P r ó l o g o
He
querido reunir en este breviario de filosofía práctica unos
aforismos escritos sin orden ni concierto o, mejor, “pensadillas”
- sí, ese el mote - con algunos artículos redactados con ocasión y
sin ella, y unos pocos versos con los que me arranco a veces para
terciar. Entrego el conjunto a la atención de mis lectores y sea, en
definitiva, lo que ellos quieran. Pues soy consciente de que el texto
es siempre un pretexto, y lo que uno escribe se queda siempre a medio
escribir hasta que los lectores añaden la otra mitad. Me complace
dedicar este libro a mis amigos de la Fundación Luis Pinilla.
Todo
este material disperso ha sido reducido sin pretensiones sistemáticas
a la mínima extensión inteligible, a unos cuantos puntos numerados
y agrupados por afinidad temática, sin que esto garantice un
discurso coherente al cien por cien y una coexistencia pacífica bajo
un mismo título. Espero, no obstante, que los puntos sean en general
compatibles y se lleven bien como hijos de un mismo padre. No
descarto empero la paradoja y hasta la contradicción a veces. Este
es un libro imperfecto como la vida misma y, por tanto, abierto.
Ojalá que no resulte aburrido, ni divertido. No es un breviario para
rezar, no es un libro de horas. Pero sí lo es para meditar, y
requiere algún tiempo y un poco de atención. Gracias
Invitación a la lectura
1.- En el principio era la palabra.
2.- Se comienza siempre por el
principio.
3. - Pero comenzar no es repetir,
ni seguir... ¿Me sigues? Pues eso.
4.- La palabra que era en el
principio no es la palabra dicha ni la palabra escrita: es el verbo,
la que se dice y se escucha.
5.- ¿Comenzamos? Con tu permiso,
siempre. Y con tu participación desde ahora mismo.
7.- Abrir un libro es
como abrir una tumba y desembarazar la palabra trabada para que ande.
Leer es escuchar y dejar hablar a la palabra escrita. Leer es
dialogar. No es seguir al pie de la letra, es responder.
8.- Y puede que
recordar, acordar y concordar de nuevo... consentir y conversar.
9.- Leer es ampliar la humanidad
que nos hace humanos. Salir de la propia piel y del propio mundo,
entrar en relación con otros, viajar.
10.- Llaman refrán a
una frase hecha, y dicha.
11.- Un refrán es lo que viene a
cuento, lo que se da por sabido: lo consabido. Aunque bien pensado,
puede ser una sentencia.
12.-
El aforismo es una sentencia que puede acabar en refrán.
13.- Amasado con la misma harina de
la que se hicieron los refranes, el aforismo es como el pan recién
sacado del horno.
14.- Un aforismo da siempre qué
pensar a quien sabe escuchar. No es una píldora. Tiene sabor y no se
traga.
15.-
Llamo “pensadillas” a los pensamientos que acabas de leer.
16.- Una pensadilla no es una
empanadilla, ni una empanada mental, ni un primor, ni miel sobre
hojuelas, ni “pienso luego existo”.
17.- Mis pensadillas no son de esa
clase de pienso ni del otro, no tienen pretensiones cartesianas ni
ganaderas.
18.- Tampoco son como las
greguerías, que tienen su encanto y sus burbujas.
19.- Una pensadilla no es un golpe
de gracia, ni de estado emocional. No es un eslogan. Ni una imagen
brillante como piedra en la alberca de los ojos que entra por los
oídos y se hunde en el fondo del corazón.
20.- De echar algo prefiero echarlo
a la cabeza. Y que sean flores y no piedras, o lluvia de abril que
mueve el campo en primavera.
21.- La pensadilla es como una
fórmula magistral, artesana, como receta de boticario cuando los
boticarios no ejercían de tenderos.
22.- Una pensadilla puede ser
peligrosa para la salud mental si no se lee con espíritu crítico.
El autor recomienda a sus lectores que no la traguen sin consultar
antes con su buen juicio.
23.- En mis pensadillas no hay
punto final sino punto y aparte, dos puntos quizás: para dar entrada
al lector, punto y seguido si me acompaña y hasta puntos suspensivos
para encontrar-nos
perdidos.
24.- Comenzar a pensar es comenzar
y no acabar. No se puede pensar hasta cierto punto, a no ser por
accidente.
25.- Una pensadilla es como la
“hermaneta” del aforismo, a quien acompaña aunque no le ajunte
su hermano mayor.
26.- “El pensamiento es el
principio de la moral” (Pascal) Pero a veces se necesita mucha
moral para pensar.
27.- Un buen libro da que pensar,
es todo lo que da de sí. Lo demás se vende.
28.- El que compra un libro y no lo
lee hace un mal negocio: mejor le hubiera sido comprar a los chinos
flores de papel.
29.- Pero el que vende las ideas
engaña, no las tiene o son muy malas.
30.- Cada vez hallo más razones
para leer y menos para escribir.
31.- Todo está escrito, pero no
todo está leído.
32.- Aunque se pierda cual botella
de náufrago que no llega a su destino, un buen libro no es papel
mojado.
33.- Bienaventurado el libro que
cae en buenas manos. Y maldito el que se cae de las manos buenas.
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