FELICES
FIESTAS
El
Ebro pasa, el Pilar está sobre las aguas y no se hunde: es la
afirmación de Aragón. Pero esa firmeza o sustancia: el Pilar,
ablandado por los besos de un pueblo se transforma en ostra
embarazada de los amores que entraña.
Los aragoneses somos duros
por fuera, como el Pilar, y tiernos por dentro como los cardos. El
amor de cada día es aquí más reservado. Por eso me pregunto si es
necesario sacar ahora los besos a la plaza. Y si no perderemos en
firmeza lo que así no ganamos en enjundia. De todos modos el Pilar
se multiplica en los Pilares y toda fiesta es una pasada. Que sean
muy felices.
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