miércoles, 11 de febrero de 2015

Desde mi ventana, 22


                                              CARNAVAL

 
En carnaval deberíamos sacar a la calle nuestra máscara más extra-ordinaria, que no es el personaje que llevamos habitualmente sino la persona.



 Pero no para descararnos, dar la cara o hacer frente a alguien. Ni para exhibirnos en público queriendo ser adorables y adorados. Sino solo para ser autores y actores de nosotros mismos. Para sacar el rostro, como las plantas al sol; para que florezca la risa sobre el cartón piedra y triunfe la vida como un acontecimiento de libertad.

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