Ciudadanos del mundo
En una tierra agitada como una coctelera donde todo se mezcla, podemos ser aragoneses o catalanes y sentirnos españoles, europeos y ciudadanos del mundo, sin que lo uno quite lo otro, ni a los otros que no son como nosotros.
Lo que ya no podemos ser es humanos sin
respetar la dignidad humana y los derechos humanos en todas partes.
Hay una identidad contra los otros, que "in-siste" solo en
sí misma y se encierra en un agujero. Y otra frente a los otros que
se abre como un abrazo, ek-siste, se ensancha y con-siste solo con otros. Sin renunciar a ser aragonés, me declaro ciudadano del mundo.
17-9.2014
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