HUMANOS SIN FRONTERAS
Llegan a
España turistas de calidad, aves de paso y pájaros inmigrantes que
no saben donde posarse. A los árabes con posibles no se les
distingue, a los moros se les ve más por las esquinas , a ellos, y
menos a ellas aunque su presencia es más notoria.
Los negros
se hacen notar, por algo son negros pero es como si no estuvieran:
hablan poco, sirven bien y están en el campo. Cuando los
inmigrantes hacen de la necesidad virtud, me acuerdo de la transición
a la democracia y auguro la segunda: la transición a los derechos
humanos como constitución efectiva para todo el mundo. Las fronteras
se caen, y las pateras son como las trompetas de Jericó.
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