martes, 1 de octubre de 2013

ÉTICA POLÍTICA


               Si no es honesto el que lo es solo por conveniencia,no digamos ya el que es deshonesto aunque no convenga a nadie. Un político malo, si es mal político, es dos veces malo.

              Hay una ética política que obliga moralmente a todos los que tienen algún poder público o lo representan, a cuantos gobiernan o lo ejercen en la oposición. No es una ética especial o especialmente relajada, más laxa que la ética general o común, sino responsable y comprometida con la situación política, con el bien común y el bienestar del pueblo soberano. La ética política es la aplicación de la ética a la política. No la sumisión de la ética a la política y, por supuesto, en absoluto a los políticos, a los partidos políticos o a la clase política.
               Apelar a una recuperación o "transición moral" como remedio para salir de la crisis económica y política que padecemos, no sirve de nada a medio plazo. La ética es muy señora y ponerla a servir, supeditarla a la economía nacional, al estado o al gobierno de la nación es desmoralizador en todos lo sentidos: ni eleva el nivel moral ni la moral de los ciudadanos, no los hace mejores ni más fuertes. Pero si no sirve ese recurso o prédica moral, ese rearme moral de la sociedad que se proclama para salir de la crisis, una falta de ética o de escrúpulos de los políticos es aún más desmoralizador: les falta incluso la “virtud” del príncipe; es decir, la capacidad de ser como convenga. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario