-El liberalismo político
de los ciudadanos ha sido desplazado por el liberalismo económico
de los mercados.
-Los hechos no se discuten,
pero podemos cambiarlos.
-Los hechos son lo que son,
y lo que quieren que sean los que están ya bien como están.
-El mejor estado de
bienestar para los que están bien, es el que hay.
-El neoliberalismo no es el pensamiento único, sino la derrota del pensamiento y la dictadura de los hechos consumados.
-El discurso de los
conservadores es muy sencillo: La realidad es la que es aunque no
nos guste, pero como nos gusta. Pues eso, no hay nada más que
decir.
-Solo los que no son de
este mundo -o son como si no fueran, los invisibles- pueden soñar
en un mundo mejor. Pero soñar dormidos es una pesadilla.
-Mientras que soñar
despiertos es algo más que pensar: es actuar.
-Pensar es recordar: pensar
en los otros, en todos los otros y en en lo enteramente otro.
-Pensar es traer al corazón
lo impensable: lo que ha sucedido no obstante, como Auschwitz. Y lo
que debe suceder aún a pesar de todo.
-El corazón es el
principio, el principio es la voluntad, y la voluntad es nada sin
actuar.
-Pero la acción política
- y de eso hablamos - actúa siempre y sólo cuando los ciudadanos
se unen de común acuerdo.
-Pensar es recordar,
recordar es acordarse de los otros, concordar en la práctica es coordinar y coordinar es ya actuar juntos.
-Conversación, concordia,
colaboración, convivencia y la paz después de todo y para todos. Todo lo que está
más acá de esa meta es camino. Y lo que no es camino, es la
dictadura de los hechos consumados.
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