Corazón agotado
No está el horno para
bollos;
pero si me hago alfarero,
con el barro y con el horno
podré aún hacer pucheros.
Mas volver al polvo seco
a los pucheros vacíos
y a los cántaros sin agua
eso es volver al estío.
Es morir en en el desierto
sin pozo -¡ay¡- ni camino,
sin lágrimas y sin fuerza
para sacarlas, amigo.
Enterrado y desterrado,
desolado ya y sin sol,
solo y descorazonado,
y agotado el corazón:
no sé ya lo que es el agua
si no hay agua que beber,
y para ir a buscarla
hay que tener mucha sed.
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