lunes, 28 de abril de 2014

UN EVENTO EN EL VATICANO

Ayer hicieron santos a dos papas. ¿Era necesario?



Jesús envió a sus discípulos a predicar el Evangelio a todas las naciones (Mc. 13,10) - y sobre todo a los pobres, no lo olvidemos- y les dijo: "Lo que yo os digo en secreto decidlo vosotros a la luz del día y lo que os susurro al oído predicadlo desde los tejados. Y no tengáis miedo a los que solo pueden matar el cuerpo " (Mt.10,27 s.) Predicar desde los tejados es hoy hacerlo por televisión, e ir a todo el mundo es viajar en avión. Aunque sigue siendo verdad que hay que hacerlo caminando con los pies en tierra para llegar a los que están abajo.


En cualquier caso, lo que dijo el Maestro a sus discípulos es que anunciaran sin miedo la Buena Noticia a todas las personas, sobre todo a los pobres  y a los más débiles de este mundo.

Advierto una diferencia entre uno y otro, entre los dos nuevos santos. No es nada personal, de las personas solo Dios juzga: ni siquiera la Iglesia. Dios es misericordioso, la Iglesia menos -por supuesto- y  su justicia -también por supuesto- es aún de este mundo. Viendo las cosas  como se ven desde abajo, un santo  representa lo que fue después de Cristo y otro, Juan, se parece más a Jesús y al Señor que está por ver y por venir. !Marana tha! Si uno es la cara el otro es la cruz, si uno representó algo en el gran teatro del mundo y tuvo un público, el otro fue un hombre bueno y más sencillo: un compañero más cercano.

Algunas peNsadillas a propósito del evento que comentamos:

-Una cosa es predicar y otra dar trigo.

- Solo el que da trigo da más que palabras. Fray Ejemplo no necesita gritar para que le oigan: lo que se ve no necesita palabras para escucharse.

-El poder es un flaco servicio a la palabra. Más que un pedestal o una montaña, es una cueva y un apagón de la luz que el mundo necesita: es la barbarie, el ocaso de la palabra.

-No es lo mismo partir el pan que dar hostias. Perdón por el equívoco; pero lo digo para evitarlo, compañero.

-Que Francisco me perdone, pero disiento en el rito preestablecido que se venía venir y en el evento que se ha celebrado. La inercia del pasado no debería promover un escándalo: una piedra de tropezar - que no es el caso -, pero ni  tan siquiera introducir un escrúpulo -un garbanzo- en las sandalias del Pescador  que impida avanzar por el buen camino al que es hoy el obispo de Roma.

-Caminar solo es posible con los dos pies, uno en tierra y el otro en el aire.

-El camino no es lugar para quedarse, que no hay camino sin andar el caminante. 

 - Nos queda la palabra, que no basta. Pero con amor es suficiente. Eso es todo.

- Del dicho al hecho hay un buen trecho. Razón de más para desembarazarse del poder, que es una carga. 

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