LOS
HOMBRES SE ENTIENDEN HABLANDO
Dirijo
hoy la palabra a cuantos gritan su silencio contra los
silenciadores asesinos,
a los que alzan la mano contra el terrorismo
y a quienes la extienden como un gesto de reconciliación, a los que
acogen a los emigrantes y a los seres humanos sin fronteras; pero
sobre todo a cuantos no compartan mis opiniones y sean capaces de
escucharme. Porque en este mundo confuso como botella agitada, en
esta noche oscura de la historia, ya no podemos renunciar al
diálogo con todos si queremos entendernos para vivir en paz y solo
debemos rechazar como intolerable la violencia bruta o fanática que
lo reprime.
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