No hay casa sin puerta, eso es una
tumba. Ni puerta sin camino, eso es una ventana.
Ni camino que no lleve a casa.
No tengo casa si nadie me espera.
Mi casa, la última casa, es nuestra
casa.
Aquí tengo una casa donde alguién me
espera. Pero volver a esa casa es dar vueltas por el mundo.
El camino trillado solo da vueltas.
El que no vuelve se hace al andar.
Tu camino y mi camino, compañero, va
a nuestra casa.
Solo hay una casa si todos somos
hermanos: es la casa del Padre.
Dios,-si lo hay- es el TÚ de todos
NOSOTROS
El que cree sale de casa y aún de sí
mismo para encotrarse con otros: es el que va.
Pero Dios es el que viene: el Otro, y
nunca mi Dios en propiedad privada. Es el Padre, no es un patrimonio
de los creyentes.
El que no cree también sale de casa
sin saber a donde va , pero si va digo yo que camina y algo
espera.... Barrunta lo que no sabe.
Ni uno ni otro tiene al Otro en el
bolsillo, y a ningún otro.
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