mojarse.

38.- Sumergirse es otra cosa, y otra dejarse tragar. Pero a veces parece como si el fondo subiera a la superficie para tocar el cielo. Y otras como si el cielo y las olas bajaran al fondo del mar. Hay galernas y mar de fondo. En el lenguaje simbólico el sentido aflora en la superficie y el significado de las palabras se hunde y se ahoga en lo que se quiere decir.

39.- Hay una vida superficial de la misma manera que hay un lenguaje superficial. El fondo de la vida -su sentido- está en la vida misma: donde nos la jugamos, no donde hablamos sobre ella.

40.- También hay preguntas que no tienen respuesta. Pero tienen sentido cuando se hacen en la vida misma, no cuando son peguntas retóricas. 41.- ¿Adónde va la vida cuando se va la vida? Esta pregunta tiene sentido. Pero no todos la hacemos.

42.- Entender una pregunta no es encontrar la respuesta, es encontrarle sentido.

43.- Una pregunta se entiende cuando se hace... de verdad. Preguntar por preguntar puede tener utilidad, pero no sentido.

44.- La vida se va sin que podamos detenerla: dejemos que se vaya. O mejor aún, vayamos con ella hasta el fondo, con la mano en la esteva y sin volver la vista atrás.

45.- El sentido es como el vuelo de una flecha, que no se detiene ni tiene vuelta atrás.

46.- El mundo no es redondo, no le demos vueltas. Ni como turistas, que eso es una superficialidad. Ni como filósofos, que es para volverse locos. ¿Por qué no lo dejamos abierto?

47.- Y menos que el mundo, si cabe, es redonda la vida, que no encaja en sí misma: ninguna vida humana encaja en sí misma.

48.- Por eso encerrarse en sí mismo es morir, y abrirse es para nosotros vivir, salir... Pero sin quedar abiertos en general. Pues no somos el mundo - que es el escenario - sino actores y protagonistas mundanos.

49.- Para nosotros abrirse es caminar: elegir en un horizonte abierto al otro sin pasar de largo ante los otros. Y es entrar en relación: en situación, en el mundo, y comprometerse con otros. No es saber estar para sobrevivir. Sino salir, vivir, desvivirse viviendo y sin dejarse morir. No es estar, es ex-sistir.

50.- Te enrollas demasiado en lo que dices para darte a entender, con menos complicaciones te entenderían mejor. Es fácil entender a los sencillos de corazón, y muy difícil vivir sencillamente.

51.- La palabra de tu vida, no la palabra dicha sobre tu vida, es la palabra viva que sale del corazón: el verbo a borbotones.

52.- El verbo desatado

Tu vida es más

que la vida que has vivido

y tu palabra

más que la palabra que has dicho.

Tu vida es el exceso del cuerpo

y la realización del espíritu

en el mundo: el concepto,

el embarazo y el parto.

Y es sobre todo el verbo

desatado: la palabra

en vuelo.

53.- La lengua desatada es verborrea o lengua desbridada que se lleva el viento.

54.- Domina la lengua y déjate llevar por el verbo.

55.- El hombre va, el adviento es lo que viene.

56.- Si hay porvenir, el futuro es incierto.

57.- Y si no lo hay, el futuro es lo que sigue: nada nuevo.

58.- No confundir la esperanza con las expectativas, ni esperar con estar a la espera.










V





EL BIEN Y EL MAL


1.- Decía Lutero que el pecado original consiste en disputar sobre Dios, como hizo Eva hablando con la serpiente. Pues quien habla sobre Dios se aleja de Dios, de igual manera que se aleja del amor quien habla sobre el amor.

2.- [A no ser - digo yo - que uno hable del amor amorosamente]

3.- Y así también podemos decir que no vive el que habla sobre la vida, a no ser que hable vitalmente: quiero decir con el corazón, y con los ojos, y con toda el alma... ¡ y con todo su ser! Y no solo con la mente o de la cabeza a la boca.

4.- Solo el bien tiene sentido. El mal absoluto es -sería- la negación de todo sentido. Pero puede tener sentido que exista un mal, pues no existe el mal absoluto.

5.- Las cosas pueden estar mal, pero nunca son malas. Las personas pueden estar malas, aunque sean buenas.

6.- Son malas las mujeres..., y buenas. Los hombres también son buenos..., y malos. Todas las personas podemos ser buenas o malas.

7.- Moralmente hablando no existe el mal en persona, aunque hay personas buenas y malas. Pero eso sólo Dios lo sabe, y calla.

8.- “Piensa mal y acertarás”, dice el refrán. Pero dice el Cristo: “No juzguéis y no seréis juzgados”.

9.- No adelantes el juicio final. Eso es un prejuicio, y una arrogancia inhumana.

10.- Los hechos pueden ser juzgados conforme a leyes. Pero las personas no son hechos consumados, no vienen al caso de la ley como anillo al dedo ni pueden ser condenadas definitivamente por otras personas.

11.- No, a la pena de muerte

12.- Sólo es absolutamente malo -y sin remedio- querer el mal.

13.- Y solo es absolutamente bueno - así en la tierra como en el cielo- querer el bien.

14.- Querer el bien relativo tiene sentido, para mejorar lo que hay dentro de lo posible.

15.- Querer el mal no lo tiene, y es un contrasentido de todos modos.

16.- No se puede querer el mal para que venga el bien.

17.- El bien es más que una buena idea. No es la Idea de Platón, ni el Dios de los filósofos que apenas es un tema.

18.- El mal solo es posible en el horizonte del bien, no al contrario. Como la sombra a la luz del día.

19.- En la noche oscura: como puede verse, no hay sombras. Pero si vemos que no vemos nada, es porque vemos la noche a la luz del día.

20.- Hasta los malos querrían ser buenos, pero no lo son: les falta la buena voluntad.

21.- “Si la culpa fuera moza no se casaría con nadie” (Refrán popular)

22.- El optimismo como valor moral no es una consecuencia del pasado, sino más bien una esperanza contra toda esperanza. Mirando al pasado no es cierto lo que dice otro refrán, que “no hay mal que por bien no venga”.

23.- La experiencia de la historia es amarga. Y no es cierto que cuanto peor, mejor.

24.- Ni hay que hacer el mal, por supuesto, para que venga el bien. Lo correcto, lo honesto, es acordarse de las causas pendientes, de las víctimas, de los crímenes cometidos, del sufrimiento de los inocentes, no para hundirnos en la miseria sino para salir de ella. Para contestar la realidad que ha sido, que es todavía, desde la voluntad y con la voluntad de lo que debe ser. No para seguir, sino para comenzar.

25.- Sólo Dios -si lo hay para los mortales- puede escribir recto con líneas torcidas y sacar bien del mal. No de la culpa o porque ésta lo merezca, sino a pesar de ella.

26.- La guerra preventiva adelanta la guerra sucesiva y es la consecuencia de un prejuicio.

27.- El perdón en cambio y la amnistía suponen un juicio y una sentencia justa, pero no son su consecuencia. Por eso pueden inaugurar la paz y anticiparla.

28.- La ley del talión no rompe el círculo de la venganza recíproca: ¿Ojo por ojo? Si esa es la regla, al final todos ciegos.

29.- ¿Existe el infierno? A los terroristas del 11 M se les impuso en la sentencia una pena de 38.000 años de cárcel. Es obvio que nadie puede vivir tantos años. Si no obstante los jueces dictan esa sentencia es porque creen, y nosotros creemos, que hay crímenes como ese que la merecen y culpas que son impagables en este mundo. Yo no creo que haya infierno, pero no sé si Dios existe y si puede evitarlo su justicia infinita.

30.- Solo puedo creer que Dios es Amor.

31.- Si Dios es Amor ¿qué satisfacción puede encontrar en el sufrimiento humano? Ninguna.

32.- Somos libres para que podamos amarnos como hijos de Dios, y podemos odiarnos como demonios porque nos ha hecho libres.

33.- El odio es la perversión del amor. Podemos comernos a besos o besarnos a muesos.

34.- En economía soy puritano, pero no todo es economía. La vida es mucho más. Por eso creo en la gracia, en la amistad, en el perdón, en el amor... y espero que un día los pobres posean la tierra. Y no creo en la doble predestinación.

35.- Probablemente Dios existe, pero Dios no es un problema: sea feliz y disfrute de la vida. Pero sea responsable, porque aquí el problema es el hombre.







VI


TODO ES CUESTIONABLE...


MENOS LA CUESTIÓN




1.- Todo lo que espero

La pregunta es un río

sin orillas;

la respuesta, el silencio.

La pregunta es el mar;

la respuesta, el exceso.

La pregunta es todo lo que sé;

la respuesta, todo lo que espero.

La pregunta nos abraza

y nos reúne a todos

como el suelo;

la respuesta nos rebasa,

y nos acoge a todos

como el cielo.

2.- Todas las opiniones son dignas de ser pensadas, sopesadas, valoradas, todas pueden ser en principio aceptadas o rechazadas. No al final, pues no es todo lo mismo ni da igual después de todo.

3.- Todo es cuestionable menos las condiciones requeridas para que sea posible el diálogo y la discusión orientada al entendimiento.

4.- Las condiciones de posibilidad de la argumentación son dogmáticas o, mejor, pragmáticas; son, en todo caso, lo que suponen siempre quienes argumentan de buena voluntad o con el ánimo de entenderse con otros. Son trascendentales. No se discuten.

5.- La tradición en la que se vive es cuestionable, pero no en su totalidad: nadie puede salirse del mundo de la vida o del río que le lleva, pero puede y tiene que levantar la cabeza si no quiere ahogarse.

6.- El mundo de la vida es lo que se da por sabido, lo con-sabido, salvo cuando se hace cuestionable en una situación concreta. Entonces se plantea el problema obviamente; es decir, ante nosotros y sobre aquello en lo que ya no nos entendemos como es sabido.

7.- No hay conflictos fuera del mundo de la vida. La falta de entendimiento o de acuerdo sobre algo, solo es posible sobre la base de un entendimiento compartido.

8.- Lo que damos por sabido puede ser obvio, como la vida misma cuando discurre en paz.

9.- O la costumbre que sigue solo por inercia, en cuyo caso es peso muerto que mortifica la vida. Y una tranquilidad aparente.

10.- La tradición se da, se recibe y se recuerda. Se guarda en el corazón como simiente en el granero. Y se siembra.

11.- Pero a veces -cuando no hay esperanza- se consume y, otras, se pudre en el depósito de la “santa traición”.



12.- Tradición viva

La tradición no es el texto

sino el contexto

en el que fue escrito el libro

y también la situación

en que va siendo leído.

La tradición es el agua,

no el tronco que lleva el río.

13.- La tradición viva es un diálogo en la historia, no la repetición de lo mismo. En la naturaleza todo vuelve, en la historia nada se repite. [Me refiero a la historia que acontece desde la libertad. Pero el poder se reproduce, las instituciones siguen y las costumbres permanecen....hasta que envejecen como la ropa que llevamos]

14.- La fe responde a la fe, la confesión al testimonio y la respuesta a la palabra dada.

15.- La capacidad de hablar y de escuchar hace posible el diálogo entre todos los seres humanos. Por tanto hace posible la tradición cultural o “traducción” en el tiempo y la traducción de una a otra cultura o “ tradición” en el espacio.

16.- Lo que hace posible el diálogo hace también posible la filosofía en la historia y en el mundo. No solo como transmisión de ideas, como pensamiento, sino también como forma de vida.

17.- Hay una fe filosófica sin la que no es posible la filosofía en ningún sentido. Me refiero a la aceptación de la vida al menos como pregunta. Esa es la cuestión en la que andamos metidos por mucho que digamos saber o no saber. El que se la echa a la espalda es un irresponsable que no quiere ni oír hablar de ella. Y si no se hace cargo de su vida, ¿cómo puede hacerse cargo de nada?

18.- El que se toma la vida con filosofía confunde la filosofía con una tisana.

19.- Si el hombre es el pastor del ser y anda perdido, ¿cómo puede cuidar de las ovejas?

20.- Encontrarse perdido en el desierto, en el olvido del ser y de la propia existencia, no pensar en lo que hay que pensar es lo que da que pensar en nuestro tiempo.

21.- Esa es la cuestión que nos hace hablar y el desierto que nos hace escuchar. No el yermo de la palabra, sino el silencio y la cuestión sin fronteras que a todos nos envuelve.

22.- Hay un silencio positivo que nos permite escuchar, es el silencio que guarda el que puede callar.

23.- Escuchar en el desierto

En el yermo

de la palabra

no escucha nadie

y nadie habla.

En el yermo

de la palabra

falta el silencio

para escucharla.

En el desierto

de la palabra,

si alguien escucha

¡el silencio habla!

24.- Las cosas no dicen nada, no tienen entrañas. Ni guardan silencio, ni escuchan. Solo es capaz de hablar el que es capaz de escuchar. El silencio es la matriz de la palabra

25.- No todo lo que se puede pensar es cuestionable. Lo que más da que pensar y en lo que menos se piensa es el silencio: la nada que se escucha cuando no se oye nada, la ausencia de la ausencia y nada de nada; es decir, la pura presencia, un abismo sin fondo y desbordado, inabarcable, insondable, incomprensible, incuestionable. Y la cuestión en la que todo y todos estamos metidos. ¿Es esa la herida -la apertura- de la existencia que no se cierra? ¿Es eso la trascendencia del hombre que supera infinitamente al hombre, es el hombre que no se comprende? ¿O quizás el abrazo de Dios que todo lo abarca?

26.- El mundo es como una estampida que huye de la Nada. Pero la Nada es más grande que la huida, se encuentra ya en todas partes y de todas partes huimos para Nada. De la Nada y en la Nada huimos cada vez más deprisa. ¿Es la Nada el rostro de Dios? ¿Es ésta la presencia de su ausencia?

27.- Queda sólo la sed

Algo queda del pasado

únicamente,

algo queda en el fondo

del presente.

Algo queda en

el fondo de la balsa,

algo queda

que no es agua.

En la balsa

vacía

y agotada,

en el barro que se abre

queda solo la sed

inagotable,

desbordada

como virgen y madre embarazada.

¡Que se cumpla pues la promesa

y llueva a chuzos la palabra;

que se encarne

de una vez sin decir nada;

que habite entre nosotros y se entrañe,

que descienda cual semilla a los labios de esta tierra

y que se embarre!

28.- EL PENSADOR

No sé por qué cuando pienso en la calle Alfonso la imagino de un solo sentido: hacia el Pilar. De hecho cuando voy al centro por esa calle me regreso normalmente por otra. Se lo comenté a un amigo y me dijo que a él le pasaba lo mismo. Es curioso.

Hace unos días bajé hasta la plaza del Pilar por la calle Alfonso. Y justo en el límite, donde ésta pierde su nombre y se confunde con la plaza, me paré a contemplar la magnífica escultura de Rodin expuesta sobre un pedestal. Había otras esculturas de Rodin a pie de calle, pero mi cita era con El Pensador. Así que pasé entre las otras y me detuve, asombrado, ante la que esperaba de frente a los que bajaban por la calle Alfonso: ¿Qué hace una escultura como esa en un lugar como ese? Puede que no sea su sitio, es lo primero que pensé. Y comprendí enseguida que una vez expuesta la retiren de ahí para que no estorbe el paso, los pasos, el paseo, la devoción, la ofrenda y la costumbre... Pero si ese no es su sitio para estar de fijo, puede que sea pertinente para que se exponga. Y hasta puede suceder, por qué no, que la ocurrencia y la presencia aquí de El Pensador dé lugar a un auténtico evento cultural en la ciudad.

¿Qué tiene que ver el arte con el conocimiento? ¿Y la belleza con la verdad, tiene algo que ver? ¿Es la experiencia artística un método para conocer, entender y comprender la verdad, otra verdad, la verdad de la vida o aspectos de esa verdad que no alcanza la ciencia? Estas y otras muchas preguntas podemos hacernos al contemplar una obra de arte como esa. Y podemos, por supuesto, sin pensar nada de eso bajar por la calle Alfonso, posar delante de la estatua, hacernos una foto y entrar en la plaza o en el Pilar si nos pete sin que pase nada importante en nuestras vidas y en el mundo de la vida que frecuentamos.

Las artes escénicas necesitan actores para existir. Pero una escultura es una representación inmediata que, para existir como tal, necesita alguien que entre en el juego. Una escultura –y en general toda obra de arte plástica- funciona en el espacio como una palabra visible. Si nadie la escucha es como un libro abierto que nadie lee: no representa nada. Y si vemos solo su presencia y su figura, por gusto y porque nos gusta, si nos distraemos de lo que representa y nos quedamos en la pura representación, en la forma, tampoco representa nada para la vida póngase donde se ponga: contemplarla desde la distancia, al margen de la vida, no pasa de ser una experiencia estética, subjetiva, que no añade nada a la representación y deja tal cual la vida y el mundo de la vida de los espectadores.

¿Qué es El Pensador aquí en este contexto histórico-artístico? ¿Solo un mueble más de quita y pon junto a otros muchos, “preciosos”, que están aquí sin que nadie los mueva? ¿Qué nos dice si es que nos dice algo? El Pensador, como yo lo veo, es aquí una obra de arte que hace pensar. Una representación que da lugar a la reflexión: un grito del silencio o de la razón silenciada, del pensamiento, del discurso, del argumento, de la procesión que va por dentro, del camino que no cesa y de la pregunta que sigue abierta como una plaza por mucho que digamos. Y una invitación a la conversación y a la convivencia humana, una salida, porque lo que somos en el fondo nos deja abiertos a todos. Pensar de verdad es pensar en los demás, en todos. No es quitar a nadie de en medio, ni desplazar, ni vaciar la plaza. No es poner en cuestión al hombre, que en eso andamos metidos todos de una u otra manera: es pensar en ello, y en ellos. No es arrasar ni cambiar los muebles s in contar con los habitantes de casa, de la casa que habitamos o del mundo de la vida que compartimos. Basta con saber que podemos cambiarlos y que hacerlo depende de nosotros. El Pensador puede ser una invitación al diálogo con todos y entre todos los ciudadanos. Puede quedarse también en nada, como una cosa. Exactamente lo mismo que el rostro del otro, cuando pasamos de largo. ( 2-22-2010)

29.- Las opiniones no ofenden, ni contaminan el ambiente las creencias.

30.- Los ateos no son “creyentes pasivos”, ni al revés. Lo que contamina el aire que respiramos todos es la intolerancia activa de unos y otros, ese es el humo que hay que prohibir en los espacios públicos.

31.- Hay conceptos cerrados como puños, e ideas abiertas como la mano tendida.

32.- Hay palabras ofensivas como proyectiles, y discursos a la defensiva como murallas: hay ideologías y sistemas cerrados.

33.- La palabra humana no es ni mucho ni poco, es una medida: un término.... y un territorio. Y un mundo en expansión dentro de un horizonte mayor.

34.- El que define un concepto levanta una casa. El que tiene una idea traza un camino.

35.- El método es el camino, la Verdad el destino.

36.- La casa es tuya, el camino de todos y la Verdad de nadie.







VII


EL DIÁLOGO, LA PALABRA CABAL


1.- La palabra cabal es palabra y pensamiento. ¡Y algo más!

2.- La palabra y el pensamiento no están en sus cabales en el monólogo de la razón pura y del pensador solitario, ni en la dialéctica de la historia -que es el monólogo de una supuesta razón absoluta- sino en el diálogo: razón y palabra entre los hombres, que no cabe en la cabeza de uno solo –ni siquiera en el corazón, que es más holgado- y que no discurre, sin embargo, por encima de todas nuestras cabezas y por debajo de nuestros sentimientos.

3.- Superada la filosofía de la conciencia, nos queda hoy como alternativa la filosofía del diálogo.

4.- El diálogo es palabra entre dos. Como un río entre dos orillas que va a parar a la mar: viene del silencio y va a parar al silencio que nos envuelve.

5.- El diálogo sólo es posible desde la soledad, como la compañía. Y la soledad solo es posible entre nosotros y ante los otros, como el diálogo y el pensamiento.

6.- El concepto no se concibe si nada recibes, y solo nace cuando te pronuncias. Solo así viene a este mundo.

7.- En la conversación vive la palabra cabal, como el hombre en la convivencia.

8.- Se ha dicho que el pensamiento es un diálogo con uno mismo, por eso es imperfecto como diálogo y como pensamiento.

9.- No renuncies nunca a la libertad que nadie te puede quitar: al libre pensamiento.

10.- Ni huyas nunca de tu responsabilidad. Escucha y responde, pronúnciate y empeña tu palabra.

11.- El diálogo se orienta a un entendimiento o lo celebra, construye la convivencia o la festeja.

12.- El diálogo está abierto de suyo a cuantos sean capaces de escuchar y de hablar: a todos los temas y a todas las personas.

13.- Las fronteras del diálogo coinciden con las de la humanidad: fuera de estas fronteras está la barbarie.

14.- El puro uso estratégico de la palabra: embestir con la cabeza en vez de pensar con ella y usar las palabras como arma arrojadiza, eso ya no es dialogar.

15.- La negociación, el ajuste del precio y la aproximación de los intereses, sí es un diálogo. Pero cuando asoma la coacción, se retira la palabra cabal. Y el monopolio se queda solo como monólogo.

16.- La palabra se da y se entiende, los intereses se defienden. De ahí que la negociación sea en la práctica una palabra frágil y una forma deficiente de dialogar.

17.- La guerra comienza, como es sabido, cuando cesan las palabras.

18.- Pero hay un silencio malo y otro bueno, solo el primero es un mal augurio. El segundo no es la negación de la palabra sino su perfección a veces, y su posibilidad siempre.

19.-Las palabras cesan cuando comienzan los gritos, cuando ya no se quiere escuchar, cuando aparece el insulto y la descalificación personal del adversario: cuando se ataca. El diálogo cesa cuando se va al bulto y se argumenta “ad hominem” en vez de responder a unas razones con otras.

20.- Cuando no hay razones y faltan las ideas, si no hay tongo y puesto que siempre hay intereses, tiene que haber golpes: el debate se hace imposible.

21.- Cada uno piensa con su cabeza, no hay otro modo de pensar. Pensar, amar, vivir, morir... concierne a las personas.

22.- Por eso hay intelectuales orto-doxos, hetero-doxos y para-doxos. Lo que no hay ni puede haber nunca son intelectuales que no tengan su propia opinión y piensen y digan solo lo que la gente viene diciendo. Porque la gente no piensa, y siempre se habla demasiado cuand o no se piensa.

23.- “Para dialogar preguntad primero y después escuchad” (Machado) Ese es el orden.

24.- El diálogo no es posible cuando hablan todos a la vez y nadie escucha.

25.- En cambio sí es posible cuando todos escuchan a quien tiene la palabra. Aunque cada uno ha de escuchar con sus oídos y ha de responder con su voz... cuando le toque.

26.- En una asamblea todos han de escuchar menos el que habla, que no debería escucharse a sí mismo. Se supone que ya sabe lo que dice.

27.- El que está pensando qué va a responder mientras el otro habla, no le escucha. El silencio es condición necesaria para poder escuchar, sobre todo el silencio interior y la suspensión del juicio.

28.- El que juzga antes de escuchar, prejuzga.

29.- El prejuicio no es una respuesta, no viene al caso: se anticipa y se afirma contra toda posible opinión que le contradiga. El prejuicio ofende, como la guerra preventiva.

30.- Solo escuchamos aquello por lo que preguntamos: la envergadura de la pregunta que nos hacemos mide nuestra capacidad de escuchar. Y de aprender.

31.- La pregunta es la llave del conocimiento

32.-La duda metódica es el supuesto, la pregunta el comienzo.

33.- Preguntar por preguntar no es preguntar, ni dudar: es simplemente posar. La pregunta retórica apenas pretende llamar la atención. Preguntar de verdad es apostar a veces, proponer otras y siempre disponerse a escuchar. Es comenzar a pensar.

34.- La duda en cambio es como una mala noche, como la pesadilla que no nos deja dormir ni despertar.

35.- Para entender y entendere, mejor que consultar con la almohada es preferible entenderse con otros.

36.- Pero solo se llega a un entendimiento y a entenderse con otros sobre algo si se entra en la cuestión de que se trata.

37.-Otra regla del diálogo es no salirse de la cuestión, escuchar y responder a todos y a todo lo que venga al caso.

38.- Y otra fundamental es usar el mismo lenguaje.

39.- No es posible entenderse sobre algo si no nos entendemos antes sobre el uso de las palabras.

40.- Las palabras significan aquello para lo que se usan: antes de hablar conviene definir los términos de la cuestión operativamente. Así se evitan muchos malentendidos y todos pueden explicarse.

41.- Este primer acuerdo explícito en la definición de los términos, supone un consenso tácito en el uso del lenguaje ordinario y un entendimiento básico en el mundo de la vida.

42.- Dime con quien andas y te diré como hablas.

43.- Habitamos la lengua que hablamos. Nadie puede por su cuenta alterar el significado de las palabras del lenguaje ordinario sin atentar contra la convivencia.

44.- Sin embargo, nos preocupa más el medio ambiente natural que el medio ambiente cultural y más la casa que la lengua que habitamos. Se prohíbe fumar en espacios públicos cerrados porque el humo perjudica a la salud, ¿por qué no se hace nada contra la contaminación del lenguaje que perjudica la convivencia y el buen entendimiento?



45.- SALVAR LAS DIFERENCIAS


La lengua en la que hablamos y conversamos habitualmente no es solo un medio de información sino una forma de vida y en cierto modo el medio en que habitamos, que nos envuelve como la piel de la cultura en la que estamos inmersos. Y en tal sentido esa lengua es una parte muy importante de la identidad colectiva, aunque no basta para definir por si sola la identidad de una nación. Confundir los límites de una comunidad lingüística con los nacionales es tan absurdo como pretender ajustar el dominio político sobre un territorio a los dominios de una lengua.



Las lenguas son por otra parte como las golondrinas, como el aire, como el espíritu y las noticias que no respetan fronteras. Ni más ni menos que los emigrantes imparables que las traen consigo cuando saltan las vallas en Melilla o el capital apátrida que invierte sin dificultades donde le conviene.



Las lenguas - sobre todo en un mundo global- han de ser para entenderse con todos y no para desentenderse o no entenderse con otros. Hacer de ellas una bandera contra los otros o una camiseta para eliminarlos, es una perversión y una barbarie: es utilizarlas para marcar el territorio como los animales salvajes. La lengua en la que aprendemos a hablar y a escuchar por vez primera, la lengua materna, es para los seres humanos la madre de todas las lenguas y el acceso natural a cualquier otra.



Desde el punto de vista de los aragoneses españoles que hablamos catalán, los que no lo hablan aguas arriba del Ebro son españoles de Iberia de lengua castellana. Y los que hablan como nosotros aguas abajo, son españoles de lengua catalana. España no es una túnica sagrada inconsútil ni una piel de toro de una sola pieza, sino más bien una delicada alfombra en cuya confección se han utilizado todos los retales: una obra de arte, de Patchword, como las presentadas recientemente en en el X Festival Internacional en Sitges. Cataluña es un pedazo de España, y la cuestión catalana un problema de encaje de las diferencias dentro del Estado español.



Los herederos de la Corona de Aragón no deberíamos pleitear por la herencia, como pasa a veces en las mejores familias. Al contrario, llegados al final de la historia - al cabo de la calle de todas las historias particulares - y situados sin retorno en la plaza de Europa y aún del mundo entero, del mundo global, nos guste o no nos guste solo podemos salir si entramos juntos en la historia universal. Los herederos de la Corona de Aragón deberíamos aportar a la historia de una humanidad sin fronteras la experiencia, el seny, el pragmatismo y la voluntad de pacto de la que hicieron gala nuestros antepasados.



Salvar las diferencias es el reto y el problema de todos los españoles. La solución no es ya la unidad nacional impuesta que las allana desde el poder central, ni la negligencia "pasota" de un gobierno que difiere "ad calendas graecas" una respuesta política necesaria, ni el enfrentamiento que a todos perjudica. La solución no es la separación, la distancia o el distanciamiento, ni tan siquiera el elogio calculado de las diferencias para meter a cada uno en su casa o reenviar a los emigrantes a su patria para salvarlas. Pero si eso no es la solución ni el mestizaje tampoco y si -como piensa Lévi Strauss, XVII Premi Internacional de Catalunya en el año 2005- no es posible la vida ni el progreso de la humanidad sin las diferencias y la comunicación en las que éstas se pierden si se prolonga demasiado, no queda más remedio que vivir en Babel con reservas: guardando las debidas distancias en el mundo de la vida cotidiana. De modo que el respeto ya no sea más que el recelo y éste un "instinto básico" de supervivencia. ¿Es eso lo que sienten la mayoría de los catalanes y lo que piensan los nacionalistas que los gobiernan? Quisiera creer que no.

Llegados a este punto pienso en los tambores de Alcañiz, la Ciudad de la Concordia. Una vez más saldrán de casa las "almas" este Viernes Santo con su tambor , se unirán gota a gota hasta llegar a la plaza como los ríos al mar y allí se "juntarán" todos y se "ajustarán" al son de los otros en un acorde como preludio y presagio del Pregón que anticipa ya el encuentro de la Madre con su hijo, él Resucitado, que celebrarán también en esa plaza el próximo domingo. Sin ese ajuste y esa concordia, en la que las diferencias se salvan, todo lo demás es ruido, dar la matraca y tocar el bombo en este mundo. Estar a la altura de las circunstancias no es levantar fronteras sino poner en alto la dignidad humana en todas partes. Sin el reconocimiento mutuo de esa dignidad, sin la deferencia debida, no salvaremos la convivencia pacífica y nos hundiremos en la miseria. (18.4.2014)

46.- No obstante, la lengua es también un sistema abierto. Se puede cambiar, como la constitución, pero respetando las reglas previstas para el cambio en su gramática y en su pragmática.

47.- El diálogo como palabra viva no es la palabra dicha ni la palabra oída, no es la palabra en reposo. Es más bien el verbo..., la palabra en vuelo. Una vez levantada, la palabra no descansa de suyo. No se acabaría nunca de hablar.




48.- EL DIÁLOGO


La pregunta que vuela

saliendo al encuentro,

vuelve como respuesta

buscando un acuerdo.

La respuesta que luego

llega volando al nido,

vuellve como cuestión

no cerrada en el pico.

La palabra que sale

del corazón en vuelo

no regresa vacía

¡vuelve con el recuerdo!

Son pregunta y respuesta

juntas, como dos alas:

la palabra no vuela

ni va y viene sin ambas.

La palabra cabal

es el diálogo, amigo.

Nunca está por demás

ni se queda contigo.

No se va por las ramas

si es palabra en vivo

Pero es palabra muerta

si no sale del nido.

49.- Solo la fuerza bruta impone silencio: sella la boca, pero no la fuente de la que sigue manando el verbo.

50.- No es lo mismo interrogar que preguntar. El que interroga quiere oír lo que le interesa, pero no está dispuesto a escuchar todo lo que le digan.

51.- El silencio impuesto que impide la palabra, el que tapa la boca, es silencio negativo y meramente exterior. Pero el silencio interior que nos permite escuchar y nos hace hablar, es silencio positivo: es la fuerza verbal que termina rompiendo la cáscara del silencio exterior.

52.-La situación ideal del diálogo no es la del alcalde desde el balcón del ayuntamiento y el pueblo en la plaza reunido; ni la del rey o el presidente en la pantalla y cada uno en su casa. Ni la del obispo en su cátedra, los fieles en la bancada y los pobres en la calle sin amparo.

53.-La situación del diálogo, como palabra entre dos, es la pertinenete a una relación personal entre personas: Tú y Yo, entre quien y quien, en pie de igualdad y con la misma dignidad reconocida por ambas partes como personas responsables.

54.- El que habla más de lo debido sin escuchar a nadie, no dialoga. El que solo escucha, tampoco. Habla el que toma la palabra y la recibe, el que pregunta y responde.

55.- No los súbditos que callan sin rechistar ni los ciudadanos que gritan y se quejan sólo sin pensar. Ni los gobernantes que no responden a los periodistas. Ni los periodistas que dicen sólo lo que les conviene.

56.- La prueba que detecta la calidad democrática de una situación asimétrica en la que solo un responsable habla a muchos que también lo son, es que cada uno de éstos después de escuchar pueda tomar la palabra para preguntar lo que quiera a quien corresponda.







VIII


REDUCCIÓN AL SILENCIO


1.- El “Gran silencio”. Acercarse a la vida de los cartujos como espectador es conocerla de oídas o a vista de pájaro, o de turista, un modo superficial de conocerla que, aun así, tiene la ventaja de alejarnos un poco de la nuestra y de aproximarnos virtualmente a la suya sin perturbarla. Mejor eso que entrar a fisgonear en la Cartuja. Pero el “Gran silencio” que atrae a los espectadores de la película de Groening no es el Silencio que seduce a los cartujos y del que ellos, según dicen, se han dejado seducir. Una gota que cae no es el silencio, ni la hoja del árbol, ni la oración que apenas se desprende de sus labios, ni el canto llano que sube como el incienso, ni el sonido de la campana que se expande en horas contadas, ni la nieve, ni la noche que se echa encima, ni el rocío o la escarcha, ni el bosque que crece, ni la hierba, ni la primavera que viene y nadie sabe como ha sido... Nada de eso es el Silencio. El Gran silencio se oye demasiado y sólo es Silencio de verdad el que se escucha. El otro sigue siendo ruido para los místicos.


2.- Pero ya dijo Pascal que los hombres, para ser felices, "lo único que han inventado es el ruido y el movimiento". De modo que, derrotado el pensamiento y la palabra, reducida la cuestión a las cuestiones: se acaba el discurso, se dispara el ruido, se desata el movimiento de todos los deseos y no queda al parecer más silencio que el silencio impuro de los silenciadores; esto es, el ruido en estado puro y la prisa hasta el atropello. La explosión. Pero sólo al parecer, aunque sea verdad por otra parte que es en esa apariencia donde nos hallamos perdidos el común de los mortales: "Custos ¿quid de nocte?"

3.- La paz viene descalza, sin hacer ruido. La guerra estalla y llega siempre con las botas puestas.

4.- El ruido se oye, pero no se escucha. El silencio se escucha, pero no se oye.

5.- El ruido no dice nada. El silencio siempre dice algo y, a veces, todo.

6.- ¿Es la muerte la hora de la verdad? ¿qué es la verdad?

7.- Sobre la Verdad no tengo nada que decir: estoy a la escucha. Pero hay verdades sobre las que podemos hablar.

8.- Unos ponen la verdad en la entrepierna, otros la poseen en un libro y los más creen tenerla en el bolsillo. Como si la verdad fuera una propiedad privada de la que se usa y abusa. Pero esa no es la Verdad que nos libera. Porque la Verdad no es ni tuya ni mía, ni siquiera suya, porque está entre los hombres y por encima de ellos: como la Paz que anda entre las paces, así la Verdad y las verdades.

9.- La Verdad no se esconde, pero hay que buscarla.Y sólo la encuentran los que la aman. Nunca los que la quieren... poseer. O también: la encuentran sólo quienes la escuchan, no los que hablan sobre ella.

10.- Y de nuevo Machado: “La Verdad, no tu verdad. Y ven conmigo a buscarla...”

11.- Los ojos tienen las raíces en el corazón.

12.- Corazón limpio, ojos claros.

13.- El dinero ensucia el corazón y turbia la vista.

14.- El que ama mira con buenos ojos..., y a veces se equivoca. El que mira mal se quivoca siempre: el odio es lo que más ciega.

15.- La certeza es la verdad de los necios. La pregunta la “verdad” de los sabios. Y la fe ¿es creer lo que no se ve? ¿O es también creer que se cree? En aquel tiempo dijo un centurión a Jesús: “Creo, Señor, ayuda mi incredulidad”. Creer es confiar.

16.- Docta ignorancia: Me encuentro rodeado por todas partes de misterio menos por una, que es mi ignorancia.

17.- “Solo sé que no sé nada”, como dijo Sócrates según se dice.

18.- El diálogo es la palabra cabal: ni tuya ni mía, ni siquiera suya, pues nadie puede retenerla y de suyo ni siquiera ella misma se detiene.

19.- La última palabra nunca es la palabra dicha, es la que queda por decir por mucho que digamos. ¡Y por escuchar!

20.- Para definirse y pronunciarse en realidad de verdad, hay que cambiar de registro: reducir el discurso al silencio de la vida misma y la conversación a la convivencia.

21.- Reducir el diálogo a la convivencia no es silenciar la palabra y ponerse a morir. Puede ser en cambio ponerse a vivir a fondo, hasta que la muerte nos separe.

22.- Esa reducción al silencio es la verdadera sabiduría. No está lejos del amor.

23.- El que sabe que no sabe nada hace bien en guardar silencio. Pero hace mejor si vive sabiendo y sabe viviendo que no sabe nada. Y mejor si habla con otros en vez de hablar sobre ellos, y aún consigo en vez de hablar de sí o sobre sí mismo. Aunque lo mejor de todo es amar, sin decir nada, a los otros como a uno mismo. Es en el amor donde se halla el sabor de la sabiduría.

24.- Pero el amor es el colmo y el exceso: es ya para volverse loco. Cuando uno ama de verdad, o bien se calla y no dice nada o dice locuras para expresar lo que ya no se puede decir.

25.- El amor se expresa en símbolos, que entran por los ojos como palabras visibles o por los oídos como imágenes audibles. Y por todos los poros del alma, los sentidos, cuando el alma está dispuesta y se abre para dar y recibir amor: para darse y recibir al amado.

26.- El amor pasa por el cuerpo, que es el símbolo constitutivo del alma y del espíritu: la cara y la presencia de su ausencia, la base real de su trascendencia. Pues somos cuerpo y lo tenemos, y estamos aquí y a la vez en todo: abiertos como un abismo sin fondo, espíritus en el mundo. Sobre el mar, sobre las aguas, abiertos al cielo y con el agua al cuello.

27.- No hace ruido la luz

Se abre la flor en silencio

y una bomba estalla.

No hace ruido la luz

y el silencio habla.

Pero todo el que

dice una sola palabra

vacía sin decir

nada,

la grita, oye,

para que todos la oigan

y nadie pueda escucharla.

28.-La luz no se ve si no se ve algo, basta una gota de polvo para ver la luz del mundo. En cambio el silencio no se escucha si se oye caer una gota de agua.

29 Se escucha la palabra en silencio . Y el silencio sin ton ni son.

30.- La única fuerza compatible con la libertad de expresión es la fuerza verbal.

31.- Y ésta depende de la capacidad que se tenga para escuchar.

32.- En el principio era la pregunta y la pregunta era cabe el silencio. Y la pregunta es el hombre: una pregunta abierta y el deje de todas las respuestas.

33.- La filosofía es al fin y al cabo, de los pies a la cabeza, la pregunta abierta y bien plantada.

34.- Sostener una respuesta es más fácil que mantener siempre la pregunta abierta.

35.- Las fronteras del diálogo son los límites de la humanidad: más allá de esos límites está la selva en la que viven los animales, más acá la ciudad de los hombres y, por encima, el silencio de los dioses.


36.- ESPACIO ECUMÉNICO

Es el más pequeño de todos los espacios de la Expo de Zaragoza 2008. La Iglesia Católica, con pabellón propio, comparece en sede vaticana como Estado entre las naciones del mundo. El “Espacio Ecuménico” es todo lo contrario y mucho más modesto. Es también distinto a cualquier otro espacio accesible al público, cerrado o no, como los quioscos, los servicios, las terrazas, los balcones y las calles llenas de gentes, de luces, de ruidos, de olores, de imágenes... Es la excepción de la Expo, un espacio para nada. ¿O para la nada y el silencio? Algunos entran por curiosidad y salen defraudados con una cara de circunstancias y una mueca.

Espacios como éste se han dispuesto en las estaciones, en los cementerios, en los monumentos históricos o memoriales humanitarios. Así, por ejemplo, en la Puerta de Brandeburgo una vez restaurada tras la caída del Muro. Son lugares para el encuentro, y los más abiertos espiritualmente hablando. O para la oración y la conciencia, que es lo más personal e íntimo de cada uno. Lugares para sentir y recordar -para traer al corazón- la humanidad que nos hace humanos y que es lo más radical que nos une en el fondo: por las raíces y el humus que nos sostiene, por la tierra y el barro de donde venimos, y por la sed de vida y el agua que siempre buscamos. Espacios para entrar y escuchar lo que no se escucha fuera con los oídos: el Silencio. Y para ver lo que no se ve con los ojos: nada de nada, la Nada de todas las cosas.

Solo quien entra en un espacio ecuménico hasta el fondo de lo que representa, escucha lo que no se oye y contempla lo que no se ve fuera. Y al salir sin salir de sí - no como un atolondrado- puede que repare fuera en la palabra y el rostro de los otros, si es que ha aprendido a callar para escuchar hasta el silencio y a mirar para ver incluso la mirada de los otros.

De modo que un espacio ecuménico algo tiene que ver con la plaza, las avenidas, las calles y las terrazas. Bastante con la sed que hace buena el agua, y con el agua compartida, o con el vino incluso y la conversación, siempre que no se pase por alto al compañero y a todos los compañeros: al que nos sale al paso y al que está tendido al borde del camino, o del mercado, a los de cerca y a los de lejos. Al que nos invita a un vaso de vino, y al que nos pide un vaso de agua.

El ecumenismo no es la indiferencia. Ni consiste únicamente en un respetuoso silencio. No es sólo estar juntos sin decir nada, escuchando y mirando en la misma dirección. Es eso, y es hablar de todo sobre lo que podemos hablar. También de nuestras creencias. Es tomar en serio la palabra del otro, no para renunciar a la nuestra sin razón alguna sino para apreciar la suya como merece. Un buen acuerdo para la convivencia no es un mestizaje cultural y, por tanto, el fin de las diferencias en la segunda o tercera generación. Sino el acorde vivo que discurre entre las partes por un espacio común: la humanidad que nos hace humanos, el humus y la savia de nuestra dignidad. Y la verdadera religión, la que a todos nos religa, no es ya la reducción al silencio mudo de una conciencia encerrada, fanática, sino al Silencio que nos abre y nos hace hablar con todos y de todo para reducir después las buenas palabras a las obras buenas. Porque obras son amores. Y ese sería el camino. Y aun la misma fe de los que creen que Dios es Amor, como dice el Papa, y de los “ateos” que sólo aman y son solidarios porque ya no creen en palabras. Por ahí, por ese camino, se sale del mercado y se aprecia lo que no tiene precio: los valores que tenemos que compartir y necesitamos tanto o más que el agua para beber y el aire para respirar. ( 12-9-2008)

37.- Es mejor ahorrar palabras... Y guardar el silencio para las grandes ocasiones.



38.- SE NECESITAN TESTIGOS



Lo que nos abre realmente a todo el mundo es la pregunta por todo: ¿qué es lo que hay? Esa es la pregunta que nos despierta y nos pone de pie, la que abre y nos abre siempre que no sea simplemente un decir, un saludo trivial o una pregunta retórica. Preguntar por preguntar no conduce a nada, es dejar caer la pregunta. No es salir de sí mismo ni estar abierto a un mundo abierto, no es buscar caminando la respuesta. Así preguntó Pilatos a Jesús: “¿Qué es la verdad?”, y se dio la vuelta.


Vivimos en un mundo desencantado, desmoralizado, desorientado, y con muchos problemas que dejan de serlo cuando no lo son para uno mismo. Uno piensa que lo que ya no es su problema solo es un tema... Nos equivocamos. Aquello en que nos va la vida, el sentido de la vida y de la historia, es nuestro problema y mi problema: el de todos.



Franz Rosenzweig (1886-1929), un filósofo alemán perteneciente al judaísmo liberal, desarrolló lo que llamaba “nuevo pensamiento” y lo contrapuso a la antigua forma de pensar o “pensamiento viejo” que entendía como pensamiento estático: “El concepto de verificación de la verdad -escribe- se convierte en el concepto fundamental de esta nueva teoría del conocimiento, que ocupa ahora el lugar de la vieja y de sus teorías de ausencia de contradicción y del objeto, y que en lugar del concepto estático de objetividad de aquélla introduce otro dinámico”. La verdad deja de ser lo que es, la adecuación de la mente a la realidad, y se convierte en lo que puede y quiere ser verificado: “Las verdades desesperadamente estáticas como las matemáticas, establecidas como punto de partida de la vieja teoría del conocimiento sin que se pueda avanzar después realmente más allá de ese punto, las considera el nuevo pensamiento las más bajas y un caso límite como es el reposo para el movimiento, mientras que las verdades más altas y supremas solo pueden ser pensadas como verdades [a verificar] sin tener que estigmatizarlas como ficciones, postulados o necesidades”



Lo que más importa no son las verdades del tipo dos y dos son cuatro, en las que todos estamos de acuerdo. Ni las verdades meramente objetivas: los juicios sobre las cosas que la ciencia pone en nuestras manos. Lo que importa por encima de todo no es saber hacer esto o aquello, una guerra o unos zapatos. Lo que importa por encima de todo y a todos es el sentido de la vida y de la historia, no sobre la vida y la historia sino de ella y en ella: y “ven conmigo a buscarla”, que diría Machado. Y esto es lo que más cuesta. Porque eso significa agotar toda la experiencia, sostener la pregunta en todo el camino de la vida y de la historia, mantenerse abierto en un mundo abierto sin perder el rumbo y la esperanza.



La persona libre y responsable que se toma en serio, se hace en serio esa pregunta. Ese tal es un testigo. La verdad última y suprema no es una verdad sobre las cosas, una proposición o teoría universal que lo explique todo, sino aquella que requiere toda nuestra vida y solo encuentra quien se abre a ella libremente y sin reservas. Esa verdad no está bajo control, no es objetiva. Pero se da a entender y deja adivinar su presencia en este mundo dondequiera uno responde ante los otros y en favor de todos nosotros – nunca contra los otros- con su propia vida.



Lo que está lejos del mundo en que vivimos, solo podemos conocerlo por el testimonio de los testigos. Donde la indignación aumenta y la desmoralización arrasa, se necesitan testigos que levanten la moral y pongan en camino la esperanza. Los que salen de casa y mantienen la pregunta abierta en el camino, los que se desviven por los otros, son el anticipo del futuro que esperamos. Ellos son los testigos que necesitamos. No los que juran en nombre de Dios en vano, que los hay. Ni los blasfemos que ofenden en vano a Dios o a los dioses -en los que no creen- y realmente a los creyentes que no toleran. Pero los demás, mientras vayan por el camino con un pie en tierra y otro en el aire, son compañeros que comparten el mismo pan: “los gozos y las esperanza, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro mundo”. Son gotas de un mismo río que todas van al mismo mar. O como espigas reunidas para hacer un mismo pan. Si vamos juntos saldremos de esa experiencia con lo que se saque de ella.

(11-2-2015)









IX


¿QUÉ ES EL HOMBRE?


1.- ¿Qué es...?

Pero el hombre no es qué,

es quién.

Y las mujeres,

también.

Señoras,

pido perdón:

ofende

la aclaración.

2.- ¿Quién es el hombre? - ¿Y tú me lo preguntas? ¡Tú eres el hombre!.

3.- La pregunta por el hombre está mal planteada si no implica a quien la hace.

4.- El hombre no se encuentra ahí como las cosas, no está como un objeto a la vista y al alcance de la mano.

5.- Ni anda entre los animales, a no ser que ande perdido.

6.- El ser humano, al encontrar-se perdido, se encuentra solo entre los otros hombres.

7.- Un hombre solo en absoluto, sin relación con otros, no sería un ser humano.

8.- Pero la humanidad tampoco existe por encima de nosotros. Nadie es uno de tantos individuos de la especie humana, nadie pertenece a la especie humana como pertenecen todos los animales respectivamente a la suya. La humanidad no es un enjambre, una horda, una manada... Tú eres el hombre. Tú eres la mujer... Nosotros somos la humanidad, todos nosotros. La humanidad abstracta es solo una idea.

9.- Nadie se encuentra si no vuelve sobre sí mismo. Pero no hay yo sin tú. La cuestión del hombre se plantea entre nosotros, en primera persona y en relación con otra persona: entre quien y quien se advierte la diferencia humana frente a todo el mundo. A la vez que, en nuestro mundo, cada quien advierte su diferencia personal frente a quienquiera que se presente aquí como persona.

10.- El que pregunta sabe siempre de alguna manera de sí mismo: se conoce, y por eso puede o no reconocerse. Por eso puede entender o desentenderse de sí ante los otros. Y es por eso responsable ante sí y ante los otros.

11.- No se puede hablar en general sobre el hombre de la misma manera que hablamos en general sobre un género de cosas.

12.- El hombre no es cuestionable si no es puesto en cuestión aquí, en el mundo y ante el otro. Y no vive como persona si no entra personalmente en la cuestión.

13.- Existimos aquí, arrojados al mundo como una cuestión abierta. La existencia es la cuestión y la cuestión es el problema. Nadie tiene más humor que el que se ríe de su propia sombra. Pero para eso hay que estar en la arena y no sentado en el tendido. El humor del público en general tiene muy poca gracia. Tú eres el hombre y el toro que has de lidiar.

14.- Aquí no es un lugar cualquiera, es el lugar del hombre en el mundo. El que no está aquí está en la higuera, en Babia o anda por los cerros de Úbeda: por ahí, Dios sabe donde pero no su hermano.

15.- Aquí es el lugar del hombre en el mundo, el lugar de la responsabilidad humana.

16.- El hombre no está donde pone el cuerpo sino donde asume su responsabilidad.

17.- El que está en casa sin estar para nadie no está en su lugar. Lo ocupa como un cuerpo, pero no responde de nada. nada. Como la gente que anda por ahí sin parar y está de sobra en todas partes menos donde hace falta.

18.- Después de todo aquí -en el mundo- lo que importa a un hombre es hacer bien su faena. Aunque nunca sepa si le van a sacar en hombros o le van a sacar a rastras. De hecho solo sabemos que la gente piensa salir en tropel. Se equivoca: tampoco se muere en general.

16.- Preguntar por el hombre es preguntar cómo se define aquí el que pregunta.

17.- La dificultad de conocerse a sí mismo es la dificultad esencial para una antropología entendida como descripción y exposición de la existencia.

18.- El hombre no es un producto acabado y , menos , un producto industrial: “Aunque somos mortales, no nacemos para morir sino para comenzar” (Hannah Arendt). La vida humana no sigue propiamente ni se reproduce, comienza en cada instante. Durar no es existir, es solo estar.

19.- La realidad de la vida, la que queda atrás: la vida hecha, es la huella que deja la esperanza y el polvo de todos los deseos: nunca se alcanza lo que se espera después de todo.

20.- Ya me alcanzan los recuerdos

Cuando era joven corría

más que mis deseos.

Ahora que soy viejo

me pisan

los talones mis recuerdos.

21.-Vivir es lo que uno hace, morir lo que a uno le pasa.

22.- Nadie tiene experiencia de la muerte ni puede aprender de la muerte ajena. La muerte en realidad de verdad siempre es la de uno mismo. Por eso es un misterio.

23.- Morir con esperanza es vivir con desespero: es desvivirse.

24.- Vivir sin esperanza no es vivir, es estar muerto.

25.- Vivir vale la pena

No soy lo que he sido,

ni lo que puedo ser.

Soy el haber sido

y un acontecer.

Ya no soy el que acabo de ser.

Soy demora y despedida

de la vida,

apenas

nada.

Sin pasado ni futuro,

sin memoria ni esperanza,

dentro de este paréntesis que el tiempo abarca

mi corazón está vacío en un presente insostenible.

Pero si es posible

el amor,

vale

la pena.

Como una eternidad efímera, como una herida

abierta que Dios acoge y cura

-¡casi nada!-

es la vida

si hay

amor.

Y si no lo hay, nada de nada.

26- Dios es Amor. Me parece más razonable creer que existe. Pero no tengo pruebas, nadie las tiene. La fe no es la consecuencia de un silogismo.

27.- El Creador hizo al hombre del barro y le salió imperfecto, inacabado. No podía ser de otra forma, de haberlo creado a su imagen y semejanza: ser hombre es tener que hacerse a sí mismo.

28.- No existe la perfección en este mundo. El alfarero negocia siempre su idea con el barro y aquella nunca sale de sus manos. El hombre que se hace a sí mismo se pasa la vida haciendo pucheros.

29.- Todos somos hijos de Dios. Vale. Pero algunos creen que somos criaturas muy consentidas.

30.- Soy hijo de mi libertad, y a veces pienso que un mal nacido.

31.- La libertad es mía, como la muerte y como la culpa. De eso, de lo que haga con mi libertad, respondo yo. No puedo evitarlo.

32.- ¿Su Excelencia? De S. E. podemos hablar en su ausencia, contigo sólo en presencia; S. E. es él, un personaje, una autoridad, poco más que aquello. Tú eres en cambio el hombre aquí: ¡Tu Existencia! Esa es tu excepción, la base de tu dignidad y de tu posible excelencia.

33.- No me digas cómo te llamas, si quieres que te conozcan muestra cómo vives. El nombre es como un hueco que hay que llenar: no significa nada sin contenido. Pero con frecuencia suenan más los nombres que están vacíos.

34.- La libertad de todos empieza por uno mismo. Por eso todos somos responsables del mundo en que vivimos.

35.-Y sin embargo, nadie nace para la libertad si no es puesto en libertad.

36.- Soy un pecador por la gracia de Dios.

37.- Los cristianos creen que son pecadores porque Dios los ha creado libres, no porque los haya creado en pecado.

38.- Somos animales salidos de la naturaleza: arrojados al mundo, expósitos, destetados y con frecuencia desmadrados.

39.- Dicen que el hombre viene del mono. Pero lo que importa no es saber de dónde viene sino a dónde va.

40.- Tampoco tenemos cuerpo, lo somos.

41.- O de otra manera: el hombre es un animal simbólico y el cuerpo el símbolo del alma.

42.- O también: el cuerpo es la realidad del alma y el alma su trascendencia.

43.- Y cuando digo “es” quiero decir que acontece aquí, que va siendo. No que esté ahí como una roca inmóvil, como una sustancia que soporta todos sus accidentes. "Ser” es aquí, en el quehacer de la vida, un verbo activo.

44.- Hay quien distingue entre el cuerpo, el alma y el espíritu: aunque todo sea uno en realidad. El alma es la vida y el espíritu el sentido de la vida. Somos espíritu en el mundo, en la vida, en el cuerpo. Y lo somos todo dentro de nuestra piel, aquí, pero en ósmosis con el resto y como sistema abierto: somos la apertura al mundo y la apertura del mundo, su conciencia y su trascendencia.

45.- La primera expresión es la del cuerpo, la presencia. Estar en cuerpo presente no es estar mudo como un cadáver: el muerto es la presencia de una ausencia, huella de quien se fue o la presencia de un haber sido.

46.- LA METÁFORA DEL CUERPO



Las manos



Van a lo suyo las manos

que es por lo menos lo nuestro

-¡y a veces lo de los otros!-

las dos de común acuerdo.



Sacan la forma del barro.

Y de harina en la que están

-amasando en una artesa-

para el cuerpo hacen el pan.



Los pies



Son el soporte los pies,

más nadie solo con ellos

sin la cabeza y sin manos

irá demasiado lejos



Marchar así, más que ir

en vida con alma y cuerpo,

es ya dejarse llevar

por otros al cementerio.





La piel



Es la piel de tu cuerpo

saquito

de las entrañas,

y tus dos ojos son

-con las pestañas-

los dos balcones

del alma





Los ojos



Mi cuerpo

delante está

de tu casa

y detrás de los ojos

mi alma



Tu cuerpo

se asoma

por la ventana

y detrás de tus ojos

el alma



Tus ojos son para ver,

y lo que es más asombroso:

son esos también

los dos para sorprender



Los oídos



Son los oídos la puerta

natural de la palabra

siempre abierta para ella,

que la boca no la traga.



[Advierte que los oídos

la oyen y no la hablan:

solo la dejan entrar

¡y sin preguntarle nada !]



La boca



La boca es muy singular:

sirve bien para comer,

sirve tan bien para hablar

¡Y a veces para callar!

47.- Por el cuerpo, con el cuerpo y en el cuerpo estamos aquí, ante los otros. Habitamos el cuerpo que somos y ese es el hábito del que nunca nos despojamos. Podemos revestir el cuerpo, pero es lo que llevamos incluso cuando vamos desnudos.

48- Podemos llenar el cuerpo de tatuajes y enfatizar la presencia; ir a la moda para llamar la atención o contra la moda, que es otro modo y otro grito. Podemos cubrirnos de emblemas, iconos, adornos y mensajes; portar el uniforme de una tribu y la consigna, el santo y seña para darnos a conocer; predicar una marca o la oferta de un producto en el mercado, declarar nuestra adicción o devoción a un ídolo... Pero hagamos lo que hagamos el cuerpo es la primera expresión y la presencia esencial, el sujeto, la percha de todos los modos y modas y el vestido de la mona des-nuda. El cuerpo es el residuo o el reducto de lo que llamamos nuestra identidad. La afirmación aquí: paso a paso, en el camino donde hacemos pie sin detenernos.

49- Dejar el ombligo al aire -ojo que no ve- para ser visto, es poner una diana para los ojos que ven. Es desnudarse para ser vista, una moda vistosa y un modo guerrero de vestirse las jovencitas. El escote de las damas “palabra-de-honor” es en cambio como un prado en la montaña: descanso y pasto para los ojos. Son modos de des-nudarse.

50.- Si hagamos lo que hagamos siempre salimos des-nudos, ¿por qué no salir bien vestidos? Me refiero a los buenos hábitos o costumbres y, en especial, al buen gusto.

51.- La especie humana no tiene un nicho ecológico. El hombre vive en la cultura y no sobrevive en la naturaleza, donde no hay un mundo reservado a los humanos.

52.- Si en la naturaleza no hay enunciados sobre la naturaleza o interpretaciones de la realidad y todo se muestra en ella tal cual es en un contexto objetivo, en la cultura todo son interpretaciones: un instrumento, una costumbre, una obra de arte, y no solo las palabras, las señales, los signos y los símbolos, absolutamente todo, dice algo sobre algo, lo señala, lo representa o lo expresa, y lo enuncia o lo anuncia de todos modos.

53.-El mundo de la vida cotidiana, “nuestro mundo”, no está delante de nosotros como un objeto a la vista sino nosotros dentro de él: donde vivimos, nos movemos y somos.

54.- De ese mundo sabemos en la vida misma, viviendo, y lo que sabemos así es lo que damos por sabido. Ningún saber sobre la vida puede reconstruir lo que se sabe viviendo: ninguna ciencia puede desentrañar todo lo que entraña el mundo de la vida.

55.- La tierra es lo que hay debajo, y en tal sentido la sustancia. De la tierra viene el árbol, en ella está y de ella vive. La tierra lo sostiene, lo alimenta. Y a la tierra vuelve y se reduce cuando muere. Las raíces son el pasado del árbol, como la semilla que fue, y parte de su presente efímero. Prenda del futuro es el fruto que le sale por las ramas: muere el ejemplar y sobrevive la especie. Allí mismo donde cae la fruta, en la tierra donde se pudre, se reproduce el árbol.

56.- Pero los seres humanos no tenemos raíces, tenemos pies: unas plantas muy especiales.

57.- La esencia del hombre es su existencia.

58.- Nuestro pasado es la tradición que nos lleva. Y el camino que llevamos, como se lleva la tierra o se cultiva. Esa es de entrada nuestra patria y hacienda, nuestra casa. Aunque lo propio del hombre sea salir de casa, de la tradición, de la tierra o, mejor, salirse con ella como individuo, sobresalir, existir y morir sin que nada semejante pueda volver a crecer en el mismo suelo o a brotar de las mismas raíces. La propiedad del hombre, su verdadera esencia, es su existencia.

59.- La vida es un acto de confianza, y la existencia una determinación.

60.- La gente es más de lo mismo y cualquiera es uno de tantos. “Ser” no es para la gente existir aquí, sino estar por demás en todas partes.


61.- YO MISMO

¿Quién? Pues eso, yo mismo; es decir, cualquiera. Sin contar a los que ya no cuentan, a los desaparecidos -¿quién recuerda su nombre?- ni a los que aparecerán para ser más... de lo mismo, hay muchísima gente, miles de millones de gente innombrable, innumerable gente. Y, para ser “yo mismo” vale cualquiera.

En aquel tiempo uno era alguien, bueno o malo, pero alguien. En carnaval los homb res y las mujeres salían a la calle para transgredir las costumbres, y comenzada la cuaresma salían de penitentes para restablecerlas. Había un tiempo para cada cosa, pero siempre se suponía que había alguien detrás de cada máscara, hábito o sambenito, para echarle la culpa o la absolución. Hoy el carnaval es imposible. Nadie peca ni se arrepiente, no hay tiempo para eso. Por no haber, ni siquiera hay el respetable que apruebe o desapruebe: no hay público, ni hombre en el propio pecho. Sólo el dolor podría, quizás, recrear eso -¿quién?-que ya no hay detrás de los disfraces: el corazón.

62.- Miles de millones de años le costó a la naturaleza poner a un mono de pie sobre la tierra. Un esfuerzo colosal sin duda alguna, aunque la naturaleza lo haga todo “naturalmente”. Pero un esfuerzo inútil después de todo si ese mono no hubiera aprendido a elevar su conducta por encima de los animales y a caminar rectamente desde un punto de vista moral.

63.- El «homo erectus» sin la fuerza moral que lo mantiene se doblega, pierde horizonte, se somete a la ley natural del palo y la zanahoria y regresa a la “disciplina de las consecuencias naturales”: se pliega a la naturaleza, se adapta, muere el hombre y sobrevive la especie.

64.- Solo la persona autónoma que camina según principios de acuerdo con su conciencia es un hombre hecho y derecho. De lo contrario es ya un hombre deshecho que anda como los animales: un “homo curvatus», o todavía un niño que gatea.

65.- En la aurora de la modernidad, a finales del siglo XV, Pico de la Mirándola proclamó que el hombre es «plastes et fictor» (escultor y pintor) de sí mismo. Pero en las postrimerías de la modernidad, parece como si la autonomía de las personas se trucara en el automatismo de la gente.

66.- Como si el hombre y el ciudadano, en lugar de vivir desde sí mismo, funcionara controlado desde el exterior.

67.-Como si del «yo y su circunstancia» no quedara nada más que la circunstancia. Y el hombre, vaciado por dentro, fuera colonizado por todos los demonios exteriores.

68.- Como si regresara a la naturaleza o cayera en la trampa del sistema.

69.- La sociedad establecida, el orden o el sistema, se impone al individuo como una segunda naturaleza que premia o castiga naturalmente, sistemáticamente.

70.- Sin advertir la diferencia entre lo que es normal, lo que es simplemente legal y lo que es moralmente justo, ya no hay conciencia que “objete en conciencia” y juzgue los hechos según principios.

71.- Por tanto ya no hay pecados, ni culpas, ni vicios. Lo que hay son traumas, desarreglos, disfunciones, toxicomanías, adicciones, enfermedades, dependencias... Pero también funcionarios y terapeutas del Estado clínico.

72.- Si usted padece una adicción al alcohol, al tabaco, a la droga, a la moda, a las máquinas tragaperras, a lo que sea..., no se preocupe y acuda al especialista. Bien miradas las cosas, la Seguridad Social debería ocuparse de todo eso. Porque usted ya no tiene problemas, nadie los tiene. Solo hay temas del sistema cuya es la administración de todo para todos; es decir, para que todo funcione.

73.- Pero la reducción del ciudadano a la tutela del Estado clínico significa el abandono definitivo del concepto moral y político de libertad, sin el que no se sostiene la dignidad humana, el sentido de la justicia y la esencia de la democracia. Hay en efecto situaciones extremas de embrutecimiento en las que el ser humano no levanta cabeza sin ayuda del exterior, pero esto no significa que no sea responsable de su embrutecimiento o que pueda rehabilitarse sin asumir su culpa. No hagamos de la excepción la norma, ni un enfermo inocente de cada asesino.

74.- En la sociedad actual post-cristiana y post-moderna, el "último hombre" adolece de una abulia generalizada en el fondo de una vida a granel o de una forma de vida por la que uno se deja llevar.

75.- La vida en general es una experiencia de consumo. No la experiencia que hay que hacer, sino aquella gran experiencia que nadie se quiere perder.

76.- El último hombre quiere ser libre sin riesgos, sin consecuencias desagradables. Y más que querer quiere, por tanto, ser querido: hecho por otro querer que lo quiera y asuma la responsabilidad de su vida. Si él no ha pedido vivir, ¿no es justo que le den la vida hecha? El último hombre va así consumiendo la vida, sin hacerla, y se reserva la queja después de cada consumición cuando no es de su agrado.

77.- Querer es lo que quiero

Quiero bañarme en tu sed

y sentir lo que tu sientes:

no para ser tu “querido”,

¡quiero querer como quieres

y querer siempre contigo!

78.- Que nos hagan felices, que nos hagan buenos, que nos hagan libres. Pero nadie puede hacernos libres, lo somos. Y si somos libres, también somos responsables.

79.- ¡Basta ya! ¡Que los capen! Es lo que le sale a uno al enterarse que en este país se mata todavía a las mujeres cuando a un “macho” le pasa por la entrepierna la real gana de hacer de su pareja y con su pareja lo que quiera. Este es el grito de la indignación a la altura de las circunstancias. ¿Pero es ese el remedio? A la Justicia hay que pedirle sin demora una sentencia justa y una intervención que acabe con esa peste, no una receta magistral y una intervención quirúrgica del Estado clínico.

80.- Que cada palo aguante su vela, porque es de noche. Y que pague su culpa quien la tenga. Y el que no esté rehabilitado, que no salga a la calle. Que tenga toda la libertad interior, y se le recorte la exterior: él lo necesita para ser humano, y los demás para reconocerlo en público cuando salga. Esa es la única castración que se debe exigir.

81.- El sistema no es Dios, podemos cambiarlo. Es verdad que el último hombre, la gente normal o la “buena gente” es la clave del sistema. Pero si la llave es el hombre, lo que la gente cierra puede abrirlo el hombre después de todo.

82.- No es la supervivencia de la especie humana lo que está en peligro sino la sociedad propiamente humana y la humanidad que nos hace humanos.

83.- Sea usted inocente y será más feliz. Sólo algunos desdichados son todavía pecadores por la gracia de Dios. No sea antiguo, disfrute como un enano más allá del bien y del mal. Dios ha muerto y el humanismo es una antigualla. Pero si usted insiste, si todavía existe, piense que otro mundo es posible.

84.- EL PROBLEMA ES EL HOMBRE

Nadie niega la libertad de pensamiento y la libertad de opinión en una sociedad democrática. No es el derecho lo que está en peligro sino el ejercicio de ese derecho, el libre pensamiento y la libre expresión de lo que se piensa. Tiempos hubo en que no se podía hablar aquí con libertad de política y religión, pero ahora que nadie lo prohíbe parece de mal gusto hablar de esos temas en sociedad si no se hace “correctamente”; es decir, cuidando mucho cómo se habla, el lenguaje, y pensado poco lo que se dice. ¿Qué nos pasa? Porque poder, podemos; pero la gente prefiere no hablar en serio de cosas serias y cree, incluso, que es más feliz si no piensa demasiado. Y de ahí el consejo de “tomarse la vida con filosofía”, como si aquella fuera una molestia y ésta una tisana.

Una cosa es el libre pensamiento y la libertad de expresión y otra la oferta libre de cualquier producto en el mercado. No tengo nada que objetar contra la publicidad de cualquier mercancía. Es igual que se trate de sardinas de Santurce, alubias de Biel, garbanzos de Fuentesaúco, pedos de monja, ateísmo anglosajón, doctrina esotérica o de un método de autoayuda... Pero una cosa es hacer publicidad para captar prosélitos, aumentar la clientela, crear la adicción y el consumo de hostias o ruedas de molino, y otra muy distinta fomentar el libre pensamiento, respetar la libertad de la fe, estimular el diálogo, el debate, la tolerancia y la responsabilidad moral. No seré yo quien pretenda restringir la publicidad, siempre que se pueda pensar y decir lo que uno piensa aunque nadie le escuche. Pero confieso que me preocupa el desprecio del pensamiento y que apenas preocupe a nadie lo que da que pensar. O que se apoye más a la industria de la cultura que a la creación cultural, y más al negocio que al disfrute del ocio verdadero.

En una situación intelectual que Nietzsche inauguró proclamando la muerte de Dios, que otros anunciaron como la muerte del hombre, que algunos celebraron como ocaso de las ideologías y A. Finkielkraut lamentaba como derrota del pensamiento, se explica uno que haya “librepensadores” que sacrifiquen su profesión y cambien de oficio para ejercer de publicistas. Desplazada la filosofía por la retórica, la retórica de los sofistas por la propaganda y reducida ésta a la simple publicidad, nos queda por todo mensaje un slogan hedonista: “Dios probablemente no existe. No se preocupe y disfrute de la vida”. Pero cuando unos creen solo para no pensar y otros apenas piensan para no creer, desaparece la diferencia entre una religión poco razonable y un ateismo en absoluto fiable. Es lógico que librepensadores venidos a menos y humanistas “demasiado humanos”, hagan un uso terapéutico de la filosofía y receten a los clientes la más indicada para su dolencia. Si la religión ha funcionado bien como opio para el pueblo, ¿por qué no probar con el ateísmo? La consecuencia es que todos los pescadores de hombres reivindiquen igual derecho para pescar en el río, que utilicen el cebo más adecuado al gusto de los peces y que éstos acudan a picar con la boca abierta. Si es cierto, como pensaba Pascal, que la dignidad del hombre se funda en la capacidad de pensar y que el pensamiento es el principio de la moral, nada hay más desmoralizador. Eso es precisamente lo que nos pierde y nos quita la moral. No que Dios no exista probablemente...

Dios no es un problema para sí mismo: si existe, vive como Dios. Tampoco para los ateos, si es que existen sin duda alguna. Ni para los agnósticos que no saben, no contestan y se buscan la vida como pueden. Ni para los creyentes que todo lo tienen claro, y a Dios en el bolsillo. Aunque estos últimos nos creen algún problema a todos los demás: a los ateos, a los agnósticos y a los otros creyentes -me refiero a los que nada saben sobre Dios pero no se apean del mundo porque creen en Dios... probablemente- la religión no es el problema. Puede que Dios sea el silencio o, quizás, nada. Si es el silencio y calla, digo yo que será porque el hombre tiene aquí la palabra y la responsabilidad. Y si es nada de nada, lo mismo. Por tanto el problema somos nosotros. De hacer publicidad en el autobús, donde todos gritan, deberíamos escribir: ”Probablemente eres libre. Sé responsable y disfruta de la vida”. Aunque dada la crisis financiera y el recurso al Estado, podríamos proponer también esta variante: “El Estado no es Dios. Sé responsable y disfruta de la vida”, si es que puedes. (27-1-2009)

85.- La muerte pone al hombre en su sitio, la historia en los papeles. La muerte a todas las personas, la historia sólo a los personajes.

86.- “Memento, homo” Y vive a conciencia la vida. Tu vida.

87.- A fondo perdido

Es el tiempo que corre

de la vida un banquero,

que todo se lo lleva

como experto usurero.

Más tú vive a fondo,

a fondo perdido,

¡no hagas caso del tiempo,

en ningún sentido!

No es la vida redonda

ni ajustada: se pierde

toda cuando se guarda,

quien la da hasta la muerte

ese la gana.

88.- Recuerda tu vida, piensa en ella con el corazón. Recordar es eso, traer al corazón. Y vivir a conciencia es vivir en conciencia lo que sale de dentro. A voluntad, sin dejarse gobernar desde fuera.

89.- Somos la punta de lanza de la evolución... y un salto en el vacío. ¿Adónde va la vida?

90.- Podemos ignorar el origen de la especie, ahí queda eso. Pero el hombre va... y el destino hay que buscarlo.

91.- EL FENÓMENO HUMANO

El jesuita Tei lhard de Chardin describió, bajo ese título, la evolución desde los elementos materiales a los seres vivos y de la vida animal a la vida humana en la que emerge la reflexión y aparece la persona, tal y como se ofrece a la observación científica. Pero advierte que no se puede fijar científicamente con exactitud el momento preciso de esa emergencia ni en la evolución de la especie ni en la formación del individuo, ya que se trata de un salto que solo permite observar que un ser concreto se halla todavía más acá o existe ya más allá de ese salto. Se conoce pues la diferencia, por ejemplo entre un cigoto y un niño, pero se ignora todo respecto a la diferenciación.

92.- El tapón

En este mundo confuso

como botella agitada,

pregunto por qué me muevo

y solo sé que no sé nada.

La cuestión es tan obtusa

que de haber una respuesta

seguro que no está dentro

y hay un tapón en la puerta.

Porque el hombre es un problema

y una herida que se abre,

quien de eso se hace cargo

eso es todo lo que sabe.

La espina del corazón

es el tapón de la vida,

y quien la mantiene abierta

quizás encuentre salida.











X


EL PODER


1.-El poder limita con el poder, se extiende todo lo que puede y sólo se detiene ante un poder igual o superior.

2.- El poder no se impone límites: no puede. Ni se detiene ante prédicas morales: no quiere. Herodes le cortó la cabeza al Bautista.

3.- Pero la fuerza moral es superior a la fuerza bruta. El que la tiene domina su poder y no rebla ante el poder de los otros... El Bautista no rebló.

4.- ¿Qué puede la razón contra el poder? Y sin embargo, quienes ya tienen poder quieren tener además razón: por algo será.

5.- No tiene más razón el que más grita. Ni más poder, que el poder las mata callando.

6.- Perro ladrador, poco mordedor. (Bien pensado, este refrán es una pensadilla)

7.- Piensa Pascal que “es la fuerza la que reina en el mundo y no la opinión” (Y esto es un pensamiento)

8.- Pero otros piensan que “todos los regímenes se asientan a fin de cuentas en la opinión” (como dijo J. Madison)

9.- Me temo que sea Pascal quien mejor describa lo que es, y que Madison prescriba sólo lo que debe ser. (Y esto, amigos, es casi una pesadilla)

10.- Las cosas son como son, naturalmente. Aunque puedan ser de otra forma. Pero de suyo no cambían, ni los hombres tampoco cuando están ahí como las cosas.

11.- La “historia” natural no es historia propiamente dicha, es naturaleza. La historia humana no es , obviamente, “natural”: es historia.

12.- En la naturaleza no hay milagros: hay sucesos, y acaso engendros o monstruos de vez en cuando. Pero no hay milagros, ni escándalos.

13.- Solo hay milagros en la historia y solo hay historia donde hay milagros. O portentos de maldad, que eso también acontece en la historia.

14.- La naturaleza es inocente e irresponsable. Responsables somos los hombres en la historia. Y por supuesto de la historia, pero también de la naturaleza que comprometemos en la historia que hacemos.

12.- La realidad no es un argumento contra el deber, sino un problema. Y con frecuencia una excusa para no hacer nada, naturalmente.

13.-El que hace lo que puede, no está obligado a más.

14.-Lo mejor, si imposible, ni siquiera es bueno.

15.- El que se encuentra perdido, si se encuentra, buscará el camino.

16.- Entre el pesimismo de la razón y el optimismo de la buena voluntad, se nos cuela la esperanza de quienes apuestan por la rara posibilidad de un poder fundado en la opinión y no al contrario.

17.- ¿Qué puede la mejor opinión contra el poder? Nada, si solo es opinión. Bastante, si es opinión pública.

18.- Los que tienen poder quieren tener, además, la opinión pública a su favor; pero no porque sea una buena opinión, sino porque es una poderosa razón.

19.- La opinión pública es el poder de la razón cuando es el resultado al que llegan por el discurso y la acción los ciudadanos libres. Es el poder político en sentido estricto. La opinión elaborada, compartida y defendida por la mayoría de los ciudadanos es el poder de la razón humana contra la fuerza bruta: contra la tiranía, que es la única “razón” del poder y su “árgumento”.

20.- La rebelión popular contra los tiranos puede engendrar un poder irresistible: “Llamar a esto resistencia pasiva -escribe Hannah Arendt- es una ironía ya que se trata de una de las más activas y eficaces formas de acción que se hayan proyectado, debido a que no se le puede hacer frente con una lucha de la que resulte la derrota o la victoria, sino con una matanza masiva en la que incluso el vencedor sale derrotado, ya que nadie puede gobernar sobre los muertos”.

21.- Solo que ese poder irresistible supone una mayoría de ciudadanos dispuestos a dejarse matar por lo que creen justo.

22.- Pero los súbditos se callan como muertos sin que nadie se mueva bajo los pies del tirano..., hasta que el odio que él concita sea mayor que el miedo que les inspira.

23.- La tiranía se funda en el miedo que produce el tirano y en los miedos de los que se aprovecha: el miedo a un enemigo exterior, a lo desconocido, a los cambios, a la libertad, al pasado y al futuro, a la memoria de las víctimas y a la esperanza de los pobres... Y en el miedo a la muerte, por supuesto.

24.- Es más fácil tener el valor del soldado que está preparado a morir aunque tenga que matar, que la virtud del santo dispuesto a dar la vida por lo que cree justo sin matar a nadie.

25.- Y aunque ninguna de las dos cosas sea muy corriente, parece más fácil contar con un ejército de buenos soldados que con una mayoría de ciudadanos buenos. De manera que, a falta de pan, buenas son tortas.

26.- Un pacifismo a ultranza que oponga solo la opinión pública y los votos a las bombas, no es mejor para la paz del mundo que un militarismo a ultranza que solo oponga la fuerza.

27.- El tirano no necesita tener razón, le basta con que le den la razón. Incluso se contenta con una mayoría silenciosa, pues siempre podrá decir que el que calla otorga.

28.- El poder monolítico es inhóspito, sólo en las rendijas del poder anida la libertad.

29.- El poder público es la primera “res pública”: la primera cosa pública a repartir.

30.- Las democracias se corrompen cuando los gobernantes se apropian del poder público o lo secuestran los poderes fácticos de la sociedad civil.

31.- Aquellos pierden una legitimidad que éstos nunca pueden ganar.

32.- El poder que se vende es la sisa con la que se quedan los servidores del Estado, sean funcionarios o ministros.

33.- Pero la madre del cordero de esta corrupción hay que buscarla en la sociedad civil.

34.- La corrupción política es el hedor que trasciende cuando la democracia se pudre

35.- La esencia de la democracia, su perfume, está en el aire. Quiero decir que está en vilo y, más que estar, acontece: existe. La democracia no es un estado natural.

36.- ¿Tender puentes entre el Estado y la Iglesia? En el ámbito del poder la Iglesia no es la otra orilla.

37.- O no debería serlo. Pero a veces está donde no debe y hace en este mundo todo lo que puede. Aunque no deba.

38.- Las oraciones también se corrompen. Pero lo que corrompe a la Iglesia no son las oraciones sino la mirra, el oro y el incienso. Y sobre todo el poder.

39.- A los poderosos les gusta ir bajo palio o en silla gestatoria, y con la cruz alzada. En modo alguno vivir a la intemperie y caminar con la cruz a cuestas.




40.- CRISIS DE AUTORIDAD

Los maestros tienen autoridad o deberían tenerla, los jefes tienen autoridad o deberían tenerla, los profesionales lo mismo, y los padres deberían tener autoridad y no perderla, y así en todos los campos en los que lamentamos una crisis de autoridad. Los romanos distinguían entre autoridad y poder ( o potestad) A los senadores les reconocían una autoridad en los asuntos públicos y había que consultarlos, pero los romanos reservaban el poder a los magistrados.

No es lo mismo la autoridad paterna que la patria potestad, que puede ser compartida incluso en caso de divorcio y aquella perderse ante los hijos aunque siga sin romperse la familia. Pero en este contexto nos importa mucho la falta de autoridad de los políticos que gobiernan: ya se trate de la que deberían tener como personas, la autoridad subjetiva, o de la autoridad objetiva (institucional) que se supone han de tener por el cargo que ostentan. La autoridad que aportan a la política como ciudadanos, no es como la que se les atribuye como gobernantes. Aunque la falta de autoridad subjetiva, cuando no es el caso sino la regla de la clase política, desautoriza tanto a los políticos como a los cargos que ostentan.

Solo se tiene autoridad frente a sujetos libres y en uso de razón, no frente a los infantes o dementes. La autoridad no se impone a nadie, se reconoce, y solo los necios la desprecian. El poder en cambio es la capacidad legal de tomar decisiones en un ámbito de libertad compartido con otros sin contar previamente con su consentimiento. La autoridad comienza cuando y donde se la reconoce libremente, y termina donde y cuando el superior se impone sin consideraciones. Dado que los hombres son imperfectos y no siempre capaces de un comportamiento moral, es justo y necesario en ocasiones hacer uso del poder para conservar el orden público y promover el bien común. Por tanto no es lo mismo dominar, gobernar, liderar, educar, ejercer el poder y ser o tener autoridad.

Hay políticos con autoridad personal, y los hay que solo tienen poder. Para tener poder basta con tener votos y el que tiene la mayoría lo tiene todo: vence, pues, aunque no convenza. Para tener autoridad en cambio hay que tener algo más que el común de los mortales y el reconocimiento de éstos: los que tienen autoridad convencen, aunque no venzan en especial a los que solo tienen poder. La autoridad manda a largo plazo y, en cierto modo, trabaja para la eternidad. No obstante le basta a quien la tiene. Y el que no, la necesita.

La autoridad personal de los políticos no resta poder a quienes lo tienen, lo confirma. Y contribuye al prestigio de las instituciones. Hablo del reconocimiento en la opinión pública debidamente formada. No de la buena imagen, que solo es impacto que se hace además con la pólvora del rey, es decir, a expensas del pueblo soberano. Vender la gestión política a los ciudadanos, capitalizar los servicios prestados en beneficio propio -de los políticos- encarece la política sin hacerla más valiosa y respetable. En una democracia sana la autoridad no se sustenta en el poder, y el poder no se sostiene sin autoridad.

Cuanto más rica y plural es una sociedad, tanto más necesaria es la autoridad en la política. A mayor complejidad y progreso, más necesario el diálogo y la participación ciudadana. Por tanto es claro que los ciudadanos que fomentan la vida pública y la cultura con su autoridad, sin poder alguno, no entran en contradicción con la vida social sino que la perfeccionan. En cambio el poder que reprime estas iniciativas, mortifica a la sociedad.

Un ministerio es un servicio público, y haría bien un ministro si aportara su autoridad personal al servicio que presta en vez de servirse del ministerio para tener más poder en beneficio privado. Necesitamos recuperar la autoridad y el prestigio en la política. (5-6-2010)

41.- No hay vacío de poder. Lo que hay es crisis de autoridad y poderes ocultos.

42.- Ten cuidado con los desiertos y mira el terreno que pisas: el vacío es tierra minada.

43.- Lo que es de todos no es de nadie, en especial los deberes. Porque los haberes, las ovejas mostrencas y los bienes comunales terminan siendo del que los coge.

44.- El dinero es arcano, como el poder.

45.- Pero el arca del poder hace agua: tiene filtraciones, y los secretos de Estado son de peor guardar que el secreto de los bancos.

46.- El arca del dinero flota mejor, tiene menos fugas y siempre hay un bote para escapar.

47.- No es ningún secreto que todos los animales del arca del dinero sobreviven a las tormentas.

48.- A río revuelto, ganancia de financieros.

49.- El dinero nunca es un secreto a voces, no es de dominio público.

50.- Habrá otros diluvios, otras arcas y otros arcanos. Y animales de todas las especies que se salvarán.

51.- Solo el hombre perece. Porque sólo él es mortal; es decir: tú y yo, nosotros. No la especie humana, ni los individuos. Sino las personas.

46.- ¿Es la muerte el último enemigo? ¿Y qué puede la vida contra la muerte?

47.- El secreto mejor guardado es la vida en la muerte: ese misterio. La muerte es vida cuando uno muere, hasta el último momento. ¿Pero qué es la muerte después de todo? ¿una cáscara en la playa o el arca de salvación?







XI


LA POLÍTICA


1.- La política es el arte de lo posible: una técnica, no una artimaña.

2.- La política a corto plazo es regateo, apenas una política de estado individual.

3.- ¿Qué diferencia hay entre un altruista y un egoísta a largo plazo?

4.- Para gobernar es preferible un egoísta ilustrado que un altruista de pocas luces.

5.- El interés general es mi interés... después de todo. Y el interés de la humanidad antes que nada.

6.- La libertad inaugura, y la costumbre conserva. Y a veces hay conservadores que inauguran por segunda vez lo que ya está inaugurado. Unos son los que siembran y otros los que cosechan.

7.- Con frecuencia es más rentable cacarear que poner los huevos. Por eso ocurre incluso que cacarean más los que no los ponen. Hablo de la política en letra pequeña, la de estado individual y a corto plazo. Una política de gallinero.

8.- Es más fácil tirar piedras desde arriba que desde abajo. Hay quienes sólo echan piedras a los de abajo: juegan con ventaja y se aprovechan de su posición.

9.- Hay tres leyes no escritas que has de recordar:

a) ley de la gravedad

Si tiras piedras

a los de arriba,

te caerán

a ti encima.

b) ley de la escalera

Para subir

solo un peldaño

pisa primero

al que está debajo.

c) ley del gallinero

Cuando el primero

pica al segundo

y éste al tercero

de los gallitos,

al más pequeño

solo le queda

picar al suelo.

10.- Militantes de base: En todos los partidos los prefieren que no sobresalgan, nadie tropieza con ellos y se les puede pisar.

11.- Compañero y, sin embargo, amigo: ¡increíble! Eso es un tesoro verdadero y un verdadero amigo, si es que existe.

12.- En el mundillo de la política une más la complicidad que la amistad.

13.- En política se adelanta por la izquierda y se conduce por la derecha, salvo excepciones. Pero lo que más importa es el sentido de la marcha.

14.- La política es el arte de lo posible. Por eso lo mejor es enemigo de lo bueno y cómplice de lo peor.

15.- Siempre he visto que las mejores ideas las tienen los que no pueden realizarlas.

16.- No obstante lo dicho, en política y en ética hay que ser idealista. En la orientación, se entiende. Pues nunca es ya lo que debe ser... todavía.

17.- Solo la ciencia puede y debe ser rigurosamente realista en la descripción y en el manejo de las cosas; es decir, los científicos. Que la ciencia no piensa, calcula objetivamente.

18.- No es extraño que en los partidos políticos unos escriban los papeles, otros hagan un buen papel y algunos el papelón.

19.- Las cúpulas en los partidos deciden más que las bases, y los sombreros más que las cabezas. En la historia, las buenas ideas rigen solo a largo plazo.

20.- Un buen político ha de conocer la realidad tal como es y negociar con ella lo que debe ser, como hace con el barro el alfarero. Por eso, aunque no tenga muchas ideas, un político ha de tener ideales. Y habilidad.

21.- Con frecuencia las grandes decisiones históricas las toma la geografía y, otras, el clima.

22.- Aragón es, por ejemplo, un barranco entre Castilla y Cataluña por donde pasa lo que tiene que pasar: ya sea el río Ebro o el AVE.

23.- Aunque nadie crezca un jeme por encima de su estatura, muchos destacan rebajando su entorno. La leyenda de la campana de Huesca es un cuento muy ilustrativo.

24.- Hay también en este país un clima dominante, un régimen, en el que sobreviven los individuos mejor adaptados: los somardas, cuya estrategia consiste en no hacer nada porque “ya escampará”.

25.- Pero las decisiones de andar por casa, las toman igual en todas partes los políticos de oficio. Esto es una verdad de Pero Grullo, en la que nadie piensa. Ni Pedro, que anda por su casa sin problemas; ni Pero Grullo, que anda despistado y todo lo da por pensado.

26.- No es un buen partido para la democracia quien la deja en la calle y le cierra la casa.




27.- DESIGNACIÓN SUCESORIA

Asistí recientemente a la inauguración en Ejea de una interesante exposición sobre los orígenes del socialismo (1925-1936) en aquella ciudad y su comarca, donde tengo buenos amigos y me encontré con otros que no esperaba. En la Casa del Pueblo vimos una parte y otra, la más extensa, en los bajos de la casa parroquial. En el piso de arriba vive uno de los curas del “Caso Favara”, que ha sobrevivido a Wirberto. Si todo va como queremos - y allí estaban otros que lo intentan - puede que consigamos rescatar del olvido una pequeña historia que anduvo por aquí después del Concilio y antes de la Transición, entretejida y comprometida entre el cielo y la tierra, a la zaga de una utopía socialista que está por ver y de un misterio cristiano que se oscurece cada vez más no tanto por la secularización ambiente cuanto por la decadencia de la jerarquía. Bajó mi amigo del piso superior y vimos juntos lo que íbamos a ver. Probablemente habrá que encomendar la Iglesia a Dios, como hace el cardenal Martini, que espera poco de ella. Pero si la Iglesia ha vuelto a las andadas -que no a su principio-, comprobamos hoy que el socialismo realmente existente necesita una regeneración que no vendrá de lo alto ni hay que pedir al Altísimo.

Hace unos días apareció en El Mundo una entrevista al presidente del Congreso, católico manifiesto que no necesita salir del armario y que no se irá de la Iglesia si no lo echan. Consciente de lo que dicen las encuestas sobre el desprestigio de la clase política, José Bono propone una reforma de la Ley Electoral “para acercar a electores y elegidos”, recuerda que “el mandato imperativo” es inconstitucional y denuncia que los partidos reivindiquen la propiedad de las actas a sus diputados y concejales. Preguntado por las listas abiertas, responde sin embargo que ya las tenemos para el Senado y que esto no ha cambiado el comportamiento de los senadores. “Podría pensarse -dice- en distritos uninominales como en el Reino Unido o en cualquier otro sistema electoral que otorgue más autonomía a los electos”. Lo que significa a fin de cuentas un reconocimiento de la democracia efectiva y, por tanto, de la vinculación de los electos a la voluntad de los electores.

Dejando la reforma de la Iglesia para lo fieles, que siempre pueden rezar si los obispos no escuchan, la regeneración de los partidos políticos concierne a todos los ciudadanos y en especial a sus afiliados. Pero si es lógico que los políticos se acuerden del pueblo soberano cuando truena y que el pueblo no espere entonces nada de ellos; no lo es menos que los afiliados de base más activos, cansados ya u ocupados en otros menesteres sociales, se hagan de rogar si acaso aún se les pide algo y no quieran volver al tajo de la política institucional. Una vez “okupadas” las sedes, los sillones y los aledaños, por los políticos profesionales que viven de la política, los afiliados de base o no tienen sitio o se les arrincona como a los niños díscolos en la escuela y a los hijos desobedientes en la propia casa. Con el tiempo quedan solo aquellos militantes de base que no sobresalen y con los que no se tropieza.

Es explicable que en una sociedad de consumo los partidos dejen de ser cauces de participación y se comporten como maquinas electorales que compiten con otras en el mismo mercado político. La historia nos enseña que los demócratas radicales nunca obtienen la mayoría. Por tanto, la democratización de los partidos no puede ser más que una aproximación asintótica a la democracia sin pedir peras al olmo ni desplazar a los profesionales del aparato. Pero se puede y se debe gestionar los procesos democráticos que se inicien desde las bases y someter después las decisiones que tomen los dirigentes al control de las mismas bases. Todo corto circuito o alcorce que suprima ese recorrido, como por ejemplo la designación sucesoria del príncipe o princesa por la gracia de quien las tiene todas, sería una ofensa a los afiliados y una oferta escandalosa a los electores.

En aquel tiempo hubo un trasvase de la militancia cristiana a los partidos de izquierda. Unos se quedaron e hicieron carrera, otros fueron desalojados. No pido que vuelvan, están bien donde están. Me gustaría que otros, con el mismo compromiso por el pueblo y para el pueblo, entraran para quedarse y convertir en paciencia su esperanza. La paciencia es el camino de la esperanza. Hablo de la resistencia incómoda, no del acomodo. (12-1-2010)

28.- ¿Qué pasaría si las mujeres mandasen? Ya se verá, ya se ve en algún caso. Por mi parte prefiero que manden las personas sin discriminación sexual. Los atributos de autoridad no están en la entrepierna. Ni en los "encantos". A Santa Águeda se los cortaron.Y las “águedas” saben que no los necesitan para mandar.

29.- No se edifica con ladrillos una sociedad democrática sino con piedras vivas y ciudadanos activos, con personas, y de abajo arriba.

30.- No se comienza a construir la casa por el tejado. No la casa del pueblo y para todo el pueblo, no la democracia.

31.- Ni acaba en punta como una pirámide, que es inhabitable. Y en la que solo vive uno por encima de todos hasta que pincha, muere como los demás y le entierran dentro como a un faraón.

32.- Vanidad de vanidades: desinflarse y morir todo es lo mismo.

33.- Ni es sotenible la democracia sin muchas cabezas.

34.- Donde no hay cabezas se necesitan muchos esclavos en la base. Y arriba, para mandar, basta y sobra con un cabecilla. O cabezón de boca grande y grandes relatos, sin oídos.

35.- La dictadura es otra cosa y otra casa. Su arquetipo es la casa de Dios o de los dioses. Por eso pueden construirla desde arriba, traerla del cielo como un templo y caer como una losa sobre el pueblo.

36.- Los templos sirven muchas veces para que puedan mandar como dioses los que solo son hombres.

37.- En la dictadura se interroga y si es preciso se tortura a los súbditos. En democracia los ciudadanos preguntan lo que quieren, están en su derecho. Aunque los gobernantes callan siempre que pueden, si les conviene. Pero esto es un abuso y ningún derecho.

38.- En la democracia, como en el juego, muchas cosas son posibles y una sola necesaria: guardar las reglas.

39.- Las democracias son lentas, no porque sean imperfectas -que todas lo son- sino para ir más deprisa y llegarr más lejos.

40.- ¿Es posible una democracia deliberativa? ¿Es aún democracia la democracia representativa? “Despacio, que tengo prisa”, es lo que dice el pueblo soberano. Harían bien los políticos en escucharlo, pero también tienen prisa... O prisas, porque todos quieren ganar.

41.- La dictadura es más eficiente: trabaja rápido... para la muerte.

42.- La muerte es nuestro último enemigo... ¡Y el primer aliado de las dictaduras, el miedo!

43.- Los novios de la muerte son más terribles que la misma muerte. Pero no más libres que los novios de la vida, ni más valientes.

44.- Quienes aman la vida y no temen la muerte, son libres. No hay tirano que pueda someterlos.

45.- Si desvivirse es vivir, el que se desvive por otros no muere. Ni teme a los que solo pueden matar el cuerpo.

46.- A veces se necesita más cordura que coraje, más alma (más ánima) que ánimo, y casi siempre más moral que códigos morales. Aunque también.

47.- Decía Agustín de Hipona: “Ama y haz lo que quieras”. Pero él sabía que el que ama no quiere la guerra.

48.- “En el amor, como en la guerra, todo vale”. No es cierto: en el amor vale todo menos la guerra, y en la guerra vale todo menos el amor (Hablo de un amor sin reservas, y de una guerra total sin reservas morales ni retaguardias)

49.- El diálogo - salvo el diálogo expresivo entre enamorados y el puramente festivo que celebra la convivencia- no es un fin en sí mismo. Y un fracaso, si con él no se llega a ningún acuerdo.

50.- La convivencia es un fin en sí mismo, como el amor. Pero sin excluir a nadie, por supesto.

51.- Gobernar es tomar decisiones. Recurrir al diálogo para no tomarlas, es una táctica que pervierte el diálogo y corrompe la democracia.

52.- Es también una trampa tendida a la voluntad de las mayorías, cuando los que recurren al diálogo quieren sólo que se haga la suya.

53.- Si malo es gobernar para que se haga sólo lo que uno entiende que debería hacerse como experto en la materia o para impedir subrepticiamente que se haga lo contrario, no lo es menos agitar a los ciudadanos y mover sus voluntades en vez de informar a éstos y a los otros de lo que uno dice saber y a todos concierne.

54.- La ciencia tiene una función social, que no es la agitación de la gente sino la extensión del conocimiento.

55.- Cuando un experto hace política en vez de informar objetivamente a unos y otros, se desprestigia como experto.

56.- Los científicos se especializan en la búsqueda de la verdad, que solo se deja encontrar por quienes la investigan sin prejuicios. Y los maestros en la enseñanza y la difusión del conocimiento, que no puede imponerse.

57.- Los políticos en cambio se especializan en la toma de decisiones correctas, no deciden por sí sino por otros y acatan a las mayorías. Pero ni la mayoría es un criterio para la verdad científica, ni la verdad científica lo es para la corrección política.

58.- La confusión entre la autoridad científica y la autoridad política corrompe lo uno y lo otro: la política y la ciencia, y degrada a los ciudadanos.

59.- Por eso es malo que los expertos gobiernen y los políticos enseñen.

60.- Con frecuencia un intelectual sólo tiene preguntas.

61.- Los jefes no dudan, las ovejas tampoco. Vale más pastar en la certeza que caminar en la duda, y más el pájaro en mano... Pero las ovejas no saben en qué manos están.

62.- El buen pastor que da la vida por las ovejas no es un pastor, es un cordero. En el mundo de la vida los pastores de oficio suelen ser carniceros o ganaderos que llevan su ganado al matadero.

63.- En el mundo real los pastores viven de las ovejas y no se desviven por ellas. No hay que descartar tampoco que vivan de sus ovejas “los pastores que no son de este mundo pero están en nuestro mundo”. Y por supuesto los políticos, que pertenecen a nuestro mundo real sin duda alguna y apenas creen que otro sea posible. Eso es lo que pienso.

64.-Lo mismo que pensarían las ovejas, si las ovejas pensaran. Menos mal que no piensan, dice el pastor. Que es lo mismo que piensan de la gente, aunque no lo digan, muchos políticos y casi todos los obispos.

65.- El término “liturgia” significó antes “oficio público” y después “oficio divino”.

66.- Los oficiantes en ambos oficios actuaban en representación del pueblo ante los dioses y de los dioses ante su pueblo. Pontificaban en los dos sentidos.

67.- Los min istros de cualquier liturgia celebran ya de cara al pueblo. Pero una cosa es que se les vea la cara y otra distinta la espalda: el punto negro que esconden y lo que dejan atrás.

68.- Pedir más transparencia para el futuro y ocultar el pasado es una evidente contradicción. Solo pueden manifestarse los hechos, que las promesas se cumplen. Que se declare pues lo que se hizo, que eso es es transparencia; y se haga lo que se promete... Y que todos los gobernantes sean transparentes y responsables ante el pueblo soberano, y que el pueblo juzgue.

69.- El poder público, si oculto, no es cosa pública. Una democracia no es tal sin transparencia. Los que dan solo la cara tienen la cara muy dura, solo son trasnparentes los que no esconden nada.

70.- Hay quienes al tomar posesión de un alto cargo se “sienten abrumados” y así lo dicen, sean ministros, obispos y el mismo Papa. Eso es pura retórica y ningún alivio para los fieles o ciudadanos. Una autoridad abrumada es un peso abrumador.

71.- La política es también representación en otro sentido. El protocolo oficial del Estado contiene las rúbricas de una liturgia en la que se representa y se celebra el poder y la distribución del poder en todas sus formas.

72.- Cuando los actos públicos discurren conforme al protocolo se puede ver en ellos qué es y cómo se organiza el Estado. De lo contrario se convierten en una ceremonia de confusión, pero siguen siendo un espectáculo.

73.- La política es también como es obvio la representación de un partido, de un programa, de unos electores y de unos intereses.

74.- Los políticos, que se pasan la vida representando, no son lo que representan y menos aún lo que se figuran.

75.- Se supone que la diferencia entre la representación y lo representado es en beneficio de lo segundo y que desempeñar un cargo público es prestar un servicio al público. Esta es una suposición moral y un presupuesto ético.

76.- Pero los actores políticos, puestos a representar, pueden asumir incluso el papel de representantes “comerciales”. Y esta es una advertencia política, y un aviso para navegantes.

77.- En una campaña electoral se buscan los votos y a una situación teatral se añade otra de mercado: hay que vender unas siglas, una candidatura y un programa político.

78.- Las circunstancias obligan a los políticos a comportarse como representantes en un doble sentido (El desplazamiento semántico, que no el desliz, inclina la balanza a favor del representante como agente comercial)

79.- El que hace campaña ha de tener una buena imagen que refuerce el mensaje político y le sirva de soporte. Y si no la tiene de suyo habrá de tenerla de oficio: si no es lo que parece, tendrá que representar mejor su papel.

80.- La representación pública somete al político a una servidumbre de la que pudiera tener la tentación de resarcirse. ¿De qué manera? Utilizando el subterfugio de un mal actor que se hace notar en el escenario para atraer la atención del público a su persona y, después, también los beneficios como representante autónomo de su propia empresa.

81.- Es posible que en una sociedad de mercado no pueda hacerse otra cosa que política de mercado, pues un programa que no se vende tampoco puede realizarse. Y hacer política de mercado no es hacer pedagogía, ni promover el debate social y la deliberación ciudadana. Es hacer propaganda y, más exactamente, publicidad.

82.- Pero no hay que confundir el pragmatismo político con el fraude de los políticos. El que esté dispuesto a vender un programa político ha de estarlo también a cumplirlo, y si hace política de mercado ha de tener al menos una ética de mercado.

83.- La ética de mercado no es toda la ética, sino sólo aquella parte de la ética pública que se requiere para que el mercado funcione.

84.- No todas las normas éticas pueden ser transformadas en leyes, ni es justo en sentido moral lo que es meramente legal.

85.- Hay un exceso de confianza en la fuerza de la ley y, por tanto, en la coacción, y muy poca en la libertad y en la autonomía de la conciencia. Como si la única salida razonable para la convivencia pacífica y el orden público fuera la socialización gregaria y no la educación para la libertad y la responsabilidad de ciudadanos activos.

86.- La pretensión de transformar en leyes todas las normas morales fomenta en la sociedad una moral a la baja, desvirtúa la virtud y quita la moral a los mejores. Con esa levadura no se hace buen pan.

87.- La vida es praxis y la teoría la praxis en grado sumo, dijo Aristóteles. Y Marx añadió - si no recuerdo mal - que “no hay revolución sin teoría”.

88.- Según el materialismo dialéctico el género humano progresa a través de sus contradicciones hasta la victoria final, que será cuando se acabe la lucha de clases y todos sean libres, felices e inteligentes. Pero en el socialismo realmente existente se quedan en el camino las víctimas, y se pierde con ellas el sentido de la historia.

89.- Para los marxistas no hay resurrección de los muertos ni cielo prometido: el marxismo no es la Biblia en verso sino en prosa y, de tejas abajo, ni siquiera una hermosa utopía.

90.-Hay peces suficientes para todo el mundo y técnicas para pescar. La pesca milagrosa no es un milagro, el milagro está en el reparto.

91.- Tampoco falta agua, lo que falta es sed de justicia.

92.- Esa es la sed que hace buena al agua: la mejor de todas es la que se reparte. Pero nadie muere de sed de justicia. Son más los que mueren de sed de venganza.

93.-Muchas veces la izquierda es la mano tendida que se da, y solo si es necesario el puño que se levanta.

94.- La derecha es la mano invisible que no mueve un dedo sin ánimo de lucro.

95- Los pecados capitales del sistema capitalista son la avaricia y la gula. La primera rompe el saco, la segunda engorda hasta reventar.

96.- El consumismo, causa de la obesidad mórvida, cae por su propio peso.

97.-El globo de la especulación se hincha y sube hasta estallar

98.- El que no tiene sed de justicia se ahoga en un vaso de agua: no sabe beber.

99- Podríamos ser felices; es decir, dentro de un orden y sin pedir peras al olmo. Pero para eso necesitamos soñar despiertos en las peras que no hay y, si queremos peras, habrá que plantar el peral. Porque lo que da de sí el capitalismo salvaje ya está visto.

100.- La vida humana es convivencia y ésta solo es posible dentro de un orden.

102.- La vida que llevamos es un tesoro en vasijas de barro, como el agua que se pierde si el cántaro se rompe. La forma de la convivencia, el orden que nos hemos dado, es el Estado de bienestar que está en peligro.




103.- ¿ESTADO DE MALESTAR?

Dice que lo empezó a finales de los años setenta y que es ahora, después de treinta, cuando lo publica. No es una novela histórica, ni un libro a pedir de boca para el consumo. Ni de encargo. Vamos, que no tiene que ver con la gastronomía o con cualquier otro tema apetecible, quiero decir apasionante o de entretenimiento como dicen los americanos. No es un libro que se devore. Es un ensayo, un género de libros que da que pensar a quien los lee y bastante trabajo a quienes los escriben. Aunque esto depende, pues el género no hace al monje ni todos los ensayistas son unos intelectuales. Hablo de Ignacio Sotelo, que es el autor. Y el título del libro El Estado social. Antecedentes, origen, desarrollo y declive (Ed. Trotta, 2010)

Se trata de una aproximación al tema del Estado social como argumento histórico, y de una descripción sociológica de su realidad como producto final. De un relato y de un diagnóstico: de contar lo que ha pasado, lo que fue, y de decir lo que nos pasa y lo que ha llegado a ser el Estado social con sus achaques. Tuvo su momento y su título de gloria como “Estado de bienestar”, ya saben, y se pensó que se había llegado a una forma de Estado insuperable. Al mitigar la condición de las clases menos favorecidas y compensar a los trabajadores con el salario social, se fomentó un consumo para satisfacción de muchos y mayor enriquecimiento de pocos. Pero este consenso democrático y social, base de legitimación del Estado de bienestar, se acabó. Pasada la euforia de los años 60 en los que el mundo moderno se hizo el olvidadizo, nuevas contingencias desagradables (que llegaron con la crisis de la energía, el paro, la destrucción del medio ambiente... etc.) obligaron pronto a retomar el discurso interrumpido desde otra perspectiva. Y los mismos políticos y sociólogos que vendieron durante el desarrollismo el modelo como «el no va más» a las naciones premodernas, recuperada la memoria de la guerra y su advertencia, abandonaron el mito de un progreso indefinido y comprendieron que no se podía ir más allá: “El globo de la socialdemocracia estaba perdiendo gas” (Dahrendorf, 1983)

El autor dedica dos tercios de su libro al desarrollo histórico del tema y uno a la descripción sociológica del problema. Como historiador y sociólogo se atiene a los hechos, y no se ocupa del futuro que no es un fenómeno observable. Y viendo lo que hay que ver, después de identificar los factores con los que habrá que contar en un futuro previsible, si lo hay, dice que “se ha dado de bruces con la mayor crisis económica desde los años treinta”. Y ante “los continuos anuncios de que ha pasado lo peor”, advierte que “no cabe tampoco eliminar los pronósticos más catastróficos”. Pero si recuerda lo peor que puede pasar es porque el olvido, nunca la amenaza, disminuye la probabilidad de que suceda lo mejor.

Más allá de la ciencia y más acá de las veleidades, se pueden hacer conjeturas razonables y compromisos políticos. Si como científico se ocupa de hechos, como intelectual Ignacio se preocupa del futuro y por eso escribe. No tendría ningún sentido hacer conjeturas si no fuera bajo la hipótesis de la supervivencia de la humanidad. Y no sería honesto escribir lo que escribe si no apostara por un Estado democrático y social en una sociedad en la que el trabajo es un bien escaso, el mercado global, las fronteras permeables, la energía escasa, el progreso ambiguo y los peligros planetarios. “Mientras al poder se llegue con el voto -escribe- es muy difícil que cuajen los intentos de desmontar por completo el Estado Social”. De acuerdo y en eso estamos, compañero. Porque nada se nos va a regalar.

Pero deja que añada un motivo más de perplejidad. Porque todo tiene un límite, menos la avaricia que rompe el saco. Y como somos una especie estúpida, que no piensa si es que las especies piensan, y de pensar los individuos lo hacemos muy egoístamente al saber que cada uno muere solo..., pues eso: a sacar lo que uno pueda de la vida, porque el mundo se acaba cuando se muere. ¿No es ese el final de la historia? Justo cuando todas las historias particulares confluyen en una historia universal y todos los mundos en un solo mundo, cada uno iría a lo suyo y nadie a lo de todos. Nos instalamos así en una cultura del presente y del consumo, como tú dices Ignacio. Y yo me pregunto si no vivimos en un Estado de malestar, hasta que pase. Como pasan todas las formas de este mundo. (20-12-2010)

104.- El Estado de bienestar fue posible con el pleno empleo, que ya no es un objetivo político. El Estado social, si ha de ser, será por desgracia -o por ventura- a pesar de una drástica disminución del trabajo asalariado.

105.- El lenguaje ordinario, que nunca es inocente, ha reducido ya el trabajo asalariado al “curro” y éste a un puesto de trabajo. Muchos trabajadores, que ocupan hoy un puesto de trabajo, lo perderán. No es que vayan a engrosar las filas de un “ejército en la reserva”, sino que serán licenciados.

196.- En una economía productiva de mercado libre los que queden serán cada vez menos, más cualificados y mejor pagados. Como en el ejército profesional, una vez abolido el servicio militar obligatorio.

197.- En ese escenario el derecho a la vida supone un derecho a los medios de vida, no al trabajo asalariado.

198.- Solo un ocio que nos haga libres nos hará ciudadanos activos.

199.- El futuro del Estado social depende de los ciudadanos activos, de una mayoría de ciudadanos activos. No de los partidos políticos ni de los políticos profesionales.

200.- En los partidos políticos hay afiliados y “okupas”.

201.- Otro mundo es posible: siempre y cuando se halle una energía barata, nazca un hombre nuevo y no se ensucie en el nido.

202.- Parece, parecía, que las fronteras se iban a caer, y las murallas. Y se caerán, estoy seguro. Porque ya es imposible poner a un lado el deseo de los pobres y al otro el miedo de los ricos. Aquí el hambre y la sed, y la satisfacción al otro lado. Porque las ideas y los productos llegan a todas partes, y no hay valla que detenga a las personas.

203.- Por eso no entiendo la estrategia de levantar muros y fortalezas, la obsesión por un orden a favor de unos contra los otros, la exclusión de los pobres, la manía de las identidades y la construcción de prejuicios en la geografía mental. No entiendo que seamos mortales y nos mortifiquemos los unos a los otros. Pero yo hago también lo que no entiendo, lo confieso. Y eso tampoco lo entiendo. Ojalá que nuestras contradicciones nos hagan más comprensivos.

204.- La confluencia de todas las historias particulares en una misma historia universal no es el morir, no es el fin, no son los ríos que van a dar a la mar... No lo es necesariamente. Podría ser también el principio de un mundo nuevo capaz de contener todos los mundos posibles. Aunque esto exige de los humanos una humanidad más honda que las propias raíces y de mayor altura que todas las ramas: una humanidad firme en los derechos humanos, asentada en la tierra que nos une; ventilada, abierta a las diferencias y al aire de la comunicación, y generosa en frutos de solidaridad. Una humanidad que nos haga más humanos. Un hombre nuevo.

205- Llegados al mercado común y al mundo mundial, reducido el conocimiento a mercacía, hay que distinguir entre la dignidad que no tiene precio y el precio que no es más que dinero.

206- Y fundar el mundo en lo que vale y no se paga: sin reducir las ideas a los intereses, el ocio al negocio, la convivencia a la competencia, la opinión al capital político y éste al número de votos.

207.- Sin confundir la participación en cualquier liturgia con el consumo,y abrise a la sociedad -esa consigna- con abir una tienda las sectas y los partidos.

208.- Hay que bajar a la calle, no en procesión y a cruz alzada para tomarla; ni en manifestación para ocuparla en exclusiva, desterrando el silencio a grito pelado y el orden a palo seco.

209.-Todos los “clérigos” piden que el pueblo participe: los curas quieren que los fieles respondan en el rito, digan “amen” y contribuyan en la colecta a los gastos de la iglesia, y los que ofician en la política que los ciudadanos voten, aplaudan al gobierno y contrubuyan a los gastos del Estado. Pero eso no es participar en el gobierno sino aplaudir a los políticos y pagar como “paganos” en su liturgia.

210.-Refundar un partido no es refundirlo, es comenzar de nuevo. Se puede refundir el bronce, pero los moldes y las cabezas de los partidos “clásicos” habrá que romperlos si se quiere comenzar desde la base: en la plaza, sin desplazar a nadie ni confudir el espacio público con un mercado.

211.- La plaza como metáfora, el encuentro como destino. Un mundo abierto y una humanidad sin fronteras. Que así sea.



212.- LA DERIVA EN EL USO DE LA LENGUA

¿Un síntoma más de la decadencia humana, social y política de nuestro tiempo? Seguramente. Y de todos modos creo que se trata de algo más que de un tema digno de consideración. Veamos.

La razón, esa palabra, viene del latín: de "ratio", que ha llegado a ser en castellano un porcentaje, por ejemplo, para medir la carga lectiva o número de alumnos que tiene un profesor en clase. Pero la "ratio" latina traduce y traiciona, a su vez, el significado que daban los griegos al término "logos", que entendían inseparablemente como palabra y pensamiento.


Para los griegos no se podía pensar sin una lengua, aunque lo que se piensa y se dice en esa lengua pueda traducirse y escucharse en otra. Y es por eso que definían al hombre como animal dotado de "logos". Y en consecuencia -pensaba Aristóteles- como animal político. La definición del hombre como “animal racional” es un malentendido si la razón se refiere solo al pensamiento y no a la palabra. Pero los griegos no separaban lo uno de lo otro cuando definían al hombre como un animal que tiene “logos” y es capaz de argumentar en público -claro- y de dialogar con otros por supuesto. Propiamente hablando, hablar y pensar se hace cabalmente con otras personas. A no ser que se hable con Dios o consigo mismo...impropiamente. Pero nunca con las paredes. Hablar es una acción personal. Por tanto cuando “se habla” en general - como la gente- es la lengua la que habla, pues algo se dice en ella. Pero se habla aún más impropiamente.



No es lo mismo hablar y pensar en una lengua que hablar la lengua sin pensar lo que ella dice. El que habla y piensa en una lengua, habla y piensa personalmente; el que solo habla la lengua como se viene diciendo, piensa como se piensa sin pensar con ella. El uso de la lengua nos da a conocer la forma de vida establecida – acostumbrada, convencional, amortiguada y amortajada incluso como la tradición enterrada en el depósito de la “santa traición”- y las estructuras consolidadas de la sociedad y del estado cuya es lengua oficial. Cuando el “tema es” en todas partes “el tema”, ya se sabe, y no hay “problemas” delante según parece; o la realidad se ordena por niveles: “a nivel de” esto o de aquello, como la sociedad en clases y la “pirámide” del poder en pisos hasta la cúspide que acaba en punta; cuando las "buenas costumbres" se llaman ya "buenas prácticas" y la “ciudadanía” desplaza a la “urbanidad” en la escuela sin acabar de entrar en ella realmente; o la “educación” - que es el nombre propio- se refuerza con el apellido: “en valores” que tampoco cuela; cuando desaparece del habla el “pudor” y “amar” se confunde con “hacer el amor” como si fuera una técnica; cuando los "sospechosos" son "presuntos imputados” y los corruptos imputados sacan pecho y “presumen” como los famosos en la tele; cuando “trabajar” es “currar” y currar “buscarse la vida como sea”, cuando “tener un curro” equivale a “tener un puesto de trabajo” y se toma la “colocación” - el puesto- por el “trabajo”, y el “dinero trabaja” -que ya es decir- y se “coloca”....; cuando pasa todo esto en el habla, se piensa de otra manera la realidad. Y al pensar lo que es como se dice, lo que se quiere decir es lo que se piensa sin que se quiera pensar en el fondo: la realidad de la que nos desentendemos con mala conciencia, la que entendemos a pesar nuestro y de la que no quisiéramos saber nada. Esta deriva es un síntoma de decadencia humana: una maldición. Y “bendecir” es , sería , todo lo contrario de un eufemismo: llamar a las cosas por su nombre, “hablar bien” aunque suene mal. Y salir al encuentro de la realidad que hemos llamado. Y hacer frente a lo que es tal cual es, para hacerlo como debe ser: al pan pan, pan para todos. Y al vino vino, para brindar con todos. ( )







XII


ÉTICA Y ESTÉTICA


1.- Una cosa es el dolor de muelas y otra muy distinta, quién lo duda, el recuerdo de un dolor de muelas.

2.- Sólo quien ha pasado por esa experiencia puede recordar el dolor de muelas.

3.- Unir cosas tan distintas y distantes como el teatro y la vida y comprometer a un público acomodado en sus butacas en la tragedia que otros padecen, es poco menos que imposible.

4.- Piscator y B. Brecht llevaron a escena en la plaza de Nollendorf, en Berlin, algunos episodios de la revolución proletaria. Pero el anciano Brecht recordaría más tarde que aquello fue ciertamente una revolución, pero del teatro y en el teatro y en modo alguno de la sociedad y en la sociedad.

5.- ¿Se puede hacer otra cosa en el teatro, en la literatura y en las artes en general que no sea interpretar el mundo?

6.- Hay un modo trivial de interpretar la historia sin entrar en ella Es el caso, por ejemplo, de las comparsas de moros y cristianos, de las novelas históricas y de las recreaciones populares de los grandes eventos.

7.- La degustación de la historia es la liquidación definitiva de la historia: hasta llegar al olvido de haberla olvidado.

8.- Cuando desaparezcan hasta los niños de la Guerra Civil, sus nietos representarán la historia de sus abuelos sin que nada les duela. Y la batalla del Ebro será entonces como ha sido hoy en Zaragoza (2.3.2009) la representación de los Sitios. No lo veré, pero sólo pensar que pueda ser así me disgusta. Prefiero un minuto de silencio - y una eternidad incluso - que esa conmemoración folclórica de los desastres de la guerra.

9.- Carlos Marx, refiriéndose a todos los filósofos que le precedieron, escribió que “se limitaron a interpretar el mundo y ya iba siendo hora de cambiarlo”.

10.- Pero Ernesto Ché Guevara dejó escrito: “Hemos hecho muchas cosas, alguna vez habrá que pensar”.

11.- Dejar el teatro para hacer la revolución es dejar sin hacer la revolución del teatro. Una advertencia que vale también para los filósofos.

12.- Dejar la historia para hacer la comedia es dejar sin hacer la revolución en la historia... ¡y en el teatro! Dejar la historia no es ético, hacer la comedia para degustar la historia no es estético.

13.- Nuestros sentidos, ante una obra de arte, se vuelven teóricos: abandonan el reino de la necesidad y anticipan el reino de la libertad.

14.- En la experiencia estética, aunque no solo en ella, descubrimos valores gratuitos que no se merecen.

15.- El deber por el deber no tiene ninguna gracia.

16.- No hay ética sin estética.

17.- Pero la confusión de la ética y la estética es el caldo de cultivo en el que se mueven como peces en el agua los revolucionarios de salón, o de festival, creando la falsa conciencia de participar así en la transformación de la realidad.

18.- En modo alguno es deseable un mundo en el que pudiera producirse la buena voluntad.

19.- Por ventura para los seres humanos lo que no es deseable tampoco es posible: ni los mejores gobiernos, ni la iglesia, ni la escuela, ni la familia, ni los censores de la moralidad pública..., nadie, absolutamente nadie puede producir la buena voluntad.

20.- Un buen amigo te dará la mano, nunca el empujón.

21.- ¿Qué sentido tiene reclamar la buena voluntad de todos cuando nadie puede hacer nada para que los otros la tengan? ¿No es la política el más duro de los desiertos imaginables para estos sermones? Hablemos de otra cosa...

22.- Y sin embargo hay testimonios hermosos de una verdad vivida que se muestra sin ánimos de imponer nada, que no obliga a nadie y que no hace nada en nosotros salvo comprometernos en lo más hondo. En esa situación no somos mejores ni peores, esa es la verdad. Pero también es cierto que ante la verdad manifiesta sólo podemos ser más cínicos o más honestos.

23.- Los cínicos existen porque juegan con ventaja en todos los campos y la fortuna premia a los tramposos. Los cínicos existen porque tienen muchas posibilidades cuando lo único que importa es el éxito, sin reparar en los medios. Y cuando todo vale en el juego, si no se descubre.

24.- El cínico es un caradura que sabe muy bien lo que debe hacer y, sin embargo, hace lo que no debe a ciencia y conciencia. Más aún, sabe que los demás lo saben y hasta presume con insolencia de su cinismo.

25.- Pero el cínico es posible porque en todas partes, aunque parezca imposible, se puede ser honesto. En efecto, sólo es posible hacer en conciencia lo que se debe cuando se puede hacer también a sabiendas lo que no se debe.

26.- Alegrémonos, pues, de que podamos ser cínicos y procuremos no serlo.

27.- No es de buen gusto. ¿Y eso qué es? Porque del gusto no hay nada escrito.

28.- La única instancia competente que poseemos para interpretar las normas morales y realizar en la vida los valores que representan es la razón práctica. Pero ésta no se basta a sí misma.

29.- Entre la razón y la resolución media la buena voluntad acompañada de la prudencia, de la sensatez, que implica siempre el buen gusto.

30.- El rigor de la razón no viene al caso particular ni lo alcanza sin un toque de buen gusto, que es el que afina y atina después de todas las deliberaciones y razonamientos.

31.- Un hombre de corazón estrecho y condición grosera tiene anchas tragaderas, no entiende de sutilezas ni primores, le da igual un escándalo que un escrúpulo, no es discreto, no conoce el decoro, no es elegante y no suele ser honesto. Le falta el buen gusto.

32.- Como decíamos, no hay ética sin estética. Y aunque no hay que confundirlas, entre ambas comunican por el gusto.

33.- No hablamos aquí de la moda que sigue la gente, ni de la cortesía de los cortesanos, ni sólo de urbanidad.

34.- La urbanidad está pasada de moda, a la ciudadanía no le ha llegado la hora.

35.- El buen gusto no se somete a la tiranía de la costumbre ni sigue la inclinación natural. No se hereda ni depende de la alcurnia: “Pudo la naturaleza unir la sangre pero no los juicios, herédase tal vez el gesto pero no el gusto» (Baltasar Gracián, en El Político)

36.- Y en su Oráculo manual añade: «Topar con lo bueno en cada cosa, es la dicha del buen gusto».

37.- De gustos no hay nada escrito, pero sí del “buen gusto” como acabamos de leer. Los gustos no son buenos ni malos moralmente hablado, pero “el buen gusto” del que ha escrito Gracián es también y sobre todo una categoría moral.

38.- El buen gusto se forma en la experiencia y con la experiencia, en el trato con personas educadas, pero trasciende todo lo empírico. El que lo tiene sabe lo que debe hacer y elegir en cada momento, aunque no pueda argumentarlo con razones.

39.- El buen gusto apenas alcanza gusto alguno en la desabrida moral puritana o en las sequedades del deber por el deber, pero se eleva por encima del pragmatismo ramplón, del hedonismo fácil y del egoísmo utilitario. Saber vivir es lo suyo y su residencia «el hombre en su punto».

40.- La ética del buen gusto no discurre por encima de nuestras cabezas ni por debajo del corazón: «Aquél a quien lo injusto le repugne como ataque a su gusto, es también el que posee la más elevada seguridad en la aceptación de lo bueno y en el rechazo de lo malo” (Gadamer, comentando a Gracián) .

41.- Lo importante no es que los filósofos recuperen la ética del buen gusto, sino que los ciudadanos aprendamos a gustar y sentir internamente con esa filosofía.

42.- La filosofía práctica no es un medio de vida, es una forma de vida.

43.- Un político que dé la cara ha de guardar las formas. No puede ser un político corrupto, es de mal gusto. Si lo es, procure al menos que al hablar no le huela el aliento.

44.- Un político bueno puede esconder la bondad, la modestia no ofende. Pero no el poder, si ha de ser respetado.

45.- Por ética y por estética, un buen político que sea bueno ha de dar la cara y no poner el culo.

46.- La prepotencia de los políticos es como la presunción de los nuevos ricos: enseñan lo que deberían ocultar si fueran fuertes, o para serlo. No es oro todo lo que reluce, ni en los dientes ni en el dedo.

47.- Hablar solo de valores económicos es de mal gusto. Hablar por hablar de otros valores, también.

48.- La ética es una señora, no necesita presumir. Pero ha de cuidarse.

49.- La ética no está al servicio de la política ni de la economía, sino al contrario. Lo que no quita para que en el mundo de la vida las que tienen que servir se sirvan de la señora a poco que se descuide.




50.- LA MALCASADA

Pedir a un banquero que se comporte como una hermana de la caridad es lo mismo que pedir peras al olmo. La economía tiene su propia lógica: Ya se trate de un empresario o de un banquero, de economía real o virtual, no es el hambre de justicia y mucho menos el amor lo que mueve ese mundo, sino “el hambre sacrosanta del oro” como dijo Virgilio. Levantar la palabra y la prédica moral, hablar al corazón, si en eso se queda y no hay más razón que la de un santo, es agua que no mueve molino. En el mundo de la economía, no. En este mundo sólo cotizan los valores económicos. Si hace o no hace como en política, donde la “erótica del poder” - no el amor fraterno- es lo que mueve a los políticos.

Esto no quiere decir que no haya excepciones y estados de excepción en los que se requiera los buenos servicios de hombres y mujeres excepcionales, así en el mundo de la política como en el mundo de la economía. Pero incluso los dirigentes excepcionales han de contar con la gente ordinaria y el comportamiento ordinario de los agentes económicos y políticos si quieren hacer algo que les ayude en una crisis, quiero decir, que les ayude a sacar de su atolladero a la economía y a la política.

Aristóteles subordinó la economía y la política a la ética, distinguiendo entre una filosofía teórica y otra práctica. Saber por saber, la teoría pura era para él pura filosofía: amor a la sabiduría. La filosofía práctica, en cambio, unida inseparablemente a la praxis, era saber vivir o gobernarse a sí mismo (ética), saber gobernar la ciudad (política) y saber administrar la casa (economía) Mientras que la técnica era solo un saber hacer cualquier cosa; por ejemplo, discursos (retórica), edificios (arquitectura), batallas (estrategia) o zapatos. Lo mismo que saber hacer dinero o hacerse con los votos en una campaña.

Cuando la economía dependía de la ética, ésta era la cabeza y aquella el cuerpo. Como el varón y la mujer en el matrimonio patriarcal. La mujer se emancipó del varón, y esto la llevó a una autonomía moral con más libertad. No a una falta de ética, sino a la observancia de una ética autónoma. Pero la economía, al emanciparse de la ética como actividad autónoma, nos ha llevado al libertinaje de un mercado sin restricciones.

El divorcio de la economía y la ética nos demuestra que la unión tradicional era de conveniencias. Me refiero a la unión de la ética puritana con el capitalismo, en una primera época en la que el negocio del alma -la ganancia del cielo - subordinó a sí mismo cualquier otro negocio: “¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?” (Mc. 8,36) Pero al desaparecer el incentivo del más allá en un mundo secularizado, cuando ni siquiera hay alma ni Dios que la bendiga, una vez reducida la humanidad al cuerpo y Dios al dinero, se acaba el negocio del alma y huelga la pregunta. Y al no haber más valores que los que se cotizan en bolsa, sobra también la dignidad humana, la estima y el respeto que nos debemos, el hombre como valor en sí mismo inapreciable. Como sobra la ética, siempre que le vaya bien a la economía.

Últimamente se ha dicho que la crisis económica puede ser una oportunidad para la ética. Denunciada la avaricia, el egoísmo, la falta de austeridad, el consumo desatado, la gula, la pereza y todos los pecados capitales como causa de la crisis, los economistas apelan hoy a las virtudes y los gobiernos piden a la ética un préstamo para salir de ella. Pero esto no es una oportunidad para la ética, sino para la economía que siempre arrima el ascua a su sardina. Y es volver al matrimonio de conveniencias, a un matrimonio convencional que ni siquiera conviene a todos sino a los banqueros, a los empresarios y solo en último término a los que tienen un puesto de trabajo. Eso es un soborno.

Según las últimas estadísticas, ha disminuido el número de divorcios en España. El divorcio es caro y sobre todo tiene consecuencias perversas para la economía familiar, ¿por qué no evitarlo en tiempos de crisis? Pues eso, se evita y ahorramos. Con lo que se vuelve, sin metáforas, al matrimonio convencional por motivos económicos. Y siguiendo la metáfora diremos que la economía es una malcasada mientras sea lo que es, y la ética también cuando deja de ser lo que debe ser: una señora. ( 13-11-2008)




















XIII

ÉTICA POLÍTICA

1-. No es lo mismo una ética política que una política ética. La ética política no es un privilegio para los políticos, sino la aplicación de la ley moral a la política. La política ética en cambio, si algo significa, puede ser una mala política y probablemente una mala ética; de igual forma que una economía ética suena a mala economía y, quizás incluso, a una mala aplicación de la ética a la economía.

2.- No es lo mismo un buen alcalde que un alcalde bueno. No se elige para alcalde a una persona porque sea buena, sino porque puede ser un buen alcalde. Si además es una buena persona, tanto mejor. Pero importa que sepa gobernar.

3.- Existe la opinión generalizada de que un político ha de elegir entre honestidad y eficacia. Si elige lo primero muchos pensarán que es un cantamañanas, otros no dirán nada y alguno reconocerá en privado que es un hombre bueno; pero como elija lo segundo muchos dirán que es un buen político, otros que es como todos los políticos, ninguno que es un hombre bueno y todos sus adversarios que es malo y deshonesto.

4.- No parece que la política sea un campo abonado en donde florezca la ética y las virtudes morales produzcan sus mejores frutos. Antes bien, se nos antoja lo contrario. El pueblo desconfía de los políticos, por algo será.

5.- Los que saben lo que se cuece y cómo se cuecen algunas decisiones «políticas» en los partidos, si son sinceros no se atreverán a negar que la ambición anda también entre los pucheros como Dios en un convento de carmelitas descalzas.

6.- Es cierto que el fin no justifica los medios, pero esto es una consideración moral. En realidad de verdad - y lo que sigue es una consideración política - el mejor de los fines no puede impedir que se utilicen todos los medios - y a veces ¡qué medios!- para obtener lo que se quiere.

7.- La ambición de poder es en la política lo que la codicia en la economía: el combustible. El que tiene mucha se quema, al que tiene poca lo abrasan. La ética política y la ética económica no pueden hacerse cargo respectivamente de la política y de la economía sin conocer a fondo esa realidad.

8.- Oponer un discurso moral al poder político es predicar en el desierto: la justicia que no se hace valer no se respeta.

9.- Sin embargo hay quienes se meten en el fregado de la política llevados tan sólo por un impulso moral y con una buena voluntad conmovedora.

10.- No es de extrañar si, al tropezar con la dura realidad de los hechos, repliegan sus alas y se achantan como palomas. No comprenden que, para remontar el vuelo en esa atmósfera, necesitan apoyarse precisamente en la resistencia del aire que se respira.

11.- ¿Sencillos como palomas? Para gobernar los prefiero prudentes como serpientes.

12.- El discurso político de Maquiavelo se desarrolla frente a la moral con plena autonomía. La actividad del príncipe participa de la misteriosa impenetrabilidad de la Providencia, a la que desplaza, para escribir recto con líneas torcidas.

13.- Si los resultados son los apetecidos, los medios no cuentan para la política. Y si los beneficios alcanzan a la gente, tampoco cuentan para la buena gente.

14.- Los que entiendan la política como una técnica para conquistar y conservar el poder, los que la consideren al modo «principesco» porque en el fondo creen que el Estado les pertenece, los que tienen un rey en el cuerpo o un hombre de «extraordinaria virtú», esos tales reconocen en el ilustre florentino al mejor maestro. Para éstos la ética no es un problema.

15.- Pero incluso los que se apartan de la escuela de Maquiavelo, deberían aprender de él a no fingir repúblicas imaginarias y a no abandonar lo que es por lo que debe ser. Bien entendido que lo contrario, renunciar a lo que debe ser, es también abandonar lo que es en su “porca miseria”.

16.- El fin no justifica los medios, claro. Por eso ignoran los medios quienes han alcanzado ya sus objetivos. Y los recuerdan, para condenarlos, los que están en la oposición y quieren alcanzar los suyos.

17.- Unos y otros utilizan con frecuencia los medios que necesitan para sus fines, según convenga, y una vez alcanzados si te he visto no me acuerdo.

18.- Que un político pragmático traicione sus convicciones íntimas o que no las tenga en absoluto es asunto suyo, que traicione a su electorado es asunto público. Lo primero no afecta a la república, lo segundo la arruina.

19.- Para que el Estado funcione se ha pensado en un Código para el Buen Gobierno: “Estoy seguro de que muchos empleados públicos se rigen por estas normas, pero el Gobierno ha querido regularlas para que a quien no las siga se le puedan sacar los colores”. Pero, Sr. Ministro, si se trata de una norma legal, lo que hay que hacer no es sacarle los colores a nadie sino sacar del puesto a quien la infrinja.

20.- Para que los representantes del Estado cumplan su papel basta con una ética mínima, semejante a la que se requiere para que funcione el mercado. Lo que importa a los ciudadanos es, en todo caso, que los representantes políticos hagan lo que deben y no el motivo que tengan para hacerlo.

21.-Un código ético para altos cargos de la Administración me parece una vana concesión a la moda de los códigos éticos profesionales y una peligrosa confusión entre lo que es legal y lo que es simplemente moral.

22.- Los políticos y los funcionarios no necesitan ninguna ética especial en el gobierno de su vida privada. Y para administrar la cosa pública tampoco, imagino que a los servidores del pueblo soberano les sobran leyes, papeles y reglamentos para saber cómo le han de servir.

23.- La ética política concierne a la actividad política: a la que se ejerce desde el poder político por mínimo que sea.

24.- La ética política es una ética de la responsabilidad. Cada uno es responsable de las decisiones políticas y de sus consecuencias en la medida del poder que tenga para decidir.

25.- Es también una ética del cuidado de la cosa pública: del mundo de la vida y de la vida en el mundo.

26.- El principio supremo de una ética política es que el mundo no se hunda. Me refiero al mundo humano y, por tanto, a que sobreviva la responsabilidad humana para que sea posible al menos lo que debe ser.

27.- Para actuar de acuerdo con ese principio supremo se necesita más que un código moral un motivo que levante la moral. La ética política es sobre todo la aplicación de la ética a la política. Es una práctica.

28.- Dios nos libre del gobernante que toma sus decisiones como consecuencias de principios generales, en abstracto, sin afrontar el reto de la situación y sea lo que Dios quiera: no está a la altura de las circunstancias.

29.- Para gobernar prefiero a una persona prudente con sentido común que a un hombre de muchas leyes y poca experiencia.

30.- La letra mata, y los letrados también si pierden el juicio.

31.-El espíritu vivifica, y los sabios con sentido común.

32.- La ley no viene al caso si no se aplica. Pero aplicar es siempre interpretar.

33.- Sentar el juicio al pie de la letra es poner la razón al pie de los caballos.

34.-La ley a palo seco es inflexible, no necesita interpretación. Ni jueces. Ni gobernantes responsables que la cumplan. Ni consejeros que aconsejen [¿por qué hay tantos, para cumplir las leyes o para esquivarlas?] Y basta con la burocracia, los funcionarios de carrera y la vigilancia de la policía. Una vez hechas las leyes, sobra con la política y el gobierno para ejecutarlas.

35.- Los ciudadanos hacen bien en sospechar de los políticos, y muy mal cuando desprecian la política. Harían mejor si votaran para “botar” -con b de bota- a los políticos corruptos y elegir a los mejores gobernantes.

36.- Los ciudadanos responsables que participan en la política no piden que les den la luna ni la esperan de los políticos. Deberían saber también que en este mundo los costaleros llevan la cruz y los políticos de oficio se quedan con las medallas.

37.- Pero a todos nos urge hacer lo que podamos por un mundo mejor, es nuestro deber. Y estamos obligados a ganar tiempo al tiempo, sin precipitar el juicio final y la catástrofe fomentando la desesperación de los pobres y la insostenible avaricia de los menos y más pudientes.

38.-El hambre mata a los hambrientos, la sed de los ricos que nunca tienen bastante los asesina.

39.- No falta pan ni sobran comensales, el probelma no es la producción de alimenos. Es el reparto.

40.- Si bien es cierto que en ninguna parte del mundo se ata a los perros con longaniza, como dicen en mi pueblo.

41.- ¿Puede justificar y motivar el arrebato de las utopías una revolución desde el poder o solo contra el poder de la tiranía?

42.- No, a la dictadura del proletariado. Sí, a la justicia social.




43.- ¡HAY QUE ECHARLOS¡

Una vez más hemos asistido a un espectáculo lamentable: al debate sobre la corrupción en el Congreso, a la trifulca del “tú más” entre facciones o facciosos que no cesa. A estas alturas - superado con mucho el nivel de tolerancia- uno cierra la tele y los ojos, la radio y los oídos, se tapa la nariz y no quiere saber nada de los políticos que se ocupan de lo suyo -que es lo bueno, para ellos- y descuidan lo que importa en general a los ciudadanos. ¡Ya basta! Uno sabe lo que necesitaba saber de los “okupas” de las instituciones públicas, de los que entran legalmente al parecer y se burlan de la ley después de entrar. Sabe lo suficiente al menos para tomar una decisión racional y hacer lo que debe hacer en la primera ocasión que se le ofrezca para hacer lo que pueda: votar en contra de todos ellos, botarlos a todos, o ayudar a sacarlos de dentro de las instituciones públicas como sea. Desde ya, salvo milagros de la historia, prometo ayudar a sacarlos con mi voto como se saca de su concha al caracol con un palillo, arrancarlos de su aposento - del sillón, donde tienen pegado el cuerpo- sin esperar que saquen solo los cuernos al sol - ¡y la baba!- después de la tormenta que se avecina. Estos señores están pringaos o eso parece, están cogidos o eso parece, y no pueden hacer nada salvo pedir perdón como parece. Incluso aquellos que dan la cara y asumen la responsabilidad de ahora en adelante para el futuro (!) no quieren mirar atrás, descubrirlo todo, bajarse los pantalones y exponerse a pagar por ello caiga quien caiga.


Al presentar ayer una batería de setenta medidas contra la corrupción , el Sr. Rajoy se rebeló contra “el fantasma de la corrupción” afirmando: “¡España no está corrompida! España tiene algunos corruptos que, afortunadamente, estamos sacando a la luz. El resto está sano”.


Cierto , Sr. Rajoy, toda España no está corrompida. Ni siquiera todos los políticos, por supuesto; pero huele en todas partes lo que viene de atrás, lo que se esconde en los paraísos fiscales y lo mucho que trasciende del hoyo donde yace todavía la corrupción depositada en carne mortal que es el cuerpo del delito. Mientras ese “fantasma” - como usted dice- se mueve libremente en su medio que es la oscuridad, la noche, y sigue vivito y coleando mientras usted duerme o mira al otro lado con cínica indiferencia. Usted sabe sin duda alguna mucho más de lo que dice. ¿Habrá un día en que todos sabremos todo lo que usted sabe ?



A pesar de lo poco que sabemos “de algunos corruptos porque ustedes afortunadamente lo van sacando a la luz” y de otros de quienes también se sabe -desgraciadamente para ustedes- aunque presuman ellos de “presuntos” y así los tomemos en público por imperativo legal, eso que llama “fantasma” no es una creación de la fantasía popular sino una peste que apesta y una una banda de sinvergüenzas que actúan realmente como ladrones donde y cuando menos se piensa. Y si eso es lo que entiende, pase la presunción como eufemismo de lo que no se puede decir. Vale. La presunción no es un delito, pero deje que sospeche de tantos presuntos. Una sentencia judicial confirma solo lo que aparece a la luz del día, y los fantasmas de la corrupción como todos los fantasmas se mueven realmente en la noche: los corruptos no son tontos, son pillos acaso de gran formato pero no tontos. Pero hemos llegado a un punto en el que, como es obvio, los demás tampoco nos chupamos el dedo. Diga lo diga, Sr. Rajoy, corruptos haylos, como las meigas, y usted sabe que son muchos más de los que dice, incluso en su propio partido. Solo que se mueven en la oscuridad. ¿Por qué no enciende la a luz?


Me contaba mi sobrino que tiene el coche en el taller hace ya bastantes días. Resulta que no es fácil localizar la avería porque, entre otras, está estropeado el OBD Scanner o detector de averías. Es el clásico problema de controlar a los controladores. Y eso es lo que pasa con los políticos profesionales que ocupan las instituciones, que cuando se estropean ni controlan ni se les controla y para empezar la reparación hay que echarlos. De esta trifulca del tú más no vamos a salir sin sacar a las partes en litigio. A no ser que salgamos a peor del atolladero y las partes en litigio se conviertan en cómplices. En cuyo caso tendríamos a toda la casta de un lado contra los ciudadanos a pie de calle, y al pueblo soberano desahuciado.


Desde la complicidad de los partidos solo cabe esperar que pidan perdón y un punto final, una amnistía y una falsa promesa de ser mejores. ¡Qué cara! Son como los niños que piden perdón cuando les pillan y prometen que no lo harán más. Pero los hombres cuando son malos a ciencia y conciencia, no tienen perdón porque ya no son creíbles. Y si no se les puede creer, habrá que echarlos. (28.11.2014)







XIV


PARA UNA DEMOCRACIA SOSTENIBLE


1.- Vivir en sociedad es convivir dentro de un orden.

2.- El caos no tiene límites.

3.- Pero el orden es por definición limitado: no cabe todo dentro de un orden.

4.- Una sociedad pluralista y abierta es muy tolerante, pero no hasta el punto de rebasar las condiciones de posibilidad del diálogo y de la convivencia pacífica.

5.- Lo único intolerable para una democracia es lo que no cabe dentro de su constitución. Salirse fuera para cambiarla es intolerable, ya se trate de un “gudari” o de un “lehendakari”. La diferencia entre ensuciarse en la constitución o mear fuera del texto puede ser enorme, pero no es esencial.

6.- Cuando no se respeta la valla de la ley, se defiende sin respeto el muro de la exclusión y el privilegio.

7-. Otra práctica intolerable para la democracia es la pretensión de hacer valer por la fuerza o el engaño la “santa opinión” en la que uno cree.

8.- Eres un pico de oro y tu opinión tiene mucho peso. Pero no olvides que en democracia las opiniones valen lo que los votos.

9.- La opinión se acuña como moneda política en las urnas. Y solo la moneda acuñada en las urnas es de curso legal en un Estado democrático.

10.- Una opinión muy votada no tiene por eso mayor autoridad moral que otra menos votada, pues sigue siendo verdad que el número de los necios es infinito y que las mayorías también se equivocan. Pero el hecho de estar en minoría no garantiza ser uno de los pocos sabios que en el mundo han sido.

11.- El que proclama su amor a la Tierra no puede erigirse por eso en representante de quienes la aman en silencio a su manera, menos aún de todos los que la habitan y en absoluto de unos supuestos derechos de la Tierra y de los animales que no dicen nada.

12.- La voz de los que no tienen voz no puede abarcar tanto, y siempre ha de respetar a los que sí la tienen.

13.- Todos tienen sus razones, y nadie toda la razón.

14.- Por eso hay que hablar y podemos hablar: podemos entrar en razón siempre, si eso es lo que queremos.

15.- Hay prejuicios, dogmas, iglesias, patrias y fronteras. Hay muros. Pero hay también campo abierto bajo un mismo sol, amplios horizontes que se desplazan, ríos y mares, caminos, calles y plazas, palabra en curso, viva, y es posible el diálogo...

16.- Hay ideas redondas y conceptos cerrados como puños. Hay ideas difusas como la luz que nos envuelve, y conceptos abiertos como la mano tendida: como el camino que se abre delante de casa y el día que amanece.

17.- Hay raíces, pero hay también ramas tendidas al aire de la comunicación universal.

18.- Una cosa es la mentalidad y otra la idea o las ideas. Muchos cambian de ideas, pocos de mentalidad.

19.- La mentalidad es como la cesta de ir al mercado: dura más que lo que se compra y se llena con lo que conviene.

20.- La mentalidad es la manera de pensar, no lo que se piensa. Es el continente que da forma al contenido, a las ideas. La mentalidad es como el talante que ahorma al temperamento, y que puede ser bueno o malo.

21.- Hay muchas personas con las que se puede hablar, personas con talante democrático.

22.- Y otras que tienen un mal talante o una mentalidad autoritaria, con las que solo se puede topar.

23.- A éstas se las torea si no hay más remedio, aunque es mejor evitarlas y no llamarlas para que entren al trapo.

24.- No todos los que tienen la misma mentalidad comparten las mismas ideas. Ni todos los sectarios pertenecen a la misma secta.

25.- No hay mentalidad sin contenido. Pero hay cantamañanas a granel, sin ninguna denominación de origen.

26.- El que no tiene ideas, ni principios, ni creencias, el que es indiferente no es por ello más tolerante. Simplemente no tiene nada que tolerar, porque todo le da igual.

27.- Una revolución mental es un cambio de mentalidad, no necesariamente de ideas. Y si es profunda cambia la vida.

28.- El hábito no hace al monje. Se puede cambiar de secta y seguir siendo un sectario.

29.- Las apariencias engañan: hay fanáticos a diestro y siniestro. Aunque los unos, obviamente, sean más diestros y los otros más siniestros.

30.- He visto celebrar liturgias muy parecidas y ofrecer sacrificios a dioses distintos o demonios. Ritos distintos en todo caso y devotos fervientes de todos modos.

31.- Por más que “cretino” sea un galicismo que viene de “chretién”, no puede decirse que todos los cristianos sean unos cretinos. De la misma manera que hay cristianos marxistas que no son cretinos, hay marxistas cretinos que no son cristianos.

32.- La fe en la fe es fanatismo. El ateísmo fanático es un absurdo, imposible en sana lógica pero muy frecuente en la vida.

33.- El fanatismo es la locura de la religión.

34.- Una fe en sus cabales es más que “la religión dentro de los límites de la razón”, como quería Kant. No obstante, la fe ha de ser razonable.

35.- No seas crédulo, ni supersticioso. Ni te fíes de la ciencia en las grandes cuestiones.

36.- La ciencia sirve para hacer cosas, no para hacer la vida. O para vivir, que la vida no es un producto. Ni saber vivir es una técnica.

37.- El racionalismo es el exceso de la razón, una locura.

38.- Y el nacionalismo, la superstición de los patriotas.

39.- Después de las guerras de religión llegaron las ideológicas y, pisando los talones, las guerras nacionalistas.

40.- Un ser humano con raíces pero sin ramas no tiene pies ni cabeza. Tener raíces es una metáfora, tener sólo raíces es un disparate.

41.- Hay valores morales que nadie discute: la igualdad, la libertad y la fraternidad son de ese tipo. Como la trinidad de las ideas platónicas: la bondad, la verdad y la belleza.

42.- Esos valores triunfan en el cielo de la abstracción y en los labios de los malos poetas, como la Luna, el Sol y las Estrellas. Todo el mundo los celebra y los predica: demagogos, pedagogos, filósofos, vates y sacerdotes, pero su reino no es de este mundo.

43.- El amor es para los cristianos el entusiasmo de la fe, el abandono en Dios. Porque Dios es Amor. Y sea lo que Dios quiera.




44.- El amor es la perfección de la ley, la desmesura: lo que rebosa lo justo y la medida, la gracia. Y en este sentido no es lo que debe ser: es o no es, esa es la cuestión.

45.- No hay fe sin obras, sin obras de amor. Y no hay mayor amor que dar la vida por el prójimo.

46.- La fe cristiana no tiene otra locura que la locura de la cruz. Ni siquiera la iglesia lo entiende, no dignamos el mundo. Pero es “sabiduría de Dios” (Pablo).

47.- La iglesia podría dar mucho de sí. Debería darlo todo: “El que guarda su vida la pierde, y solo el que la da la gana” (Cristo)

48.- Dionisio Areopagita llama a la encarnación del Verbo “divina filantropía”. Pero el diablo dijo a Zaratustra: “También Dios tiene su infierno: es su amor a los hombres” Y en otra ocasión: “Dios ha muerto. Su compasión por los hombres ha matado a Dios”

49.- ¿Es necesario que muera Dios para que el hombre viva?

50.- Los cristianos creen que el hombre es un hijo de Dios... muy consentido.

51.- Los ateos creen que no deben consentir a Dios.

52.- Punto y contrapunto, dos puntos: El punto de vista es invisible en ambos casos y la vista se pierde en el horizonte de todas formas.

53.- Unos y otros, ateos y creyentes -perdón, ellos también creen- están en la cuestión: y la cuestión es el hombre; es decir, la humanidad en cada ser humano...

54.- Puntos y contrapuntos, dos puntos, puntos suspensivos... Punto y aparte y punto y seguido. Nunca, punto final. El diálogo no lo tiene de suyo. Como la vida, que termina muriendo pero no de suyo.

55.- Hay ciudades que crecen sin parar mientras se vacía el centro histórico y el corazón se pudre. Se hinchan como manzanas ufanas; pero gozan sólo de una salud aparente, insostenible, hasta que se produce el infarto. Son como personas obesas y mal alimentadas. La ciudad moderna, desatada, es metáfora de la sociedad post-moderna y consumista.

56.- ¿A quién no le gustaría vivir descuajeringado en una fiesta sin ocaso, en un mundo de hombres iguales y divertidos, bajo la autoridad fingida de un “obispillo” o de un “rey de la faba”?

57.- Más acá de cualquier utopía, la vida cotidiana sólo es posible dentro de un orden. Saltarse las reglas, poner el mundo al revés, echar la casa por la ventana y celebrar los carnavales tiene su tiempo -como “todo lo que sucede debajo del sol”, como dijo el Cohelet- y vivir a lo loco todos los días convierte el mejor de los sueños en la más horrible pesadilla.

58.- En este país cada cual se 1o monta mirando su ombligo, y un poco más abajo - si es preciso- para que el mundo entero baile al son de su flauta.

59.- A veces pienso que la vida es sueño y nuestro mundo, el gran teatro del mundo, se ha convertido en un parque temático.

60.- También la perfección es un sueño en el que sueña la imperfección.

61.- El ideal democrático sería que aquello que afecta a todos fuera discutido y decidido por todos. ¿Es esto posible?

62.- Si la gente no puede entenderlo todo, ¿no es comprensible que se desentienda de lo que no entiende?

63.- De hecho pasamos de muchas cosas que nos conciernen y dependemos cada vez más de los expertos: acudimos a los especialistas y profesionales para muchos asuntos y éstos, a su vez, defienden el ámbito de su competencia contra los intrusos y no toleran la crítica de los simples aficionados. Y si eso es lo que hacemos cuando nos va en ello la salud o la educación de nuestros hijos, ¿por qué ha de ser distinto en la política?

64.- La gente se desentiende de los grandes problemas y ve el mundo desde su agujero, que es donde está su interés. Juzga de la economía según le va en la feria y de la política según sus conveniencias. Lo típico es la queja y la constante reivindicación. Todos tiran de la manta, y nadie piensa que puede romperse.

65.- El apoliticismo postmoderno, ¿ es funcional para un sistema de gobierno en las sociedades complejas?

66.- La democracia es lenta y, si es perfecta, imposible.

67.- Suprimid la palabra, que es el medio natural de comunicación humana y por ende la base de la comunidad, y acabaréis con el hombre y el ciudadano: lo convertiréis en un idiota, un ser demente y apolítico.

68.- El diálogo es la razón democrática a pie de calle, en la plaza, y la palabra abierta a la comunicación universal. Por tanto, nada que ver tampoco con la razón de Estado o la consigna del Partido.

69.- ¿Qué es la libertad de expresión sin la libertad de pensamiento? Nada, igual que la libertad de pensamiento sin la capacidad de pensar. Nada, también, cuando nadie habla.

70.- Nace la palabra al escucharla. Y muere cuando nadie la escucha. Conversar y convivir se dan la mano.

71.- El fundamento de la democracia es el pueblo soberano; es decir, los demócratas que ejercen como tales. Los ciudadanos activos, no los súbditos pasivos.

72.- No se hace una paella sin arroz, ni una democracia sin demócratas. El arroz es la base, pero hace falta algo más que ponerle un par de huevos.

73.- La opinión de la mayoría da que pensar a las minorías. Pero la mayoría no piensa... ¡ya lo tiene todo pensado!

74.- Los demócratas acatan la voluntad de la mayoría, los necios piensan siempre como la mayoría.

75.-Las leyes se acatan, las conciencias se respetan, la verdad se busca, el voto se pide y se concede: como la confianza..., que puede ser defraudada.

76.- Pero del dicho al hecho hay un gran trecho: las leyes deberían acatarse, todas; las conciencias deberían respetarse todas, la de todos; y el voto que se pide puede darse o no, pero nunca debería venderse.

77.- Como la confianza..., que tampoco debería ser defraudada.

78.-No obstante hay una diferencia: la confianza puede ser una inversión razonable cuando se deposita en álguien conocido que lo merece, mientras que depositarla en unas siglas a fondo perdido parece de locos.

79.- Es como invertir en preferentes.




80.- DIOS HA MUERTO ¿VISCA CATALUNYA?

Me despierto con una vieja “noticia” sobre la muerte de Dios; es decir, sobre la muerte de Dios en Cataluña o de la fe en Dios de los catalanes y, para ser más exactos, sobre el descenso de las prácticas religiosas en Cataluña. Porque la fe es invisible en todas partes como el amor, la esperanza y los sentimientos en general. Por tanto la noticia se reduce a un hecho sociológico o fenómeno observable, como la precipitación atmosférica, y cuantificable como los garbanzos, los votos y los accidentes de tráfico. Y en consecuencia datado en tiempo y lugar: “Desde 1980 al 2007 el número de católicos practicantes ha bajado en Cataluña del 33,8 % al 18,7 %”. Eso es todo.

La fuente de esa noticia, que publicó La Vanguardia el pasado 11 de enero, es el libro: Catalunya ha deixat de ser católica?, editado por la “Universitat Progressista d'Estiu de Catalunya” cuyo rector, Jordi Serrano, es también el que lo ha escrito. La pregunta, obviamente retórica, se despeja con una interpretación sesgada de los datos estadísticos que se aducen. Cataluña no solo ha dejado de ser católica sino que lo ha hecho a “un ritmo impresionante” -afirma el autor- y sin parangón con lo sucedido fuera y dentro de Iberia, incluido el País Vasco español. Lo que es motivo suficiente de orgullo y de celebración para él, catalán y destacado militante del laicismo, que bien podría emular a Nietzsche proclamando que Dios ha muerto y ¡visca Catalunya! que lo ha matado.

En esta “guerra” me declaro neutral entre ambas partes: los laicistas posmodernos que celebran la muerte de Dios y los fieles premodernos que lamentan como una tragedia la irrelevancia social de la Iglesia Católica. Si los primeros “creen” demasiado afirmando lo que no saben, los segundos me parecen hombres de poca fe en el que creen.

La noticia de la muerte de Dios reducida a sus justos límites, es una vieja noticia de Occidente. Ya la dio Nietzche, y un siglo antes aproximadamente (1796) Jean-Paul en su novela romántica Frau Siebenkäs, la abogada de los pobres. Esa noticia se refiere al ateismo como presunto destino de la civilización occidental. Pero la muerte de Dios en este contexto se entiende primero como negación del Dios de los cristianos y, después, de los ideales, las ideas eternas y los valores absolutos. Lo que vendría a ser para muchos anticipo de la decadencia de Occidente, ocaso del humanismo y presagio de la muerte del hombre. De hecho la consecuencia del ateísmo en la vieja Europa ha sido el nihilismo. Y su alivio, con frecuencia, un sucedáneo de la religión: la fe en el progreso ilimitado de los laicos progresistas, el nacionalismo y el fervor de los patriotas, la superstición del consumo o cualquier otra devoción de masas.

Pero Dios no es una hipótesis que necesite la ciencia, ni el ateismo una consecuencia necesaria del conocimiento científico. No hace falta creer en Dios para ser científico, ni dejar de creer por razones científicas. El ateismo metodológico de los científicos - es decir, la ciencia atea - es perfectamente compatible con la fe en Dios. Más aún, ese ateismo que explica el mundo como si Dios no existiera puede entenderse como una parte de la secularización, y ésta como un proceso histórico universal de origen cristiano. La fe en el Creador, al distinguirlo frente a todas sus criaturas, pondría al mundo en su sitio y a la naturaleza en nuestras manos. Dicha secularización o desacralización seria la causa de la secularización de la ciencia, de la naturaleza, de la sociedad, del mundo y del hombre. Y por tanto del conocimiento objetivo de la realidad y de su dominio técnico, pero también de la autonomía humana. Y de la construcción de un orden para la convivencia, de un mundo humano, fundado y gobernado desde la libertad de todos y para todos. Sin más leyes que las necesarias, ni más absolutos que la condición necesariamente supuesta para la convivencia pacífica. Esa condición incuestionable implicaría la obligación de respetar todos la libertad de los demás y la responsabilidad de todos en el cuidado de la naturaleza y del mundo de la vida.

Es ahí justamente - en esa conjunción de libertad y responsabilidad- donde aparecen los limites de un orden justo fuera del cual el desarrollo y el progreso indefinido se convierten en fanatismo insostenible. Y dentro del cual es perfectamente respetable cualquier otra fe que no se imponga nadie. Aunque no exista Dios como creen los ateos, lo que sí existen son las religiones. Por eso importa mucho la tolerancia. Pero hay un laicismo y, sobre todo, un nacionalismo que se parece un montón al fanatismo religioso. ( 31-1-2010)







XV


LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD


1.- “Obligad a entrar”, dijo S. Agustín. Pero yo os digo: ¡A la fuerza, ni al cielo!

2.- Dijo también: “Ama, y haz lo que quieras”. No tengo nada que objetar.

3.- “La verdad os hará libres” . Pero es mejor decir - para evitar malentendidos - que el amor a la Verdad nos hace libres.

4.- Nadie puede producir la buena voluntad y, menos que nadie, los otros hombres. Por no hablar de los padres, de la escuela, de los maestros y de todo el Ministerio de Educación.

5.- Aceptarse a sí mismo no es complacerse en sí mismo: es aceptar la posibilidad de ser lo que uno no es todavía. La autoestima, como hoy se dice, es amar y querer lo mejor de uno mismo: la voluntad de ser lo que se debe y la fuerza moral para ser lo que se quiere. Que esa es la buena voluntad y lo único que nos hace buenos.

6.- La libertad consiste en poder ser todavía, no obstante el rigor de la actualidad. Mientras hay vida es posible la transición, el camino y la responsabilidad.

7.- Ninguna situación ni circunstancia puede secuestrar o detener la existencia.

8.- Aunque es cierto, como dijo Ortega, que “soy yo y mis circunstancias”. Pero esto significa que cada uno ha de llevar su fardo y su camino.

9.- La libertad no se hereda, ni el camino que uno elige.

10.- Tampoco se hereda la experiencia, que es todo lo que puedes sacar del camino que haces: de “peregrinar”, que es ir a campo través.

11.- La experiencia es más bien amarga, o agridulce en todo caso.

12.- Una “gran experiencia” suele ser otra cosa; por ejemplo, “un viaje inolvidable” hasta que se hace otro... igualmente “inolvidable”.

13.- Unos te rechazan por venir de donde vienes, otros por haberte marchado. El hombre libre está en tierra de nadie.

14.- No soy oveja ni pastor, no sé mandar ni obedecer. No hace falta decir quién soy: un hombre solo.

15.- Nunca he visto andar ni tropezar a una columna.

16.- Lo que he visto es andar en columna o en fila india, uno detrás de otro. ¡Ay de los indios si el cacique es ciego! Todos caerán en la misma trampa.

17.- Pero si el cacique se pasa de listo y no está ciego, será ni más ni menos como todos los pastores. Y la columna como todos los rebaños.

18.- Prefiero ser una oveja perdida o la cabra que tira al monte que una oveja en el rebaño. La oveja que anda perdida puede encontrar-se perdida. La que no puede perderse ya está ganada para el pastor... y perdida sin remedio para sí misma.

19.- Preguntando se va a Roma, si uno quiere. Y deja de ir cuando no quiere.

20.- Pero Vicente va donde va la gente. Vicente es uno de tantos, pertenece al rebaño del mejor postor.




21.- LA DEMOCRACIA QUE NO ES

Se cuenta la cantidad, se distingue la diferencia y se piensa en la cualidad. No es lo mismo contar que distinguir, medir que meditar, pesar que ponderar, ni calcular que pensar. Hay una razón que calcula pero no piensa y otra que distingue la diferencia y piensa lo que es bueno. Lo que hoy llaman “pensamiento único” reduce el valor al precio, calcula pero no piensa. Ni escucha, ni dialoga, ni habla propiamente hablando. El “pensamiento único” es la derrota del pensamiento. Y de la moral, porque “el principio de la moral es el pensamiento” como decía Pascal. Sólo el principio, claro, que la moral es praxis; pero cuando ni siquiera se piensa, ya no hay por donde empezar a vivir humanamente. Una reforma educativa que relegue las humanidades se equivoca y nos confunde cuando llama “excelencia” a los excesos de la razón calculadora.

Mi hermano conoció a un granjero que fue a comprar un blanco belga en el país de origen, hablaba solo catalán y chapurreaba el castellano; pero volvió a los pocos días con un magnífico semental que sirvió para regenerar la población porcina del Matarraña. “¿Cómo te has entendido con los belgas?”, le preguntó mi hermano. “Muy sencillo - le contestó- vi lo que quería y al que quería venderlo, y empecé a sacar billetes hasta que hubo bastantes. Y nos entendimos sin mediar palabra” Pero eso que basta para comprar cerdos en cualquier mercado, no basta para entendernos en la Europa del Mercado Común.

No obstante la cantidad es objetiva y los números no engañan. Salvo estafa o error y de haber lo que se dice en la caja, en las urnas o en en la cesta de de la compra, siempre habrá una cantidad exacta: ni más ni menos. Por eso la información que se difunde en los medios es preferentemente cuantitativa. Por eso y porque la cualidad no importa; es decir, se supone cuando algo se vende y porque se vende. Y todas las campañas se parecen a la de Navidad. Ya se vendan programas políticos, periódicos, chorizos o pan bendito, todas las campañas son iguales.

¿Qué es la verdad? Ni se sabe, ni se busca. Todas las opiniones son respetables, pero de hecho cuentan solo las que se venden y las otras no valen nada. En una sociedad de mercado la verdad no se discute, se cuenta. Y las opiniones suben y bajan como la prima de riesgo. Es una pena que muchos lean al que más vende y pocos escuchen al que no cobra, que triunfen los sofistas en vida y los sabios acaso después de muertos. Es lamentable que la retórica haya desplazado al diálogo, la propaganda a la retórica y la publicidad a la propaganda. Pero esa es la tendencia que ha triunfado en la historia europea y se ha difundido por el mundo: se comenzó con el diálogo y el argumento en el ágora y hemos terminando todos tragando lo que nos echen en la pantalla. Agotada la modernidad y oscurecida la Ilustración, nos hemos quedado sin palabra y ,a la postre, como un tiro en la nuca, con el impacto visual y un ruido que ensordece. Ni siquiera nos queda el silencio para comenzar de nuevo.

No es casual que sea la obesidad un error de bulto en las naciones más desarrolladas y una epidemia la sordera. El guirigay de la crisis, que no cesa, no nos deja escuchar el grito del hambre en el Tercer Mundo. El triunfo de la imagen acaba con la palabra y la boca sirve solo para comer. Viendo lo que hay que ver, fomentar el consumo de los hartos es una huida hacia delante. Pero estamos ciegos y sordos, y la derrota del pensamiento es aplastante.

Es más fácil contar que pensar, y más seguro a corto plazo. El imperativo de la urgencia aconseja no pensar dos veces lo que hace la mayoría. La vida es breve, y tonto el último. La dictadura es más rápida y más económica que la democracia deliberativa. Argumentar y deliberar requiere tiempo y algo más si todos pensamos con nuestra cabeza, pero no hay otro modo de hacerlo. Sin embargo en una sociedad de ciudadanos activos solo es posible la convivencia humana si participamos todos en la actividad legislativa y nadie se sitúa por encima de la ley.

Cuando el cálculo desplaza al pensamiento, la política se subordina a la economía y los votos se adquieren en el mercado político. La mayor ganancia de los ganaderos depende de que hagamos todos como Vicente, que va donde va la gente. Y la mayor pérdida de la gente también, pues todos los rebaños acaban en el matadero. Pero en términos humanos, no contables, perdemos todos lo que más vale: la dignidad. Y vendemos la democracia que es por un plato de lentejas.




22.- El liberalismo político de los ciudadanos ha sido deplazado por el liberalimso económico de los mercaderes.

23.- El neoliberalismo no es el pensamiento único, es la derrota del pensamaiento y la dictadura de los hechos consumados.

24.-El discurso de los conservadores es muy sencillo y muy corto: “La realidad es lo que es aunque no nos guste”, como dijo Rajoy. Pero como le gusta... Pues eso, como dijo la abadesa.

25.- “O soy la abadesa o no lo soy, pero como lo soy...” Pues eso, fin de la cita.

26.-Los hechos son lo que son.

27.- Y lo que quieren que sean los que están bien como están. Por eso no se discuten... y menos con ellos.

28.- El mejor estado de bienestar para los que están bien como están es el que hay.

29.- Los hechos no se dicuten, pero se pueden cambiar. Aunque no quieran los que no quieren ni oír hablar del peluquín.

30.-Solo los que no son o son como si no fueran de este mundo, pueden soñar en un mundo mejor.

31.-Pero soñar dormidos es solo una pesadilla.

32.- Mientras que soñar despiertos es más que soñar.

33.- Porque es es ya actuar no sin pensar, sino a sabiendas.

34.- Es traer al corazón lo impensable: recordar y pensar en los otros y en lo otro, en lo que no debía haber sido y sin embargo fue: como Auschwitz, y en lo que puede y debe ser todavía aunque parezca impensable para que nunca más suceda lo impensable que sin embargo sucedió.

35.- Pensar es orar con la boca cerrada, y muchas veces a gritos con el corazón abierto.

36.- Pensar es comenzar, es responder y es actuar. Es reparar sin parar, es comenzar con otros. No es solo pensar.

37.-La acción política -y de eso hablamos- comienza sólo y cuando los ciudadanos se reúnen de común acuerdo.

38.-Conversacíón, concordia, colaboración, convivencia y la paz despues de todo y para todos es la meta. Todo lo que está más acá de esa meta es el camino. Y lo que no es camino es dictadura de los hechos consmados.

39.- Sólo es libre el que sabe a donde va, apenas el que sabe a donde le llevan y, en absoluto, el que no quiere saber nada.

40.- Libertad y responsabilidad: lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

41.- Los hechos pasan, las ideas quedan... por hacer.

42.- Los hechos pasan, pero dejan huella. Los hechos pasan, pero dejan consecuencias. Dejan lo que sigue, lo que les sigue en la historia de los pueblos: en las costumbres, en las instituciones, en los monumentos y documentos, en la realidad objetiva que también pasa pero más lentamente, en el mundo de la vida cotidiana. Hasta que el peso del pasado se hecha por la borda, sopla el viento y se hinchan las velas... Y pasa lo que tenía que pasar.

43.- El que está “aquí” no está por ahí, ní en la higuera. A no ser que esté sólo aquí, pues no hay manera de estar auténticamente aquí si no se está a la vez en todo.

43.- Aquí es el lugar de la responsabilidad. Estamos aquí cuando nos hacemos cargo de la situación.

44.- Aquí y ahora - no es posible lo uno sin lo otro - definen la situación en la que hay que elegir: en la que hay que existir.

45.- La gente no está nunca aquí: no se la encuentra cuando se la necesita, huye de la responsabilidad como alma que lleva el diablo y está de sobras en todas partes.

46.- La gente anda por ahí, Dios sabe donde pero no su hermano.

47.- “Arrieros somos y en el camino nos encontraremos”, dice el refrán. Pero se cuenta que los sacerdotes y los levitas pasaron de largo sin ver al samaritano. Nadie encuentra al que no busca.

48.- Y con frecuencia no le buscan a uno para hacerle un favor.

49.- Muchos son los que se quedan tendidos al margen del camino sin que los vea nadie.

50.- Y otros se retiran de la vida pública y están al acecho: ¿Es la vida privada una vida de bandoleros, como decía K. Barth?

51.- Mi amigo ha escrito un libro con este título: “De la hoguera a los pedestales”. Pero a Servet lo llevaron vivo a la hoguera y, a los pedestales, después de muerto.

52.- Las ideas no arden, pero se olvidan.

53.- Poco antes de morir, entre el 15 y 18 de septiembre de 1553, escribió entre líneas de su puño y letra contestando a las acusaciones de Calvino: “In causa tan justa sum constans et mortem nihil formido”, que quiere decir: “me mantengo firme en una causa tan justa y no temo la muerte” (en Actes theologiques du procès de Michel Sevet)

54.- ¿Fue Miguel Servet un obstinado? ¿un exaltado acaso? ¿alumbrado quizás? ¿un fanático? Exaltado sin duda y, más que alumbrado, quemado. Y un libre creyente, antes que un libre pensador.

55.- Si ya es difícil entender que un hombre muera en defensa de la libertad de expresión -aunque todavía comprendamos hoy al que diga como Voltaire: “Combatiré tu opinión hasta el fin de mi vida, pero estoy dispuesto a morir para que tú puedas expresarla”- lo que ya nos parece imposible es que un hombre muera por la fe que profesa.

56.- Frente a una opinión se puede levantar otra, pero nunca la mano. Sea ésta del padre, de la Iglesia o del Estado.

57.- La tolerancia gana con la fe, y la fe con la tolerancia.

58.- Si no tiene sentido matar a un hombre en defensa de una idea, ¿lo tiene morir por ella?

59.- “El romanticismo europeo estableció el siniestro prejuicio de que la disposición a entregar la vida por las ideas es digna de admiración y de elogio [....] En realidad, la disposición a entregar la vida por las ideas esconde un propósito tenebroso: la disposición a arrebatársela a quien no las comparta” (El País, en su editorial a propósito del cuarenta aniversario de la muerte de Ernesto Ché Guevara)

Podría entender lo que he leído si fuera posible desvivirse por todos los otros -los que son, los que serán, los que fueron y sobre todo por las víctimas- sin estar dispuesto a dar la vida por la humanidad que nos hace humanos. O al contrario, si la disposición a entregar la vida por la humanidad implicara la disposición a quitar la vida a quien no la comparta. No seré yo quien juzgue al Che Guevara, no viene al caso, pero sí el texto que se ha escrito a propósito de su muerte.

[No me duelen prendas. Al contrario, agradezco el comportamiento insólito y confortante del Comité de Redacción de El País que publicó a los pocos días una nota discrepando de su editorial]

60.- Un hombre cuyo valor supremo consista en salvar la piel, más que vivir sobrevive. Y una sociedad que solo piensa en sobrevivir está acabada.

61.- El ser humano fuera de la humanidad -de ser posible- sería un individuo sin pasado ni futuro, sin ascendientes ni descendientes, hijo de sí mismo y para sí mismo. No es en ese individuo en el que pensaba Kant, sino en la dignidad humana que nadie debe rebajar en sí mismo o en los otros a simple medio para otros fines.

62.- Puede que el Islam esté detenido en una situación premoderna.

63.- Y puede que la civilización moderna -occidental, posmoderna ya y poscristiana- agonice en un hombre terminal que ya no sabe, ni quiere ni puede morir por nada. Un hombre cada vez más pequeño, el último hombre del que hablaba Nietzsche: el usuario final de sí mismo, el hombre que se consume a sí mismo.

64.- La historia de la humanidad es un drama imposible sin actores humanos. El último hombre es el fin de la historia. Y del hombre.







XVI


EL SILLÓN DETRÁS DE LA MESA


1.-“A mandar”, eso dicen los que sirven. Pero los burócratas, que tienen mesa y sillón en la Administración, no están para servir sino para mandar y hacer cumplir lo que está mandado.


2.- Todos los políticos que gobiernan, los ministros y los servidores públicos piden más participación ciudadana. ¿Por qué no se callan? Pedir que los ciudadanos participen en el servicio público es tan absurdo como pedir a los señores que participen en el servio doméstico.

3.-Lo que tienen que hacer ministros y funcionarios es escuchar a los ciudadanos y estar a lo que mande el pueblo soberano. Y si no dice nada o no saben lo que dice, que le pregunten.

4.- El que ocupa el sillón -a no ser que esté sentado detrás de la mesa un idiota- tiene al menos un punto de vista oficial: habla desde el sillón como hablaría cualquiera en su lugar. Y no dice nada que no esté previsto en los papeles, en la ley, en los estatutos, en las ordenanzas, en el reglamento y en el boletín oficial si viene al caso.

5.- Si es un funcionario de carrera tiene normalmente, por lo menos y por lo más, el punto de vista oficial.

6.- Pero si es un político se supone que ha de tener también el punto de vista de su partido y su propio punto de vista.

7.-A no ser que sea un sinvergüenza y sólo tenga entonces, además del sillón, su propio punto de vista.

8.- El propio punto de vista es como otro sillón detrás de los ojos: el punto más oscuro de quien se sienta detrás de una mesa.

9.- La mesa es el ámbito de gestión y resolución, define las competencias de quien está sentado detrás de la mesa: lo que no le concierne no se pone sobre su mesa, o no le llega o va a parar a quien corresponda. Y en último caso, a la papelera.

10.- La mesa se interpone entre el sillón y la silla o el que está de pie delante de la mesa. Advierte que la silla para las visitas no es imprescindible.

11.- El que está sentado en el sillón no puede prescindir de su mesa ni de su sillón, si ha de conservar su privilegiado punto d e vista.

12.- Pero la mesa no es un mueble, es una posición inmueble. Y puede estar de modo invisible incluso cuando uno y otro, el que tiene la mesa y el que no la tiene, se sientan juntos en un sofá.

13.- Una mesa redonda no tiene pies ni cabeza: es una mesa que no permite que nadie se siente de modo patente detrás de la mesa. No es una mesa oficial: Si usted está sentado a esa mesa y viene otro y se sienta, no hay modo de saber a simple vista quien de los dos está sentado detrás de la mesa. Colocar un “centro” en el centro no cambia su naturaleza.

14.- Una mesa rectangular sí tiene pies y cabeza, sólo que no se sabe quien está en los pies y quien en la cabeza. Para evitar confusiones el centro se descentra y se coloca en la cabecera.

15.- Hay quienes ponen los pies sobre la mesa, los codos, las cartas... ¡y hasta sus vergüenzas! O las pistolas, que viene a ser lo mismo. Pues ya sea esto o aquello, se trata siempre de enseñar la razón de la fuerza, la fuerza bruta y el poder al desnudo.

16.- El que está sentado detrás de una mesa bien colocada ve la cara a los que entran y el culo a los que se van. Pues nadie entra de espaldas, ni por la espalda si la mesa está bien colocada. En cambio las visitas solo ven la cara del que está sentado detrás de la mesa; es decir, la fachada, que es la mitad del hombre más aparente, y nunca la otra mitad.

17.- La ventaja que tiene el que está sentado detrás de una mesa bien situada es que tiene siempre las espaldas cubiertas. Y con frecuencia los riñones.

18.- La mesa redonda es como una plaza y la plaza como una mesa redonda: una y otra son accesibles desde cualquier punto de vista o de partida. Me refiero a la mesa y a la plaza como deben ser: redondas y abiertas, de libre acceso.

19.- Una plaza accesible sólo por una puerta y desde una sola calle no es una plaza, es un callejón sin salida. De la plaza y de la mesa se ha de poder salir también libremente en todas las direcciones. Por eso las plazas y las mesas redondas son lugares de encuentro: espacios para la conversación, la convivencia y los negocios.

20.- Nada que ver la mesa redonda y la plaza con la mesa altar y con el templo. La mesa es para los curas y el templo sólo para los fieles. Esto es así aunque el templo dé a la plaza y no la ocupe, o el sacerdote hable en cristiano y celebre de cara al pueblo.

21.- La pertinaz burocracia y la sagrada jerarquía son primas hermanas.

22.- La plaza tiene que ver mucho con el mercado libre y poco con la administración de lo divino y lo humano.

23.- En una plaza abierta no se puede desplazar a nadie. Y si no es abierta o no caben todos, ya no es una plaza: es un corral.

24.- Otra propiedad de las mesas redondas cuando se emplean para comer es que siempre le pueden servir a uno el primero... o el último. Los que sirven -que al comer aparte es como si estuvieran a los pies de la mesa- saben lo que corresponde.

25.- En la sociedad del conocimiento los ciudadanos no quieren “trabajos serviles”: para servir están los emigrantes. Los ciudadanos quieren “trabajos liberales” y, a ser posible, liberarse del trabajo con una buena colocación.

26.- Eso es lo que se quiere y para eso se estudia, no para saber. Muchos se contentan con un master, con un módulo o como se llame ahora. A fin de cuentas se trata de colocarse bien.

27.- El padre iba detrás del arado, el hijo se sienta detrás de la mesa. A ser posible en la Administración pública. Y si no es posible, de encargado o jefe en el alguna empresa.

28.- ¿Sobran funcionarios? Digamos que no faltan. Y a veces los hay hasta el absurdo de hacer la administración pública más cara y menos eficiente.

29.- Hay que añadir que la Administración del Estado compra cada vez más servicios al sector privado, con lo que proliferan por doquier estudios, consultorios y gestorías. Y la parte menos dinámica de la sociedad civil se busca la vida en sus aledaños.

30.- La ineficacia de la Administración, que justifica su reforma, no justifica en absoluto la práctica abusiva de comprar a otros los servicios que presta a los ciudadanos.

31.- ¿Para qué sirven los servidores públicos que no sirven? ¿Para ocupar el sillón? ¿O para conservar la estructura del Estado?

32.- No puedo creer que los funcionarios, que han hecho una oposición, sean tan inútiles como para que se prescinda de su trabajo.

33.- ¿No será que les pasa como a los agricultores, a los que se les paga para que no siembren porque sale más barato importar el grano?

34.- Si no se aprecia su trabajo, se humilla al trabajador: aunque no se le quite el sueldo, le quitan la dignidad. Y esto es desmoralizador. Sin embargo, mientras disminuye el numero de agricultores, crece el de funcionarios... para nada.

35.- De la teocracia a la tecnocracia pasando por la burocracia, que no cesa.

36.- Los ciudadanos hacen cola, solicitudes, instancias, declaraciones..., y se empapela al pueblo soberano.

37.- La Adminitración está al servicio del pueblo soberano, no sin la mediación de sus representantes políticos que gobiernan. Menos mal que los políticos que gobiernan, para que no se desmande la Administración, eligen un defensor del pueblo soberano -y a sus expensas, claro – que controle a cuantos tienen sillones y mesa puesta para servirle.

38.- Menos mal, es un decir. Hay casos en los que el remedio es peor que la enfemedad.

39.- NO HAY JUSTICIA POR AHORA

Como todos los años el Justicia de Aragón, que lo es hoy en funciones Fernando García Vicente, ha presidido la ofrenda de flores a quien lo fuera hace siglos: a Juan de Lanuza el Mozo, ejecutado a los tres meses de su promoción ( el 20-12-1591) en la plaza del Mercado de Zaragoza, por orden de Felipe II de Castilla y I de Aragón, por haber levantado la voz y algo más en defensa de las libertades de los aragoneses. Agotado su mandato el pasado mes de marzo, que no su paciencia, García Vicente sigue a pesar de sus quejas con tal de defender las nuestras. Y es por eso que se demora en el cargo hasta que se pongan de acuerdo para elegir a otro quienes le eligieron; es decir, más o menos los mismos y por supuesto los diputados que salgan de las urnas en las próximas elecciones de la Comunidad Autónoma, según recientes declaraciones a la Prensa de la Junta de Portavoces para el caso. De todos modos, poco importa un año más después de tantos.


Después de entregar el informe anual de la institución correspondiente a 2014 al actual presidente de las Cortes de Aragón, José Ángel Biel, ha declarado García Vicente que “ha sido un honor [para él, obviamente] ser Justicia de Aragón durante 16 años”. Añadiendo a continuación que no es tan fácil como parece “sobre todo cuando te toca controlar a las personas que te eligieron”, lo que es sin duda otra obviedad. Como lo es lo que dice seguidamente al destacar que “los partidos políticos al principio suelen recibir con mucho interés las quejas y proposiciones pero con el paso del tiempo algunos se cansan de recibirlas” . De acuerdo. Lo que no entiendo es que no supiera donde se metía, ¡claro que no es tan fácil! ¿Cómo puede ser fácil controlar a los que te eligen? Lo que no se comprende es que no lo supiera antes de entrar y que aguantara tanto en dicha institución.



Compartimos también lo que ha dicho otras veces, sus quejas, y que pida que algunas de sus “recomendaciones y sugerencias sean vinculantes” para defender las nuestras contra una Administración que no sabe, que se llama andana, y que parece díscola si no arbitraria cuando no responde. No todo tiene que judicializarse, por supuesto, pero el defensor del pueblo no sirve para nada y los ciudadanos que acuden a él están indefensos si todo depende de una mera sugerencia o recomendación. O si la alternativa al silencio de la Administración es solo pleitear contra ella y eso todo lo que recomienda.



No me hago ilusiones y, como ciudadano de a pie, me importa poco quién sea el Justicia después de las elecciones. Hay personas valiosas, honestas, preparadas y de buena voluntad para hacerse cargo de esa carga en Aragón. Y por lo que a mí respecta puede seguir el mismo que está en funciones, no creo que sea mejor el que venga después con menos experiencia. No confío en la institución, ni en quienes la ocupan si no la cambian. Tampoco en el apoyo de los partidos políticos y en quienes tienen otras ocupaciones más interesantes o mejores colocaciones en el estado de bienestar. No confío en quienes eligen a sus controladores. Ni en los controladores que tienen tanto que aguantar y algo que perder: en los que se quejan y, quejándose, siguen en los puestos. Mientras los partidos que gobiernan en las instituciones públicas decidan quien ha de ser el defensor del pueblo, el Justicia -o como se llame- será juez y parte o mediador interesado en la negociación. Por tanto si en algún caso se requiere la participación de los ciudadanos en la elección de un cargo público es en este del Justicia.



Desconfío del poder, que hace siempre todo lo que puede y solo se detiene ante un poder igual o superior. Que no repara ni se para ante prédicas morales, como hizo Herodes ante el Bautista. Reconozco , no obstante, que la fuerza moral es superior a la fuerza bruta: el que la tiene -bendito sea- domina su poder y no rebla ante el poder de los otros. Pero sucumbe si el de los otros, los muy brutos, sigue siendo superior. El Bautista no rebló, y le costó la cabeza. Me pregunto qué puede la razón contra el poder, la fuerza moral contra la fuerza bruta. ¿Nada? Y sin embargo vemos que los que tienen el poder quieren tener además la razón. ¿Por qué será? Sin duda para aumentar su poder. Contra la fuerza que es la razón del poder y solo por eso quiere tenerla – comprarla o que se la den aunque no la tenga-, la opinión deliberada, defendida y publicada por los ciudadanos es el poder de la razón. Una poderosa razón, principio y fundamento de la democracia. El Justicia tendrá que esperar. Que sea al menos para bien de todos los ciudadanos de este país. (20-2-2015)

40.- Los labradores que siempre han hecho de su capa un sayo y de su palabra una escritura, han cambiado de oficio: ahora son profesionales del campo, agricultores, empresarios agrícolas..., y necesitan tener más letras para llenar más papeles.

41.- En aquel tiempo en los pueblos los que se casaban se hacían la casa con la ayuda de todos los parientes. Ahora se necesita licencia del ayuntamiento y un proyecto para derribarla. La arquitectura popular es objeto de estudio, bien cultural catalogado y monumento..., ¡pero ya no es una actividad permitida!

42.- ¡Ah! Me olvidaba decir que hay mesas redondas que no son lo que parecen. No todos los que se sientan a la mesa redonda participan en la toma de decisiones. Hay mesas redondas en las que unos ponen la cara -y las flores- y otros se sientan como los demás en una silla sin abandonar el sillón invisible: residencia de su poder y disimulo de sus vergüenzas o del punto de vista más oscuro.







XVII


GRACIA Y JUSTICIA


1.- “Ministro” es el que sirve, eso es lo que significa en origen. Pero ese vocablo ha sufrido un corrimiento semántico y sigue siendo un término a la deriva como tantos otros. Apenas hay un “ministro” que piense en servir, ni “ministerio” al servicio del pueblo.


2.- No es seguro que los ministros de Dios sirvan a Dios y menos a los hijos de Dios. El “Siervo de los Siervos de Dios”, tampoco. Todavía tienen demasiado poder en la Iglesia y alguno conservan fuera de ella. Y así no están bien situados para servir, ni bien dispuestos. No están en el lugar que les corresponde.


3.- Los ministros de Dios administran los sacramentos como una medicina que cura en virtud de su aplicación. Deberían estar más al servicio de la fe, que es libre, y una gracia fuera de control. Pero eso es un punto de meditación para los fieles, un misterio. Y apenas un punto de reflexión para la jerarquía.


4.- QUE LOS MINISTROS SE PONGAN

A SERVIR

El Obispo de Roma - como se hace llamar hoy el que lo es, Francisco para todo el mundo- ha pedido a los cardenales, obispos, curas y "pastores" en general que salgan de sí mismos y dejen de ser "intermediarios", "gestores" o "administradores" de lo sagrado; es decir, "sacerdotes" que dan, expenden o administran sacramentos, bendiciones y divinas palabras a los fieles, parroquianos o clientes de la Iglesia. Como hacen normalmente los profesionales que se precien en las mejores empresas y , por supuesto, los funcionarios o servidores públicos en la Administración del Estado. "Ministro" es una palabra de origen latino que significa literalmente "servidor público", igual que "liturgia" significa en griego clásico literalmente "oficio o servicio público". Sin embargo los ministros de cualquier liturgia, civil o eclesiástica, han llegado a ser lo que hoy se entiende en el lenguaje ordinario con ese nombre: "servidores en general bien servidos"....o, como dice el Papa, "gestores", "administradores" e "intermediarios" que ofician y pontifican mediando en lo divino y lo humano hasta chuparse los dedos. Si es que no lo fueron ya desde el principio bajo el engaño de buenas palabras. De todas formas la deriva semántica de los atributos -y de lo que significa el nombre que se lleva- precede a veces y sigue siempre a los cambios que se producen en la realidad objetiva y en la posición social de los sujetos de quienes se predican. Y al final los eufemismos se ajustan a su valor de cambio, como las monedas en el mercado.



Ni la Iglesia es hoy una "asamblea santa" y un "pueblo de reyes" por más que se cante en misa, ni la nación española un "pueblo soberano" por más que se diga en la Constitución y se proclame en el parlamento. La Iglesia no lo es al menos como institución real y realmente establecida en este mundo, asentada, construida, levantada más como templo que reunida como pueblo en el camino y como camino que se hace solo al andar...Y como si ya hubiera llegado y, por tanto, sin esperanza ni fe en lo que está por ver y por venir. Y en las democracias reales pasa lo mismo: ni todos los ciudadanos son iguales, ni el parlamento es sin más la sede de la soberanía popular sino de los partidos, ni los ministros están sencillamente en el gobierno para servir al pueblo como si no tuvieran nada más que hacer. En realidad no existe la democracia ideal, que no es de este mundo. Como tampoco el Reino de Dios, que no es la Iglesia. Pero entre uno y lo otro: lo que es , más bien poco, y lo perfecto -que sería una pasada- hay un camino. No es pedir demasiado si pedimos a todos los pastores o líderes de este mundo, dar al menos los primeros pasos como pide Francisco a los curas:


“El sacerdote que sale poco de sí - ha dicho el pasado día 27 de marzo en una homilía- se va convirtiendo en intermediario, en gestor. Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor ya tienen su paga, y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con olor a oveja, pastores en medio de su rebaño, y pescadores de hombres”.


La dimisión del Papa Benedicto nos sorprendió a todos, la elección de Francisco también. Difícil es dimitir, pero comenzar e inaugurar es más difícil. El nuevo Obispo de Roma recién estrenado tendrá que elegir, en consecuencia, a pescadores de alta mar que sepan lo que es bregar cuando es de noche y a pastores de campo abierto que le ayuden a sacar al pueblo cristiano del corral en el que se halla metido en conserva para su perdición y triste ganancia de ganaderos. Así como de una tradición muerta y mortificante: de un depósito donde se pudre la cristiandad que nos haría cristianos, y de una Cristiandad que nos retuvo mucho tiempo en un malentendido monumental del Evangelio. Si es que quiere ir -y llevarnos- con ese pueblo y en medio de ese pueblo a la tierra prometida, pues no tenemos aquí ciudad permanente. Nadie la tiene y, menos que nadie, los pobres a los que solo les queda la esperanza -y esto porque no se puede comprar- y todo el camino por delante.



Francisco tendrá que elegir como colaboradores necesarios a servidores que sirvan y no se sirvan del pueblo."Ministros" que se apeen para servir , y perviertan el escalafón: que la jerarquía sea en efecto para bajar y no para subir, para que el primero sirva a todos. Para que esté en posición de servicio con todas sus fuerzas. No para que otros suban a ocupar el poder, sino para poner el poder como escabel a los pies del pueblo de Dios. Francisco tendrá que elegir a servidores del pueblo dispuestos a cambiar el confortable centro histórico por los suburbios, la periferia y más allá hasta el último rincón del mundo. Tendrá que elegir a compañeros, obispos y colegas que no se muevan como Pedro por su casa, que salgan de ella y hasta de sí mismos: que se desvivan por los otros. Que no,que no se trata ya de salir de casa e ir por todo el mundo girando como peonza sobre sí mismo para no caerse. Que no es dejarse ver o poner en escena al Papa como hizo Juan Pablo II. Que es ponerse a servir, salir al encuentro de los otros aunque sea dando tumbos y no ponerse a bailar sin parar ni reparar en nada y en nadie para volver consigo al mismo sitio sin perder la compostura.



Me pregunto si es eso lo que quiere el Papa y lo puede hacer Francisco. Dudo que se lo pueda permitir la Iglesia Católica, y muchos son los que tememos que la Curia Romana haga lo imposible para que no sea. Pero si no obstante sucede contra toda esperanza - es decir, contra toda expectativa razonable- y Francisco hace lo que dice, será para celebrarlo: un acontecimiento realmente histórico, un milagro, nada que ver con lo que pasa normalmente en la naturaleza y una revolución de mayores consecuencias que la caída del Muro. Todos son flores para Francisco en Pascua Florida. Pero se ha de ver todavía lo que sea en Pascua Granada. (9.4.2013)

5.- La justicia es ni más ni menos, la gracia más pero no menos y la injusticia menos pero no más.

6.- Si te pagan lo justo, no tienes por qué dar gracias. No envidies la suerte de quienes están “obligados”.

7.- El que no tiene nada que dar a cambio, solo puede dar gracias.

8.- Lo que cuesta vale, pero vale solo lo que cuesta. La gracia no cuesta nada, pero vale mucho más.

9.- “Solo el necio confunde valor y precio” (A. Machado)

10.- Ser generoso y agradecido es mejor que ser justo, pero el mezquino y el ingrato ni siquiera aprecian la justicia.

12.- La gracia es el colmo de la justicia: no pases el rasero a la medida justa, no le quites la gracia.

13.- La gracia es la plenitud de la ley, y una desgracia si no la cumple.

14.- La ley del embudo es injusta; pero si le das la vuelta y tratas a los demás mejor que a ti mismo, puede resultar graciosa.

15.- La justicia se aplica, la gracia se concede.

16.- Los ministros de la justicia, al aplicar la ley, miden a todos con la misma vara. Bueno, es lo que deberían hacer siempre. Pero a veces dan con ella y la rompen.

17.- Los ministros de la justicia no pueden propinar un guantazo sin convertirse en sayones. La tortura no tiene ninguna gracia.

18.- Administrar justicia es dar a cada uno lo suyo, ni más ni menos.

19.- Como los médicos que administran una medicina conforme a la dosis necesaria, sin propasarse.

20.- La gracia y la desgracia se administran a discreción: son el exceso. Pero la gracia es el exceso y el colmo de la justicia, y la mayor desgracia el exceso y el colmo de la injusticia. Se administra una propina y se propina un castigo.

21.- La gracia no es intolerable, pero hay envidiosos que no la aguantan. La injusticia en cambio que padecen los pobres es más llevadera para los ricos, y una desgracia intolerable para la humanidad.

22.- Un mundo en el que unos pocos son cada vez más ricos y muchos cada vez más pobres es insostenible ecológica, económica, política, cultural, social y por supuesto moralmente hablando.

23.- Sin la gracia del perdón no es posible un mundo nuevo.

24.- La gracia no se merece: es un presente imprevisto, un don. Sencillamente, lo nunca visto.

25.- La gracia está en el comienzo. Los niños ven lo que no se ve. La niña me cogió el dedo y me tiró de la mano:

- ¿Adónde me llevas?

- “Vamos a ver las gallinas que no hay”, me contestó.

Llegamos al corral y, en efecto, no había gallinas. Yo no las vi, a mis años sólo se ve el pasado y apenas el presente. Pero comprendí que ella, a los tres años, viera las gallinas que no hay y adivinara los huevos que sin duda nos iban a dar: “Uno para ti, otro para mí, dos para la abuela, quiquiriquí”. Asombroso. Y pensé que la esperanza es hermosa, aunque venga Pedro después con la rebaja. Porque la vida no tiene tanta gracia y ni siquiera es justa muchas veces.

26.- Los pobres no piden la Luna, no son unos ilusos. Se contentan con lo necesario. En cambio hay algunos ricos, muy ricos, que ya han reservado su billete para ir a la Luna. Lo malo no es que vayan, lo peor es que vuelvan.

27.- El mundo necesita urgentemente una administración mundial justa y eficaz. Una administración a voluntad y unilateral de la justicia y un reparto injusto de los recursos es insostenible en un mundo globalizado.

28.- No siempre los voluntarios administran la gracia en el mundo, ni la justicia los funcionarios. De todos modos es deseable más rigor en los primeros y menos burocracia en lo segundos.

29.- Entre gracia y justicia no hay compensación, ninguna de las dos remedia la mala administración de la otra.

30.- Pero a veces la ayuda al desarrollo parece, por desgracia, una estrategia de complicidad entre solidarios y funcionarios a mayor gloria de los Estados.







XVIII


LA SOCIEDAD CIVIL


1-. ¿Qué es la sociedad civil? ¿El “todo Madrid”? ¿El conjunto de las personas influyentes, las que cuentan y con las que hay que contar, sin olvidar a los caciques, mandarines y bufones de una ciudad? ¿Eso es todo o son todos los ciudadanos?

2.- ¿Son acaso los cien mil privilegiados?

3.- Los muertos en particular no pertenecen a la sociedad civil, ni el pueblo en general.

4.- La sociedad civil la integran todos los que cuentan, y solo cuentan los que tienen voz. No el pueblo, sino los que toman la voz del pueblo. O mejor, los que toman la voz de los ciudadanos que no dicen nada.

5.- La sociedad civil son todos los que tienen peso en la sociedad, los que suman o restan en la balanza y en eso que llaman relación de fuerzas vivas: los propietarios, los que tienen poder propio y propiedad privada. Los que tienen recursos, amistades, influencias.

6.- Nunca los pobres, que solo tienen esperanza: lo último que se pierde. Pero a este paso todo llegará.

7.- El poder corrompe. Y es bueno sospechar del poder político, que ostentan los que gobiernan. Buena es por supuesto la vigilancia, la crítica y la oposición al gobierno en el parlamento. Buena es la crítica de la sociedad civil en la plaza y buena es la libertad de expresión que para eso está entre otras cosas. Pero sin olvidar que no es poder todo lo que reluce y que hay poderes sentados en la sombra. Y otros en la arena.

8.- La prepotencia del gobierno es una estupidez. No hay enemigo pequeño, y la demagogia de la oposición es puro cinismo: la ventaja de los políticos, tanto mayor cuanto menor sea la posibilidad de gobernar, es prometerlo todo sin hacer nada. Y la desconfianza de la gente que critica al gobierno tanto si llueve como si no: “porco governo”, es un prejuicio muy arraigado en la sociedad civil y un síntoma de inmadurez democrática del pueblo.

9.- Entre el Estado y el Mercado se extienden las O.N.Gs, que se contaminan por los “bordes”. Unas se contagian al entrar en contacto con el Estado y, otras, con el Mercado. Y algunas navegan entre Escila y Caribdis como Dios les da a entender.

10.- Pero esto sucede en todas las buenas familias y desde luego en la Iglesia Católica, que es sin duda la O.N.G. más grande y la más vieja.

11.- Según la percepción generalizada en el mundo y desde un punto de vista laico, es la iglesia de base o la base de la Iglesia - que no es precisamente la cúpula de San Pedro- la que presta al mundo los mejores servicios. Esa es la iglesia más antigua en el ejercicio de la caridad, y la matriz de muchas organizaciones no gubernamentales.

12.- No hay que escandalizarse. Pero no hay que olvidar tampoco que la corrupción de lo mejor es lo peor. Y que nada huele tan mal en el mundo como la “caridad” rancia que se corrompe.

13.- En el “Arca de Noé” todos los animales eran inocentes. Y en el “Arca de Zoé”, todos fueron responsables de lo que pasaba menos los niños que aún no podían serlo. Y en la barca de Pedro, lo mismo.

14.- Pensar que las ONGs merecen más confianza que los gobiernos es un prejuicio. La presunta independencia de las ONGs frente al Estado de Derecho no es ninguna garantía.

15.- Ninguna ONG vive del espíritu, del alma o de la madre que la parió, como podríamos suponer. Todas tienen un cuerpo y es una superstición creer que se alimentan del aire.

16.- Los caudales de la solidaridad van a parar a los cauces más aparentes y mejor dispuestos, como va el agua a su drenaje. Y las subvenciones del Estado de bienestar y de bien hacer -de la beneficencia pública- también.

17.- ¿Dónde está la clientela del tráfico de influencias? Atar corto a los políticos y a los altos cargos de la Administración y sacrificar al cordero de nuestros pecados, no bastará si anda suelta la oveja que lo ha parido. Pues bien, la oveja y el lugar natural de esa clientela es la «sociedad civil»

18.- No la sociedad sin más sino la sociedad con apellido, la sociedad que cuenta en sociedad: la “sociedad civil”, esa es la madre del cordero.

19.- La «sociedad civil» que retorna, como se dice alegremente, es en el fondo la que nunca se fue. A su manera -que es la del mercado y, a veces, por caminos inescrutables- la burguesía ha conservado hasta hoy una especie de “voto censitario”: esto es, un mayor poder de decisión en los asuntos públicos que el resto de los ciudadanos que depositan su papeleta en las urnas y sus papeles -instancias, solicitudes y recursos- en la ventanilla única de la Administración.

20.- En un mundo en el que todo lo maneja la mano invisible del mercado, ni la derecha ni la izquierda están al margen de ese manejo. Confiemos que la izquierda sepa lo que hace la derecha, y a la inversa.

21.-Y que ambas manos no se laven la una a la otra sin que los ciudadanos se enteren...de lo que hacen los políticos en el gobierno con la “sociedad civil”.

22.- Sólo faltaría que, después de ensuciarse, los partidos políticos lavaran la ropa sucia dentro de casa.

23.- Que los políticos no se entiendan de espaldas al pueblo. Que se digan lo que tengan que decirse en el parlamento, que para eso está. Y que apelen al pueblo soberano debidamente informado. Eso es una democracia deliberativa y transparente.

24.- Hay políticos que no se casan con nadie y otros que se casan “con un buen partido”. Todos los que se casan, si no pertenecen ya, acaban perteneciendo a las mejores familias de la sociedad civil. Los primeros son políticos incómodos y los segundos acomodados.

25.- Lo que más molesta es que se coman el cerdo quienes lo alimentaron con su silencio. Me refiero a los que nunca tuvieron una palabra de aliento para los políticos que nadie pudo corromper cuando mandaban algo y después, si no los meten en un mismo saco con todos los demás, les hablan en voz baja de los corruptos como si les dieran el pésame.

26.- El poder no se comparte, se negocia acaso. Y los políticos de oficio no reparten beneficios en ese negocio: todo lo capitalizan.

27.- Cuando se crea un departamento de participación ciudadana se piensa, sobre todo, en administrar la gracia a la sociedad civil. Que es la que ríe las gracias de la Administración.

28.- Hay excepciones que confirman la regla, faltaría más.




29.- PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Una democracia sin demócratas no se sostiene, un electorado en ejercicio cada cuatro años no basta. Un mercado político, menos. Y no digamos ya una clase política, o las empresas políticas en competencia: los partidos. Decir que ha llegado la hora de la política es andarse por las ramas: no es a los profesionales de la política, sino a los políticos que no practican a quienes hay que movilizar. Me refiero a los ciudadanos, claro. Son éstos, ni siquiera lo que se llama la sociedad civil. Son los que tienen voz y voto, pero no ejercen. Son los ciudadanos que están al borde de la desesperación, de la abstención, los hartos de la política por culpa de los políticos acomodados. Estos son los que tienen que moverse: los que están postrados, no los que están sentados.

Los sociólogos distinguen entre católicos practicantes y no practicantes. ¿Son los curas y los obispos católicos practicantes, son fieles en la práctica? Parece que sí, obviamente. En igual sentido al menos que los políticos profesionales son ciudadanos activos. Tanto en la iglesia como en los partidos lo que importa es el pueblo elegido o el pueblo soberano, respectivamente; pero viendo las cosas por la base y desde la base, puede que los jerarcas sean excesivamente profesionales y poco representativos de la afición o devoción de los practicantes. Lo que explicaría que los partidos se vacíen de militantes, y de fieles las iglesias.

A medida que crece el desprestigio de la clase política y la amenaza de una abstención masiva, somos cada vez más objeto de campañas institucionales de participación ciudadana. En vano, si los que ocupan el sillón no pierden el culo y la compostura. En vano, si no empiezan a bailar alrededor del pueblo soberano en vez de tocar la gaita para que los demás bailen a su alrededor. Y si bailan, si los ciudadanos se abstienen y bailan los clientes, si todavía hay ratones que muerden el queso y el engaño, tanto peor para todos. Da pena ver como en los partidos los militantes se reducen a los políticos de oficio, ministros y consejeros, alcaldes y concejales, y poco más. Y a una nube de simpatizantes, indefinida, que no cotiza y se aleja cada vez más de los partidos no obstante el esfuerzo para atraerla y hacer que llueva en la finca. Da todavía más pena la corrupción de la política por culpa de los políticos. Y sobre todo saber que el espíritu no se realiza al margen de las instituciones y que muere, por desgracia, demasiadas veces en ellas. ( 26-3-2010)

30.- Todas las iglesias, todos los gobiernos y todos los que representan algo, esperan del publico en general que aplauda y pague: que los fieles depositen la limosna, los ciudadanos el voto y que el respetable saque la entrada.







XIX


ECOLOGÍA DE LA ESPECIE


1.- Después del fiasco del «socialismo real», se extendió por todo el mundo la economía de mercado y el monoteísmo del becerro de oro.

2.- El peligro del capitalismo triunfante es que los mercaderes, si no se les vigila, hagan trampas y ensucien el campo y el mercado, la naturaleza y la sociedad. Igual que los gamberros que ensucian las calles, los servicios públicos y los ascensores de la comunidad de vecinos, cuando se quedan solos.

3.- No se discute la eficiencia del capitalismo y la potencia del egoísmo como motor de la economía. En efecto, como decía Adam Smith, «no es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, lo que nos suministra la cena, sino la consideración que les merece su propio interés; por eso no apelamos a su humanidad, sino a su egoísmo, y no les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas”

4.- Pero sería estúpido fiarse de la mano invisible, porque al panadero, al cervecero y al carnicero, que buscan «racionalmente» su beneficio, se les puede ir la mano y darnos para cenar gato por liebre.

5.- Menos aún son de fiar los ilusionistas que venden a los ilusos la moto o el futuro: esa liebre que nunca se alcanza y que ellos, los especuladores, ¡ay! , se sacan de la manga. Llegó la crisis, hoy lo sabemos más que ayer pero menos que mañana.

6.- Recordaba el presidente del Club de Roma, Díez Hochleitner, antes de comenzar en Río de Janeiro la Cumbre de la Tierra, que el modelo capitalista «no tiene sentido de la justicia social ni se plantea sus efectos a largo plazo sobre el desarrollo social (...) y el medio ambiente».

7.- Una «racionalidad» incompetente en benevolencia y relaciones solidarias, si campa por sus respetos como racionalidad autónoma tiene que hacer estragos en la naturaleza y en la sociedad.

8.- El futuro de la Tierra es impensable mientras sea una casa con dos pisos y una falsa: mientras los del Norte, que viven en el principal, no se acuerden de los del Sur que malviven en la planta baja, y el granero esté lleno de pájaros de mal agüero y vacío de recuerdos y esperanzas que todos podamos compartir. Nada será ya posible si la casa, dividida, se hunde por falta de cobertura moral.

9.- Hace tiempo que pasó la euforia del desarrollismo económico, que es el mito del progreso en carne mortal. El crecimiento de la humanidad, cuando se mide en términos puramente económicos, tiene un límite más allá del cual es imposible añadir un jeme a su estatura.

10.- La Tierra es una nave que hace agua por exceso de carga.

11.-Podemos ser más, pero no tener más y consumir más. Tampoco multiplicarnos hasta llenar la Tierra como cayuco de emigrantes. No llegaríamos a puerto.

12.- Cambio de clima

Ya somos muchos

en el planeta:

¡Éramos pocos,

parió la abuela!



La especie crece,

aumenta el roce;

todo se mueve,

la Tierra encoge.



Por eso el clima

que se calienta,

es ya el chivato

de este sistema.

13.- El desarrollo económico sostenido, que es justo y deseable en los pueblos no desarrollados, ya no es sostenible a nivel planetario.

14.- Ha sonado la alarma y nos ha llegado la hora de aligerar el equipaje. ¿Desarrollo económico a cambio de naturaleza? Sí, pero donde haga falta.

15.- Y esto significa que unos tienen que disminuir para que otros crezcan.




16.- LA TIERRA ESTÁ ENFERMA

Creíamos que no era normal la primavera flor de un día, el otoño interminable y la demora del invierno en nuestras latitudes. Como la furia del tsunami en las playas del Pacífico, los tornados en el Caribe, las inundaciones de acá y de allá, la gran secada y la gran remojada..., los desarreglos de Gaia en suma: su malestar o su venganza, como dicen los devotos.

Pero los “hijos de la Tierra” o de Gaia, que ese es el nombre de la devoción, creían demasiado y nosotros demasiado poco. Por fin los más sabios del mundo, llamados a consulta por las Naciones Unidas, han diagnosticado que “el calentamiento de la Tierra es ya evidente a partir del aumento de su temperatura y de la subida del nivel del mar”. Y el director del Programa para el Medio Ambiente, a cuya petición se hizo la consulta, ha dicho que “han desaparecido las dudas acerca de si la actividad humana está provocando el cambio climático; Y cualquiera que, con este informe en la mano, no haga algo al respecto, pasará a la historia como un irresponsable”.

Nos preguntamos quién es ese “cualquiera”. ¿Acaso uno de los sabios? ¿acaso el hombre? ¿la mujer acaso? ¿el ser humano en general? ¿los políticos en particular? Deberíamos echar la culpa a los políticos ¿Y por qué no a todos los gobiernos? Quizás comenzando por EE.UU., que es el que más puede y el que menos escucha, y acabando con Naciones Unidas: la que menos puede y la que más habla, para cerrar el círculo de los responsables que tienen ahora mismo el informe en la mano.

Que sea la actividad humana la que pone enferma a la Tierra es, por otra parte, una perogrullada. Nadie es más sabio ni más sano que la Naturaleza. Por tanto, si eso es lo que creemos, no hay otra alternativa para el diagnóstico. Se trata de un virus y ese virus somos nosotros. Los hombres no estamos enfermos, somos animales en-fermos; es decir, no-firmes, inestables, inacabados, sin límites propios y capaces de comprometer en nuestra historia a la madre que nos parió y a cuanto vive según su naturaleza si no nos controlamos responsablemente.

La humanidad es la única especie que se desmanda y crece sin mesura. Crecemos en número, en años y en estatura, en poder y en capacidad técnica para dominar la Tierra, en ambición también, en consumo, pero no en virtud y en responsabilidad. Gastamos a tope lo que tenemos y aun lo que pensamos tener: el futuro. Traemos a nuestras casas el clima que nos conviene y los productos del campo fuera de tiempo. Lo queremos todo a domicilio y a pedir de boca. Y si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña; es un decir, y un hecho que Mahomed viene a España por eso mismo. Y el señor Rodríguez, que al parecer lo tiene todo ¿ a dónde no irá el señor Rodríguez?

Somos muchos y nos movemos más, lo que agrava la enfermedad de la Tierra al aumentar el tráfico y el consumo. Crece la economía. No es que el reparto sea justo, que disfrutemos por igual del sol, del aire, de la tierra, ni siquiera que todos tengan acceso a un vaso de agua. Pero esa injusticia no altera de suyo el peso de la carga que soporta la Tierra. Por tanto, no basta con repartir mejor si se produce lo mismo. Una humanidad responsable no puede crecer sin mesura. No lo aguanta la Tierra.

De ahí que los problemas ecológicos se transformen en problemas morales. No porque la vida sobre la Tierra sea un valor absoluto, no porque lo sea cualquier vida. Ni siquiera porque sea un valor moral la mera supervivencia de la especie humana. Aunque lo fuera, que no lo es, la especie humana podría salvarse en unos pocos a costa de muchos. Pero eso, que la haría sostenible para la Tierra, resulta moralmente intolerable a la humanidad. En este sentido vale más la justicia que el mundo entero, más que la vida, más que la especie humana y que todas las especies. Qué diremos entonces ¿qué se haga justicia aunque el mundo se hunda? No. Porque tampoco sería posible la justicia si no lo fuera la supervivencia humana.

Necesitamos a todos los niveles gobiernos responsables que se hagan cargo de los problemas ecológicos por mor de la dignidad humana. Que se cuiden de la Tierra como espacio habitable para todos, que saquen del mercado lo que no tiene precio, que no especulen con el aire, con el agua, con el suelo, y que no toleren que otros lo hagan. Porque una cosa es durar y otra vivir, como me decía un amigo. Y no es lo mismo la buena vida, como piensan los listillos, que la vida buena como dice y siempre supo la buena gente. ( )

17.-La humanidad en su conjunto ya no puede crecer razonablemente más que en sabiduría y en virtud, en solidaridad y justicia, en paz y libertad bien entendida, esto es, en valores imponderables. Sólo en tal sentido podemos y debemos ser aún lo mucho que nos falta.

18.- Pero los valores más sólidos no se cotizan.

19.- La anorexia y la bulimia espiritual: el disgusto y la vomitina de valores inmateriales están en la raíz de todos los problemas financieros. Cuando no vale la palabra y las palabras vuelan, el papel moneda es solo papel y humo cuando se quema.

20.- La supervivencia de nuestra especie y de la vida en la Tierra que habitamos, el buen rollo y el desarrollo sostenible, dependen del corazón humano: nada se contamina si nuestro corazón está limpio, y todo si la codicia lo ensucia.

21.- El otro problema que tenemos, más político que económico, es de “ecología social” o de “gobernanza”. Si la libertad se entiende y se mide como libertad de elección y ésta crece con el número de opciones disponibles, la cuestión es saber cuánta libertad cabe dentro de un orden; es decir, hasta qué punto puede crecer el número de opciones sin romper el vínculo de la convivencia pacífica.

22.- Si los actores del sistema - los electores- son pocos tocarán a más opciones por cabeza y a menos si son muchos. Ese es el dilema de la gobernabilidad de un régimen: o mucha libertad para unos pocos o poca libertad para muchos.

23.- La democracia es el orden más abierto de cuantos podamos imaginar: ¿Es posible más democracia en un solo Estado?¿Es posible más democracia en el mundo? ¿Cuánta libertad cabe en un mundo libre?

24.- Hay, claro, otro concepto más sutil de libertad. Me refiero a la libertad esencial, que es inconmensurable como el amor y no crece con el número de opciones. Me refiero a la capacidad racional de elegir uno lo que debe sin ser obligado nadie a elegir lo que no debe. El que es libre de esta manera es también solidario, y quiere la mayor libertad de elección posible para todos los hombres.

25.- He aquí, pues, el único desarrollo sostenible sin límites: el desarrollo moral de la humanidad, no de la especie humana, sino de la humanidad que nos hace humanos.

26.- Los problemas ecológicos afectan a todo el planeta y a la sociedad mundial y sólo tiene sentido plantearlos al mismo nivel, aunque la actuación sea obviamente local: aquí y ahora en cada caso.

27.- Ya se trate del impacto sobre el territorio, de la ecología de la mente o de ecología social, del cambio climático o del cambio cultural, hay que estar aquí y a la vez en todo si se quiere ser y actuar responsablemente. O si queremos estar a la altura de nuestro tiempo.

28.- El tiempo que hace, el clima, da señales alarmantes. Y los signos de los tiempos que corren, de la historia, son muy preocupantes. Pero los hombres interpretamos mejor los fenómenos de la atmósfera que los acontecimientos de la historia. Nos protegemos de las tormentas, como los animales. En cambio en la historia cerramos los ojos y sea lo que Dios quiera: ya escampará.




XX


ECOLOGÍA DE LA MENTE


1.- El mismo año en que apareció El Origen de las Especies (Darwin, 1859), Stuart Mill publicaba Sobre la libertad y, en el encabezamiento de la obra, declaraba su intención con estas palabras de Humboldt: “El gran principio (......) es la importancia absoluta y esencial del desenvolvimiento humano en su rica variedad”

Y más adelante, en el c. II, escribía: “Lo que hay de particularmente malo en imponer silencio a la expresión de opiniones, estriba en que supone un robo a la especie humana, a la generación presente y a la posterioridad...”

2.- Salvar las diferencias no es dejarlas a un lado, sino apreciarlas y ponerlas a salvo de la indiferencia: del pensamiento único, de la estadística, de la homologación y del formen filas, del todo a cien y del consumo obligatorio por remesas, de la reducción al mando del dinero, del allanamiento de los matices en el mercado y de la confusión entre valor y precio.

3.- Allanar las diferencias para que haya orden es cortar por lo sano y acabar con el orden. La gracia está en salvar las diferencias dentro de un orden: en el acuerdo, en los acordes, en la composición armónica, en la unidad de lo distinto y en la coincidencia de los opuestos.

4.- Según el Segundo Inventario Forestal que edita el Ministerio de Medio Ambiente, había 95.411.028 árboles mayores y 228.009.844 menores en la provincia de Zaragoza. Lo que no sabía el Ministerio es que los árboles menores eran ya 228.009.847 y no 228.009.844 a los pocos días de dar a conocer esas cifras, pues yo mismo planté con mis manos tres olivos para cargarme su estadística. ¿Se imaginan lo estupendo que sería que 1os patronos le hicieron al lNEM la faena de crear empleo aunque sólo fuera para desmentir el censo oficial de los parados?

5.- Pero mi rebeldía no es contra la Administración, que, mal que bien, hace su trabajo contando árboles, votos, jubilados y lo que haga falta. Sino contra la estimación cuantitativa de la realidad que nos impide discernir los matices, apreciar las cualidades y disfrutar de la flor, de ésa, porque siempre es ésa la que existe, como aquella del Principito que sólo tenía una. Y también, ¡ay!, comprender al que sufre y lleva clavada la espina, la que duele, porque él y su espina son también innumerables.

6.- Las especies vegetales amenazadas de extinción en los próximos años alcanza la friolera de 50.000. Por lo que respecta a España, la FAO lamenta ya la pérdida irreparable de numerosas variedades de melones. Cada pérdida limita la selección natural en este reino –el vegetal, se entiende- y disminuye la capacidad de adaptación de las especies que quedan. El desastre ecológico, motivado por la tendencia a la uniformidad alimentaria, se debe a una agricultura selectiva que acaba con las «malas hierbas.

7.- Me ponderaba hace años, antes de su “erradicación”, Santiago Marraco – el presidente de la Diputación General de Aragón, el primero de esta Comunidad Autónoma- que en Méjico se obtuvo una variedad de trigo muy resistente a la sequía gracias a una humilde planta que todos despreciaban. Ahora comprendo que la FAO recomiende conservar al menos en laboratorio las plantas amenazadas.

8.- Sin embargo lo más urgente no es conservar la rica variedad de nuestros melones y de las cincuenta mil especies vegetales en peligro de extinción, ni evitar la extinción de las gramináceas mejicanas tan útiles para combatir la sequía. Porque el hombre no vive solo de pan.

9.- Dotados peor que otros animales que se adaptan por instinto a su propio medio y sobreviven, los humanos disponemos sólo de la razón para vivir en cualquier medio. Pero si no la usamos, no sobreviviremos en ninguno ni tan siquiera como las garrapatas en el suyo. O las barrellas en Los Monegros.

10.- Hay una “ecología de la mente” (el título de la obra de Bateson, equiparada por su trascendencia a la de Darwin) que aplica a la noosfera la teoría general de los sistemas, según la cual “todo sistema que vive destruyendo su entorno, se destruye a sí mismo”. Por tanto una mente inflexible que se afirma en contra de su entorno ideológico, se destruye también a sí misma.

11.- Lo que amenaza la supervivencia humana, más que la uniformidad alimentaria y la destrucción de las especies, es la pereza mental y la extinción del pensamiento disidente.

12.- La mente se desarrolla y el conocimiento crece siempre en el diálogo, no en la tautología o en el monólogo. Nunca en el rechazo de las ideas sino en la confrontación. Nunca en la negación de los hechos sino en la observación.

13.- El discurso sólo avanza en zigzag, en diálogo: entre nosotros.

14.- El saber se alimenta de energía renovable y no ocupa lugar.

15.- El desarrollo de la mente humana siempre es sostenible y no contamina.

16.- Pero no todos lo apetecen, bastantes lo desprecian y muchos no lo toleran.

17.- La Red es una herramienta que está modificando nuestra manera de pensar y de leer. Demasiada información y mala digestión. Aunque los pensamientos no se tragan, se asimilan, se entienden, se aprenden, se interpretan, se valoran, se critican, se estiman, se piensan y se responden... Y eso requiere tiempo y atención. Y esfuerzo, como la vida misma. La pereza mental y la falta de voluntad, la abulia, son enfermedades graves de nuestro tiempo.

18.- Lo que sí contamina es la ignorancia, y los prejuicios, las ideologías, la propaganda, la publicidad, el adoctrinamiento, los malos libros de texto cuando se imponen y los malos maestros... que no consienten la crítica.

19.- La realidad no contamina la mente, nada que esté ahí ante nosotros como un objeto la contamina. No son las cosas, ni siquiera un texto es tóxico cuando cae en las manos de un lector inteligente.

20.- Por eso no entiendo la polémica desatada sobre los contenidos de EpC y sobre los libros cuando el problema está en los maestros y en los alumnos. La escuela no es una reserva, ni un invernadero, ni una guardería, ni el huerto del cura..., es como el mundo y para vivir en ese mundo donde hay de todo. También iglesias, claro, y partidos y opiniones diversas, y muchas tribus y culturas... Y todo lo que está en el mundo de la vida puede entrar en la escuela si viene al caso de la convivencia. Claro que en un contexto de libertad y como materia de lectura y, por tanto, de crítica, de diálogo, de interpretación y para la mutua comprensión de las personas.

21.- ¿O es que no puede entrar en clase lo que sale en televisión? Estar bien informados no impide estar bien educados. Bueno es saber en que mundo vivimos y conocer el terreno que pisamos, sin renunciar por eso al mundo que nos parece mejor y sin abandonar el camino que elijamos.

22.- “Cada maestrillo tiene su librillo”, dice el refrán. Qué pena que no tengamos todos sentido común. Porque la letra mata... cuando se impone, y la mala leche es lo que contamina. Pero educar no es adoctrinar, nunca. Ni iluminar al que no sabe es quemar al disidente. Educar es siempre enseñar a leer.

23.- No es lo mismo educar en la fe que inyectar la fe. Se supone que lo primero deberían hacerlo los padres y las iglesias. Inyectar, nadie. Y todos, informar. Pero sobre todo la escuela pública. La asignatura de religión debería impartirse a todos a título informativo. Y por tanto, como materia sometida a crítica y bajo las mismas condiciones que cualquier otra. Para entregarla a la responsabilidad de los alumnos.




24.- MINARETES, CRUCIFIJOS Y BELENES

Hay lugares de paso como los aeropuertos, las estaciones, las áreas de servicio, los hospitales y supermercados..., espacios que llaman los antropólogos “no-lugares” y que son igual en todas partes. En la mesilla de noche vimos dos ejemplares del Corán. De no ser por eso hubiéramos creído que estábamos hospedados por ahí en cualquier habitación sin santo y seña, incluso en Zaragoza sin ir más lejos. Pero era obvio que habíamos salido de aquí.

Viajar es ir, por ejemplo, a Estambul - que es lo que hicimos - y advertir al menos la diferencia en la mesilla de noche. Es mirar al exterior a través de la ventana, o de la ventanilla del coche o de los ojos, porque hay quien ve sin mirar y ojos como ventanas cerradas. La ventana de aquel hotel se abría sobre el hipódromo romano, que fue, y nos ofrecía en bandeja lo mejor de una ciudad singular y distinguida: Santa Sofía a un lado, el mar de Mármara al fondo y a la derecha la Mezquita Azul. Durante toda nuestra estancia gozamos de aquella vista generosa y el ultimo día nos asomamos tres veces por la ventana: una antes de irnos a dormir, la otra a media noche cuando no podíamos dormir y la tercera cuando nos despertó la llamada a la oración de la mañana. No abrimos el Corán. Pero sí los ojos, la ventana, los oídos y quiero creer que un poco el corazón al escuchar esa llamada y ver la Mezquita Azul. De ahí, de alguno de sus minaretes, nos llegaba en directo la voz del almuédano. Y nos pareció que otros le respondían desde otras mezquitas y minaretes o, mejor, que multiplicaban la misma llamada como los gallos que saludan juntos al mismo sol y que esa llamada trascendía todos los tejados y todas las cúpulas. Inevitablemente pensé en lo que siempre había pensado al oír aquí el Bendita y alabada sea la hora que se canta desde las torres del Pilar: que la invocación de acá sobre Zaragoza no difiere mucho en la forma de la invocación de Alá en el Islam. Sin que pensara nunca por eso que debía negar la diferencia entre los contenidos religiosos bajo tal forma o afirmar la misma vigencia social, aquí y allá, de dicha costumbre.

Otro día visitamos el complejo religioso del Sultán Eyüp Camii, un santuario sin concesiones al turismo. Regresamos en barco por el Cuerno de Oro hastaro Eminonü, tocando en zigzag las dos orillas. Durante la travesía nos sentamos frente a dos señoras que habían subido con nosotros en el embarcadero del santuario. Al parecer eran madre e hija. La mayor sacó de una bolsa dos rosquillas de pan con semillas de sésamo y nos ofreció una amablemente. La tomé en seguida, la partí en dos pedazos y le di a mi esposa la mitad. Se pusieron muy contentas. Carmen buscó en la guía unas palabras: Tesekkür ederim, dijo, que quiere decir “muchas gracias”. Sonrieron. Y aún tuvimos tiempo de aprender otra palabra: Hosca kalin, que quiere decir “adiós” y es lo que dijimos al bajarnos del barco.

Recojo estos recuerdos y los comparto, si alguien los quiere, a propósito de una polémica sobre minaretes y crucifijos de allá y de acá, de Turquía y de Europa, de Estambul y Zaragoza, o de Suiza. Sabiendo que una cosa es ser laico y otra cretino, y que hay cristianos laicos que no son cretinos y laicos cretinos que no son cristianos. Que hay Estados laicos, como Turquía; pero no sociedades laicas, sino pluralistas como la nuestra. Y que un Estado laico de acá puede permitir la presencia del crucifijo en las escuelas, sin obligar a rezar. Con el mismo derecho con que el Estado turco permite llamar a la oración desde los minaretes de allá. Ponderando las cosas y las circunstancias del lugar, claro.

Una sociedad pluralista es una sociedad de ciudadanos que se respetan, salvando todas las diferencias. Y un Estado laico es el que respeta incluso la diferencia entre diferencias: lo de café para todos no es respetar, es arrasar. O vaciar de contenido los lugares y convertirlos en espacios indiferentes, espacios para correr y no detenerse en nada y ante nadie. Sin obstáculos ni consideración alguna. Es convertir los lugares en “no-lugares”.

Deseo a todos un comienzo en estas Navidades, una vida nueva. Y que el sol vaya en aumento para todos. No hagamos un belén en el peor de los sentidos. Ni por el velo, ni por los minaretes, ni por el crucifijo. Paz y convivencia con sentido común. Y un beso para Aminatu Haidar. Gracias, hermana. (18-12-2009)

25.- Viajar no es desplazarse. Ni explotar es salir de sí. Una bomba se desplaza hasta que explota, y la bala sale sin salir de sí. Las bombas y las balas no viajan, ni se hospedan. Las balas se alojan... y matan después de entrar, las bombas entran saliendo para matar.

26.- Salir con la casa encima como un caracol no es viajar, es también desplazarse; aunque mucho más despacio que una bala y con menos mala baba.













XXI


TODOS SOMOS EXTRANJEROS


1.- Todos estamos de paso.

2.- ¿Lugar de nacimiento? Eso que sé no importa, ¿por qué me lo preguntas? Lo que importa es mi destino, que no conozco. ¿Cuál es el tuyo?

3.- Todos somos extranjeros, ciudadanos de una patria futura en el exilio.




4.- EL CAMINO DE SANTIAGO

La inauguración civil del Xacobeo comenzó en la Praza do Obradoiro a las 16 horas del 31 de diciembre, en un acto presidido por el presidente de la Xunta, y terminó en los soportales del Pazo de Raxoi para protegerse de la lluvia. Pero la apertura de la Puerta Santa se produjo a golpe de gracia y de martillo de plata, bajo el sol, a las 17 horas y quince minutos, y fue presidido como es obvio por el arzobispo de Santiago en presencia de las autoridades civiles. Siguió la misa. Y hasta llegar el Año Santo con el año nuevo (2.010 P. C. N.) quedó tiempo todavía del año viejo, un tiempo muerto, hasta comer las uvas juntos o separados- por lo civil o por la iglesia- que esto nunca se sabe en casos semejantes.

Después de la Guerra Civil las “juventudes católicas de España” hicieron el Camino en camión, y puede que algún viejo conserve todavía si no la devoción y la juventud de aquellos años sí el bordón en el desván y un recuerdo en su memoria. Aquello no fue ciertamente turismo religioso, que llegaría más tarde. Pero tampoco una peregrinación propiamente dicha, que los peregrinos no vuelven a las andadas ni van a las raíces para quedarse en ellas. ¿Santiago y cierra España? Anda, ya. Si eso representa el símbolo de la Puerta Santa, prefiero la de Brandenburgo que no se cierra para celebrar el paso como un arco de triunfo. Y en cuanto a las raíces, mejor los pies para caminar.

El Camino de Santiago no es uno sino muchos, aunque todos vayan a Santiago. Por tanto lo de menos es el punto de partida y el modo de llegar: en bicicleta, a caballo, en avión o en el coche de San Fernando unas veces a pie y otras andando como los antiguos.Y lo de más la diferencia que reduce todos los caminos a dos y divide a los que van en dos grupos: peregrinos y turistas o, mejor, a cada uno en dos mitades. Porque a veces nos perdemos aquí -¿en el camino?- dando vueltas por ahí confusos y confundidos. Como el turista “clásico” que sale sin salir de sí y vuelve a casa sin volver en sí.

Los peregrinos que van a Santiago, a Roma o a Jerusalén, si peregrinan de verdad no vuelven a casa, ni al pasado, ni a su ciudad y caminan hasta el fin del mundo con un pie en tierra y otro en el aire... Deshacen todos los caminos de la historia para llegar a los orígenes: a la tumba de Santiago, de los Apóstoles o al Santo Sepulcro. Pero creen que en los orígenes hay más de lo que siguió después en la historia y adivinan en la tumba vacía más de lo que parece. Por eso siempre comienzan y nunca se paran.

Los peregrinos “no tienen ciudad permanente y buscan la ciudad futura” (Hbr. 13,14) No compiten con los ciudadanos en nada y menos con los políticos, no ha lugar: ninguno se queda en la ciudad para abrir el negocio de su vida ni se empadrona para ser alcalde. Los políticos y los obispos los atienden, pero no los entienden; es decir, malentienden su forma de vida y promueven el Xacobeo como las agencias de viaje o el INSERSO, y ofrecen un turismo religioso todo a cien. Los ciudadanos de a pie hacemos el Camino en cómodos tramos, o en coche. Y consumimos el producto. Pero nos iría mejor a todos si aprendiéramos a caminar siempre con un pie en tierra y otro en el aire para tentar el futuro. Incluso de tejas abajo, pues todo pasa y peregrinar es una forma de vida. El peregrino como Dios manda sale de sí y se encuentra en el camino. Esa es la verdadera salida, y lo contrario repetir.

La obra de arte más cotizada: El Hombre que camina ha sido vendida por 74 millones de euros. Ese es el precio de la escultura de Giacometti. Pero como símbolo tiene un valor inestimable, que muy pocos estiman aunque todos estemos de paso. El desprecio de los valores o “la confusión entre valor y precio” que denunciara Machado, parece el despropósito y la causa de un mundo que no tiene salida mientras vuelva a las andadas. (15-2-2010)

5.- Dijo una gitana parturienta en la maternidad: “¡Oiga, a mí no me pongan en la misma habitación con esa paya-pony” La gitana se refería a otra parturienta... peruana. He aquí la expresión de la xenofobia en bruto.

6.- Da igual que los otros sean moros, charnegos, maquetos, payos o gitanos, “sudacas” o gringos..., la diferencia es incómoda para todos los grupos. Si bien es cierto que la molestia es menor cuando hay compensaciones económicas.

7.- La identidad es una pretensión y una compostura de la conciencia: una representación y una expresión inútil de la voluntad de vivir en estado fijo, de estar, de afirmarse frente a los otros. O de no cambiar y de no morir. Pero somos mortales y el “yo mismo” nunca es el mismo. Y “nosotros mismos”, tampoco.

8.- La xenofobia obedece a una afirmación resentida de la propia identidad que se revuelve contra los otros.

9.- Las señas de identidad personal marcan la diferencia entre uno mismo y los otros, las señas de identidad colectiva marcan la diferencia entre nosotros y ellos.

10.- Aunque nada permanezca constante en el cuerpo con la edad y el artificio, lo que más conforta el sentimiento de identidad personal es la experiencia del propio cuerpo: a fin de cuentas, el cuerpo es el mejor documento de identidad.

11.- No hay nada equiparable al cuerpo en el caso de la identidad colectiva: Si la conciencia o sentimiento de identidad personal supone la experiencia del cuerpo como realidad física, el sentimiento de identidad colectiva ha de tomar cuerpo en símbolos y representaciones colectivas para formar y conservar la realidad “sui generis” del grupo.

12.- No hay identidad sin oposición, pero no es igual estar contra los otros que existir frente a los otros.

 13.- Es verdad que ya no hay racistas de pura sangre. El racismo biológico es un concepto desacreditado y no tiene pedigrí en ningún sentido: no hay razas puras ni racistas de pura raza, faltaría más. Lo que hoy se lleva es el elogio de la diferencia y el respeto a todas las diferencias... ¡empezando por las nuestras!

14.- Lévi-Strauss aconsejó contactos esporádicos y aislamientos prolongados entre las etnias y culturas para salvar así las diferencias sin llegar a la fusión y al mestizaje.

15.- Desde este punto de vista la repatriación forzada de inmigrantes no es más que un favor que se les hace para salvar su identidad cultural. Pero cuando se pone en canción la nueva letra y se exalta la identidad de los otros hasta esos extremos, comienza a sonar como una marcha de los nazis.

16.- Hay sociólogos que hablan de un umbral de tolerancia y nos dicen que la xenofobia latente se activa en todas las poblaciones para echar a los que sobran. Pero la tolerancia tiene un campo de juego tan grande como la humanidad que nos hace humanos. Y a corazón de piedra, tolerancia cero.

17.- Guardar las distancias para salvar las diferencias ya no es posible en un mundo cada vez más complejo y más pequeño, en el que somos más y nos movemos más. Si estamos juntos tenemos que aprender a convivir y a resolver los conflictos salvando nuestras diferencias cara a cara. No a codazos, ni a patadas.

18.- El derecho a la diferencia es ya, inseparablemente, deber del respeto a los otros y deferencia mutua.

19.-Respetar es reconocer al otro y reconocerse en el otro. Es mirar los ojos que nos ven y, mejor, mirar y mirarse en su mirada. Lo que no es posible si nos miramos el ombligo, que está más abajo.

20.- Hay motivos para pensar que a los inmigrantes se les quiere sólo en el tajo y, si es posible, sin que nadie los vea. El ideal sería que fueran como los ángeles de San Isidro Labrador, que labraban mientras él dormía y nadie los vio nunca. Perfecto.

21.- Aquí, entre nosotros, hay inmigrantes en el servicio doméstico, en el servicio militar y ya se les recluta para ministros... del Señor. Los necesitamos para que recojan nuestras cosechas, cuiden de los abuelos, nos defiendan como soldados y hasta para que nos lleven al cielo.

22.- Si nos fijamos en qué sectores se emplea más a los inmigrantes, veremos que son: la agricultura, la ganadería, la construcción, el servicio doméstico, el servicio militar, la minería y en general todos aquellos en los que se desarrolla una actividad que se llamaba antes “trabajo servil”; esto es, el trabajo que hacían antes los siervos y del que se libraban los ciudadanos romanos a poco que pudieran.

23.- Por aquí vienen turistas de calidad, aves de paso y pájaros inmigrantes que no tienen donde posarse.

24.- Al ave de paso, cañazo (Eso es lo que dice el refrán, y lo que piensan muchos que no lo dicen)

25.- Los japoneses dan vueltas y van a lo suyo, que es hacer fotografías según parece. No se quedan.

26.- A los chinos se les ve poco en la calle, pero sabemos que hay muchos más de los que se ven.

27.- Los negros se hacen notar, por algo son negros. Pero es como si no estuvieran: hablan poco, sirven bien y muchos están en el campo.

28.- A los moros se les ve más por las esquinas, a ellos. A las moras también cuando salen a la calle, aunque menos. Pero su presencia es más notoria.

29.- A los árabes con posibles no se les distingue; es decir, no se les discrimina aunque se dejen ver ostensiblemente.

30.- A los europeos tampoco, y algo más a los que vienen del Este.

31.- Cuando los inmigrantes hacen de la necesidad virtud y del hambre una estrategia, me acuerdo de la transición a la democracia y auguro la segunda: la transición hacia los derechos humanos como constitución efectiva para todo el mundo. Porque hoy no hay fronteras infranqueables, y porque las pateras son ya como las trompetas de Jericó. Sirva de aviso.

32.- No hay fronteras infranqueables, pero hay prejuicios y muros invisibles. Por bien que se instale a los inmigrantes y se les pague, si no hay comunicación entre unos y otros y no se les acoge, los otros serán como los bárbaros ante las murallas de Roma. Y nosotros..., pues eso: los unos, pero con h.

33.- A pesar de que a mi también me fatiga la ingenuidad de los bienpensantes y bien hablantes que piden papeles para todos y me fastidia la demagogia, me niego a poner al hombre entre los animales: a someter el desarrollo cultural a la genética de las poblaciones, la supervivencia a la economía y el crecimiento económico a la defensa del territorio.

34.- Si el respeto a los otros no es más que el recelo y éste un sentimiento acorde con el instinto básico de supervivencia, la xenofobia - como respuesta espontánea de un grupo que percibe la presencia de los otros como amenaza- sólo podrá evitarse en situaciones críticas si se adelanta la alternativa de una respuesta política.

35.- La xenofobia se mantiene en estado latente en eso que llaman las raíces. No es que sea el otro aspecto del sentimiento de identidad, su cara oscura, pero suele ser su parásito. Como los celos lo son del amor.

36- El nacionalismo, como la xenofobia, es un sentimiento muy oscuro y una idea tremendamente simple. Lo que distingue a los hombres de las bestias lo tienen muy claro los nacionalistas fanáticos: ellos son seres humanos, y sus adversarios alimañas.

37.- Levantada la pieza, designada la víctima, deshumanizada, ya se la puede abatir. Porque ya no será un asesinato, sino una limpieza del territorio de la que todos los auténticos patriotas deberían alegrarse. Pero esa clase de hombres son lo que todos podemos ser y lo que no son, por supuesto, todos los patriotas.

38.- Marcar el territorio, defenderlo contra los otros, cazar a los intrusos y limpiarlo de alimañas...,no tiene que ver nada con la humanidad que nos humaniza y mucho con los simios de la selva. Y con los perros que ladran al forastero: “Cave canem” .

39.- La verdad desnuda

El velo que a la mora vela

es también revelador,

revela lo que la mora

esconde en el corazón.

Revela por lo que dice

y por lo que hace decir

a los que ven a la mora

con su modo de vestir.

Pues desnuda a la que viste,

y deja nuestro sentir:

la xenofobia, en pelotas.

Ni más ni menos, así.

Velo que a la mora velas,

un velo revelador:

dejas la verdad desnuda:

sacas los cuernos al sol.

40.- Si vestirse es des-nudarse, llevar el velo islámico es también un modo de destaparse.

41.- ¿Por qué nos ofende esa costumbre?¿Nos molesta el sometimiento de la mujer en el Islam o la presencia del Islam en nuestras calles? Lo primero debería preocuparnos más, y lo segundo bastante menos.

42.- Sea mi patria chica la Constitución y mi patria grande los Derechos Humanos.

43.- Todo eso que mueve y conmueve es más que un deporte. Es una identidad en bruto, es una afición, una adicción, una adhesión, una fusión y un nosotros sin compromiso, algo que permite sufrir y gozar -¿no es eso vivir?- por nada de nada, es decir, por quítame allá unos goles. Me pregunto -¿y por qué he de preguntarme nada?- si hay algo más importante para nosotros que la victoria de nuestra tribu.

44.- Hay una antropología nómada y otra sedentaria. No, la distinción no es entre pastores y agricultores. Hay tribus nómadas que llevan consigo sus raíces, muy asentadas culturalmente, y trashumantes que vuelven siempre a casa. La distinción es entre el camino y la casa.

45.- El campo abierto es la apertura a todo el mundo. El campo cerrado, la identidad enrocada contra los otros. Y ese es el huerto, la casa y el corral del que estamos hablando. El campo abierto es para caminar. La identidad enrocada es un peso y una piedra en el camino: un escándalo.

46.- No se puede poner puertas al campo. Pero sí en el campo. Y vallas, y murallas. De igual manera que se puede reducir el horizonte y el campo de observación: para concentrar la atención en un solo punto... hasta no ver nada. Y se puede caer en un pozo, en un punto ciego.

47.- No hay pensamiento solitario: “Yo pienso, luego existo”, ¿por qué no lo piensas mejor?

48.-. Sólo se puede pensar en lo que se piensa si se piensa dentro de un horizonte más amplio y compartido con otros. Y se puede dejar de pensar si se cae en un pozo.

49.- Y lo que es mucho peor: se puede reducir el mundo de la vida hasta el extremo de ahogar la vida. Porque la vida es convivencia.

50.- Una puerta abierta en el campo no tiene sentido, a no ser como arco de triunfo. Pero eso no es una puerta que cierra el paso, es el arco que lo celebra.

51.- Hay que abrir las ventanas para que entre aire fresco. Mejor, abramos la puerta para que puedan entrar otros y podamos salir nosotros.

52.- Los nuevos costaleros

Saltan la reja

los rocieros,

la valla saltan

los costaleros.

Los inmigrantes

son invisibles,

son costaleros

imprescindibles.

Por dentro avanza

la procesión

y por debajo

va la pasión.

Llevan en andas

los “sin papeles”

-peanas y pasos-

que no los fieles.

Los inmigrantes

llevan los santos,

estos arriba

y ellos abajo.

Pero en Melilla,

de todos modos,

están contentos

hasta los moros.

53.- En un mundo sin fronteras infranqueables solo hay una historia en la que todos participamos. Hay muchos papeles y un solo drama. Pero el reparto es injusto.



54.- EL PROBLEMA NO ES EL PARO



Aunque ya estoy jubilado he pasado quince días de descanso en un pueblo de Los Monegros, tan cerca y a la vez tan lejos del mundo en el que llevo ordinariamente la vida. Ha sido como si no fuera aquí y ahora, en este mundo, y estuviera en otro por hacer sin hacer nada. Un jubilado y, además, de vacaciones en el desierto es el colmo de la ociosidad: perdido para todos y todos para él, está de sobras si no se encuentra consigo. Así que he tenido tiempo y ocasión para pensar en mí y, al encontrarme perdido, he pensado también en todo sin remedio. Y he vuelto, antes de volver a Zaragoza, a la realidad inevitable.


Después de cambiar las ruedas del coche, me eché al monte un día a ver conejos y llegué a la ermita de San Gregorio (de Ontiñena) donde no había nadie, ni el ermitaño, y apenas la presencia de la ausencia de un pueblo que estuvo en su día y dejó una campana muda, reliquias descuidadas, una fuente ciega y -en el refugio- un paquete de sal, una botella de aceite, cerillas y un fajo de leña junto a la chimenea. Pero de regreso me encontré una mujer en el camino, la saludo y solo sabe decir: "búlgara, búlgara" y llamar a los animales de un rebaño que me cierra el paso. Aparco el coche, pasan de largo mil cabezas de ovejas y cabras con sus cuerpos y en la zaguera, con dos perros y el pecho al aire, un hombre arreando al rebaño con su cayado. De pronto he pensado en los inmigrantes que vienen del Este porque pueden y en los que llegan del Sur aunque no les dejen. Y me acuerdo de lo que dijo el ministro del Interior hace unos días: "Somos conscientes de la desesperación que a estas personas les lleva muchas veces a intentar de forma masiva e incluso violenta y de forma ilegal, pero el fin no justifica los medios" ¿Lo entienden? Yo me explico que lo diga, pero no comprendo lo que dice ni lo comparto: No, Sr. Fernández, no se debe saltar la valla de los derechos humanos alegando que otros saltan, desesperados, la valla de Velilla. El fin no justifica los medios, ¿me entiende? Le aconsejo que ponga su política al servicio de fines más altos y, si me apura, más fáciles de alcanzar que la defensa de nuestras fronteras contra la esperanza desesperada de los pobres. Vivimos en un mundo mundial en el que no hay fronteras físicas impermeables y en el que se levantan otras menos tangibles como los prejuicios y la xenofobia, los fanatismos nacionalistas y religiosos, que también hay que derribar.



En un mundo confuso como botella agitada donde todo se mezcla, el reto es la convivencia. Ya no hay aves de corral, pero sigue habiendo granjeros y ganaderos. Eso es lo malo. Y "expertos" empeñados en domesticar a la gente. Ya vale. Se puede ser catalán y español, europeo y ciudadano del mundo. Lo que ya no se puede ser es humano sin respetar la dignidad humana de todos. Ni estar aquí sin estar a la vez en todo. Aquí es el lugar de la responsabilidad. Por ahí es la evasión donde uno se pierde -aunque este aquí con el cuerpo- sin estar para nadie.



Hay una identidad contra los otros, una "in-sistencia" que se defiende contra todo el mundo. Y otra identidad frente a los otros, que da la cara y mira a los ojos, que extiende la mano y abre los brazos, acogedora, abierta: es a lo que llaman los filósofos "ex-istencia". La insitencia cae en un agujero, se enroca y vive a la defensiva.



Sin renunciar a ser aragonés, me declaro ciudadano del mundo. Como tal abomino y denuncio, ¡qué horror!, la violencia terrorista del Estado Islámico, que degüella periodistas, y lleva desnudos al matadero como a un rebaño a doscientos cincuenta soldados enemigos. Si esto no nos hace pensar no estamos en este mundo, y si no hacemos nada tampoco. Perdonad que diga: el problema aquí no es el paro, el problema aquí - en el mundo- es el hombre. Pensar en ello es solo el principio, empezar a trabajar la solución. Sabemos hacer muchas cosas y podemos hacerlas -si queremos - para resolver la supervivencia de la especie humana, satisfacer las necesidades básicas y acabar con el hambre en el mundo. Tampoco ese es el problema. El problema es el hombre, tu problema y el mío. Porque todos tenemos trabajo en el quehacer de la vida y nuestro huerto , compañeros, es la parcela de humanidad que nos ha tocado: la existencia. Ojalá pudiéramos decir cada uno como Agustín: "Yo , por mi parte, trabajo en ello y trabajo en mi mismo y me he hecho a mi mismo tierra de dificultad y de excesivo sudor" (9.9.2014)









XXII


LA PALABRA Y LA IMAGEN


1.- “Una imagen vale más que mil palabras”. Falso, pero es verdad que se paga mejor.

2.- Muchos pueden ver la misma imagen y tener una misma idea; pero lo que importa a la gente no es eso, sino tener la propia imagen e imponer las propias ideas.

3.- Y más que estar en la butaca, importa a la gente salir en la pantalla.

4.- Las imágenes son extensas, las ideas altas y los sentimientos hondos. Aunque hay también bajos sentimientos e ideas rastreras que se esconden. Una imagen, en cambio, es pura apariencia y no es más de lo que parece.

5.- Lo que no es visible no existe... para el espectador. Una cultura de la imagen es muy aparente y muy superficial.

6.- Pero la existencia no consiste en ver y ser visto.

7.- La mayoría observa desde la playa y pocos están en la cresta de la ola. La gente está de vacaciones, pero la existencia no las tiene: ni consiste en ver y ser visto. Se es persona en el fondo, no en la superficie.

8.- Todas esas imágenes que enseñan los turistas a los amigos para que vean lo que ellos han visto, son igual que las flores que no huelen ya como antes y se marchitan pronto como siempre ha sido.

9.- La imagen es flor de un día, y el día una “eternidad” efímera sin pasado ni futuro. La imagen es un instante, una instantánea.

10.- Lo que no aparece es como si no fuera y todo lo que aparee es rigurosamente actual. El rigor de la actualidad recorta la vida.

11.- La tradición oral de abuelos a nietos fue desplazada por la escritura, el libro por la televisión y llegó la Red al fin para enredarlo todo. En el camino se ha perdido la memoria y la esperanza, y todo es pura presencia: la realidad en bandeja.

12.- Hemos pasado de la palabra a la imagen, de la retórica a la semiótica, de la persuasión a la seducción y de la propaganda de una doctrina a la publicidad de un producto.

13.- “La escritura es la cultura”, se dijo a los antiguos. Pero cada vez se lee menos, o se lee más... deprisa: por encima y a salto de letra gorda.

14.- Lo que se vende se anuncia en letra grande y se envuelve como un regalo: “¿Se lo envuelvo?”. Pero la información de rigor para todos los productos va siempre en letra pequeña: ya sea en las farmacias, en los bancos o en cualquier mercado.

15.- No es lo mismo leer un artículo que comer una hamburguesa, pero hoy todos los “artículos” son artículos de consumo. “Buen provecho”, podría decirse; “vuelva usted mañana” es lo que se piensa, y lo que se quiere es aumentar el negocio.

16.- En los rastrillos se amontonan los libros como los calcetines, los zapatos y la ropa usada, y en los grandes almacenes se ven los best-sellers junto a los perfumes, los relojes y la bisutería. Todo lo que se compra está en oferta y todo lo que vale tiene un precio, y a la inversa. Me deprime esa imagen.

17.- Hemos pasado del discurso a la película, de tener que aguantar un rollo al buen rollo, de la letra a la estampita, de las ideas a los ídolos, del buen juicio al “no-te-lo-pierdas-es-toda-una-experiencia- qué- fuerte”..., del conocimiento al estímulo, y del dominio de la razón a dejarse llevar por la sensación, el glamour y el famoseo.

18.- En la escuela moderna, el ordenador ha sustituido a la caña y las imágenes a las estampitas del catecismo. ¿Es cierto que “la letra con sangre entra”?

19.- La cultura de la imagen es un golpe de estado emocional, un impacto y una tiranía de la rigurosa actualidad.

20.- Pero todo lo que aparece de golpe es efímero, envejece y muere enseguida.

21.- De marcha

La vida marcha y no se advierte

el peligro en la carretera:

todo pasa y no pasa nada...

cuando todo va sobre ruedas.

22.- La misma velocidad que nos seduce nos priva del paisaje y de la experiencia del mundo real.

23.- Hasta que pasa lo que nadie espera y el accidente nos pone con los pies en tierra: el sentido de la realidad es el sufrimiento.

24.- “De ilusión también se vive”, dicen los ilusionistas. Como profesionales que son, habrá que pensar que ellos saben lo que dicen.

25.- ¿Cómo distinguir la imagen de la realidad, el sueño de la vigilia? He aquí la cuestión cartesiana que ilusionados e ilusionistas ya no se plantean. A los ilusos les coge el desengaño, a los ilusionistas les coge a veces la policía. Pero como son más vivos, andan más despiertos.

26.- Todo es de cine hasta que nos duele. La experiencia suele ser amarga, el sufrimiento implacable y certero como un garrotazo.

27.- El "tío gordito y mayor, con cara de tonto" no era un hombre para los bárbaros que lo asesinaron en Madrid, ni siquiera un cerdo inmundo, no era más que un fantasma: un “rol” y una imagen de película.

28.- Acostumbrados a ver todos los horrores del mundo en la pantalla y a vivirlos como si no fueran, terminamos creyendo que los otros no son para nosotros más que una realidad virtual.

29.- ¿Cómo se puede hacer de la muerte un espectáculo? No lo entiendo. Y lo que menos entiendo, lo que rechazo, es que ese producto se compre para televisarlo en exclusiva.

30.- Ante los Desastres de la Guerra no cabe una actitud puramente estética o contemplativa. Goya no busca detener a nadie en la contemplación de su obra, sino movilizar a quienes la vean contra la barbarie de la guerra.

31.- Sólo la compasión puede libramos todavía del paroxismo de la violencia bruta. No el morbo, no la emoción ante el espectáculo del dolor, sino el sufrimiento con los que sufren. No hay recursos estéticos para producir una sola buena acción y un sentimiento moral.

32.- Una imagen vale más que mil palabras en el mercado, sin excluir por supuesto el mercado político. Pero hay bienes que no se venden y valores que no se cotizan en bolsa.

33.- Una sola imagen repetida mil veces en una campaña electoral capta más votos que mil palabras articuladas en un discurso coherente. La imagen entra por los ojos sin que uno se entere, llega más deprisa, a más sitios y a mucha más gente que un buen discurso que pocos estarían dispuestos a escuchar.

34.- Para competir con la imagen, la palabra tiene que perder peso y contenido racional, asimilarse a la expresión plástica y convertirse en eslogan. Y aun así lleva las de perder. Porque la imagen se extiende naturalmente en el espacio y la palabra se explica en el tiempo, y en cualquier campaña (sea ésta militar, comercial o electoral) la mejor táctica es ocupar cuanto antes el campo y no perder el tiempo dando explicaciones.

35.- A los medios tradicionales, como acuñar moneda con la imagen del príncipe y ordenar la colocación de su retrato oficial en los edificios públicos, se añaden ahora otros más sofisticados y eficaces como la aparición televisiva y la ubicuidad de la imagen para alcanzar el mismo objetivo.

36.- Dejarse ver y salir en la foto es más interesante que hablar y hacerse escuchar. Los partidos políticos no tienen tiempo que perder en palabras, cuando solo importan los votos.

37.- En cambio, en una democracia deliberativa importa más el parlamento que la televisión y la opinión pública bastante más que la opinión publicada.

38.- Cuando se escamotea el debate en público y se nos acosa por todas partes con propaganda electoral, cuando se prefiere seducir a persuadir, cuando la fuerza de la repetición es mucho más rentable que cualquier argumento; cuando el mercado decide en una consulta electoral, entonces, cualquier opinión que lo sea, esto es, que exprese una idea discutible, digna de ser discutida, aunque no se comparta y hasta precisamente por eso, es de agradecer como estímulo para una participación racional y responsable de los ciudadanos en la política.

39.- El que escucha una palabra se toma tiempo, que ha de tener siempre quien la lee. La razón no se pronuncia antes de enterarse, como hace el juez que ha de escuchar a los testigos. Y esto requiere tiempo, y reflexión.

40.- Ninguna persona discreta responde a bote pronto: primero oye, después escucha y escuchando entiende. Y el que habla apela a la responsabilidad y sabe esperar una respuesta.

41.- El término “glamour” se deriva del inglés medieval “grammar” ( = gramática) y significa, en origen, el prestigio y la gracia que acompañaba a los hombres de letras o, como todavía se dice, a los que “sabían latín”. Pero en la sociedad de la imagen, donde haya una diva que se quite un humanista. Con lo que la farándula desplaza rápidamente a la república de las letras.

42.- Cada vez son menos los que saben latín: se quita de las aulas y se pone en las camisetas.

43.- El prestigio del sabio y la fama del santo: el olor de santidad, han sido sustituidos por la glamour y el perfume de los famosos. Todo lo que huele se cotiza, ya sea mejunje o hedor. Y todas las imágenes tienen su altar y sus devotos.

44.- Hoy se llama “intelectual” a cualquiera que no trabaje con las manos siempre que se presente en público y se integre en la farándula del grupo; un actor, por ejemplo, es un intelectual y un pintor por supuesto, y el que toca la guitarra o canta, lo mismo, y hasta se habla del “intelectual colectivo”. Un místico no es un intelectual, si solo es eso. Un filósofo que siga la escondida senda por donde han ido..., tampoco. Un intelectual es una “figura” y pertenece a la sociedad civil, a los que figuran en sociedad y a la cultura de la imagen.

45.- Entre las pocas palabras que entran en el uso ordinario de nuestra lengua no existe “pudor”. Aunque sí está en el Diccionario de la RAE, claro, pero allí están todas las palabras como todos los dioses en el Panteón.

46.- Cuando una palabra se pierde en el habla es porque antes se perdió en la vida. Por eso ya no hay pudor ni palabra que lo invoque. E1 pudor es -sería - el guardián de la intimidad y lo contrario de la desvergüenza.

47.- A la gente sólo le molesta que entren a saco en su vida privada, que consideran parte de su propiedad. Pero cuando la pagan bien, venden su imagen sin pudor alguno.

48.- Las palabras entran por el oído y las imágenes por los ojos, como es natural. Pero hay quienes se beben las palabras de los oráculos sin escucharlas y otros que se comen lo que ven sin mirar lo que están viendo. Dos perversiones, la segunda no es peor: es más actual.

49.- Cuando se come con los ojos lo que apetece es la imagen, no la comida. La cocina de diseño es una pijada y un insulto a los que tienen hambre. Por desgracia éstos son muchísimos y, por ventura, aquellos son pocos. No me gusta esa cocina, prefiero la de la abuela.

50.- La comida basura también se lleva, es más vulgar. Pero lo que se necesita tampoco es eso. No, al imperialismo alimentario. Sí, al pan de los pobres y a la autonomía alimentaria.

51.- Cuando no hay pan buenas son tortas, pero no se debería llegar a eso.

52.- La amenaza invisible sí existe: el hambre de los pobres -tan mal vista- asedia a los hartos.

53.- Y las favelas son reales detrás del muro, en extramuros.

54.- La seguridad humana es la defensa de toda la humanidad. Y la defensa nacional, de las naciones ricas -tan vistosas- es hoy una vergüenza y una ofensa a la seguridad humana.

55.- La imagen de la paz es más amable, y más hipócrita cuando no se tiene la virtud del santo y se denigra el valor del soldado.

56.- En una cultura de la imagen se prefieren los santos a los profetas, los ídolos a las ideas, las revistas a los argumentos y la glamour de los famosos a la sentencia de los sabios.

57.- La imagen salta a la vista, la publicidad asalta al caminante.




58.- EL TIMO DE LA ESTAMPITA

Los políticos en oferta, los candidatos, no aportan siempre un valor añadido a la denominación de origen o a las siglas. Conocidos en su casa y en el partido sin duda alguna, elegidos a veces por sus compañeros y designados otras desde lo alto, no están siempre a la altura de las circunstancias y hay que gastar en publicidad que pagan, a fin de cuentas, todos los electores.

En el principio fue la palabra y el argumento, vino después la retórica, la propaganda más tarde y la seducción de la imagen en los últimos tiempos. ¡Hay que ver lo que hay que ver! ¡Y lo que hacen los políticos para ser vistos! En la “posmodernez” - como diría Aranguren - asistimos a la transformación del discurso en mitin y de éste en eslogan, de la opinión en grito y del grito en escándalo visible. Es el cartel, la imagen, la pantalla, el triunfo de la “ilustración” y la derrota del pensamiento, el sueño de la noche - los sueños - y las ilusiones: la apariencia, la presencia sin fondo, superficial, la pura presencia de los ídolos y la ausencia de las ideas. Si una imagen vale más que mil palabras, qué no valdrán mil imágenes. ¿Una exageración? Seguramente, y sin embargo el triunfo de la imagen es la ocasión pintada para el timo de la estampita.

El proyecto político se transforma cada vez más en proyección espacial: en ocupación del espacio y cuota de pantalla, que lo demás ya se verá si es que llega. Hay quien habla de “proyección de futuro”, ¿no es eso una redundancia y un hablar por hablar de lo que se carece? El que vive en la historia se proyecta en el tiempo, claro, y no necesita decir o decirse que tiene proyectos de futuro. El que vive en la historia, aunque se pudra en el presente, puede dar frutos al fin en la cosecha como el grano de trigo después de muerto. Eso es al menos lo que pretende, algún fruto; pero no hay que hacerse muchas ilusiones, no en estos tiempos, y es de sabios la inversión personal a fondo perdido. O de locos. En cambio el que dice y necesita decir que tiene proyectos de futuro - estando como está ocupado en el bollo y en el rollo de su presencia y su figura- es seguramente un tío vivo que solo busca proyectarse en el presente para asegurar su futuro. Los políticos en oferta se proyectan en el espacio: lo suyo es estar, la proyección de un hombre de estado... con minúscula. Primero en los carteles, después en el escaño o el sillón sin ir más lejos.

Nada tiene de extraño que los partidos luchen de entrada por los mejores puestos en el mercado político y por una cuota de pantalla en televisión. No ya en la televisión pública, que pudiera parecer razonable, sino incluso en la privada se pide una cuota ponderada conforme a los resultados de las últimas elecciones. Con lo que los que ganaron tienen más posibilidades para ganar.

La primacía que se da a la táctica y al corto plazo - al golpe y a la toma de posiciones- posterga los principios, relega los fines y descuida la estrategia. Importa más ganar la batalla que la guerra, y más el triunfo electoral que el buen gobierno. O el botín, antes que la economía nacional y la administración pública. Y el golpe de gracia, más que las consecuencias.

De ahí la disputa por los espacios publicitarios. Se comprende que en ese escenario los representantes y los bufones tengan más aceptación en sociedad que respeto se tiene a los ciudadanos activos. Y que se halague más a los que aplauden, al público en general, que a los críticos en particular. En todos los mercados la publicidad es rentable para los mercaderes. Y un chollo - para los partidos- la que pagan los contribuyentes en el mercado político. O el bollo que se comen los vivos y el engaño - la empanada - que se tragan los necios que están en el hoyo.

El imperativo del momento - la máxima de la razón práctica, mejor que la consigna - es hoy exigir más Estado y menos Mercado. Más democracia deliberativa y menos espectáculo. Más responsabilidad a los gobernantes y más participación en la política a los ciudadanos. Más parlamento abierto a la sociedad, más políticos que bajen a la calle y menos que se asomen al balcón. Más crítica y menos contemplaciones. Porque una democracia de escaparate y de consumo es el consumo de la democracia. Es comerse las flores sin gustar los frutos del otoño, y malograr la cosecha que podría ser todavía. Y acabar con la esperanza, que es lo último que se pierde. (25-10-2010)

59.- Necesitamos aprender a escuchar y a mirar, a pensar lo que oímos y a contemplar lo que vemos. Para comprender la palabra del otro y comprendernos, para ver la mirada del otro y reconocernos.

60.- Hay miradas que envuelven, y otras que penetran. Miradas que abrazan, y otras que desnudan. Miradas que comprenden y otras que matan.

61.- La palabra se da: no tiene precio. Las buenas palabras también: no valen nada.

62.- Dar la cara cuesta mucho a quien la da. Y una buena imagen cuesta más a quien engaña.

63.-. Hay palabras que no dicen nada y son las más oscuras.

64.- Pero también ciega la luz y el silencio habla.



65.- SALTAR DEL BALCÓN

Un joven que estaba de vacaciones con su pareja en Ibiza, murió al arrojarse a la piscina desde un séptimo piso del hotel donde se hospedaba. Se dijo que era la sexta víctima en España de lo que se ha venido a llamar “balconing”en todas partes. Pero el número de las víctimas ha ido creciendo y crecerá, por desgracia, como la estupidez y las ganas de llamar la atención. Estos malos augurios siempre se cumplen.

En julio de 1972 participé en unas jornadas sobre educación y ayuda al desarrollo organizadas por el Centro Intercultural de Documentación en Cuernavaca. De aquel viaje conservo bastantes libros y muchos recuerdos. No es el caso de hablar aquí de Iván Illich, director del CIDOC, y de la denuncia que lideraba entonces desde allí contra la “escolarización” como rito que inicia a los alumnos en la religión del consumo ya sea de conocimientos, de marcas o de hamburguesas. Criticar la adicción a productos de reconocido prestigio, al último grito de la moda, a las nuevas tendencias, a la gastronomía de autor, a la degustación de la historia y a todo cuanto se enseña en este mundo mundial desde la escuela a los feligreses del Mercado, de un dios omnipotente y omnipresente cuyo primer mandamiento parece ser consumir y el segundo no pensar, puede ser todavía hoy una impertinencia y topar con la escuela universal que todo lo sabe tanto o más peligroso, amigo Sancho, como topar hace siglos con la iglesia fuera de la cual era inconcebible la salvación. Pero que nadie tema que entre aquí en ese berenjenal - que me tienta, lo confieso- y prometo dar solo unos puntos de meditación sobre otras tentaciones que se producen a ojos vistas en este desierto de rigurosa actualidad en el estamos metidos.

En aquel viaje, después de participar en las jornadas del CIDOC, me asomé al Pacífico en Acapulco y vi a los “clavados” de La Quebrada. Era de noche cuando unos empleados de El Mirador, supongo, prendieron fuego a unos periódicos sobre las rocas del acantilado y desde lo alto - a unos cincuenta metros- y sin otra luz que la efímera del papel encendido, aprovechando el flujo del mar, un joven se clavó como una flecha en el agua. Y después otro, y otro. Lo que fue a principios del siglo pasado una apuesta entre dos pescadores, había llegado a ser desde los años treinta un espectáculo y una atracción turística. Hasta que un famoso, en el año 2.000, para llamar la atención y ser aún más famoso se lanzó en el océano de la estupidez y en la piscina de otro hotel, esta vez en Mendoza, desde noventa metros de altura.

Esa locura histérica de llamar la atención me recuerda al Superman, a Ícaro, a los que se dopan en secreto para triunfar a la vista de todo el mundo -penosa imagen- y a lo que se cuenta de Jesús: “Llevóle entonces el diablo a la ciudad santa , y poniéndole sobre el pináculo del templo...” etc, hasta donde dice Mateo lo que dijo Jesús al diablo: “No tentarás al Señor tu Dios”, la palabra que pocos escuchan. ¿Se imaginan lo que le hubiera pasado a Jesús si hubiera saltado...? Pues eso, menos mal que no lo hizo. Los clavados en cambio, qué cosas, se encomendaban en La Quebrada a la Virgen de Guadalupe y los que hoy hacen “balconing” a nadie seguramente. De todos modos la diferencia entre unos y otros no es tanta como parece y mucha, infinita, entre ellos y el Nazareno. Los supersticiosos creen que Dios está a su servicio, y por eso saltan; mientras que los que saltan sin encomendarse a Dios o al diablo, se creen unos superhombres. Pero Jesús no tienta a Dios ni a la suerte, y en esto se parece más bien a los científicos que conocen la ley de la gravedad. Aunque Jesús no fue tampoco lo que se dice un científico, y no hizo una religión de la ciencia como los malos científicos. Ni una ciencia de la religión, como los malos teólogos.

Creo sinceramente que la reducción de la fe al consumo de ritos y creencias, de la ciencia al consumo de conocimientos, de la vida al consumo de modas y costumbres, del ocio creativo al negocio rentable y , en suma, de todo lo que vale a lo que tiene un precio, es una perversión. Y pienso que es en este contexto generalizado de perversión cultural donde se produce el salto del balcón a la piscina, como una extravagancia más en auge hasta el hastío del público y mientras siga siendo un artículo de promoción para una clientela potencial que parece todavía mucho más numerosa en el mundo que la totalidad de personas responsables, sensatas y solidarias. Un hecho sociológico que ya desalienta a muchos y confirma la convicción de los que creen que otro es el salto que necesita la humanidad para salir de esta comedia y de aquella crisis, que lamentamos, sin volver a las andadas como burros de noria que siguen ciegos y sin provecho por el mismo camino. Me refiero a un salto cualitativo que consiste en bajar a la calle y poner los pies en tierra, en la realidad, en vez de darse con la cabeza en el agua de la estupidez sin llegar al fondo. Un salto cualitativo que consiste en saltar o salir del escenario y del teatro, público y actores, y , si me permiten el estrambote, políticos y ciudadanos. Porque ya basta de hacer comedias y de aplaudir a quienes las hacen. ( 17-9-2010)























XXIII




SOBRE LA RELIGIÓN, LA PAZ, LA GUERRA


Y


OTRAS PEnSADILLAS





1.- Creer en lo que no se ve no es creer en la ceguera.

2.- El mayor peligro del hombre es querer disponer del fundamento de su existencia para sustituir una gran confianza con una seguridad desmedida.

3.- Decía Kierkegaard que muchos admiran a Cristo, pero sólo son cristianos los que le siguen.

4.- Si lo que quiere la Iglesia hoy es predicar el Evangelio desde la silla gestatoria o desde otras sedes y aposentos, no desde la cruz sino a cristazos, muchos pensarán que no cree en la “fuerza de Dios”. O del Amor, porque Dios es amor.

5.- Cuando éramos niños nos preguntaban si queríamos ver al Papa y, de pronto, sin esperar la respuesta, nos cogían por la cabeza apretándola con las dos manos y nos alzaban en vilo. Nos decían que eso era ver al Papa.

6.- En nuestro tiempo se ha visto al Papa en carne mortal por todo el mundo.

7.- Que los papas salgan de Roma es una revolución; pero es la revolución de la peonza que, vaya donde vaya, se mantiene girando sobre sí misma.

8.- Hay una revolución mayor: girar alrededor del otro aunque sea dando tumbos. Pero eso es, como el amor, una locura en la que se pierde la cabeza, el asiento y la compostura, y no sé si la Iglesia se lo puede permitir.

9.-Obras son amores y no buenas razones. Pero incluso las buenas obras, si falta el amor, ya no son buenas.

10.-No se vive solo de pan, ni de la palabra dicha o que está por decir, sino de la palabra viva que sale de la boca de Dios: del Verbo.

11.- El justo vive de la fe, no de las creencias.

12.- No hay fe en la fe, sino fe en Dios.

13.- No hay fe sin obras, sin obras de amor.

14.- La fe y la esperanza son virtudes para caminar, llegados a casa solo queda el amor. Solo Dios basta.

15.- Si sólo somos capaces de escuchar lo que ya sabemos, es obvio que somos incapaces de aprender nada y de escuchar al otro.

16.-Nadie piensa solo, ni existe solo. Ni habla solo de no estar loco.

17.- Todas las minorías apelan al diálogo.

13.-La tolerancia de los débiles es sospechosa. Y muy rara, la de los poderosos.

14.- ¿De dónde viene la flor? ¿Y la palabra? En el principio era la pregunta, y la pregunta era cabe el silencio y el silencio era... ¿Lo sabes tú? Yo tampoco. Sólo la ciencia ignora que no lo sabe.

15.- La sabiduría no es una jerga, ni una juerga, ni un juego de palabras.

16.- ¡Cuidado con las palabras, que te la juegan! Aforismo es una sentencia, y aforisma un tumor de una caballería. Lo primero es cosa de sabios, lo segundo de veterinarios.

17.- El aforismo dice mucho a pocos, el eslogan dice poco a muchos.

18.- El eslogan es como una voz de mando: apenas dice nada, pero dice a muchos lo que tienen que hacer.

19.- Con esa voz lo mismo se forman colas que se rompen filas: ya sea en el patio de un cuartel, en una escuela o en las rebajas de enero ante las puertas de los grandes almacenes.

20.- El saber no ocupa lugar. Pero la técnica, que ha llenado de basura la Tierra, ya está llenando el espacio de chatarra.

21.- La técnica no es puro saber, sino saber hacer algo: una guerra, un discurso, un puente, una casa , una estafa.... cualquier cosa.

22.- La técnica no contamina por lo que sabe, sino por todo lo que hace.

23.- Heidegger decía incluso que “la técnica no piensa”. Y pienso yo que será por eso que así nos va, porque terminamos haciendo todo lo que sabemos hacer sin saber por qué lo hacemos.

24.- La teoría es una actividad limpia que perfecciona a quien la hace, deja ser al ser, emplea energía renovable y no contamina el medio ambiente.

25.- Hacer el amor es una técnica, como hacer la guerra. Pero amar es una praxis que perfecciona a quien ama y deja ser a la persona amada.

26.- No hay amor sin obras, pero amar no es una obra.

27.- El amor se vive, todo lo que se hace es una cosa.

28.- Ya se habla de la “adicción al sexo”. Pero el sexo no es una dependencia “adquirida” sino un placer y una necesidad natural, cuya satisfacción puede y debe ordenar la voluntad racional. ¿O no? ¿Acaso el Estado?.

29.- El “homo faber”

Hacer dinero,

hacer el amor,

y hacer... de Dios,

es lo que hacemos.

30.- El amor y la teoría forman una pareja admirable.

31.- Como la acción y la contemplación. Actuar no es igual que producir o fabricar.

32.- “La teoría es praxis en grado sumo” (Aristóteles)

33.- El que discurre todavía se mueve y hace ruido en su interior. El que contempla calla, escucha y no se mueve.

34.- Se contempla en silencio Y a veces con la boca abierta, sin decir nada.

35.- El “Discurso del método” justifica la filosofía cuyo método es el discurso de la razón.

36.- ¿Por qué hacer preguntas que no tienen respuesta? Quizás porque la tienen después de todo.

37.- O también porque hay que preguntar por todo desde el principio para saber algo.

38.- De la misma manera que echamos los faros para ver lo que tenemos delante, lanzamos las preguntas por lo que no sabemos ¿todavía?

39.- Cuando haya una respuesta, si es que la hubiere, cesarán las preguntas: “Llegados a puerto, se acaba la navegación” (Miguel de Molinos) Y el discurso.

40.- ¿De qué se ocupa la ciencia? De las conclusiones y no de los principios, de los medios y no de los fines. Por tanto es ciega respecto a la verdad de los principios que presupone y respecto a la bondad de los fines que se propone. Y así, sin entender de principios y de fines, la ciencia se mueve “libremente” sin saber nada de lo que nos importa al fin y al cabo. Y se para cuando desemboca en la verdad, “como las barcazas que navegan libremente por el Rin jusqua`à la mer donde les espera la policía portuaria” (L. Feuerbach )

41.- Se puede ser un gran experto en informática y a la vez todo lo contrario de lo que llamamos un sabio o, simplemente, una persona sensata.

42.- El método científico se basa en la observación objetiva. El científico no advierte la diferencia entre quien y quien. Ni entre alguien y algo. Todo lo observa sin reparos. Hablo de los “científicos” en cuanto tales. Pero hablo contigo, lector, sobre ellos.

43.- Advierte, amigo, que una cosa es la ciencia y ninguna cosa los científicos cuando se habla con ellos.

44.- No somos solo animales racionales, pero a veces ni eso.

45.- ¿Razón crítica? Crítica de la razón pura.

46.- Razón práctica, pues. ¡Y razón cordial!

47.- ¿Inteligencia emocional?

El sentimiento

acompaña al argumento.

No es el tema

ni la razón que discurre,

pero el agua no canta si el cauce no suena.



48.- “Tenemos que hablar, ¿por qué no te sientas?” Es la forma humana de relacionarse. Pero ya no tenemos tiempo para hablar, ni con quien hablar, ni lugares para hablar... Ni para escuchar.

49.- ¿Qué puede la palabra contra el ruido del mercado y los gritos de la propaganda? No más que Don Quijote contra los molinos de viento. Ni menos.

50.- Con pan y vino se anda el camino, qué menos. Pero ya no andamos: corremos y nos tragamos el pan, el vino, el camino..., el paisaje y al mundo entero. Sin reparar en nada.

51.- Una gota de sed

Bajo el azul del cielo,

del cielo desvelado

-van de paso las nubes-

malpaís que hizo el diablo:

¿ no eres tú, por ventura,

de la mar asediado

una gota de sed?

Belleza desolada,

tierra lampiña,

vegetación rala,

líquenes, cactus y palmeras,

tierra negra

y empedrada...

Y humildes casas blancas

en el suelo

afincadas:

palomas,

naves varadas,

velas al viento

y alas arriadas

en el puerto.

Tierra firme, verdadera,

como la noche a la luz del día,

eres tú,

Lanzarote:

Abajo

infierno contenido

y arriba

un sol invicto.

El mar, los mares,

como dos ojos abiertos,

teoría y poesía,

suspiro y viento,

aliento y soplo de la vida

que resiste.

Isla afortunada

afortunada y libre

libre y empeñada

No se muere de sed,

de sed también se vive

por siempre jamás. Amén

52.- Quiero ver, y de mis ojos se desprende una gota de sed.

53.- Una obra de arte es más que una cosa, es una “palabra visible” en el espacio: un símbolo que marca, convoca, ordena, interpreta el espacio y lo llena de sentido. Es como un centro que convierte el paraje en un paisaje.

54.- Advierto que la música no está delante de mí como una obra de arte en el espacio.

55.- El eco del silencio

La música acontece

en el tiempo.

Igual que la palabra

que sale del corazón,

existe en el habla

y alcanza

su perfección

en quien la escucha

y la recoge entera

en el recuerdo.

La música resuena

sólo a la vez en un momento

cuando descansa

y reposa - ¡ay! - en el silencio.

56.- La buena música no se oye, se escucha. Entra por los oídos y llega al corazón donde se escucha.

57.- La fascinación de los jóvenes por la música y el uso que hacen de ella en la vida cotidiana, es algo tan digno de elogio como lamentable la pereza para pensar y la incompetencia lingüística que demuestran.

58.- Es la percusión lo que lleva de calle a los adolescentes. Y a los jóvenes el ruido y el movimiento. El mogollón y la marcha, les atrae más que la armonía y la soledad sonora.

59.- La armonía, los acordes y los acuerdos, el silencio... ¿ Qué aporta la educación musical a la paz y a la convivencia humana?

60.- Con razón y emoción, idea y sentimiento, por la palabra y la música -aunque hay otros medios de comunicación y de comunión- se realiza la humanidad en carne viva hasta el fin de los tiempos sobre la tierra.

61.- El terrorismo sin fronteras, la “guerra” que amenaza hoy a la humanidad, es como un tumor maligno que se reproduce donde y cuando menos se piensa.

62.- Ya no hay guerras propiamente dichas o menos, ni servicio militar obligatorio y ejércitos nacionales como antes... o menos. Lo que hay cada vez más son “conflictos armados”, ejércitos profesionales y profesionales en la solución violenta de los conflictos: paramilitares, mercenarios y empresas privadas de seguridad cuyos servicios contratan los gobiernos y las empresas privadas para defender sus intereses privados.

63.- Si la guerra es un negocio, ¿cómo negociar la paz? ¿Y con quién? ¿Con los que hacen la guerra y para eso les pagan? ¿con los que trafican con las armas? ¿con los que tienen otros negocios “pacíficos” y compran los servicios de empresas especializadas para defenderlos?

64.- Si la guerra es un negocio, no habrá paz mientras haya clientes.

65.- La Paz es lo mejor que podemos pensar, pero lo mejor que podemos hacer son las paces.

66.- Pretender una “justicia infinita” o venganza sin límites ni mesura, no está lejos del fanatismo terrorista. Sólo que al otro lado: allí la “hybris” del poder, la prepotencia, y en frente la fe en la fe; es decir, la superstición de la fuerza contra la fuerza de la superstición.

67.- Las paces tienen que ver con la justicia humana y a menudo con el perdón, nunca con la venganza y el rencor. Ni con el olvido de las víctimas:

Porque torvo es el odio

y el rencor es artero,

el amor luminoso

y piadoso el recuerdo.



De santos es perdonar

rectificar es de sabios,

recordar y concordar

es cosa de hombres sensatos

68.-La paz entra en la descripción de todos los paraísos perdidos, prometidos o simplemente soñados por la humanidad. De manera que, en principio, si hablamos de fines, de ultimidades metafísicas o teológicas, de ideales, todos somos pacifistas y queremos la paz... después de todo.

69.- Pero la Paz no entra en la historia ni con calzador.

70.- La Paz no es un problema moral, el problema moral es hacer lo único que podemos hacer: las paces, una paz detrás de otra en cada situación.

71.- Los mensajeros de la Paz traen las paces y anuncian la Paz: estos son los pacíficos que construyen la paz dentro de lo posible.

72.- Pero sobre todo hacen las paces quienes aborrecen la guerra: los que la padecen sin hacerla y sin hacer negocio con ella.

73.- La Paz tiene que ver más con la mística que con la ética, más con la gracia que con la ley.

74.- El amor fraterno no es una virtud humana: es más y es otra cosa, aunque puede ser menos si sólo es “caridad” y no supone un gramo de justicia.

75.- El amor nunca es una costumbre. Ni siquiera una buena costumbre.

76.- La fraternidad no es un objetivo político ni una exigencia ética para los hombres como animales políticos.

77.- Sí lo es reducir la violencia y evitar el fratricidio, vivir dentro de un orden, vivir en paz, en alguna paz al menos; pero no puede ser un objetivo político establecer la cosa pública sobre la base del amor fraterno.

78.- Una meta política, la más alta desde un punto de vista moral en ese campo, es aproximarse a una justicia sin acepción de personas: la igualdad de todos ante la ley. Pero no lo es hacer una ley del amor fraterno a todos los seres humanos.

79.- Por eso hay familias y pueblos, casas y patrias, prójimos y lejanos, amor fraterno y respeto humano.

80.- Pero todo eso: amor o respeto, nace, crece y se mantiene del mismo suelo. La humanidad es el tiesto de todas las flores, la tierra firme de todos los fueros y el humus de cualquier arraigo.

81.- Un patriotismo que ofende y mata o pacta con los que matan y ofenden, es insostenible.

82.- Los que eligen el camino del amor al prójimo y hacen prójimo al más distante, al enemigo, eligen el camino de la fraternidad: son los herederos de la Paz que el mundo no puede dar, los pacíficos a quienes Jesús bendijo porque serán llamados hijos de Dios, son la prenda de la mejor esperanza. No son hijos de este mundo, no le pertenecen, no son los que siguen sino más bien los que rompen: son la paloma que alza el vuelo, como se alza la vista hacia la aurora. Pero la consecuencia del pasado: la serpiente, persigue también a la paloma. Porque aún es de noche.

83.- En esta situación la fraternidad cae aún detrás del horizonte y no es amor fraterno todo lo que reluce. Hay ocasiones en que el amor fraterno no es tal, y cobardía lo que se ofrece como amor al enemigo.

84.- Hay situaciones en que levantar el vuelo como paloma, sin cargar con las consecuencias del pasado, podría ser una traición a la Tierra sin dar gloria al Cielo: un vano intento de salvar el alma aunque el mundo se hunda.

86.- La máxima de una ética responsable es que la humanidad viva para que la justicia se cumpla.

87.- Superada la guerra de frontera, el peligro es ya una guerra civil en todas partes. Y el remedio, dentro de lo posible, un orden mundial que sea “aceptable incluso para los demonios con tal de que sean inteligentes” (Kant)

88.- Si el mundo no tiene salida sigue siendo un corral. Pero si hay un camino, ¿ a dónde irá?

89.- No hay futuro para lo que debe ser, si nos olvidamos del presente y del pasado que no debió ser.

90.- La historia es como la carga que llevamos: quien se la echa a la espalda no la ve y, sin verla, pierde la paciencia cuando sube y el control de la marcha cuando baja.

91.- Olvidarse del pasado y pensar en el presente, ir al bollo y dejar al muerto en el hoyo, es celebrar la dictadura de los hechos consumados.

92.- Aprendí en el catecismo que las obras de misericordia son siete espirituales y siete corporales. La última de las corporales es “enterrar a los muertos”.

93.-Todos los muertos están muertos, pero a algunos los mataron. ¿Es una obra de misericordia desenterrar a las víctimas?

94.-Los que mataron a las víctimas de la Guerra Civil, salvo rarísimas excepciones, también están muertos. La justicia humana no los alcanza. ¿Qué podemos hacer?

95.-El olvido es la fosa común de todas las víctimas. Acordarse de ellas: traerlas al corazón, es una obra de misericordia espiritual.

96.- Todas las víctimas son de los “nuestros”: no hay que separar a los que unió la muerte. Reunirlos en el corazón, recordarlos, es lo mejor que podemos hacer con nuestros muertos. Hay que sacarlos del olvido y de la mala memoria.

97- Todas las injusticias son injustas: matar a un hombre por sus ideas o por sus creencias no es defender unas ideas o creencias, es matar a un hombre.

98.- Todos los asesinos están en otro bando, y quienes los honran también.

99.- Esto no quiere decir, claro está, que sea injusto endosar la culpa de la Guerra Civil a quienes se alzaron contra la República. Pero que sea suya la culpa de este desastre, de la guerra, y de todos los desastres que de ahí se siguieron no justifica la muerte de un solo hombre porque no pensara o creyera como sus asesinos.

100.- Por ventura una guerra virtual como la que hacen los nietos y biznietos de las víctimas es sólo de mal gusto. No saben lo que hacen. Se les puede perdonar si dejan de jugar con eso. Basta.

101. - Una cosa es hacer historia y otra hacer el memo. Aunque es mil veces preferible hacer el memo que hacer otra vez la misma historia. No a la guerra, no a la injusticia. ¡Basta ya, no lo quiero ver ni en pintura!

102.- Los que no hicimos la guerra pero la padecimos, los niños de la Guerra, fuimos vacunados contra todas las guerras. Eso creo, eso espero.

103.-Con el tiempo, al secar las propias lágrimas los unos aprendimos a ver las de los otros: todas las lágrimas y todos nosotros.

104.- Y hasta me gustaría pensar que hicimos la Transición. Aunque no me duelen prendas ni reclamo medallas. Reconozco que tuvimos buenos maestros: pocos, y mejores discípulos: muchos.

105.- La sed de venganza es mala. La sed de justicia es buena, pero es mejor la satisfacción. Aunque la gracia es el colmo de la justicia y hay que saber perdonar a los que nos han ofendido.

106.- Perdonar no es olvidar las ofensas del pasado, aunque pueda ser aceptar las disculpas sin cobrarse las deudas.

107.- Si has perdonado a otros olvídalo, pero no olvides si otros te han perdonado.

108.- El ciclo es el cero de la historia, su anulación. El perdón puede ser el comienzo.

109.- La historia no se repite, menos mal: sería un desespero sin esperanza posible.

110.- Aunque haya cesado el drama de la historia como creen algunos, lo que sucede hoy no es un destino fatal: la tragedia insuperable de los mitos o el orden de la naturaleza que trae cada cosa a su tiempo. No es el eterno retorno, sino el revoltijo: concluida la historia después de todo, volvería todo a la vez confusamente. Como en el rastro.

111.- Como si el pasado fuera la basura del presente y éste, flor de un día, lo que hay que tirar para que vuelva, quizás, pero sólo como material reciclado para engordar a los que sobreviven. Como los cerdos que todo lo aprovechan.

112.- No quisiera creer, no puedo creer, que se haya llegado hasta el olvido de habernos olvidado. Porque de ser así no habría remedio. Y nada ni nadie, ni los muertos de hoy ni los de ayer, por supuesto, podrían sacarnos de ese olvido.

113.- No se entra en la historia soñando, ni se sale de ella. A no ser que soñemos despiertos.

114.- Los sueños del día no nos dejan dormir, los de la noche se pierden al despertar. Vigilad.

115.- Que los desastres de la guerra sean recuerdos para la paz. Y que el peso del pasado no sea para nosotros una horrible pesadilla.

116.- De poco sirve quitar las armas de las manos si no quitamos el odio del corazón.

117.- Un intelectual no es un trabajador de la enseñanza, no es un profesor, ni un profesional de la cultura. Aunque algunos puedan ser también todo eso, en cuyo caso no les arriendo la ganancia.

118.- Un intelectual es un heterodoxo: no necesariamente un descreído; pero siempre incrédulo, crítico del pensamiento único y de la ortodoxia establecida. E incómodo para los guardianes de la ideología y los administradores del dogma.

119.- En mi vida he conocido a muchos bufones halagados y a ninguno escarnecido.

120.- Los bufones profesionales son el contrapunto y el acompañamiento de una clase política que se mofa de las utopías y celebra las bufonadas. Da la impresión, a veces, que unos y otros se entienden y que “entre bobos anda el juego”.

121.- No es lo mismo dar asilo a los críticos que tolerar la crítica: lo primero lo hacen todos los santuarios, lo segundo ninguno. Pero en este contexto donde digo “santuario” se puede leer “iglesia”, “escuela”, “universidad”, “partido político” y hasta “comunidad científica”... con matices.

122.-Todas la “iglesias” acogen a los críticos... de otras “iglesias”.

123.- No es mal oficio oficiar de independiente, los pontífices de todas las iglesias los respetan más que a sus propios fieles.

124.- Un intelectual no se sale, lo echan. No es un besugo a quien se le pueda pescar. Ni un pescador autónomo. El independiente no tiene barca, y cuando molesta lo botan de todas las iglesias.

125.- Necesitamos entrar en razón y salir de la demagogia. No halagar a los clientes, ni al pueblo, ni dar pasto al rebaño del que se vive. En vez de vender ideas, habrá que discutir1as.

126.- De la misma manera que hay post-cristianos y post-comunistas, hay post-fascistas. Los póstumos ya no están en la historia sino en los residuos de la historia. Y están en lo que están para consumirlo todo, hasta la simiente. Son un otoño sin primavera.

127.- Mandela bailando delante de la urna electoral es un primor y un icono. Otros en cambio, parecen un cromo y una imagen no más de la decadencia de Occidente.

128.- El perfume de la democracia, su esencia, se transforma a veces en mejunje, como si el precio a pagar por su existencia fuera la corrupción.

129.- La corrupción es la sisa del servicio público; es decir, de los servidores del pueblo soberano: desde el primer ministro al último ordenanza, ya sean políticos o funcionarios.

130.- Nadie debería extrañarse si la lucha por el poder selecciona a los monos más hábiles para trepar a los puestos más altos y si «el fango se asienta con frecuencia en el trono y el trono en el fango» (como dijo Zaratustra)

131.- No es honesto levantar la bandera de lo mejor contra lo bueno, ni de lo bueno contra lo menos malo. Pero el pragmatismo no debería ser coartada de la corrupción, ni la razón de Estado la mordaza de la razón democrática.

132.- La ética sólo sirve a la política para que el drama de la «insociable sociabilidad» (Kant) progrese en la historia con pies tullidos. Por eso la ética no puede llegar demasiado pronto, sin dar tiempo al tiempo. Ni demasiado tarde, cuando nada tenga remedio.

133.- Un pueblo que no tenga paciencia para sufrir los errores cometidos en el pasado no es más democrático que otro que los celebre.

134.- La abuela cogió al niño, se sentó en la silla baja y le contó un cuento: “Érase una vez la mamá cabra que tenía siete cabritillos...” El niño la miraba fascinado, con los ojos abiertos como dos platos. “¿Te ha gustado el cuento?”, preguntó la abuela. Y el nieto le dijo: “¡Cuéntamelo otra vez, pero sin lobo!”. Su abuela le dio un beso, y guardó silencio.

135.- Moraleja: No se puede sacar al lobo de la historia, pero hay que evitar que se coma a los cabritillos.

136.- Algunos periodistas son como los barrenderos: trabajan durante la noche para recoger la basura de todo el mundo y la vierten por la mañana sobre nosotros. Bueno, en realidad lo que hacen es vendernos la basura.

137.- No es lo mismo el derecho a informar que el derecho a ser informado. Ni la libre empresa es lo mismo que la libre expresión.

138.- Nos estamos convirtiendo en sumidero de malas noticias. ¿Cómo se puede aguantar? Es el morbo.

139.- "Compro escándalos políticos y económicos. Pago bien. Sólo temas de interés y con pruebas. Llamar al teléfono..." Es un anuncio publicado en un periódico de este país. El escándalo es un "bien escaso".

140.- Para cualquiera que haya tenido alguna responsabilidad pública es hoy motivo de satisfacción que le olviden. El silencio, cuando solo son noticia los escándalos, se agradece como una medalla por los servicios prestados.

141.- La rigurosa actualidad es el rigor de los hechos consumados. Que el peso del pasado y su recuerdo no detengan la esperanza y la buena voluntad, y que el olvido no se lleve consigo la experiencia. Y que la vida siga; es decir, que comience...

142.- La paciencia es la esperanza en traje de faena. Perdón, amigo, me parece que está repetido. Pero es que hace mucha falta.

143.- Hasta el futuro es ya un fracaso cuando, para empezar, falta la buena voluntad. Pero si no falta, comenzar ya es un éxito.

144.- No es lo mismo esperar que estar a la espera.

145.- Esperar contra toda esperanza, desesperadamente, eso es ya tener fe.

146.- Los pobres, que no tienen expectativas, ni siquiera tendrían esperanza si se pudiera comprar.

147.- Siempre hallarás a un pobre a quien tú solo puedas ayudar. Es tu oportunidad.

148.- A los pobres no les escucha nadie, ni siquiera los pobres.

149.- Corazón de oro: el dinero es el corazón de un mundo sin corazón. El motor que todo lo mueve.

150.- ¿Cuántos pobres se necesitan para que la sociedad funcione?

151.- Antes se necesitaba a los pobres para hacer caridad, o para hacer la revolución. Hoy no son más que un problema de “limpieza”. O jabón para lavarse las manos.

152.-Su liquidación es de lo más ecológico. La Tierra, nuestra casa común, no soporta una población tan numerosa. Las hambrunas, la peste, las guerras, las catástrofes y la violencia xenófoba se alían para extinguir a los que sobran.

153.- La Naturaleza, siempre tan sabia, utiliza nuestros "mejores” instintos para lograr su equilibrio. Los desechables perecen, los mejores ejemplares sobreviven. Como decía Nietzsche: “Todo lo bueno es instinto”; y también: “Honremos la fatalidad, la que dice a los débiles que se hundan”.

154.- En un país en el que sobran los inmigrantes la hospitalidad se convierte en un delito: ¡Qué se vayan! Pero todo eso es inhumano y profundamente inmoral.

155.- Cuando no hay trabajo para todos, es un sarcasmo decir que el hombre ha nacido para trabajar como el ave para volar.

156.- Los puritanos hicieron del trabajo una profesión religiosa... y el negocio del alma se convirtió en el alma de los negocios. [El que quiera saber más sobre este punto que lea La ética protestante y el espíritu del capitalismo de Max Weber, 1901]

157.- Los clásicos distinguían en cambio entre el ocio y el negocio. Los ciudadanos elegían el ocio, y dejaban el negocio - es decir, el trabajo- a sus esclavos.

158.- El ocio era una actividad libre: gratuita y gratificante, no sometida a la necesidad y al consumo.

159.- El negocio del ocio es una contradicción: destruye el ocio y lo subordina al negocio. No es que mate a las gallinas de oro, transforma en gallinas a los hombres.

160.- La industria del ocio ocupa a los ociosos y les deja sin tiempo libre: los entretiene y los mantiene ocupados.

161.- Consumir para trabajar y trabajar para consumir son dos eslabones de la misma cadena.

162.- El día en que los hombres trabajen sólo lo necesario, hasta la Tierra descansará.

163.-. Los que necesitan trabajar siempre porque no saben qué hacer con su vida, hacen el peor de los negocios: pierden la vida trabajando por nada.

164.- Vivir es ya la consigna, y dejar ser. No, trabajar y producir sin descanso.

165.- La ociosidad bien entendida es el padre y la madre de un mundo mejor.

166.- ¿Es la búsqueda de la felicidad un objetivo político? No lo creo, basta con que el Estado deje ser felices a los ciudadanos.

167.- El Estado no puede hacernos felices, pero los que gobiernan pueden pensar al menos que la felicidad de los ciudadanos no consiste en el fútbol y que su objetivo no puede ser que todos lo veamos gratis.

168.- ¿Que lo importante es participar? Y un cuerno: lo que importa es ganar en lo que sea, sentirse superiores, vencer, clasificarse, subir, flotar en la gloria, identificarse con los ídolos en una apoteosis colectiva y ver a los otros humillados, abatidos, desolados... ¿Hay algo más gratificante? No lo hay para quien se funde y confunde con su tribu.

169.- Si un día los hombres llegan a ser todos iguales como las monedas, como las ovejas, serán un rebaño inmenso de animales clónicos y triunfará la cantidad bruta sobre la diferencia cualificada.

170.- Pero la clonación humana ya se practica desde hace mucho tiempo mediante la “educación” y la ingeniería social. Lo que va entre comillas es un eufemismo, no ha de tomarse al pie de la letra.

171.- La igualdad es un sueño, el igualitarismo ha comenzado a ser una pesadilla.

172.- La orgía de las diferencias y del todo vale o la celebración del caos y del mestizaje, no es más que una versión frívola de la tolerancia y su falsificación. Es el desprecio de todos los valores y el aprecio único del valor abstracto cuyo símbolo es el dinero.

173.- En vez del consenso al que se llega salvando las diferencias, se establece la imitación que las elimina. Vale lo que se lleva y porque se lleva, sin más sustancia. Los “actores racionales” aprenden a desear lo que se desea en todo el mundo y rivalizan entre sí no por nada, sino por eso, para ser uno el tipo de todos: el deseado.

174.- La mimesis desata la violencia mimética entre iguales: la peor de todas, la que no cesa hasta que uno sea el único y los otros nada.

175.- Hay una ética del cuidado que se está perdiendo. Agricultores y pastores cuidaban antes lo que nacía y crecía, esperaban, y recogían a su tiempo la cosecha.

176.- Las técnicas de reproducción están borrando hoy la diferencia entre criar lo que nace y fabricar lo que necesitamos. La ingeniería genética se cruza con los engendros de la industria. Y disminuye la responsabilidad de cuidar conforme crece la posibilidad de fabricar.

177.- Ya hay niños a la carta, que nacen a pedir de boca de papá y mamá.. Si los padres eligen el color del coche y el colegio que quieren para sus hijos, ¿por qué no el color de sus ojos?

178.- Cuando el elegido sea mayor siempre podrá decir que nadie le preguntó si quería nacer. Entonces podrá renegar del color de los ojos, del sexo, del cuerpo, del nombre, del apellido y de la educación que eligieron sus padres para él. Es posible que quiera y pueda cambiar todo eso que quisieron los padres, y es más que probable que elija a su vez para sus hijos algo mucho mejor. Pero eso sí, siempre a la moda de lo que se lleva. ¿Niños a la carta? Por supuesto, papá ha de querer lo mejor para su hijo. Y mamá el último grito.

179.- Criar es otra cosa y educar también. Criar y educar no es fabricar. Se cría lo que nace, se cuida lo que crece y se educa lo que comienza y sale de dentro: lo mejor que trae consigo una criatura al mundo.

180.- Sólo se puede educar desde la responsabilidad y para la responsabilidad, con sumo cuidado.

181.- La educación no es un producto de toma y traga.

182.- Educar es ayudar al alumno para que se ponga de pie en su mundo y ante su mundo. Es orientar, es dar señas al que pregunta por el camino a seguir, es también animar... Necesitamos una escuela con más moral.

183.- Unos dejan huella, son los maestros. Y otros solo dejan rastro como las alimañas.

184.- No son los textos, por favor. Son los maestros. Los libros de texto no enseñan a leer. Y educar es enseñar a leer, y a interpretar.

185.- La escuela que no libera no es gratuita, es nefasta.

186.- Es difícil que los fanáticos entren en razón, pues creen tenerla toda y confunden el fuego de su campamento con el alumbrado público.

187.- Los fanáticos prefieren el fuego de la pasión y el instinto de su tribu a la razón común. La razón calienta menos pero alumbra a todos, como la luz del alumbrado público. Los ciudadanos no podemos tolerar que nadie nos rompa las farolas... y las cabezas. ¡Basta ya!

188.- No es lo mismo pensar que contar y calcular. Esto lo hacen bien los ordenadores, que no piensan. Y casi igual de bien los políticos pragmáticos, que piensan poco.

189.-Se cuentan los medios, los recursos, los votos... y se calculan los resultados. Pero las ideas y los fines hay que pensarlos.

190.- Precisar y comprender: El que mucho abarca poco aprieta, y el que aprieta demasiado no comprende nada. Y a nadie.

191.- Pensar es ponderar, meditar, considerar... A las personas, que son fines en sí mismas y nunca medios, no se las puede contar como cabezas de ganado sin perder en la cuenta lo que sólo puede apreciarse pensando en ellas y con ellas.

192.- Reparar:

Si pensar es reparar,

primero has de pararte

a escuchar.

193.- Pensar es también recordar: acercar de nuevo al corazón, y retener en el corazón lo que se nos escapa con el tiempo y la distancia.

194.- Los políticos pragmáticos no piensan o piensan poco porque no tienen ideas o les da igual cualquier idea, o porque no tienen amigos o les da igual cualquier amigo. Y sobre todo, piensan poco porque no tienen fines sino objetivos e intereses. Y apuestan siempre a caballo ganador.

195.- Cuando sólo se esgrimen los votos y se esquiva el parlamento, cuando se pasa a votar sin entrar en razón, sin argumentar apenas, el acuerdo en el que se basa la convivencia democrática se quiebra y reaparece la fuerza bruta.

196.- Ninguna decisión política se legitima sin la mediación de la palabra.

197.- “Nos queda la palabra”, se dijo antes en la izquierda. Pero ya sabemos que cuando la palabra puede hacerse realidad desde el poder, más de uno se pregunta por qué ha de perder el tiempo para convencer a nadie.

198.- Los demagogos viven de la gente ignorante, por eso no enseñan a nadie.

199.- Un pueblo soberano lo es si tiene cabeza. Si la pierde, ya no puede valerse. Y por muchas flores que le echen los demagogos, es un cadáver de cuerpo presente.

200.- Nunca he visto andar a una columna. Y menos a una pirámide.

201.- He visto marchar en columna... ¡y caerse a una columna!

202.- La pirámide es la forma de Estado más estable. No la mejor forma de gobierno.

203.- La revolución política es la inversión de la pirámide, significa poner la cabeza en su sitio: en las manos del pueblo soberano, y no al contrario

204.- El que solo predica engaña, el que solo da pan soborna.

205.- Por el camino que vamos es de temer que los políticos honestos se queden con la palabra y los demás con la tarta. Y eso, si no se les obliga a beber la cicuta.

206.- Los políticos «que cuentan» tampoco piensan en el pasado; es decir, no recuerdan lo que pudo ser y no fue: lo que debe ser todavía, y no piensan en el derecho de los vencidos, en la resurrección de los muertos, en el perdón de los pecados y en nada que dé que pensar.

207.- La tradición vive en sus interpretaciones, la que se repite usque ad nauseam es fiambre para el consumo. Entender el mundo en que hemos nacido sin quedarnos en las raíces, nadar en el río de la tradición que nos lleva sacando la cabeza para no ahogarnos hasta llegar al mar de la convivencia humana sin fronteras, sin prejuicios, interpretar lo que somos, salir al encuentro de los otros, eso es lo último y lo primero que deberíamos hacer los seres humanos: la salida de la humanidad, y lo demás el agujero. Un agujero negro, muy negro, por donde todo se pierde.El sumidero de la vida.

208.- Tanta libertad como sea posible, dentro de un orden. Ese es el objetivo de una revolución política para la humanidad en el mundo mundial.

209.- La globalización:

El mundo es redondo:

Nada cambiará,

si no cambia todo.

210.- Todos vivimos en la misma Tierra. Que es mucho más grande, más inhóspita y menos conocida que la propia tierra o la propia casa. Y sabemos que Pedro se mueve mejor en su casa.

211.- Donde digo Pedro digo Dueño, porque cualquiera se mueve mejor en su casa. Hasta los ciegos.

212.- En el camino está el peligro, y el Sol en el cielo.

213.- También las estrellas están en el cielo, a no ser que sea noche cerrada.

214.- En la noche oscura vemos que no vemos, y la luz del Sol puede cegarnos.

215.- Gran sabiduría es saber que no sabemos, y saber lo que sabemos no lo es menor para andar por casa.

216.- Conocer el límite es la única salida, y la experiencia el único camino.

217.- Siempre hay un mundo conocido y un horizonte que se desplaza. Siempre se hace camino al andar, hay un horizonte que se mueve y un porvenir incierto.

218.- El hombre va, ¿es Dios el que viene?

219.- La verdad, no lo sé. Nadie conoce la Verdad.

220.- El porvenir no es el futuro, que es lo que sigue si Dios no lo remedia.

221.- El porvenir es lo que viene... si le dejan, si el presente rompe: si se abre. Si Dios quiere o el hombre acontece.

222.- La libertad comienza, es un principio.

223.- Otro principio es la fe: la que salta.

224.- La que se fija o enroca es un escándalo que cierra la puerta y el camino. Es la casa de Pedro.

225.- Hay fieles que se mueven por la Iglesia como Pedro por su casa. Eso es lo que creen, pero la casa es de Pedro.

226.- Y el Reino de los Cielos es de los pobres.

227.- El que solo quiere ser rico, ¿puede ser algo más?

228.- Las verdades se cantan, la Verdad se escucha.

229.- Tus verdades pueden ofender al que viene de frente. Viaja a la luz del día y busca la Verdad que sale para todos.

230.- Mira siempre más allá de lo que estás haciendo: vigila

231.- Vale más soñar que recordar. Pero lo que importa es caminar despiertos.

232.- Celebrando éxitos no se sale adelante, se progresa superando fracasos.

233.- El agua es vida, y la sed la sal de la vida. El agua que mata la sed, agota la vida.

234.- La esperanza es como el agua: cada vez más escasa y más contaminada

235.- ¿Adónde irás si vas contigo? Pero el deseo no es nada sin el fardo que lleva. Aguantar y llevarse: sobrellevar la vida, eso es vivir. Que te vaya bonito.

236.- El hombre es la pregunta. Mantener la pregunta abierta es caminar sobre las aguas.













XXIV

EL PAN Y LA PALABRA







1.- No se vive solo de pan, apenas se sobrevive
2.- Ni bastan las palabras, apenas se piensa si no se come.

3.- Para salir adelante en la vida, para caminar, se necesita el pan y la palabra. Estas son las provisiones mínimas. Y tanto mejor si se comparten. Buen provecho , compañero.

4.- La planta de los pies no arraiga en el suelo, insisto.

5.-No se puede andar con los dos pies en tierra. Se anda con uno en el suelo y otro en el cielo.... Advierto.
6.-Recuerdo que hay que ir con la cabeza alzada. Y con los dos ojos abiertos....para que se abra el horizonte hacia delante, mientras se cierra el camino que dejamos atrás.

7.-En el pricipio fue la palabra, la misma que nos llama: la que llega cuando vamos con los oidos abiertos.

8.- El que vuelve atrás la mirada se fija como una estatua, y no avanza un paso hacia delante.

9.- Dar las espaldas al futuro es dar el culo a la vida, sin dar la cara a la muerte.

10.- Mirar hacia delante es desvivirse..., que morir es otra cosa.

11.-No te quedes plantado, el camnio no es lugar para quedarse. Ni te salgas por las ramas como los pájaros. Lo dicho, un pie en tierra y otro en el aire.

12.-¿Para qué tenemos dos orejas y dos ojos abiertos hacia delante?

13.-Estamos proyectados hacia lo que viene de cara. Sobre todo para amar si llega el caso.

14.-Para abrazarse y dejarse abrazar.

15.- No para seguir o perseguir,que eso es cazar, sino para encontrar y hacerse econtrar.

16.- Las personas se aman de frente, se miran en los o los ojos, se besan....

17.-No se puede comer con los ojos, pero es un riesgo hacerlo a dos carrillos con los ojos cerrados y la nariz tapada.

18.-El punto oscuro está detrás, por más vueltas que le des no lo podrás ver.

19.-Los que te siguen a ciegas, tampoco. Ni el suyo, ni el tuyo

20.-Los ojos tienen sus raíces en el corazón.

21.- Quien todo lo oye como si oyera llover, no se moja.

22.-Mirar no es igual que ver, ni oír igual que escuchar.

23.-La luz de los ojos es a veces como un relámpago. Y la palabra le sigue como un trueno.

24.-A no ser que la tormenta esté muy lejo. Más no te fíes, que puede alcanzarte un rayo.

25.-Hay quien las mata callando


26.-El sabio es prudente, el necio locuaz.
27.-El sabio escucha, el necio no deja hablar.
28.-El silencio se escucha, pero no se oye. El ruido se oye, pero no se escucha. El silencio deja hablar, pero el ruido no deja escuchar.
29.-El que tenga oídos para oír, que escuche si es que puede.
30.-El que solo oye lo que sabe, que calle.
31.-O mejor aún: ¡que escuche!

32.-El que solo escucha a quien le da la razón, no la tiene.
33.-Y si la tiene la pierde, por no estar dispuesto a dársela a nadie. La razón se comparte.
34.-El hombre no vive solo de pan.

35.- Y el que come solo, sólo come pan.

36.-¿Cuantas veces has comido conmigo, compañero? Es una pregunta.

37.- “Con su pan se lo coma”, es una maldición.

38.- La palbra viva se comparte como el pan de la mesa en buena compañía.
39.-Las palabras que no se comparten se endurecen, son como las piedras.

40.-En el desierto hay que converir las palabras en pan, y no los panes en priedras. Lo primero es un milagro, lo segundo una barbaridad.

41.-Pero el mayor de los milagros no es multiplicar los panes, sino repartirlos. Y la barbaridad más grande es tirar piedras a los pobres a mayor abundamiento: para que no falte el hambre en el mundo.

42.-Los compañeros comparten el pan y la palabra, la conversación y la convivencia, la vida y los medios de vida.

43.-No se aprende a oír, ni falta que hace: para eso no hay que ir a Salamanca, lo da la naturaleza.

44.-Lo que se aprende es a escuchar, y el que no escucha que no se matricule de oyente.
45.-Nadie aprende a hablar sin escuchar. Ni a callar, lo que es mucho peor.
46.-Nadie se entiende con otro si no se entiende a sí mismo.
47.-Y a la inversa: nadie se entiende a sí mismo si no se entiende con otro.
48.-Malentenderse es entenderse... mal.
49.-Y desentenderse es entenderse peor. Porque es malentenderse.... a sabiendas.
50.- El que no quiere entender no entiende nada por mucho que se diga: todo lo malentiende al desentenderse de todo y de todos.
51.-Lo inefable no se puede decir pero se puede dar a entender.

52.- Y es, después de todo, lo que se quiere decir.
53.- No hay misterio verdadero que no se revele ni revelación sin misterio verdadero.
54.-La fe que no se entiende en absoluto es fe en la fe, es fe ciega, es fanatismo.

55.-Es la fe malentendida, desatendida y desentendida inlcuso. Es una mala costumbre.
50.- El amor no es ciego, lo que ciega es el odio. (Creo que lo dije otra vez, pero no basta. No hay que olvidarlo)
51.-El amor no puede esconderse, ni la verdad tampoco cuando se ama.
52.-El amor es más que las obras de amor, pero no hay amor sin obras.
53.-No es bueno el que lo sabe, es mejor el que lo ignora.
54.-La verdad nace cuando se hace, cuando la palabra se encarna y cuando el silencio habla: la verdad de la vida da vida a la verdad.

55.-Las buenas ideas, como las semillas, producen fruto a largo plazo; se guardan en el granero, pero hay que sembrarlas a tiempo. Y tiene que llover.

56.-Lo que da que pensar es lo poco que pensamos, lo poco que hablamos y lo poco que vivimos. Se piensa, se dice, se vive; pero eso es un pensar, un decir y un vivir nada personal. Es otra cosa, apenas una cosa y mejor una costumbre.

57.-La simiente es para sembrar. Si se come, es pan para hoy y hambre para mañana.

58.-"Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, permanece solo; pero si muere da mucho fruto" (Jesús de Nazaret)

59.-Hay palabras de vida que se escuchan y se guardan en el corazón, como la simiente que germina en las entrañas de la tierra.

60.-Pero la verdad nace cuando se hace. La mejor idea se queda en nada si no sale a la luz del día.

61.-Un concepto no es aún la palabra cabal, no es la verdad.

62.-Ni siquiera el diálogo sin consecuencias que a nada compromete y a nada lleva: la tertulia, es la palabra cabal.

63.-Por no hablar del parlamento que nadie escucha, de la dictadura que solo habla, o de la mera negociación con ánimo de lucro en la que siempre ganan los que más tienen.

64.-La palabra cabal es el diálogo que somos, la conversación que llevamos y la convivencia en que vivimos.

65.-La palabra cabal no se cotiza en los mercados donde todos gritan y negocian con su mercancía, es un valor pero no tiene precio. Precisamente por eso, porque es un valor en sí, no tiene valor de cambio. Es inapreciable.

66.-La verdad bien nacida es la verdad de la vida que se lleva o se cultiva, la que crece hasta la cosecha. Y la verdad en la vida que trae consigo la promesa y la reserva de lo que está por ver y por venir. Como la semilla en el corazón de la fruta madura que cae en tierra por su propio peso. El destino de la verdad es la vida, y a la inversa.

67.-El hombre no vive solo de pan, ni de hechos consumados. La mera realidad, lo que hay aquí y ahora, no basta para vivir. Apenas para sobrevivir o durar. Porque todo tiene un límite, salvo la esperanza que nadie puede comprar. Y la ambición... que acaba con todo.

68.-El que vive en el presente sin pasado ni futuro, sin memoria ni esperanza, que ha hecho del pasado lo que queda - un residuo, una reliquia- y del futuro una realidad virtual - una evasión- no entra en la historia: la consume.

69.- La historia es maestra de la vida, como dice el refrán. ¿Pero qué historia, la que se cuenta y escribe o la que se hace? La primera tiene muchos alumnos que no practican, la segunda tiene otros que leen poco. Aquellos no aprenden de los errores ajenos, y los segundos tampoco de los propios.

70.- Los primeros saben historia, pero no saben hacerla: les falta práctica.

71.- Los segundos - me refiero a los políticos- tampoco aprenden. No porque lean poco, sino porque olvidan lo que han leído -sobre todo en los periódicos- y no aprenden de sus propios errores.

72.- Y es que nadie escarmienta en cabeza ajena. Y en la propia los políticos, que podrían, no reconocen sus errores salvo que sean discípulos muy aventajados. Pero una golondrina no hace verano y la excepción confirma la regla.

73.-"El muerto al hoyo y el vivo al bollo", como se dice; es decir, en un agujero sin puerta ni camino.

74.-El último hombre es aquí y ahora muy limitado: un abrir y cerrar de boca, que no de ojos.

75.-El que todo lo consume se consume a sí mismo. Está de paso sin ir a ninguna parte. Aquí se queda, sin salir de sí, acabando consigo. Hasta reventar, o caer en el hoyo por su propio peso.
























XXV


LA LETRA Y EL ESPÍRITU


1.- La industria farmacéutica advierte a los enfermos sobre los medicamentos, como está mandado.

2.-Los banqueros también sobre los productos financieros.


3.-Y el que vende lo que sea, como pólizas de seguros, alimentos perecederos, servicios o herramientas lo mismo: nadie quiere pillarse los dedos y todos quieren curarse en salud.


4.- Pero como todos quieren vender, las cláusulas, las advertencias y las contra-indicaciones, se escriben en letra pequeña y las ventajas en grande.

5.- ¡Qué pequeña es la letra pequeña! Está a la altura de los entendidos, y hay que estar a su nivel para saber lo que dicen. Es todo tan mezquino...

6.- La letra grande es para la clientela y se utiliza en los anuncios, normal.

7.-La letra grande es el cebo, la pequeña el anzuelo.

8.-Los pescadores de hombres usan malas artes en el mercado.

9.-Los hombres se mueven en su elemento como los peces en el agua.

10.-Pero su elemento natural no es el mercado revuelto de los pescadores.

11.- Es más bien la palabra clara como el agua de la fuente, abierta como una plaza para todos, como el agua del cielo en la balsa buena. Es lo primero que se comparte. El hombre es un animal político y vive en la “polis” precisamente porque tiene acceso a la palabra.

12.-La palabra viva tiene dos partes: la primera es lo que se da a entender y la segunda lo que se entiende.

13.- La palabra viva - la palabra cabal- es el diálogo: la que se da a entender y corresponde, la que va y viene, la que avanza entre los dos.

14.-Los besugos pican, las personas conversan y conviven.

15.-La letra pequeña corrompe el medio ambiente de la humanidad. Amaga la palabra escrita, y convierte en engaño a un documento.

16.-La letra pequeña puede matar si no se lee. Y si es grande más, cuando se traga.

17- Es el espíritu el que da la vida. La letra puede matar.
No te fíes.




18.- AGUA Y SED ES LA VIDA

Si el agua es la bien pagá
y la sed la mal querida,
en el mundo todo es ná
¡y esta vida ya no es vida!
El agua que no se vende
es agua de calidad
¡Sólo es agua corriente
y es agua de humanidad!

19.-Uno es el que ha sido hasta que sea lo que ya fue: él, ello, apenas un nombre del que se habla pero no la persona con quien se habla.

20.- Del viejo, el consejo: los viejos tienen mucho que decir, tanto como los infantes tienen de escuchar.

21.- Pongamos en valor su memoria antes de que la pierdan y la perdamos.

22.- Hay que escuchar más a los viejos y educar mejor a los niños. La tradición viva -la otra es una traición y un peso muerto,una costumbre- va de abuelos a nietos: del pasado al futuro... salvando el presente como mejor se pueda.

23.- Este mundo pasa como un tren y, además, está ocupado.

24.- Los jóvenes están en paro y los viejos jubilados. Y entre paréntesis el mundo (................) en puntos suspensivos. ¿Qué hacer? Poner el mundo en cuestión es el comienzo.

25.-Educar es enseñar a hablar y a escuchar, a vivir y a pensar. Sobre todo a saber vivir.

26.- Aunque también es cierto que prevenir no es curar, y que la propia experiencia es madre de la ciencia. Y aún de la sabiduría.

27.- El que aprende a escuchar a otros y a pensar con su cabeza, aunque se olvide de las consejas, se curará y aprenderá de sus errores.

28.-Educar no es domesticar: Se educa para salir de casa, del pasado y aún de sí mismo.

29.-Sin dejar a la libertad en paro, indecisa, ni a la responsabilidad dormida o confiada a los demás.

30.-En el gran mercado del mundo se grita y se negocia. Eso no es dialogar. Eso es la barbarie, la reducción de la palabra a la fuerza, de la fuerza al poder y del poder al dinero. El que paga manda, no hay más que hablar.

31.- El agua es vida, pero es la sed la que hace buena al agua .

32.-Y mala, si la sed es mala.

33.-La peor de todas es la sed insaciable del dinero.

34.- AGUA DE CALIDAD

El agua mejor de todas
es el agua compartida.
La que bebemos a solas
es la mitad de la vida.
35.- CORAZON AGOTADO
No está el horno para bollos;
pero si me hago alfarero,
con el barro y con el horno
podré aún hacer pucheros.
Mas volver al polvo seco
a los pucheros vacíos
y a los cántaros sin agua
eso es volver al estío
Es morir en el desierto
sin pozo -¡ay¡- ni camino.
Ni lágrimas en los ojos
para sacarlas, amigo.
No está el horno para bollos;
pero si me hago alfarero,
con el barro y con el horno
podré aún hacer pucheros.
Enterrado y desolado,
desterrado ya y sin sol,
descorazonado y solo,
y agotado el corazón:
No sé ya lo que es el agua
si no hay agua que beber
y, para ir a buscarla,
¡me falta incluso la sed!

No está el horno para bollos;
y aunque soy un alfarero
sin el barro y con el horno
ya no puedo hacer pucheros.


36.-No es humano negar a naide la palabra y un vaso de agua.

37.- No es cristiano cerrar el corazón y abir la boca. Ni sirven al Evangelio los que no sirven al hombre, la doctrina puede esperar la Buena Noticia nunca. En eso se conoce a los verdaderos discípulos de Jesús: en el espíritu.



























XXVI

ESCOLÁSTICAS, REALISTAS Y HUMANAS


1.-La escuela obligatoria, universal y gratuita, es una institución creada y promovida por la Ilustración.

2.- Antes de la escuela no existían los niños. Había infantes, que no sabían hablar y dependían de la madre y del padre en todo y para todo. Y menores a quienes se les trataba en casa como hombrecitos y mujercitas y se les vestía como tales para ir a misa. Pero no había niños y niñas porpiamente dichos.

3.- Escolarizar ha pasado a ser una misión principal del Estado moderno.

4.-Los niños y las niñas han de ir a la escuela para ser hombres y mujeres de provecho el día de mañana.

5.-Pero la escuela pública, universal y obligatoria, no solo ha sustituido con el tiempo a la institución de la Iglesia como medio de salvación, sino que ha conservado el método "catequético" hasta nuestros días como remedio.

6.-La enseñanza de las materias asignadas -las que van para exámenes- se imparte en la escuela a partir de respuestas conocidas que han de aprender los alumnos para responder a las preguntas que entran en los programas.

7.-La cuestión de una enseñanza laica no es un problema de contenidos sino de método.

8.-Hay que enseñar a pensar, no a consumir y a repetir lo que se enseña.

9.-Y sin eliminar las preguntas para las que la escuela no dispone aún de respuestas establecidas.

10.-La escuela gradúa a unos y degrada a otros.

11.-No todos los alumnos que están en clase son de la misma clase. Allí están para clasificarse.

12.-Los últimos serán los primeros...en salir de clase. El abandono escolar es el destrío: los alumnos no abandonan siempre la escuela, más bien es ésta quien los echa como se desechan las granzas en la era.

13.-La escuela, más que educar, enseña. Inicia a los alumnos en el consumo de productos acreditados. Y les instruye y adiestra para competir.
14.- No son los buenos habitos, ni los valores que no tienen precio.Los alumnos prefieren la ropa de marca, que es más cara. Y los títulos antes que los conocimientos.

15.-En una sociedad escolarizada la mentalidad dominante es piramidal: las diferencias no se contemplan ni compadecen en un mismo plano, y todo se clasifica "a nivel de..." Por grados.

16.- “Ese es el tema", y lo que se elude con ese giro sigue siendo el problema.

17.- Nadie puede escalar el cielo, la torre de Babel es una pretensión absurda. No obstante, cada vez menos suben más en este mundo.

18.- Querer ser como Dios es una locura demasiado humana.

19.- Lo contrario, bajar de lo más alto, ha de parecer entonces una locura divina: un misterio.

20.-La "excelencia" académica no tiene nada que ver con “Su Existencia”: la tuya y la mía, que es un problema de dignidad.

21.-Los títulos son un certificado de escolarización, y un dudoso prestigio que ha de acreditarse en el ejercicio de la formación recibida.

22.- La educación verdadera es un valor inestimable. Y una mala inversión económica.

23.- Los pensamientos -y no digamos ya unas pobres pensadillas- apenas dan que pensar y en absoluto para comer.

24.-Dudo que otras alternativas filosóficas mejor dotadas den para comer tal como están las cosas. Y en absoluto para vivir dignamente.

25 .- LA CAÑA DEL CATECISMO ES ALARGADA
En la Antigüedad llamaron modernos y ateos a los cristianos...,¿se lo imaginan? En el cristianismo fue primero el espíritu y después la letra, la vida y después la institución, el mensaje y los mensajeros sin asiento y después los pastores y el rebaño: los obispos y la grey, las cátedras y los templos. Jesús anunció el evangelio, y después vino la iglesia. Y con ella los clérigos y los maestros, la gente del libro y de la administración: la autoridad consagrada y el pueblo profano en la materia, los fieles y los infieles, la catequesis y la misión. Y la modernidad de los primeros cristianos se acabó. Todos a misa -se dijo - pues fuera de la iglesia no hay salvación. Y la “cristiandad” que hizo a los cristianos -la fe libre y responsable, como la “humanidad”que nos hace humanos- fue desplazada por un régimen de Cristiandad que los deshizo para hacerles meramente religiosos. El trono y el altar - el cetro y la caña del catecismo- pusieron a los hombres de rodillas.

Hasta que la razón puso a los súbditos de pie, a la religión en su sitio, y en el poder a los burgueses. La Ilustración apareció como la luz que ilumina a todo hombre en este mundo, la enciclopedia como la biblia, y la escuela obligatoria como la nueva iglesia sin la cual no hay salvación. Y se presentaron en público los nuevos clérigos, preparados y autorizados para educar a los ciudadanos.

La lucha que vuelve una y otra vez sobre la enseñanza de la religión en la escuela, parece la guerra entre clérigos de la vieja y de la nueva observancia. Catolicistas y laicistas aparecen como la cara y la cruz de una misma moneda. Todos los clérigos creen que hay que ir a la escuela para salvarse, ese es el primer dogma. Y el segundo, que la escuela obligatoria ha de ser gratuita. Todos creen, y apenas hay quien lo piense. Lo de menos son los contenidos que se imparten y lo de más el mito de la escuela y el rito de iniciación al que se somete a los alumnos. Porque los niños -y todos son menores en la escuela- no hacen preguntas, o solo aquellas que van para exámenes y se programan de acuerdo a respuestas establecidas. La enseñanza oficial es lo que tiene,, que es ortodoxa. El que no aprueba, no se bautiza. Y como la letra con sangre entra, la doctrina y la caña del catecismo reaparecen en la enseñanza reglada

No obstante pronto hará medio siglo que I. Illich y E. Reimer advirtieron que la escuela obligatoria ni es necesaria para la salvación ni gratuita como pretende, sino costosa y penosa -perjudicial, incluso- si no educa para la libertad. Una escuela que fracasa en la educación de buenos ciudadanos no es excelente, es execrable. Pero la educación no es una asignatura sino una forma de vida que se adquiere como filosofía práctica: es saber vivir y vivir como se sabe. Y esto no se aprende de los libros ni en los libros: depende de cómo se vive con los alumnos y ,también, de cómo se enseña. Maestros y no textos.

¿Ha de enseñarse la religión en la escuela? No si viviéramos en un mundo sin religión. Pero sin duda alguna si vivimos en un mundo en el que el hecho religioso es una verdad como un templo. El problema no es el contenido. Los que ofrece la escuela son tantos o más que el surtido de artículos en un supermercado: se enseñan lenguas -sobre todo el inglés, pasando por encima de la materna- mates, cerámica, tocar la flauta, historia, medio ambiente, filosofía incluso -que ya es decir- geografía, química, física, ciencias de la salud, y cualquier otra que merezca tal nombre en el mundo académico o en las agencias de calificación acreditadas para el caso. Por no hablar de la “educación financiera”... para los bancos y el estado de malestar, que se está introduciendo a la par que la gastronomía -en auge- para comer menos sino mejor. En la enseñanza reglada básica el menú de asignaturas es abundante, sin olvidar los “masters” en la universitaria para quien los pueda pagar. Tal abundancia podría interpretarse generosamente como una ampliación de la libertad individual. Pero no es así. El consumo de la enseñanza está regulado por la lógica del mercado y depende de la demanda del sistema económico y la oferta de trabajo. Las preguntas que uno se hace, las que interesan en la vida y de la vida, las que uno lleva consigo y que le duelen , las que le mueven y levantan el ánimo, las que tienen sentido o no lo tienen inmediato, ni recompensa económica por supuesto, ni reconocimiento siquiera, las que tienen valor y nunca precio, esas, no van para exámenes. Van a la papelera. Y la caña del catecismo en la escuela parece cada vez más alargada. Ese es el problema. No la enseñanza crítica de la religión, sino poner de rodillas a los alumnos para rezar. Siendo así que la crítica a la religión -no el desprecio ni la ignorancia- podría ser el principio de toda crítica. (5.3.2015)

26.- La caña del catecismo es más flexible y más larga, la regla en la enseñanza reglada es más corta y más rígida en su aplicación.

27.- Se da caña en la cabeza, preferentemente al cabecilla; y en la mano con la regla a cualquiera que rompe la formación.

28.- El que la hace la paga y se le pega con la regla en la palma de la mano delante de todos. Para que se vea.

29.- Normalmente la regla se aplica y se administra de acuerdo al reglamento: pon la mano, son dos golpes. Y ahora a tu sitio.

30.- Al que peca de palabra y apenas de pensamiento se le alcanza con la caña - que es más larga - en su lugar: ¡Caña al mono!, es la receta

31.- El catequista que usa de la caña restablece el orden rebajando la monada a la manada y la persona al colectivo. Y echa los perros al que se sale del redil para que vuelva. Los perros son la prolongación de la caña, o del cayado del pastor que sirve lo mismo para señalar que para cazar.

32.- La desgracia llega como la gracia al señalado con la caña. Al que le toca.

33.- La caña se anticipa, más vale prevenir. La regla es más objetiva y castiga las obras, no las intenciones.

34.-. El que quiere hacer carrera eclesiásica ha de pensar más en la caña y menos con la cabeza.

35.- Una caña más flexible y más larga que no diera golpes en la cabeza y que no cascara tanto, no sería tan frágil y hasta podría florecer como la vara de San José dejando al hombe en su lugar.

36.- En la escuela puedes pensar lo que quieras, pero no lo digas: no sirve de nada. Y si quieres hacer carrera responde a la enseñanza reglada.

37.- En cualquier caso el pasado -la tradición- no debería caer sobre el presente como una losa, sino como la lluvia que cae sobre lo que nace y crece desde abajo para el futuro.

38.- Incluso podría utilizarse como abono,que para eso sirve todo. Pero no para sembrar. Que las personas no se reproducen: ¡ nacen para comenzar!





39.-Todas las pirámides acaban en punta, en lo más alto solo cabe uno.

40.-El poder y el dinero son arcanos, se guardan en el arca bajo llave. No dan la cara, ni la mano abierta y distendida Si algo dan es el golpe y un puñetazo. Se esconden y atacan por sorpresa.

41.-La fuerza bruta hace todo lo que puede, como el dinero sucio que hace siempre más dinero.

42.-Es así como se levantan las pirámides y crece la desiguldad. Cada vez menos tienen más...., hasta que puedan más los que tienen menos.

43.-El pueblo soberano está en la base, y el soberano del pueblo en lo más alto.

44.-Esa es la realidad por más vueltas que le des.

45.-En las democracias "reales" hay un déficit estructural.

46.-En las monarquías constitucionales, más de lo mismo.

47.-El plus en este caso es la guinda de la tarta: un lujo que no todas las democracias se pueden permitir.

48.-Pero el problema es la tarta y no la guinda, que el rey es lo de menos.

49.-Y más la casta que la dinastía

50.-A una tortilla se le puede dar la vuelta. Pero si unos están arriba y otros abajo, aunque cambien de sitio la estructura permanece.

51.-La pirámide, prototipo de la arquitectura de subordinación, es insuperable en su género y su estabilidad incomparable con la estructura de una tortilla española. O francesa, que para el caso da igual.

52.-La dictadura es más rápida, nos lleva más deprisa a la solución final: al exterminio y a la muerte.

53.-La democracia es lenta y, si es perfecta, imposible.

54.-Siempre habrá conflictos y reglas para resolverlos. Y puede haber acuerdos.

55.-Hagamos las paces,que podemos hacer y mereceremos la Paz que está por ver y por venir.

56.-La democracia no es un estado, es un procedimiento y un proceso: un camino que se hace al andar.

57.- Vayamos despacio si tenemos prisa, sin atropellos: paso a paso y aprendiendo de los errores.

58.-La democracia comienza donde dos o más ciudadanos se reúnen pensando en todos los otros, pero no en su nombre ni en nombre del pueblo.

59.-Algunas vanguardias dejan al pueblo atrás y algunos pastores -con piel de oveja- se convierten después en carniceros.

60.-El principio de la democracia comienza con la división de poderes y llega a su perfección con el reparto del poder. Con la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones.
61.-En la recuperación de la palabra por todos y ante todos, en la conversación y la convivencia entre iguales alcanza su perfección la democracia.

62.-Menos subordinación y más coordinación. Ese es el camino.

63.-Pero en camino estamos siempre, menos cuando nos salimos de él o creemos haber llegado.

64- Los ideales se miran y no se tocan, como las estrellas.

65- La democracia ideal es la estrella que nos guía.

66- Creer que vivimos ya en una democracia perfecta es confundir el tocino con la velocidad y el ideal con el camino.

67- Ocurrencias al pie de la noticia y al margen de los eventos: no tengo razón alguna que me lleve a ver las carrozas.

68- Escribo solo por imperativo real. Ahí van estas reales pensadillas:
69.- Somos un pueblo de reyes: a falta de uno tenemos dos, uno que no gobierna y otro que tampoco.

70.- Uno que ha dimitido y representa al pasado que fue: una reliquia, y otro que es una prenda del futuro que puede  ser.

71.-Felipe VI representa al presente, no al futuro que no existe y resulta como tal impresentable.

72.-¿Somos un pueblo de reyes? ¿O la suma de individuos con un rey en el cuerpo cada uno?

73.-Somos el pueblo soberano que no dimite, pero que no siempre gobierna y que demasiadas veces hace dejación de sus responsabilidad.

74.- No es lo mismo que cada uno haga su real gana siempre que pueda que poder y hacer juntos la voluntad general.

75.- Por eso los demócratas reales son aquellos que acatan siempre la voluntad de la mayoría y no piensan siempre como la mayoría.

76.-Los Reyes son un símbolo histórico de la nación , reinan pero no gobiernan. Lucen la dignidad del pueblo soberano y, a veces, la deslucen.

77.-Es el Gobierno legítimo el que representa al pueblo soberano y, a veces, lo suplanta.

78.-De los Reyes, que no dan órdenes, se espera que den ejemplo. Y que no pierdan la autoridad que no se hereda ni se adquiere por elección popular.

79.-La autoridad es algo muy personal: depende de lo que uno es, no de lo que representa. La autoridad es la que uno merece, la que se gana. La autoridad vale por sí misma, aunque no se reconozca.

80-Un buen pastor tiene autoridad , la potestad es más de ganaderos.

81- La autoridad no depende del ganado: de las ovejas que le siguen ni de las cabras que se desmandan.

82.- No tenemos cuerpo, aunque también. Somos cuerpo, y espíritu que trasciende.

83.-Aquí es el lugar de la responsabilidad, donde nos encontramos. Que por ahí andamos perdidos.

84.-El que se encuentra perdido, se para. Y al reparar está aquí.

85.-O mejor, al reparar se encuentra...consigo. Y a veces con la policía. Con el prójimo, con su hermano y puede que hasta con Dios.

86.- Quien huye de sí mismo se pisa los talones, tiene que ir muy deprisa, acelera, y no sabe como escapar.

87.-Cuando trabajar es un curro, el fin de semana es un mal rollo.

88.-El que está en paro no necesita un puesto....de trabajo.

89.-Ni colocarse.

90.- Ni trabajar.

91.- Necesita vivir con dignidad.

92.-La dignidad la tienen las personas, siempre, y derecho a trabajar las que están en paro.

93.-Las cosas solo tienen un precio.

94.-¿Qué es el hombre?

95.-¿Y tú me lo preguntas? ¡Tú eres el hombre!

96.- No puedes ponerte en mi lugar, está ocupado.

97.-Ni yo en el tuyo. Aunque puedo hacerte sitio.

98.-Ese es el tema sobre el que podemos hablar. Pero yo hablo contigo y tú conmigo. Y ese es el problema: tú problema, mi problema y el problema de todos nosotros.

99.-El hombre es el que va al encuentro del otro y con los otros.
100.- El hombre es la casa del hombre...provisional.

101- Porque NOS-OTROS -todos- solo cabemos en la casa del OTRO.

102- Dios, si lo hay, es el PADRE de todos NOSOTROS .

103.-Pero nosotros vamos y el Otro está por ver y por venir.

104.-La última frontera de la vida es un horizonte inabarcable, incomprensible.

105-Y el suelo que pisamos: la realidad, es solo el camino real que dejamos atrás.

106.- ¿Cómo te va? La experiencia humana es una experimentación en marcha, inacabada.

107.- Y el hombre la pregunta que no tiene en sí la respuesta.

108.- Abierto de par en par, en el límite, el hombre supera en cierto modo todos los límites

109.-El hombre puede ser todo lo que puede ser, palabra.

110.-Dios en cambio es imposible, claro. Es o no es. A no ser que... Bueno, lo prudente es callar. ¿Quien soy yo para hablar sobre Dios? Solo un hombre.






XXVII

SAPERE AUDE


1.- ATREVERSE A PENSAR

Regreso de Jaraba, del Balneario de la Virgen. Lo recomiendo. Me llevé allí un libro de Edith Stein: La estructura de la personalidad (Ed. BAC 1948), una obra póstuma de la autora -discípula de Edmund Husserl, carmelita de origen judío exterminada en Auschwitz- cuyo original alemán se publicó en 1994. Me lo regaló pocos días antes de ir a Jaraba mi paisana y amiga Aquilina Satué, catedrática de Filosofía durante muchos años en el Instituto Goya de Zaragoza. Hablar de filosofía y de educación en España es llorar.

Precisamente de eso, de filosofía y de educación, trata el libro que me llevé al balneario. En sus páginas se recoge el manuscrito completo del curso que impartió Edith Stein en el semestre de invierno 1932/1933 en el Instituto Alemán de Pedagogía Científica de Münster de Westfalia. Los editores de este libro póstumo relatan en una introducción los avatares del texto de Edith rescatado con mejor suerte del Holocausto que su propio cuerpo reducido a cenizas por los nazis. Y de allí, del Balneario de la Virgen, me traje también con ese libro - ya leído - un recorte publicado en un periódico el pasado viernes 4 de julio que acababa de leer bajo este título: A solas con los pensamientos, seguido en letra más pequeña por un subtitulo no menos llamativo: Las personas aborrecen estar apenas 10 minutos sin nada más que pensar que el abrigo de su mente, hasta el punto de preferir una descarga eléctrica. Se informaba allí mismo de una investigación concienzuda realizada por Timothy Wilson, un prestigioso psicólogo de la Universidad de Virginia, con un grupo de voluntarios sometidos a sus experimentos. Así que pensar, lo que se dice pensar en lo que da que pensar, en lo que importa, es peor que una descarga eléctrica, un castigo, así en España como en la Universidad de Virginia. Y hablar de filosofía es llorar y, por supuesto, lo mismo hablar de educación en casi todo el mundo. El Sr. Wert no se entera, los padres no se enteran, los alumnos tampoco, ni la Iglesia, ni la Escuela. Y crece el paro y la estupidez, y la movilidad aumenta sin ir a ninguna parte. Porque pensar no es un medio de vida, sino vivir responsablemente: un asunto personal, muy personal, es vivir como persona. Ni educar para la vida es preparar para un empleo. Ni hacer la vida es como hacer dinero, ni estar ocupado en lo que importa es ocupar solo un puesto de trabajo, ni siquiera trabajar es ganarse ya por eso un respeto sino un sueldo.

Después de oír lo que siempre se oye por estas fechas sobre la educación en España, sobre la escuela laica -que no es- , pública y gratuita - que tampoco- ofrezco seguidamente, desde la libertad, unos pensamientos que apenas son pensadillas sobre la educación y el sistema educativo. Nada me gustaría más que contribuir a levantar la moral. Pero eso es imposible si no nos atrevemos a pensar. Ahí van algunas pensadillas o pesadillas, nada especial y casi todas olvidadas de tan sabidas:

a) El que todo lo sabe no pregunta nada, en todo caso interroga. Como el profe en los exámenes.

b) Lo que se da por pensado no se piensa, ni se sabe lo que se da por sabido.

c) Tampoco se pregunta por lo que se ignora en absoluto.

d) Solo podemos llegar a saber aquello por lo que preguntamos, y solo preguntamos por lo que nos llama la atención.
e) La envergadura de la pregunta mide la capacidad del aprendizaje.

f) Hay preguntas de catecismo y respuestas de catecismo. Y un método de preguntas y respuestas donde todo encaja.

g) Esa caja es un sistema cerrado. Como la escuela, en la que solo pueden hacerse las preguntas que van para exámenes: las que están en el programa y cuya respuesta se halla en el libro de texto, en el cajón del pupitre y en la cabeza del maestro.

h) Lo que está en el mundo de la vida, nos guste o no, debería estar en la escuela. La discriminación de los contenidos la convierte en una secta. Y a la escuela nacional en otra iglesia nacional, en un sucedáneo del antiguo régimen.

i) El pensamiento libre lo piensa todo libremente. Y si no es libre, ya no es pensamiento.

j) Un pensamiento responsable lo piensa todo responsablemente. Y si no es así, ya no es pensamiento.

k) El que no conoce la Biblia ni por el forro no es más sabio que quien se la traga sin pensarlo dos veces.(8.-7-2014)
l) El miedo a pensar cierra la boca ...y la mente. Atreverse a saber abre los oídos y la pregunta.

2.- El asombro es el principio de la sabidduría y la pregunta el primer paso.

3.- Una cosa es saber y otra querer saber más.


4.- La persona es un principio, no un reducto.

5.- Educar no es encerrar, es ayudar a salir.

6.- Se doma a los animales, no a las personas. A estas, para domarlas, hay que matarlas.


7.- Se es bueno porque sí, gratuitamente, y malo por muchas razones... de la razón instrumental, que es una puta.

8.- Si la buena voluntad pudiera producirse, todos seríamos buenos sin ninguna gracia.

9.- Es decir, en el supuesto de que el artífice supiera y pudiera hacernos querer todo lo que es bueno.
10.- Pero “lo único absolutamente bueno así en la tierra como el cielo es - como decía Kant- la buena voluntad” Y eso no se fabrica.

11.- Hay que desear que todos sean buenos y dar ejemplo. Pero hay que gobernar a pobres diablos con leyes que se cumplan y para eso no basta que sean justas, es preciso que convengan a todos y que la mayoría, que ya es decir, así lo entienda.

12.- La política no es una técnica, aunque también; la política es el arte de lo posible, y pertenece a la filosofía práctica. Y antes que expertos, para gobernar, se necesitan personas honestas y prudentes.

13.- Hacer la vida no es hacer cualquier cosa, es hacerse persona. Es vivir y gobernarse a sí mismo, como hombre libre y esponsable.

14.- El que no sabe gobernarse a sí mismo, no puede gobernar a los demás. Pero lo intenta, eso es lo malo.
15.- El que solo sabe hacer cosas es un mandado, que acabará mandando en provecho propio.

16.- Sin buenas personas no hay salida. Pero la crisis moral no se supera apelando solo a la buena voluntad para salir de la crisis económica o de cualquier otra. La buena voluntad es un fin en si misma y nunca un medio.
17.- En el mundo de la política importa mucho más la justicia que podemos hacer. Los políticos deberían hablar más de ella - y practicarla, claro- y predicar menos, si quieren que los ciudadanos entiendan lo que a todos nos conviene: ser ciudadanos justos y solidarios.

18.- Todos somos unos pobres diablos y en general hacemos lo que nos conviene, si fuéramos inteligentes por lo menos... Pero no todos lo somos, y los políticos en ejercicio son la prueba.

19.- Apelar a la regeneración moral cuando interesa a la política o a la economia, no levanta la moral de los ciudadanos: la deprime. Hay que hacer buenas leyes y practicarlas todos, empezando por quienes las hacen.

20.-¿Qué debemos hacer? Ese es el tema principal, y el secundario es si podemos.


21.- PODEMOS, CLARO

Ese no es el tema. Poder, lo que se dice poder, hay que ver lo que podemos. Nunca tuvimos tanto poder sobre tantas cosas, sobre la naturaleza entera y sobre nosotros mismos. Podemos llegar hoy a la Luna y más allá, prolongar la vida, cambiar de sexo y producir niños a la carta. Podemos , si queremos, acabar con el hambre en el mundo. Vivir en paz y dejar vivir, perder peso que es más sano y crecer en sabiduría y en virtud que es más ecológico. Y hasta podemos, si queremos , no hacer nada y dejar que todo siga igual aunque no por los siglos de los siglos. Porque somos mortales y todo tiene un límite. Y hasta la naturaleza se acaba y la misma historia, más pronto que tarde, si consumimos aquella y no hacemos ésta responsablemente para mejorarla. Por tanto, ese no es el tema. Ni tampoco querer, sino querer lo que debemos. Aunque bien pensado ese es ya el problema y no el tema de un artículo, de un libro entero ni de todas las tertulias en las que se habla de todo y sobre todos sin que haya en ello nada personal. El tema de este artículo es la responsabilidad en la que se piensa poco. Se trata solo de eso. Pero asumir la responsabilidad y querer lo que se debe, eso es harina de otro costal en la que pensamos sí , como no puede ser menos, pero sin entrar en el saco y meter las manos en ella. Lo que no significa , por otra parte, que nos aliviemos del problema hablando sobre ese tema.
Las cosas no piensan, están. Las plantas vegetan sin enterarse. Y los animales viven y se mueven sin pararse a pensar. ¿Qué es la naturaleza sin el pensamiento? ¿Una palabra que nadie escucha, un texto que nadie lee? Todo lo que es da que pensar, y lo que más da que pensar es precisamente que nosotros -que podemos- “todavía no hemos llegado a pensar en lo más digno de ser pensado” (Heidegger). La verdad del ser, el ser como verdad que se presenta y la presencia de su ausencia en un mundo que no lo piensa - el ser ahí desatendido- reclama hoy más que nunca su atención y su cuidado. El hombre es “el pastor del ser” (de nuevo, Heidegger) aquí - en el mundo, claro- del ser en su totalidad que se encomienda a nuestro cuidado. Si todo lo que es debe ser atendido -es decir, lo que se ofrece delante de nosotros - con mayor razón deberíamos pensar los unos en los otros y atendernos: cada uno según su poder debería cuidarse de sí mismo, de la casa que habitamos -de este mundo - y de todos sus habitantes, sin olvidar a las víctimas que fueron – hay una justicia pendiente y “hemos sido esperados sobre la tierra” para que se cumpla , como decía W. Benjamin- ni a los que han de venir todavía mientras haya esperanza en ciernes a verificar.

Atender, escuchar, pensar, tratar de entender y cuidar lo que nace, es el camino de la vida y de la historia. Es emplear el tiempo, y lo contrario perderlo. Despistarse, salir de ese camino, es igual que andar por camino trillado: dar vueltas como el trillo, no es salir sino enrollarse.

En este mundo mundial, tan complejo, en el que la técnica ha puesto la naturaleza en nuestras manos, se necesita una ética de la responsabilidad y del cuidado que ponga a salvo al cuidador y a su rebaño. No basta con saber hacer, hay que pensar lo que se hace. Ni vale la máxima de “hacer justicia aunque el mundo se hunda”, sino hacer precisamente lo que hay que hacer para que el mundo no se hunda y sea posible más humanidad y más justicia. No hablamos de una ética al servicio de la mera supervivencia sino de la responsabilidad que nos hace humanos.

La responsabilidad y la libertad se dan la mano en ese camino para gobernar un poder descomunal. Ni la responsabilidad existe donde no hay libertad ni a la inversa. El prototipo de la responsabilidad es la de los padres que han de cuidar de sus hijos hasta que puedan valerse. Y a gran escala la de los políticos que gobiernan a los pueblos que no engendraron y que les seguirán. Unos y otros han de actuar desde la libertad y para la libertad. Solo la naturaleza puede dominarse y aún ésta con reservas, pero los hijos nacen para comenzar y comienzan como personas adultas. Y los ciudadanos no son súbditos sino soberanos, eso es lo que creen y lo que deben ser. Necesitamos padres responsables que confíen menos en la escuela y los programas, y ciudadanos responsables que confíen menos en los gobernantes. Esto último, la desconfianza, ya la tenemos. Pero en España nos falta aún la alternativa: más responsabilidad en los electores y en los elegidos. Por último, no hay que dejase llevar: ni tirase al monte como las cabras,que eso es cabreo; ni a las “chuches” como los niños, que es un capricho. (2-2-2015)

22.- Y el problema, sin duda alguna, es si queremos hacer lo que debemos y podemos.

23.- El que hace lo que debe no está obligado a más, ni a menos de lo que debe si es que puede.




















XXIII
PARA SALIR





1.- Mi opinión vale tanto como la tuya.


2.-Perdona, la mía no se vende: se discute.

3.-La opinión que está en venta no vale nada : tiene un precio, pero no vale nada.


4.-¿Estamos de acuerdo?

5.-No todo es discutible, no lo son las condiciones que se requieren para cualquier discusión; por ejemplo, la libertad de expresión de todos y la voluntad de escuchar todas las opiniones que vengan al caso.

6.-El diálogo tiene sus reglas que no se discuten, como en el juego que jugamos y nos juega.

7.-Los acuerdos tampoco son discutibles, se celebran. Pero no son eternos.

8.-Solo se discute la opinión que vale la pena: la que no compartimos o no entendemos, mientras hay volunbtad de llegar a un entendimiento.

9.-Escuchar solo lo que pensamos es escucharse a sí mismo. Una manera estúpida de perder el tiempo.

10.-El diálogo es la palabra cabal, la palabra viva que avanza entre los dos hasta llegar al mar que es el Silencio sin orillas.

11.-La palabra en vivo no es la palabra dicha, es el verbo: la palabra que nadie tiene ni se detiene , que no es tuya, ni mía, ni siquiera suya...

12.- No hay que insitir, hay que ex-sistir: salir de casa y de uno mismo.

13.- No hay casa sin puerta, eso es una tumba. Ni puerta sin camino, eso es una ventana abierta al abismo.


14.-Ni camino que no lleve a casa.

15.-No tengo casa si nadie me espera.

16.-Pero mi casa, mi última casa, es nuestra casa.

17.- Cualquier otra casa a la que se vuelve es una posada.

18.- Volver a esa casa es dar vueltas por el mundo, como los turistas.

19.- El camino trillado solo da vueltas, el otro -el que no vuelve- se hace al andar .

20.-Tu camino y mi camino, compañero, va a nuestra casa.

21.- Ni uno ni otro tenemos al Otro en el bolsillo, y a ningún otro.

22.- El que no cree también sale de casa sin saber a donde va , pero si va -digo yo- que camina y algo espera. Barrunta lo que no sabe. ¿O lo adivina?

26.-Conocer en sentido bíblico es conocer a una persona en una relación amorosa, en un abrazo total: El sexo sin amor, es bailar sin ton ni son. Es una movida sin espíritu.


27.-El sexo tiene un precio, el amor es pura gracia.

28.-Hacer el amor es una cosa, amar es vivir y desvivirse por otro y con otros.

29.- Abrazar es rodear con los brazos

30.- Coger es asir con las manos algo, y coger con la mente es captar.

31.- Coger - del lat. colligere y éste de legere- significa colegir y colectar.

32.-Se cogen los objetos, no a las personas. A no ser que se las trate como si fueran cosas, como a los presos.

33.-Lo que se coge con las manos se cosecha y se recoge, se mete en el mismo saco y hasta se vende. A los cautivos se les metía en un mismo barco y se ls vendía como si fueran cosas.

34.-Lo que se capta con la mente se colige y se reúne con la mente en un mismo concepto.

35.-Concepto, viene de concebir. Aunque a veces lleve al aborto.

36.- Prender significan coger, apresar, cautivar.

37.-Comprender signitica captar o coger con la mente

38.-No se comprende a una persona bajo ningún concepto, no como tal sino acaso en general como individuo de una especie. Ya sea uno de tantos contribuyentes, animales que hablan, clientes u objetos manejables más o menos.

39.-Se comprende a una persona con los brazos abiertos; se la entiende cuando se la escucha con el corazón abierto: cuando se la acoge, no cuando se coge al otro en la palabra y nunca cuando solo se le oye.

40.-Se la conoce cuando se abren los dos desde la libertad, cuando se entienden, cuando se encuentran, cuando se entregan mútuamente y sin reservas: cuando se abrazan. No cuando se enzarzan, que eso es cogerse para pelearse cuerpo a cuerpo.

41.-No se conoce a una persona si no se la quiere, si solo se la quiere tener.

42.-Enzarzarse - por ejemplo, en una pelea- no es abrazare. El abrazo del oso no es abrazarse, es capturar o cazar a otro.

43.- Abrarzar y dejarse abrazar, abrazarse, es la comprensión en cuerpo presente: el gesto y el símbolo, la expresión corporal de una acogida humana muy personal.

44.- Somos animales simbólicos. Que usamos y, a veces, abusamos de los símbolos. Se puede vender al amigo con un beso y robarle la cartera en un abrazo.

45.- No obstante, se pega con el puño cerrado y se saluda con la mano abierta. Nos enzarzamos cuerpo a cuerpo para matarnos y nos fundimos en una brazo para amarnos.

46.- ¿Por qué se dice a menudo esta es “mi señora” y apenas este es “mi señor”? ¿Será porque el señor no es de la señora sino muy suyo y más señor? ¿No son los dos hechos del mismo barro? ¿No se hacen los dos una sola carne?


47.- En el destino se recoge el camino, pero todos los caminos salen de casa si han de llevarnos a la casa de todos.

48.- Nos encontramos en el camino.... tú y yo. Es el primer paso.

49.-La humanidad no tiene sexo, tienen sexo unos y otras.

50.- Solo en la distancia, hablando de ellas y de ellos, advertimos la diferencia entre otros y otras. En el diálogo, hablando contigo, solo hay correspondencia: tú y yo.








XXX

SOBRE LA MARCHA







1.-Si te llevan no te enteras, a no ser que te lleven a rastras.



2.-La experiencia es amarga, y dura la realidad.



3.-Cuando todo va sobre ruedas, todo va bien para los que van.



4.-Los otros no existen salvo accidente, a no ser que el tren de vida se vaya al fondo con los que van.



5.-Una gran experiencia no es eso que se dice hoy un “evento”, es más bien un accidente.



6.-Una herida puede ser un surco abierto, una desgracia un golpe de gracia, y un accidente un comienzo. Un evento, en cambio, es más bien una liturgia, una rutina, un rito, una convención...



7.- El harto no se acuerda del que está en ayunas. Donde hay harina, tampoco hay mohina: enojo, enfado, malestar... Lo que hay es bienestar y mucho aburri[ca]miento. Una burrada, vamos.



8.-La naturaleza no solo es una maravilla digna de ser contemplada -aunque también -, ni un medio de vida -faltaría más, aunque puede faltar-, ni un patrimonio de la humanidad a cultivar y acrecentar: una hacienda; sino que es sobre todo y ante todo una encomienda encomendada a nuestro cuidado. Cuidarla y cuidadarse de ella es nuestra responsabilidad.



9.-Es como el huerto cuyo usufructo supone su cuidado, lo contrario no es un uso: es un abuso, es como matar a la gallina de los huevos de oro.



10.-En la naturaleza hay para el hombre muchas posibilidades latentes: sacarlas fuera, ayudar a nacer y a crecer, realizar lo que puede ser es cultivar.



11.-En el descuido de la naturaleza podemos cogernos los dedos.



12.-Comprometer la naturaleza en la historia puede ser nuestra desgracia si no contribuye con la suya a nuestra mejor evolución.



13.-Todo está en dolores de parto. Nuestra responsabilidad es ayudar a nacer. Y lo contrario una parida.



14.-Solo en la historia hay milagros ¡Y portentos de iniquidad!



15.-La historia no está hecha, la van haciendo los hombres: es el camino que se hace al andar, con un pie en la tierra y otro en el aire. Uno en la naturaleza o en el pasado: en la necesidad,y otro en el aire de la libertad. Y entre las dos, mediando, la responsabilidad.



16.- El fin de la historia no es lo que sigue naturalmente: ni el presente es la consecuencia del pasado, ni el porvenir la expectativa más probable según la razón calculadora instalada en el presente.



17.- La historia no es como la imaginamos o contamos, no es un cuento. La historia es como la hacemos y nos hace.



18.-“Todos somos hijos de Dios” O en versión laica , para que todos lo entiendan: “Todos los hombres somos iguales”.



19.-Pido tiempo. Necesitamos mucho tiempo para poner en la historia lo que he puesto entre comillas.



20.- El idealismo se precipita: Ya sea eso un artículo de fe o el principio y fundamento de los derechos humanos, la fraterindad confesada y la igualdad proclamada no son la verdad realizada. Nada de eso es ya lo que es. Sino lo que debe ser o verdades a verificar. Y mientras tanto la deuda pendiente que tenemos con todas las víctimas de la historia real.



21.-La verdad que se anuncia -la que promete- se ha de verificar.



22.-Como el hombre que, para vivir, ha de nacer todos los días.



23.-Como Dios, que “es” como si no fuera -solo una idea o la Idea- si no hay fe en este mundo. Y a la inversa, que “no es” como si fuera donde hay creyentes que lo atestiguan.



24.- Donde hay amor fraterno, Dios no es una idea ni la Idea.



25.-Cuando todos seamos hermanos, todos iguales en dignidad, habrá Dios para todos.



26.-Mientras tanto, dentro de la historia, cada paso en esa dirección es una prenda - o anticipo- de lo que está por ver y por venir todavía.



27.-Si Dios es el Otro, los otros son el camino: dejar en la cuneta a las víctimas de la historia es apartarse del camino.



28.-Aproximarse a las victimas no es detenerse, ni parar. Es reparar en todos los sentidos. Y avanzar por el buen camino. Es aproximarse a Dios - tan lejano- y encontrarlo en el prójimo tan cercano.













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XXX



LO QUE VIENE NO ESTÁ ESCRITO





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ÍNDICE







PRÓLOGO....................................................................4



I INVITACIÓN A LA LECTURA …........................5



II LO BUENO, SI BREVE... …..................................... 9



III DAR A ENTENDER Y ENTENDERSE CON

OTRO.................................................................................14



IV SENTIDO Y SIGNIFICADO.................................... 20



V EL BIEN Y EL MAL.................................................30



VI TODO ES CUESTIONABLE..., MENOS LA

CUSTIÓN...........................................................................35



VII EL DIÁLOGO: LA PALABRA CABAL..................46



VIII REDUCCIÓN AL SILENCIO.................................58



IX ¿QUÉ ES EL HOMBRE?..........................................70



X EL PODER............................................................. 95



XI LA POLÍTICA........................................................106



XII ÉTICA Y ESTÉTICA............................................134



XIII ÉTICA POLÍTICA.................................................145



XIV PARA UNA DEMOCRACIA SOSTENIBLE........156



XV LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD..................171



XVI EL SILLÓN DETRÁS DE LA MESA..................184



XVII GRACIA Y JUSTICIA...........................................195



XVIII LA SOCIEDAD CIVIL..........................................204



XIX ECOLOGÍA DE LA ESPECIE............................. 212



XX ECOLOGÍA DE LA MENTE................................221



XXI TODOS SOMOS EXTRANJEROS......................231



XXII LA PALABRA Y LA IMAGEN...........................248



XXIII SOBRE LA RELIGIÓN, LA PAZ, LA GUERRA

Y OTRAS PEnSADILLAS............................................. 266



XXIV EL PAN Y LA PALABRA.....................................303



XXV LA LEY Y EL ESPÍRITU.....................................313



XXVI ESCOLÁSTICAS,REALISTAS Y HUMANAS...324



XXVII SAPERE AUDE...................................................337



XXVIII PARA SALIR...................................................... 347



XXIX SOBRE LA MARCHA........................................ 353



XXX LO QUE VIENE NO ESSTÁ ESCRITO............... 358-

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