NUESTROS
MUERTOS
Por
estas fechas es costumbre acordarse cada quien de sus difuntos.
Todos los años paso por el cementerio donde me dijeron que está
enterrado mi padre en una fosa común. Lo asesinaron en la Guerra
Civil con sus tres hermanos. Pero hace tiempo que comparto con
muchos compañeros la necesidad de ensanchar el recuerdo a todas las
víctimas, a todos los nuestros, y rescatar del olvido a los
innumerables que están en otras fosas.....
como Federico García Lorca y
sus compañeros mártires en Viznar (Granada) no lejos del
manantial de Aimadamar o “Fuente de las Lágrimas”. En su
memoria escribo unos puntos de meditación para los que quieran
sumarse a este recuerdo.
1.
- Aprendí en el catecismo que las obras de misericordia son siete
espirituales y siete corporales. La última de las corporales era
“enterrar a los muertos”. Todos los muertos están muertos, pero
a algunos los mataron. ¿Es una obra de misericordia desenterrar a
las víctimas?
2.
- Los que mataron a las víctimas de la Guerra Civil, salvo muy raras
excepciones, también están muertos. La justicia humana no los
alcanza. ¿Qué podemos hacer?
3.
- El olvido es la fosa común de todas las víctimas. Acordarse de
ellas, traerlas al corazón es una obra de misericordia espiritual.
Hacer con ellas otra guerra de “moros y cristianos” es aún
peor que olvidarlas.
4.
- Todas las víctimas de la Guerra Civil son de los “nuestros”:
no hay que separar a los que unió la muerte. Reunirlos en el
corazón, recordarlos, es lo mejor que podemos hacer con nuestros
muertos. Hay que sacar a muchos del olvido y a otros de una mala
memoria.
5.
- Todas las injusticias son injustas: matar a un hombre por sus ideas
o por sus creencias no es defender unas ideas o creencias, es matar a
un hombre. Todos los asesinos están en otro bando, y quienes les
honran también.
6.
- Esto no quiere decir que sea injusto endosar la culpa de la Guerra
Civil a quienes se alzaron contra la República, por supuesto. Pero
que sea suya la culpa de este desastre, de la guerra, y de todos los
desastres que de ahí se siguieron no justifica la muerte de un solo
hombre porque no pensara o creyera como sus asesinos.
7.-
Por ventura una guerra virtual entre nietos o biznietos de las
víctimas sería sólo de mal gusto. A los que no saben lo que
hacen se les perdona, pero hay que decirles que aprendan a vivir
en paz y dejen de jugar con el fuego.
8.
- Una cosa es hacer historia y otra hacer el memo. Aunque es mil
veces preferible hacer el memo que hacer otra vez la misma historia.
No a la guerra, no a la injusticia ¡Basta ya! Eso no lo quiero ver
ni en pintura. Que se abstengan los figurantes.
9.
- Los que no hicimos la guerra pero la padecimos, los niños de la
Guerra Civil, fuimos vacunados contra todas las guerras. Eso creo,
eso espero. Con el tiempo, al secar las propias lágrimas, los unos
aprendimos a ver las de los otros: todos nosotros.
10.
- Y hasta me gustaría pensar que hicimos la Transición. Aunque no
me duelen prendas ni reclamo medallas. Reconozco que algunos
tuvimos buenos maestros, pocos, y mejores discípulos: muchos.
11.
- Llegados al final de la historia, los que no la hicieron la
degustan. Pero una cosa es el dolor de muelas y otra acordarse del
dolor de muelas, ¡ y no digamos ya si le dolieron solo a los otros!
La experiencia es amarga, el recuerdo ya no es lo mismo. Y puede ser
piadoso o morboso.
12.-
El pasado es irrecuperable como pasado, y está bien que sea así.
Pero no hay tal final. Por desgracia aquella historia colea en
otras partes del mundo como un dragón vivo, y aquí en cambio,
por ventura, como cola de sargantana muerta. Aunque por otra
parte, también por desgracia, no hagamos ni mucho menos aquí lo
que deberíamos hacer para que no suceda otra vez lo que nunca
debió suceder.
13.-
A los nietos y biznietos de las víctimas, a las generaciones
actuales y futuras, les toca ahora hacer la historia de la paz y
la justicia para que no se repita lo que les cuentan. En esa
empresa no hay paro ni subsidio de desempleo: todos tenemos tajo y
nadie debería huir del tajo.
14-.
Dejar en el hoyo al muerto para ir al bollo, es una vergüenza.
Desenterrarlo para vivir del cuento, es mucho peor.
15.-Comulgar con
todas las víctimas es el reto; comulgar con todas las ideas, una
estupidez.
16.- Como dice W. Benjamín en una de sus tesis sobre la filosofía
de la historia, “a nosotros se nos ha dado una débil fuerza
mesiánica sobre la que tiene derecho el pasado” y es por eso por
lo que “hemos sido esperados sobre la tierra”: para hacer
justicia a las víctimas, para que sea lo que no ha sido todavía y
deje de ser en el futuro lo que nunca debió haber sido.
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