miércoles, 3 de diciembre de 2014

DSDE MI VENTANA, 13


EL OLVIDO




En la sociedad de consumo el pasado es la basura del presente, y éste como flor de un día.


 Del pasado nos comemos hasta la simiente y el resto -el pasado propiamente dicho- lo tiramos. Así perdemos la memoria y, con ella, la experiencia. A eso le llamo yo el fin de la historia, que es estar a las últimas sin que importe nada la vida anterior. Ni el futuro. Porque  sólo importa disfrutar el presente. Pero tal despilfarro tiene consecuencias: no aprendemos de nuestros errores -que olvidamos, por supuesto- ni de los buenos ejemplos de los otros- que también. Ya seamos políticos -por supuesto- o simples ciudadanos simples, que también.


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