miércoles, 21 de enero de 2015

DESDE MI VENTANA, 19


MELONES Y OPINIONES



La pérdida irreparable de numerosas variedades de melones, de gramináceas y de otras especies vegentales, es sin duda un lamentable desastre ecológico,


 que se debe a una agricultura selectiva orientada a satisfacer la demanda de los consumidores en el mercado. Sin embargo lo más preocupante para el futuro de los seres humanos no es eso ni la tendencia a la uniformidad alimentaria que lo provoca: es la pereza mental y la reducción al pensamiento único. Porque el hombre no vive solo de pan. Ni de melones, por supuesto.

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