martes, 18 de agosto de 2015

DESDE MI VENTANA, 47


HUMANOS SIN  FRONTERAS

 
Llegan a España turistas de calidad, aves de paso y pájaros inmigrantes que no saben donde posarse. A los árabes con posibles no se les distingue, a los moros se les ve más por las esquinas , a ellos, y menos a ellas aunque su presencia es más notoria.

 

Los negros se hacen notar, por algo son negros pero es como si no estuvieran: hablan poco, sirven bien y están en el campo. Cuando los inmigrantes hacen de la necesidad virtud, me acuerdo de la transición a la democracia y auguro la segunda: la transición a los derechos humanos como constitución efectiva para todo el mundo. Las fronteras se caen, y las pateras son como las trompetas de Jericó.

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