Políticamente
hablando
En el
fondo de la canasta donde dejamos la ropa sucia, he hallado
recientemente una bolsa de correos usada con el membrete de quien la
envió y la pertinente etiqueta con mi dirección postal. Noté al
sacarla que pesaba mucho y me pregunté qué diablos sería aquello,
pero leí enseguida una nota sobre la cubierta: "En Noviembre
de 1989 cayó el Muro de Berlín. En la primavera de 1990 estuvimos
recorriendo el circuito del Muro con Lisa Sotelo y cogimos estos dos
fragmentos". Y allí estaban, en efecto, como realidad
tangible de lo que fue, los restos del Muro que nunca debió haber
sido.
Y me acordé , cómo no, de la visita que hicimos a Berlín, de
Ignacio Sotelo que allí sigue, y de Lisa su compañera que también
y de la mía que me ha dejado hace unos meses. Recordé a los que
vendían a los turistas las gorras de los Stasi -la policía de la
DDR- que no compramos, y a quienes alquilamos en la Puerta de
Brandeburgo la mazeta y el cortafríos para arrancar los pedazos del
Muro. Llegamos a Berlín cuando la historia había pasado: a misas
dichas, como tantos otros ciudadanos europeos occidentales. Nos
llevamos un"souvenir" como turistas, y si quieren una
reliquia como fieles no practicantes. Porque las hostias -todo hay
que decirlo- ya se las habían llevado otros.
Los
fragmentos que hallé en el fondo de la canasta de la ropa sucia,
estaban envueltos con unas hojas de periódico que resultaron ser de
El País (2.9.1990) Vi reproducida en una página la imagen
de George Bush televisada durante la crisis del Golfo y otra de
Saddam Hussein con un grupo de rehenes. Y debajo de ambas, leí un
comentario de la situación pre-bélica con el título: "La
guerra de las conciencias", y el subtitulo:"Los medios
informativos y los gobiernos de Bagdad y Washington, en plena
batalla para ganarse el favor de la opinión pública mundial".
Pensé inmediatamente que los hechos históricos
se producen siempre en un contexto y que el contexto de los hechos
en la historia universal - a la que hemos llegado después de todas
las historias particulares - es hoy cada vez más la opinión pública
mundial. Los medios de comunicación no informan solo de lo que
pasa, sino que influyen en esa opinión pública y participan así
en los hechos que relatan.
Pero
después de abrir la bolsa y hojear los papeles que envolvían su
contenido puro y duro:los fragmentos, leí un anuncio de viajes en la
última página: "Elige tu destino", y
debajo
del eslogan una lata de Schweppes y la lista de cuantos
consumidores habían sido premiados por esa marca en un sorteo con un
viaje turístico a elegir con su pareja: Praga, Berlín, Estambul...
¿Puede
uno elegir fuera del sistema? ¿podemos todos elegir nuestro
destino? ¿Qué es lo que se lleva? ¿Es cierto que vamos o nos
llevan? Porque hay quien cree que todas las crisis son cíclicas y
dice que ya vendrá el verano, y otros que eso pasa en la naturaleza
pero en la historia nada se repite. Solo estos esperan contra toda
esperanza.
¿Es
posible otro mundo? ¿Acaso Obama sí que puede? ¿puede abatir
otros muros invisibles y hacer que la Puerta de Brandeburgo sea
realmente una puerta inútil; es decir abierta siempre y a todos, y
por tanto como un arco de triunfo, hermoso, erigido a la la Paz y a
la Justicia sin fronteras como ha dicho allí mismo recientemente y
en inglés para que le entiendan incluso los que no son alemanes , y
es eso lo que quiere Barack sin duda alguna y probablemente,
quizás, la señora A. Merkel y otros señores igualmente humnos como
Vladímir Putin?
Sumido
en la miseria con tantas preguntas de golpe, dejé de pensar en la
Historia y me acordé de otra chica y manejable en la que pudiera
reparar mis errores del pasado y elegir más o menos el destino que
me queda en el mundo de la vida.
El
hombre es él y sus circunstancias, como decía Ortega, o su contexto
como yo digo.Y aunque nadie está aquí, en su mundo, si no está
abierto desde aquí al mundo entero, ni se hace cargo de nada si
lo deja todo en el fondo donde se guarda la ropa sucia..., pensé
con mi cabeza que es cuestión de prioridades y que lo mejor sería
entonces ocuparse cada uno de aquello en lo que está metido
inmediatamente.
Y
al pensar en ello, dejé de hacerlo en el Muro, en Obama, en Merkel,
en Rajoy en todo lo que no comprendo. Y me dije que cuando el
pasado dura sin que nada cambie, recordar ya no es traerlo al
corazón si hay que cambiarlo: es traerlo a las manos. Y hacer lo que
se puede, es todo lo que se debe. Y que solo esto es lo correcto,
políticamente hablando.
José
Bada
21.6.2013
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