LOS HUNOS Y LOS OTROS
La xenofobia
se mantiene en estado latente en eso que llamamos las raíces. No es
que sea el otro aspecto del sentimiento de identidad nacional, su
cara oscura; pero suele ser su parásito, como los celos lo son del
amor.
Todos los nacionalismos y racismos fanáticos comparten un
sentimiento profundamente oscuro y una idea tremendamente simple: lo
que distingue a los hombres de las bestias lo tienen claro, ellos
son por supuesto seres humanos y alimañas sus adversarios. Por eso
levantan fronteras y prejuicios los unos contra los otros, porque
todos son hunos pero con h. Unos bárbaros más acá o más allá de
cualquier franja.
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