FIGURANTES
La
historia no se repite como las cosechas año tras año: algunos la
hacen, demasiados la tragan y muchos la consumen.
Llegados al
final de la historia, desaparecen los actores y salen los
figurantes como hongos en otoño. El pueblo soberano, que tampoco
existe, asiste como público a la represenetación. Pero la huída
de la historia real nos lleva a la ficción en la que todos queremos
figurar. Si esa tendencia se confirma, desaparecerá el público. Y
con él la representación. ¿La vida es sueño? No, en el gran
teatro del mundo se baja el telón y la vida se convierte entonces
en una pesadilla para cada uno.
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