NDIVIDUALISMO
EXACERBADO
Competimos
para ganar a los demás, y no tenemos tiempo para convivir,
conversar, fraternizar y compartirlo todo: las penas y el trabajo,
el gozo y la esperanza, el camino y el destino, el pan de cada día
y el vino para celebrarlo.
El egoismo salvaje ensacha el abismo
entre los más ricos -cada vez menos en número- y los pobres que
son cada vez más. Pero la igualdad no basta sin el respeto mutuo y
la deferencia que se requiere para salvar las diferencias en la
unidad: un conjunto de individuos iguales como gotas de agua no es
un modelo atractivo para los humanos.
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